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Primer viaje de fiesta y……, lejos. Por Chonina
from Hacendera nº6_2017
by editorialmic
PRIMER VIAJE DE FIESTA Y…LEJOS
CHONINA
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DE TODOS SON SABIDAS LAS FIESTAS DE NUESTRO PUEBLO.
DOS, BUENO TRES; NO SON MUCHAS MÁS.
• En honor a nuestro patrón Santiago, se celebra el 25 de julio ahora; años antes, muchos antes, se celebraba el 30 y 31 de diciembre. Dado que en aquellos años la gente salía a ganar el jornal (el pan nuestro de cada día) a tierra de campos, porque era época de siega y muchos jóvenes se ausentaban del pueblo por esa época. Es por todo esto que de forma solidaria, todos decidieron no privar a nadie de este acontecimiento y la cambiaron para tiempo de frío y descanso, vísperas de año nuevo. ¡Bien pensado! Años más tarde, ¡cómo hemos cambiado!...cosechadoras, tractores, pivots… Cómo van a pensar aquellos hombres y mujeres que llegarían máquinas y traerían calidad de vida y tiempo para fiestas, pues “ala, el 25 de julio fiesta y grande”.
• Otras fiestas, no nos olvidemos, son San Gregorio, San Isidro, Santo Tirso, tortillero y las que vengan, cuantas más fiestas mejor; que no falten, que días de penas sobran a todos.
• Toca el turno a los carnavales, cómo no. El domingo nos vestíamos de “guapo”: rodao, mantón, mandil, abalorios y lo que hubiera o nos prestaran (a mí en concreto era gracias a la Señora Esperanza). Nos pintábamos los labios y el colorete. Después vuelta y vuelta por el pueblo y más vueltas. El martes de carnaval era “untrejo”. Ese día vestirnos era más fácil, pues era con ropa vieja y de eso teníamos todos. Por supuesto que esto se hacía después de salir de la escuela, pues no había vacaciones como ahora. También sacaban un toro por las calles, para asustar a los pequeños y dar la murga a los no tan pequeños. Yo lo vi pocas veces y poco puedo contar, pero creo que aún existe. Y al igual que el domingo…, vuelta y vuelta y más vueltas por el pueblo. ¡Lo pasábamos bien, bien!!!
• Vamos con otra fiesta. Distinta, íbamos a misa, había procesión, llegaba hasta detrás de la escuela, siguiendo faroles, cruces y estandartes…y ese día, yo no sé si siempre, venían las monjas del asilo de Astorga a pedir por las puertas. Las acompañábamos las chicas de la escuela. La gente les daba alubias, patatas y huevos. ¡Otra vez solidario nuestro pueblo!
Ese día por la tarde “Lunes de Pascua”, ¡ay, ay, ay que emoción!, nada más comer…. ¡ay qué nervios! empezaba el desfile por la carretera. Los pequeños no tenían otra serenata que vamos, vamos, vamos…!! Y a lo que voy, nos hacíamos mayores, 12 o 13 años, para esta fiesta no necesitábamos a nadie y por primera vez empezábamos a salir de “viaje” las amigas solas. ¡Qué carreras! Componiéndonos y consultándonos, atando zapatillas y envolviendo zapatos…, carretera adelante, lejos y solas. Después de un largo trecho llegábamos a una gran explanada, una orquesta majestuosa y sobre todo encontrábamos al heladero (que era de Villanueva y sigue siendo), con su carrito, donde hacíamos la primera parada, antes de nada. También conocimos a Carmen “la caramelera” que era de Cebrones. Aquí comprábamos el regalo para los pequeños, unas cachas de caramelo grandísimas que duraban un mes si la racionaban las madres. También unas chiflatas. Aún las estoy viendo, doradas o plateadas, con dos borlas colgadas, una roja y otra verde, para que los pequeños dieran la lata.
En esta fiesta se rezaba, se cantaba, se bailaba, se saludaba a los amigos…, y como no, se comían las avellanas, higos, cacahuetes…, se bebía vino o vino y la promesa de volver si Dios quería el año próximo. Pues no hemos cambiado mucho, se sigue rezando, cantando, bailando, saludando a la gente y comiendo las avellanas. Y como habréis supuesto mi primera salida de viaje fue a PASQUILLA. Los primeros años la ermita de la Virgen no la vi, me importaba más la fiesta. Pero 40 años más tarde sigo asistiendo y ya me importa más la ermita, bien bonita, bien cuidada y con una virgen venerada que es de todos, que está en Moscas del Páramo y en el corazón de muchos de nosotros. Pues vírgenes hay muchas pero la nuestra está en Moscas, ese pueblo nos recibe a la entrada, para misa solemne, acoge insignias y cruces que nos representan. Y que a mí me gustaría que no se perdiera esa tradición que tantos recuerdos me trae, que es tan cercana a nosotros y que año tras año emociona la fuerza con la que toda la gente canta