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Pito de Caña 2017. Juan Cárdenas Gómez “El Poeta Marinero”

Juan Cárdenas, Pito de Caña 2017

Querido pueblo de Isla Cristina:

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Os habla vuestro “Poeta Marinero”, hoy mi corazón quiere agradeceros enormemente la cariñosa aceptación con ese “SI” al ser nombrado “Pito de Caña” 2017. Jamás encontré palabras tan cariñosas, de una querida multitud, al comunicarme todos casi gritando ¡qué alegría Juan! ¡te lo mereces! ¡te lo tenían que haber dado antes!,. En abril cumpliré 76 años, pero vuestro poeta se verá, siempre, siempre, como muestra la foto de cuando me inicié en el Carnaval. Allá sobre 1948, disfrazado de gitana en el “Paseo Chocolate” frente al “Barato” con tan solo 7 años, también me verán con 18 años cuando empecé a escribir, y actualmente con mis 75 años con la misma ilusión de seguir escribiendo.

Ahí el antes y el después de un pescador, nacido en 1.941, en un feliz hogar de marineros, en el “Paso de Las Palmeras”, último fruto de los 11 hermanos nacidos del matrimonio, formado por Antonio y Luisa.

Paisanos al deciros momentáneamente adiós, os dedico uno de mis poemas, “Piropo a Isla Cristina” dicho pasodoble viene a confi rmar el antes y el después, arriba expresado, ¡ahhhhh!

Para las personas, que lean este escrito y no sean del Isla Cristina, siéntanse también herederos de este poema. Gracias por vuestro cariño.

Escuchen la vieja leyenda de un cuento de Hadas, Aquel que mi abuela de niño siempre me contó Y yo terminaba soñando con la dulce fortaleza, Precioso castillo, que este hombre –chiquillo Conquistaba a una Princesa. Cuando el Monarca de su hija me otorgaba Aquella mano de seda, como tributo Al valor que con mi espada al dragón muerte le diera. Hoy de mayor, vuelvo a soñar, cambiando de mi fantasía Aquel castillo de cristal por Las Palmera y su alegría, Y aquella Bruja, tan bien, con la manzana envenenada de aquel mundo, Por esas lunas que alumbraron tantas veces Un pueblecillo que surgió del mar profundo. Cambié la gran serpiente con sus ráfagas de fuego, Por los caños de mi Isla y sus esteros, Y los guerreros, por valientes marineros, Y los tesoros, esos caudales, Por lo que traen nuestros barcos de los mares. Con “el colorín colorado”, así ya termino. Cambiando yo el Hada, por un pozo y una higuera Con gaviotas en vuelo Sobre barquitos de vela.

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