10 minute read

El Dainos y la Sobarriba

Una de las procesiones más enraizadas en la Semana Santa de León, tanto por su antigüedad como por la acogida entre los papones de acera, es aquella que efectúa su salida en la tarde del Domingo de Ramos desde el convento de San Francisco el Real. La organización de esta procesión ha correspondido desde antiguo a la Venerable Orden Tercera -actualmente Orden Franciscana Seglar- que contó con capilla propia, llamada de los Terciarios, adosada al convento de mendicantes al menos desde 1678, tal como afirma Paulino María de Cervatos [Notas históricas del convento de San Francisco de León. Madrid, 1922, p.36]. Este franciscano reseña que en 1793 en esta capilla se veneraba, entre otras imágenes sagradas, a un Jesús Nazareno [Op. cit., p.38], imagen popularmente conocida con la advocación de El Dainos, apodado en alguna época como “El Ranero”, según constató Victoriano Crémer.

Al igual que sucede con otras procesiones de la Semana Mayor legionense, al volver la mirada hacia atrás descubrimos un cortejo penitencial que ofrece una estampa tan diferente que poco o nada tiene que ver con la procesión que presenciamos en nuestros días. Gracias a la Regla de la Tercera Orden de Penitencia, publicada en Valladolid en 1758, no sólo conocemos la organización de esta procesión en el siglo XVIII, sino que es posible afirmar que el único punto en común entre la procesión del pasado y la actual se halla en la presencia de la talla del Nazareno camino del Calvario. Este documento está compuesto por los estatutos particulares de la Orden Tercera de León, el ceremonial correspondiente a las funciones que celebraba anualmente y los privilegios e indulgencias concedidas en los diversos actos.

Advertisement

En el segundo tratado, al regular la Procesión del Cordón que esta congregación seglar celebraba los últimos domingos de mes con la imagen de San Francisco, establece que si el Domingo del Cordón coincidiera con el Domingo de Ramos no se realizaría dicha Procesión pues servía la de Jesús Nazareno. El mismo capítulo refleja un

> La Salve de la Sobarriba.

El rezo de esta súplica mariana ha surgido a través del vínculo que durante décadas unió a los pueblos sobarribanos con el Convento de San Francisco el Real y la Venerable Orden Tercera en la Procesión de Jesús Nazareno

interesante protocolo en caso de que las condiciones meteorológicas impidieran el discurrir del cortejo por las calles y plazas de la ciudad,

“si llueve y no puede salir, baja la comunidad a la Capilla y se lleva la imagen de Jesús a la iglesia, cantando el himno Vexila Regis prodeunt Fulget Crucis Misterium.

Predícase en la iglesia el sermón, y acabado, se hace la procesión del Cordón con dicha imagen de Jesús por el claustro, cantando la comunidad el Miserere mei Deus secundum magnam misericordiam tuam. Entra la procesión por la iglesia, y termina en nuestra Capilla. Hízose así el año de 1734” [Biblioteca Digital de Castilla y León. Regla de la Tercera Orden de Penitencia, Tratado II, Capítulo II, Valladolid, 1758, p. 50].

En el capítulo dedicado al Domingo de Ramos y a la Semana Santa, encontramos de forma muy detallada los pormenores de la organización de esta procesión. Así, entre otras cuestiones, se da cuenta de los preparativos de la efigie, del sermón en la Plaza Mayor o del itinerario por la urbe leonesa que entonces llegaba hasta el barrio de Santa Marina. A continuación reproducimos gran parte del capítulo por la riqueza de datos que ofrece acerca del procedimiento seguido por los terciarios a la hora de organizar esta procesión de la dominica de Ramos.

“El domingo de Ramos saca la Tercera Orden en Procesión la imagen de Jesús Nazareno, que tiene su capilla, y llegando a la plaza mayor que llaman de San Martín, se pone la Santa Imagen en una mesa, que tienen prevenida a este fin con un tapete los Vicarios de el Culto Divino, quienes también tienen puesto el paño de el Púlpito, adonde se ha de predicar; para lo cual quedan de acuerdo antes con el Predicador, y le vienen acompañando, facilitando el balcón donde ha de decir el Sermón; y para cuando le acabe, le tendrán un agasajo como es justo, y por la mañana asean la Santa Imagen, cuidando de que se aprieten bien los tornillos, de que tengan bastantes luces, sacando de la Cerería doce hachas, y tendrán prevenidas las horquillas, para sostener las andas. El Ministro está algunos días antes con el Padre Guardián, suplicándole envíe algunos religiosos que serán seis u ocho para que vayan en la procesión cantando: Dadnos Señor buena muerte, por tu Santísima muerte: y María Madre de gracia, Madre de misericordia, libradnos de el enemigo en nuestra última hora. (…) Llegando el Domingo a la tarde acudirán a la Capilla lo más presto que puedan el Ministro y Vice-Ministro, los Maestros de Ceremonias y los Vicarios de el Culto Divino, que son los que han de disponer todo lo perteneciente a la Procesión. El Ministro encarga el segundo Estandarte a quien le parece, porque el primero le lleva el Vice-Ministro, y a su lado derecho va el Ministro tocando una campanilla. Los Maestros de Ceremonias toman dos Insignias, y las demás las reparten, dando una a un Síndico, otra a el Secretario, o Vice-Secretario, y las otras entre los Discretos que gobiernen la procesión, la que sale de la capilla a la hora que le parece a el Ministro competente. En el Convento tocan la campana; y habiéndose predicado el sermón en la plaza, va la Procesion a Regla, Descalzas, Santa Marina, Descalzos, San Isidro, Recoletas, calle de Cureses, la Rúa, Concepcion, y se termina en la Capilla. Los maestros de ceremonias nombran los hermanos que han de llevar la Santa imagen, que siempre son eclesiásticos; y concluida la procesión, se da un refresco a los religiosos y a los demás que han cantado y llevado la imagen, el que tienen prevenido los Vicarios.

(…) Si el Domingo de Ramos es el último de el mes, queda dicho lo que se hace; pero si no fuere Domingo de Cordón, y no pudiere salir la Procesión, se llevará la imagen de Jesús Nazareno a la Iglesia, donde se dirá el Sermón, y luego, se volverá a la Capilla, andando la Procesión por el Claustro, cantando el Daznos Señor buena muerte, por tu Santísima muerte” [Regla de la Tercera Orden de Penitencia, Tratado II, Capítulo VII, Valladolid, 1758, pp. 55-57]. Entre la profusa información que aporta este capítulo cabe destacar que la puja de la imagen en aquella época estaba reservada a los eclesiásticos. En este sentido, todo parece indicar que se trataba de una costumbre habitual, pues sabemos que la Virgen del Mercado también fue portada por clérigos, al menos en 1882, tal como reseñábamos el año pasado en esta misma revista. En cuanto al itinerario, las calles correspondientes a la zona norte de la ciudad, calles del barrio de Santa Marina, pensamos que serían suprimidas hacia 1900. Esta idea la basamos en la información que aporta el primer trabajo dedicado a la Semana Santa de nuestra ciudad, publicado en 1907. Este opúsculo refleja que desde la Catedral la Procesión se dirigía por San Marcelo -actual calle Ancha-, sin embargo, el autor reconoce que anteriormente el itinerario era más amplio, “cuando la carrera era más larga, nos acordamos de ver a las once de la noche una apiñada multitud a la entrada del Convento de los Franciscanos esperando a la luz de la luna ver la retirada de la procesión” [H. MARON, Croniquillas de la Semana Santa en León, León 1907, página 5].

Finalmente vamos a detenernos en una reciente costumbre relacionada con la Procesión del Dainos, la Salve de la Sobarriba. El rezo de esta súplica mariana ha surgido a través del vínculo que durante décadas unió a los pueblos sobarribanos con el Convento de San Francisco el Real y la Venerable Orden Tercera en la Procesión de Jesús Nazareno, denominada en nuestros días como Inmemorial Procesión del Dainos, antaño del Santo Rosario de la Buena Muerte. Esta relación vino propiciada por la asistencia de los mozos de estos pueblos para pujar la imagen del Nazareno a lo largo de buena parte del siglo XX.

A pesar de que esta costumbre desapareció con el tiempo, desde hace unos años la Sobarriba ha vuelto a participar en esta multisecular procesión, asistiendo pueblos y cofradías >

en corporación ataviados con la capa española. Así, pues, en la Dominica de Ramos cuando las gentes de los pueblos de esta tradicional comarca leonesa acuden a la capital del viejo Reino para asistir a la Procesión del Dainos previamente encaminan sus pasos hasta la plaza de Santa María del Camino, popularmente llamada plaza del Grano. En ese lugar, ante el crucero que recuerda el lugar donde se apareció la Virgen, según reza la tradición, la comitiva integrada por diversas cofradías de los pueblos sobarribanos reza una Salve. Una vez cumplida la tradición, el costumbrista cortejo se dirige por la calle de las Cercas al convento citado desde el que parte la entrañable procesión.

El origen de este rezo mariano puede explicarse como un recuerdo o pervivencia de la parada que la Hermandad de La Sobarriba realizaba en la iglesia del Mercado cuando acudían en procesión a la Virgen del Camino, el día de San Isidoro. En el capítulo V de la Regla, Ordenanzas y Constituciones para la Procesión a Nuestra Señora del Camino el día de San Isidoro, aprobada en 1583, se dice:

“Iten ordenamos y mandamos que en la dicha iglesia de señora Sancta Ana dos sacerdotes comiencen la letania y bayan cantando descubiertas las cabeças hasta que se acabe la letania y acabada entren otros dos sacerdotes y desta suerte se baya cantando y entre la procession en nuestra señora del camino y en SanctMarciel y se diga en cada vna de las yglesias vna antiphona con sus versos y oración” [A. BARREÑADA GARCÍA, La Hermandad de la Sobarriba. León, 2005, p. 19].

Ya hemos advertido en otras ocasiones que la Semana Mayor de nuestra ciudad está cuajada de sencillos ritos y actos, algunos convertidos ya en tradiciones, que suelen pasar desapercibidos para muchos. Sin embargo, son esas peculiaridades las que imprimen carácter a nuestra Semana Santa, dotándola de una idiosincrasia muy particular. En este sentido, la labor desarrollada por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y del Silencio desde su fundación, en 1991, es un buen ejemplo a seguir, especialmente a la hora de ahondar en las raíces con el fin de mantener, alentar y, al fin y a la postre, preservar tradiciones y lazos de unión que el paso del tiempo prácticamente hizo desaparecer. Indudablemente, este tipo de datos, por secundarios que puedan parecer, contribuyen a conocer de una forma más completa el devenir histórico de la Semana Santa de León, en este caso la historia de la popular procesión de El Dainos.

> El origen de este rezo mariano puede explicarse como un recuerdo o pervivencia de la parada que la Hermandad de La Sobarriba realizaba en la iglesia del Mercado cuando acudían en procesión a la Virgen del Camino, el día de San Isidoro.

Eduardo ÁLVAREZ ALLER

Fotografía: María Edén Fernández Suárez Pasión Cofrade

Cofradía María del Dulce Nombre

Fotografía: Mª Edén Fernández Suárez

HISTORIA IMAGINERÍA

Año de fundación:

1991

Abadesa:

María Esther Flores García

Templo:

Parroquia de San Martín

Hermanas: 1.350

Indumentaria: Túnica negra de tablón sencillo, con capillo, bocamangas y cingulo verdes.

Emblema:

Representa el momento en que Jesús, descendido de la Cruz, reposa sobre el regazo de su Madre

Fundada el 11 de mayo de 1991, fecha en la que es erigida canónicamente, es la primera cofradía integrada exclusivamente por mujeres que solicita permiso para procesionar en la Semana Santa de León. El 16 de abril de 1992 las puertas del Convento de las Madres Benedictinas (Carbajalas) se abren para dejar paso a las 300 paponas que procesionan ese año portando a hombros el paso de su imagen titular, la Virgen del Camino, patrona de la Región Leonesa. • La Cruz Gloriosa. José Ajenjo. 1992.

• La Virgen del Camino.

Manuel Morán Flecha. 1993.

• María Santísima del Dulce Nombre y San

Juan Evangelista. Luis García Geute. 1994.

• Jesús consuela a las mujeres de

Jerusalén. Bartolomé Alvarado. 2003.

PECULIARIDADES

PROCESIÓN

• Importante labor social en la parroquia de San Martín a través de la bolsa de caridad.

• Jueves Santo:

María al Pie de la Cruz

Camino de la Esperanza.

This article is from: