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Poesías de Juan Bautista Díez (Arpegio

Se me viene el dolor a borbotones al mirar tu semblante en el suplicio, y saber que fue en vano el sacrificio de ser puesto en la cruz entre ladrones.

Subiste con dolor y a trompicones el camino que tan solo fue el inicio, o un eslabón más, y fue el auspicio de la misión para entregar tus dones.

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Pero el sereno rostro que yo miro transmite ansiada paz en un suspiro, que se eleva mezclado con incienso.

Sueño entonces Señor, que al fin retiro una a una las espinas de zafiro, convertidas en escalas de mi ascenso.

Juan Bautista Díez.

Arpegio. ARPEGIO

Vestido del color de la agonía, ceñida la cintura de sudario, vas subiendo la pendiente del calvario para de esta forma construir la vía.

Cuando te elevan donde la sequía de polvo ha cubierto el lapidario, lugar de soledad y fiel sicario, de iniquidad, dolor y de apatía.

Desde la altura Señor, ves a lo lejos al hombre caminar entre festejos, sin entender el sendero que le ofreces.

Tu vestido, tu sudario y tus consejos que vas poniendo delante cual espejos, conviértelos Señor en nuestras preces.

Juan Bautista Díez.

Arpegio.

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