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~ La Marmita de Lola ~
Por Lola Narváez
Alg�obo Cada uno de los municipios que integran la Axarquía presentan sus peculiaridades. Si bien hay algo que distingue a unos de otros, todos están unidos por una historia común. Algarrobo, que es el núcleo más poblado de la comarca de Vélez Málaga, se encuentra situado a 86 metros sobre el nivel del mar, del que dista tres kilómetros, aproximadamente. Su núcleo de población se alza sobre un macizo que bordea el río que lleva su nombre. Su trazado urbanístico de calles estrechas y pendientes denota su pasado árabe. El pueblo culmina en una explanada en la cumbre de una colina, llamada del Ejido, en la que está enclavada la ermita de San Sebastián, patrón del pueblo, reconstruida, copia exacta de la anterior, que databa del siglo XVI. Desde esta terraza se domina un bello paisaje cuyo fondo es el mar. Su iglesia parroquial, dedicada a Santa Ana, data del siglo XVIII, en ella se venera una imagen de la Inmaculada en madera, de escuela granadina y otra de Jesús Nazareno, de Francisco Palma. En la casa parroquial se conserva una Inmaculada policromada atribuida a Mena. También se puede considerar edificio singular el que alberga al Consistorio.
A escasa distancia de la entrada del pueblo se encuentra la Necrópolis de Trayamar. Está formada por un conjunto de tumbas, en la finca de Trayamar, que da nombre al yacimiento. Estas tumbas son consideradas como el más importante vestigio de la huella fenicia en occidente. En su término municipal, Algarrobo-Costa, existen dos torres vigías del siglo XVI, conocidas por Torreladeada y Torrenueva de época islámica. En su gastronomía se puede degustar el chivo en salsa, el ajo blanco y las migas. Además de espetos de sardinas y moragas de pescado. Sin olvidar la renombrada torta de algarrobo ni, por supuesto, los higos, las almendras y las pasas, así como su famoso mosto. En sus fiesta, las locales en honor de San Sebastián, patrón del pueblo el 20 de enero. En la segunda quincena de agosto, fiestas populares de tres días de duración. Se conservan en Algarrobo los verdiales que llevan su nombre. Se bailan en las fiestas del pueblo y después de la faena del pisado de la uva en los lagares familiares y en fiestas cortijeras. Lola Narváez
