MLG | 155 Entrevista
Victoria Ordóñez “Nuestra seña de identidad es la elegancia, son vinos muy finos y para comer” Mar Andrades
Victoria Ordóñez comenzó a estudiar Filosofía, carrera que decidió abandonar un año después de empezarla, cuando se decantó por la medicina. Victoria, licenciada en Medicina en el año 1986 durante un momento histórico de exceso de médicos en España, tomó la decisión de hacer un máster de Medicina Preventiva en Cuba, idea que tuvo que olvidar debido a conflictos diplomáticos entre países. Continuó estudiando en España para especializarse en Gestión Sanitaria y trabajó en la Delegación de Salud. Pasó por varios puestos directivos y acabó gestionando la investigación biomédica en el Hospital Regional, donde realizó el proyecto de Telemedicina, uno de los que recuerda con más cariño. En el año 2008 es cuando decide abandonar la gestión hospitalaria para dedicarse plenamente a la enología con su hijo Guillermo en Bodegas Victoria Ordoñez. ¿Desde cuándo no se dedica a la medicina para involucrarse al máximo con el mundo del vino? Estaba trabajando con uno de los enólogos más grandes de Europa, el austriaco Alois Kracher, quien fallece de un cáncer de páncreas a los 48 años en diciembre de 2007. Fue entonces cuando opté por tirarme a la aventura del vino. Cualquiera que se aproxime al mundo del vino puede entender que te atrapa. Siempre estás en contacto con la naturaleza. Es la transformación de una materia prima tan bonita como un racimo de uvas en un producto de placer que es el vino. Es apasionante. ¿Cómo fue esta transición? ¿Ha pasado por varias fases? En 2004 no se estaba haciendo nada importante en Málaga y animé a mi hermano a empezar un pequeño proyecto con el enólogo austriaco: una bodega en la Axarquía malagueña. Estuve tres años compaginando la medicina con este proyecto hasta que en 2015 tomé la decisión de producir en Málaga capital. De mis lecturas extraje mucha información sobre la importancia que tenían los Montes de Málaga en la historia del vino de la ciudad. La economía malagueña y la riqueza se basaba en el vino. Entonces pensé: ¿Qué hago haciendo vino dulce en la Axarquía? Tengo que irme a los Montes de Málaga. Entonces creé un proyecto basado en la uva malagueña, la Pedro Ximénez, y en los pagos tardíos. ¿Tenía formación en enología? Cuando empecé a trabajar no tenía ni idea de vinos. Lo más importante que sé lo he aprendido de Alois Kracher. A partir de ahí, he continuado aprendiendo con enólogos australianos y neozelandeses.
44 REVISTA MÁLAGA