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PINCELADAS Carta a
~ Pinceladas ~
Por Ana Sola Loja
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De qué sirve el colosal avance tecnológico si el ser humano interiormente no avanza ni una sola pulgada
Ramiro Calle
A pesar de que escribir una carta se considere ahora algo obsoleto, caduco, y para muchos hasta desconocido, pues tal vez si son muy jóvenes no escribieron ninguna, yo, el móvil, siento la necesidad de escribirte en la seguridad de que al ser tú tan inteligente, me vas a valorar y comprender.
Mi querida amiga Solera: me siento muy mal, pues no hay peor situación que ser el blanco de las críticas despiadadas de tanta gente que me desprecia hablando de mí fatal y prometiéndose que jamás me tendrá en sus manos.
Y yo me pregunto: ¿Qué he hecho yo pobre móvil para recibir tanto desprecio? Cada día soy más manejable, regalo más prestaciones, informo del tiempo, ruta de los autobuses, felicito a los seres queridos, organizo trabajo, “en mis tripas” está vuestro correo electrónico y el poder navegar por Internet, y por si todo eso fuera poco, os regalo actividades de esparcimiento, entre ellas una muy apreciaba por los mayores, jugar al montaje de fotos y unos collages la mar de graciosos y entretenidos.
Y algo a lo que tanto os negáis a entrar: recibo y mando whatsapp. ¿Habrá algo más alentador que recibirlos cuando esperamos saber cómo ha salido nuestro hijo, nieto u otro familiar de una prueba médica, o de un examen importante para su futuro. O que nos digan que ya ha nacido el nieto que esperábamos o que han aterrizado sin novedad en el destino lejano a donde iban nuestros seres queridos?
Permitidme que me defi enda. A todos mis detractores yo les digo que por esa misma razón tendrían que seguir viajando en diligencia, subir las escaleras para llegar a su piso, no ver la tele y conformarse con las charlas en la mesa camilla, guisar con leña o carbón, lavar las sábanas a mano, fregar el suelo de rodillas, comprar hielo para enfriar los refrescos, ah! Y seguir rigiéndose por las leyes que dictaron los Reyes Católicos o los visigodos.
Con todos mis respetos y sin ofender a nadie, espero que tú mi querida amiga “Solera”, publiques estas quejas en alguna de tus páginas, aunque sea en la última, pero que por favor pido que no me miren con tan malos ojos ni hagan gestos de desprecio cuando se habla de mi humilde estructura; que vean en mí lo positivo y que estén seguros de que al igual que han sabido resolver todos los problemas de su vida, los mayores también aprenderán con rapidez mi sencillo manejo. Y que conste que no me lleva más interés que el de proporcionarles mis humildes servicios pudiendo usarme de forma racional el tiempo que ellos deseen según sus gustos. Para eso están dotados de inteligencia y sentido común, para discernir haciendo el uso que deseen de mis múltiples prestaciones.
Agradeciendo tu amabilidad, te mando un fuerte, cordial y sincero abrazo.
Ana Sola Loja