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Recuerdos
Diego Del Águila Fernández.
En primer lugar, saludar a todos los vecinos de Massanassa y desearles las mejores Fiestas Patronales, dándoles las gracias a todas aquellas personas que durante tantos años han hecho posible esta gran continuidad y tradición de celebrar en estos días la Festividad de San Juan y a nuestro Cristo de la Vida.
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Como es lógico y normal no se podía pasar por alto el anuncio de nuestras fiestas, con este tan espectacular Libro que es La Terreta, tan querido por todos. Siempre hemos podido leer y recordar a Grandes Personas de Massanassa con escritos y fotografías antiguas.
El haberme atrevido a escribir estas líneas es más que todo, por la añoranza que siento y tengo por mi pueblo, Massanassa, así como a todos los conocidos, amigos y familiares que ahí conservo.
Mis primeros recuerdos empiezan en el año 1956, cuando destinan a mi padre, Antonio Del Águila Conchillo al Juzgado de Paz, llegando procedentes de Albox (Almería) junto con mi madre María Fernández Encinas. Con ellos también vino el hermano de mi madre Antonio y mis hermanos Luis que era el mayor (5 años), el que suscribe, Diego (2 años) y Antonio (9 meses). Con el tiempo ya nacen mis hermanos José María, Juan Bautista y Gumersindo.
Mis primeros juegos que puedo recordar, empiezan en una vivienda de la cual no recuerdo el nombre de la calle, pero sí que era la casa donde vivía D. Pascual el Medico. Era muy grande con patio y también con un sótano donde jugábamos los niños vecinos, que por cierto, eran mayores que yo casi todos. En mis recuerdos están los hermanos Julio y Rafa, Miguel y Juan José Martí y Abel que vivía enfrente. Al poco tiempo nos fuimos a vivir a otra casa en la calle Jaime Balmes.
En esta nueva calle nos encontramos con más niños y jóvenes, recuerdo a los hermanos Gimeno (músicos), los hermanos Vázquez (Vicente, Ventura, Juan de Dios y José Antonio) a su padre el Tío Ventura y a su madre la Sra. Dolores. Debajo de mi casa vivía tío Cariño y sus hijos Vicente, Isidoro (el boxeador) y Pepe. Enfrente, Vicente Soler y su hermana. Al lado, la familia Pons, con sus hijos María Amparo, José Vicente, María Jesús, Javier, las mellizas y otra que no recuerdo el nombre. Debajo vivían sus tíos Teresa
y Paco, que por ciertos, hacían unos turrones de cacahuete riquísimos. Junto a mi casa vivía la tía Amparín y sus hijos, Amparín, Manolet y Merche. Junto a ellos estaban la Sra. Reme y Pepe Vila, sus hijos Pepe y Antonio, sin olvidar el gran taller que tenía el tío Pepe Vila (el Atauter). Junto al taller llegaron el tío Rafael y la Sra. Fina y allí nacieron sus hijos Fina, Rafa y otros dos que no logro recordar sus nombres. Frente a su casa teníamos al tío Salvador Seguí con hijos ya mayores que recordamos por ser músicos de gran renombre. Junto al domicilio del tío Salvador vivía la Sra. Doloretes junto con su marido (recuerdo que trabajaba en el tranvía de Valencia), sus hijos mayores Antonio, Jaime, Mª Dolores y Tere. Al final de la calle teníamos el horno del tío Mariano y la Sra. Paqui, sus hijos Marianin, Rafa y Paquita. Con el tiempo se hicieron dos viviendas al final de la calle y pasaron a vivir el Tío Paco (Francisco Chisvert, que fue Alcalde de Massanassa) y la Sra. Reme, y allí nació su hija Reme. Por último, llegó a la calle la familia Rico con dos niñas si no recuerdo mal.
No podía olvidar a Alfredo Rodríguez Casañ (El Sevillano), venia todos los años con sus padres, el tío Alfredo y su madre.
Fue una calle muy divertida con muchos juegos de la época que practicábamos a las puertas de nuestras casas y también hacíamos algunas gamberradas.
De mis primeros amigos puedo citar a Rafael E. Morella Cubillos, con el que aprendí a montar en bicicleta por debajo del cuadro, con una bicicleta vieja con el manillar cacho y piñón fijo (difícilmente podría decir las veces que nos caímos, pero fueron muchas) En mi recuerdo tengo el primer día que fui a la Escuela de Dña. Manolita en las Escuelas Luis Vives, donde había muchos niños con sus mamas y un escándalo de casi todos llorando. Una vez en clase nos dieron maderitas de colores para que hiciéramos casitas y juegos.
Los primeros años de EGB con Don Emilio, con una clase de unos 35 alumnos, entre ellos mis compañeros que quiero recordar, Miguel Abellán, Vidal Villena, Corbí, Aparisi, Cortes, Jesús y Bartolomé Bou, Jesús (trabajaba de camarero y después monto un Bar), Ricardo (su padre trabajaba en un circo), Julio (vivía enfrente de las Escuelas), Emilio (vivía en Benetússer), Merchán, Sorribes, José (el Lolo), Furio, Agustín, (pido disculpas si no cito a otros, al no recordarlos en estos momentos).
También recuerdo bastantes “fuchinas” que hacíamos para salir al campo donde nos dedicábamos a jugar y coger frutas de temporada.
Después de unos años en las Escuelas Nacionales, mi padre consideró que tenía que cambiar a la Escuela de Don José María en la calle Resurrección y hablar de este maestro es decir una “gran persona” y gran educador, al que siempre tendré en mi recuerdo.
En la escuela de Don José María conocí a otros compañeros de clase recordando alguno de ellos: los hermanos Bartolomé y Pepe Romeu, Pepito Ramón, Siurana, Baixauli, Llacer, Espinosa, los hermanos Giner, Federico Alcoy, Roses, los hermanos Antulio y Pedro Pinza.
En esta escuela es cuando conocí a algunos de los que han sino los AMIGOS de toda la vida.
También hicimos los pinitos en la Escolanía de monaguillos con el cura Don José Alba (cuantas anécdotas se podrían contar) y nuestro “jefe” Enriquito, lo cierto y verdad es que estar de monaguillos nos valía para ausentarnos de clase para hacer entierros, y encima nos daban una peseta que en ocasiones se la quedaba Enriquito para el “Campamento de Ventamina”.
Hay cosas que por mucho tiempo que pase no se pueden olvidar, como son las PASCUAS y las MONAS, y por descontado a las PASCUERAS del ROGLE. Nosotros éramos once en la cuadrilla y en algunos años teníamos las mismas PASCUERAS, que si no recuerdo mal eran: Lodi, Vicenta Martínez, las hermanas Inma y Teresa, Josefa, Francisca, Vicenta Romeu, Fani, Ines y Paqui Puertes.
Bueno nada más queda citar a mis amigos de toda la vida, y digo toda la vida, ya que hasta la fecha continuamos siendo los amigos de siempre, haciendo nuestras comidas/ reuniones regularmente desde hace muchos años. Recordándolos me siento orgulloso: José Andrés Baixauli Moncholí, Francisco A. Pons Royo, José Luis Pérez Asins, Rafael Pérez Pastor, Eduardo Martínez Pascual, Miguel A. Catalá Codoñer, José Comes Olmos, Fco. Aurelio Martínez Comes, Francisco Sandemetrio, Vicente S. Pastor Codoñer y el que suscribe Diego Del Águila Fernández. Como decía al principio son RECUERDOS que no olvidaré nunca y quiero que sepáis que siempre he llevado y llevaré a Massanassa en mi recuerdo y mi corazón.
LA TERRETA ES TODO AQUEL QUE LA SIENTE Y NO LA OLVIDA
En recuerdo de todos aquellos que hoy por desgracia no pueden leer estas líneas, pero que siempre estarán con nosotros.
En Murcia, a 14 de abril de 2022