13 minute read

NUEVA INICIATIVA PARA CONSERVAR LAS TORTUGAS LAÚDES DE MAZAGÓN

NUEVA INICIATIVA NUEVA INICIATIVA PARA CONSERVAR PARA CONSERVAR LAS TORTUGAS LAÚDES LAS TORTUGAS LAÚDES DE MAZAGÓN DE MAZAGÓN

Advertisement

ASOCIACIÓN CHELONIA

Foto. ANTONIO JESÚS PÉREZ MÁRQUEZ

No es extraordinaria la presencia de la tortuga

laúd (Dermochelys coriacea) en aguas de Mazagón y su entorno. Así lo demuestran ejemplares apresados por nuestras artes de pesca, como el encontrado en la mañana del 1 de julio del pasado año 2020 cerca de la playa de Matalascañas, atrapado en una red de trasmallo, o el hallado a finales de ese mismo mes de julio enredado por el cuello y una de las aletas delanteras a las cuerdas de nasas utilizadas para la captura del pulpo. Ambas tortugas laúd pudieron ser rescatadas aún con vida. Pero, la primera de ellas no pudo superar las secuelas y heridas sufridas durante las horas que permaneció atrapada y murió al día siguiente en el Centro de Gestión del Medio Marino Andaluz (CEGMA), al que fue trasladada tras su rescate. Cuerpos ya inertes de otros ejemplares también arriban a nuestras costas, como se pudo observar en el puerto deportivo de Mazagón en octubre de 2017 o en la playa del Asperillo, ya dentro del entorno del Parque Natural de Doñana, en septiembre de 2016.

La tortuga laúd es la tortuga marina de mayor tamaño de las siete especies existentes; puede pesar hasta 900 kg y mide entre 1,20-2,10 metros de longitud. A diferencia de las otras tortugas marinas que tienen caparazones duros, la tortuga laúd presenta un caparazón más flexible, cubierto de una piel resistente con aspecto de cuero que cubre un tejido conjuntivo muy graso y un tejido óseo muy ancho. El dorso presenta 7 quillas longitudinales en lugar de las placas de otras especies.

Dorsalmente, son de color negro o azul oscuro, con manchas en tonos blanco o rosa y carecen de escamas o uñas en las extremidades. Su cabeza es grande y tampoco tiene escamas, pero presenta un pico queratinizado muy fuerte, con bordes lisos y en forma de W. Carece de dientes, pero la forma de su mandíbula y la presencia de unas papilas cónicas de distinto tamaño y dirigidas hacia el interior, en la boca y la garganta, favorecen la ingestión de sus presas principales, medusas y tunicados. Este tipo de papilas no están presentes en el resto de las especies, y es una característica asociada a su dieta especializada en el consumo de medusas y otros invertebrados gelatinosos. Es interesante resaltar que no se ven afectadas por las toxinas de medusas. La disponibilidad de alimento puede justificar que estos animales se alimenten en aguas frías, con temperaturas de hasta 10-12 grados centígrados.

Otra diferencia de Dermochelys coriacea con el resto de tortugas marinas es que tiene cierta capacidad endotérmica; es decir, que pueden mantener su temperatura corporal por encima de la del agua circundante y toleran una amplia gama de temperaturas. Esto les permite alcanzar latitudes superiores al resto de las tortugas y por ello su distribución geográfica es más amplia y ocupa ecosistemas más diversos. Además, presenta unas aletas anteriores proporcionalmente más largas que las de sus congéneres, que le permiten grandes navegaciones transoceánicas, por lo que es una gran nadadora.

Las crías, tras abandonar las playas de nacimiento, se alimentan durante largos periodos de los restos de

vitelo del desarrollo embrionario, y según van creciendo ocupan zonas pelágicas y su dieta se compone ya de presas gelatinosas Los juveniles crecen muy deprisa y podrían madurar antes que otras tortugas marinas. Otra diferencia es que no cambia el tipo de dieta cuando pasan de juveniles a adultos.

Es la tortuga marina con una distribución geográfica más amplia, que incluye el Atlántico, Índico y Pacífico; entrando esporádicamente en el Mediterráneo. Incluso llega hasta aguas circumpolares o a las frías aguas al norte de la península Escandinava. De hecho, se encuentra entre los animales más migratorios del planeta pudiendo viajar hasta 16.000 km o más cada año. Además, son principalmente oceánicos y bucean a grandes profundidades (hasta 1500 metros).

Los adultos de esta especie se mantienen en las áreas de alimentación donde hay alta concentración de alimento y solo acceden a las zonas costeras en la estación reproductora. Las áreas de alimentación de tortuga laúd se han identificado en el Atlántico Norte, desde las islas Canarias, Mediterráneo y Cantábrico hasta latitudes más altas como Gran Bretaña, Irlanda, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Alemania, Noruega, Suecia y Canadá. En épocas cálidas, los individuos grandes suelen desplazarse hasta latitudes altas; pero, en épocas frías buscan su alimento en aguas tropicales. Las crías y juveniles se mantienen en aguas oceánicas por encima de 26º C (áreas tropicales y subtropicales). En España, es la segunda especie de tortuga marina más común en nuestro litoral. Principalmente, se trata de individuos de gran tamaño (juveniles grandes o adultos) y en el Mediterráneo parecen concentrarse en áreas específicas, más que distribuirse aleatoriamente.

Su reproducción es estacional y suele coincidir con la época húmeda y cálida de su lugar de anidación. A nivel Atlántico, se sitúan en zonas tropicales americanas, entre febrero-julio y en la costa atlántica africana (Gabón), la anidación ocurre entre noviembre-marzo. Los apareamientos también tienen lugar en aguas cerca de las zonas de anidación. La época de puesta suele durar unos 4 meses y, durante ese periodo, cada hembra puede realizar entre 3 y 11 nidos, saliendo a la playa cada 9-11 días.

No se conoce a qué edad alcanzan la madurez sexual, pero se estima que es entre los 9-14 años. La tortuga laúd solo sale a tierra a anidar, y normalmente lo hacen por la noche. Las hembras adultas excavan sus nidos, de unos 60-100 cm de profundidad, en playas arenosas con plataforma continental reducida, acceso fácil y libre de rocas o corales abrasivos;

normalmente son costas con corrientes fuertes y oleaje alto. En los nidos, depositan entre 60-100 huevos blancos. De ellos, unos 80 huevos tienen yema y son del tamaño de una bola de billar y otros son los denominados “huevos falsos”, característicos de esta especie. Estos falsos huevos no tienen yema ni embrión, solo están rellenos de albúmina. Son más pequeños, tienen formas variables y parece que ayudan al desarrollo embrionario, protegiendo a los huevos reales de la depredación, reduciendo la penetración de arena entre ellos y facilitando la complicada ascensión de los neonatos desde el fondo del nido hasta la superficie de la playa.

La incubación dura 50-78 días, de media unos 65 días, a unos 29.5ºC y, como en el resto de especies de tortuga, el sexo en las crías depende de la “temperatura pivote” (el punto donde la proporción de sexos es 1:1). Si las temperaturas son más altas se acelera el desarrollo y si se dan en el segundo tercio de la incubación, se producen más hembras. Sin embargo, ambientes más fríos retrasan el proceso y favorecen la aparición de más machos. Tras salir del nido, los neonatos se desplazan sin descanso sobre la arena hasta alcanzar el mar. Los machos no saldrán a tierra firme durante el resto de su vida.

Esta especie suele dejar pasar 1-3 temporadas de reposo, antes de reproducirse de nuevo. Aunque siempre vuelven a su zona de nacimiento para anidar, en estos periodos de descanso reproductor pueden desplazarse miles de kilómetros. En la tortuga laúd, a diferencia de otras tortugas marinas, la fidelidad por la zona de anidación no es tan importante y los nidos se pueden distanciar, en la misma temporada, cientos de kilómetros entre sí. En el caso de los machos, se cree que se aparean todos los años, aunque se carece de información todavía al respecto.

Las áreas de puesta más importantes de esta especie, en el Atlántico, se concentran en centro y sur de América, principalmente en la Guayana; pero, también destacan playas de Centroamérica, desde Costa Rica hasta Colombia. Se han registrado también en el Atlántico oriental diversos lugares de puesta entre Mauritania y Angola; pero las mayores concentraciones de hembras reproduciéndose se localizan en Gabón (Fretey, 2001; Carmiñas, 2008).

Esta especie está clasificada como Vulnerable a nivel global, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Durante el siglo pasado, sus poblaciones sufrieron un declive muy importante en las principales zonas de anidación. Las principales amenazas para esta tortuga son: la captura accidental en artes de pesca industriales y artesanales, la contaminación del mar y las playas, la caza de hembras y el expolio de nidos en zonas de anidación. Además, pueden confundir a sus presas habituales (medusas) con los plásticos arrojados al mar y su ingestión les provoca serios trastornos digestivos e incluso la muerte.

En el Pacífico, la situación para la tortuga laúd es crítica. La población anidante en esta zona se redujo de 10.000 hembras por año, en los años 50, a menos de 100 en 1995, lo cual supone una pérdida del 99% de la población en medio siglo (Chan y Liew, 1996). Según Mast y Pritchard (2006), en las últimas décadas, las tres principales zonas de anidación en México, Costa Rica y Malasia han sufrido un descenso del 90 %. En el atlántico africano y algunas zonas del Caribe la situación no es muy conocida, pero hay razones para pensar que puede no ser saludable (Mast y Pritchard, 2006). Sin embargo, en las últimas décadas ha habido una ligera recuperación en algunas de las zonas de anidación de la tortuga laúd más próximas al litoral español, lo cual justificaría un leve aumento de esta especie en nuestras costas (Witt et al., 2009; Marco et al., 2009).

De hecho, la tortuga laúd es la segunda especie de tortuga marina más común en aguas españolas (Camiñas, 1998), tanto del Atlántico, donde se menciona su reproducción esporádica (López-Jurado, 1992); como del Mediterráneo, donde se tiene constancia de su presencia en todas las subcuencas mediterráneas (Camiñas, 1998 y 2002). A pesar de ello, no se dispone de datos actuales y fiables sobre la abundancia de estas tortugas en todo el litoral español. Para remediar esa situación, desde la Asociación Chelonia se está llevando a cabo el proyecto “Actualización del estado de conservación de la tortuga

laúd en el Atlántico español como contribución a la Estrategia de conservación de tortugas marinas de

España”. A través de este proyecto, que cuenta con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, se

pretende actualizar información sobre los impactos de las actividades humanas sobre la especie, buscar metodologías que permitan prospectar su abundancia en el golfo de Cádiz por medio de censos en embarcación, promover la implicación de sectores que interaccionan con ella, así como sensibilizar a la sociedad civil sobre esta especie carismática y sobre las tortugas marinas que se registran en aguas españolas. contribuir a frenar la pérdida de biodiversidad y reducir los impactos negativos que nuestras actividades tienen sobre el medio. La riqueza biológica de esta región presenta grandes oportunidades para un modelo de desarrollo sostenible que convierta a Mazagón y al golfo de Cádiz en su conjunto en ejemplo de gestión equilibrada del medio marino y costero y a especies emblemáticas como la tortuga laúd en abanderadas de este manejo y custodia del territorio.

IMPORTANCIA DE LOS RESULTADOS DEL PROYECTO E IMPLICACIONES POSITIVAS QUE SE DERIVARÍAN PARA EL GOLFO DE CÁDIZ, MAZAGÓN Y SU ENTORNO.

El golfo de Cádiz presenta unas condiciones ecológicas muy características que inciden en una gran riqueza y producción biológica y en la presencia de especies carismáticas, como la propia tortuga laúd. Los resultados del proyecto contribuirán a mejorar el conocimiento sobre esta especie altamente migratoria, de forma que puedan ser aplicados para una gestión más sostenible del medio marino. La implicación y sensibilización del sector pesquero comercial y recreativo que opera en el golfo de Cádiz es de gran importancia para la conservación y conocimiento de la tortuga laúd y otras especies amenazadas que interaccionan con las artes. La conservación de estas especies puede beneficiar al propio sector y promover un desarrollo local más equilibrado, fortaleciendo al mismo tiempo los objetivos marcados en la Estrategia de conservación de las tortugas marinas de España; siendo el golfo de Cádiz un punto de especial interés por ser una zona de alimentación y paso de tortugas marinas (tortuga boba y tortuga laúd, principalmente) que entran y salen del Mediterráneo. El conocimiento y la sensibilización de los usuarios del mar y de la sociedad en general sobre estas especies y los papeles que juegan en los océanos es esencial para un desarrollo local y regional equilibrado y

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Antworth, R. L., Pike, D. A., Stiner, J. C. 2006. Nesting ecology, current status, and conservation of sea turtles on an uninhabited beach in Florida, USA. Biol. Conserv., 130: 10- 15. Camiñas, J.A. 1998. Is the leatherback (Dermochelys coriacea Vandelli, 1761) a permanent species in the Mediterranean Sea? Rapp. Comm. Int. Mer Medit., 35: 388-389. Camiñas J.A.2002. Estatus y conservación de las Tortugas Marinas en España. En: Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles de España (Pleguezuelos, J.M., R. Márquez y M. Lizana, eds.). Dirección General de Conservación de la Naturaleza-Asociación Herpetológica Española (2ª impresión). Madrid. Camiñas. J.A. 2008. Las tortugas marinas en aguas españolas. Situación actual, problemática y medidas de conservación. Conservación y Gestión de la Biodiversidad Marina en España, Vigo, 22-26 de septiembre de 2008 Chan, E. H., Liew, H. C. 1996. Decline of the leatherback population in Terengganu, Malaysia, 1956-1995. Chelon. Conserv. Biol., 2: 196-203. Dutton, D. L., Dutton, P. H., Chaloupka, M., Boulon, R. H. 2005. Increase of a Caribbean leatherback turtle Dermochelys coriacea nesting population linked to long-term nest protection. Biol. Conserv., 126: 186-194. Fretey J., 2001. Biogeography and Conservation of Marine Turtles of the Atlantic Coast of Africa/Biogeographie et conservation des tortues marines de la côte atlantique de l’Afrique. CMS Technical Series Publication nº 6, UNEP/CMS Secretariat, Bonn, Germany. Marco, A., Patino-Martínez, J., Ikaran, M., Quiñones, M. L. 2009. Tortuga laúd – Dermochelys coriacea. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Marco, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. Mast, R. B., Pritchard, P. C. H. 2006. The top ten burning issues in global sea turtle conservation. Pp. 12-13. En: State of the World’s Sea Turtles, vol I. Washington, DC, USA. Witt, M. J., Baert, B., Broderick, A. C., Formia, A., Fretey, J., Gibudi, A., Moussounda, C., Mounguengui, G. A., Ngouessono, S., Parnell, R. J., Roumet, D., Sounguet, G.. P., Verhage, B., Zogo, A., Godley, B. J. 2009. Aerial surveying of the world’s largest leatherback turtle rookery: A more effective methodology for large-scale monitoring. Biol. Conserv., DOI: 10.1016/j.biocon.2009.03.009.

This article is from: