6 minute read

POEMAS

Advertisement

Foto: JUAN CARLOS ORDÓÑEZ.

PABLO TORNERO

CARIBE

Dulce amanecer en mis turbulentos mares. Toda mi vida te tendré en mis cansadas manos, en mis vencidas arterias y en este mundo que conforma mi corazón. Mis besos ansían tu piel de rosas y muslos que huyen. Necesito verte aunque sea solo para pensar que estoy vivo. Te mando besos que son el son de mis nervios y venas.

MEMESIS

Mi boca busca anhelante tu cuello de gacela salvaje entre trinos de pájaros de la noche. Y se refugia en tu boca de niña perdida anhelante y soñadora. Mientras , mi corazón, como alondra matutina, rompe sus ritmos para encontrarte , ahí y aquí, en el universo de los poetas. Es tu ritmo de sombras, entre nenúfares vírgenes, quien me hace sonar la vida. ¿Qué es más que tú? Sin el tú de tus labios y tus ojos entre mis neuronas enamoradas y latiendo siempre entre la razón y el corazón. Te quiero entre estanques de vida. Repletos. Desbordados. Para poder existir entre el cielo y el mar.

Foto. ANTONIO JESÚS PÉREZ MÁRQUEZ

DESASOSIEGO

Y me buscarás y no estaré y me llamarás y no estaré. Y cuando estés con alguien en frío amor siempre me recordarás. Y cuando la soledad te hiera en tristes madrugadas, no me tendrás para agarrarte y refugiarte en mí. Y tu corazón se helará y tus manos temblaran sin las mías. Y no tendrás amaneceres de pensamientos hermosos. No retendrás las primaveras en besos y sonrisas. No supiste amar lo único amado. Perdiste. Mala jugada , amor, mala jugada.

LIBERTAD

Me enamoré de ti. Quería más. Que estuvieras en las horas de sol y de tormentas. De dichas y desdichas. De cuando las primaveras se vuelven inviernos. De que en la calle fuéramos mucho más que dos. De cuando mis piernas temblaran me levantaras. De cuando mi corazón se desbocara tuviera tus labios generosos. De que nos sentaramos frente al mar, en silencio, y estuviésemos así ,horas. Que cuando me llamaras por mi tono de voz, advirtieras si estaba triste o alegre. Que aunque no estés, estuvieras a mi lado cuando escribo, cuando río, cuando lloro o cuando tengo frio en el alma.

INSTANTES

Y ser capaz de encontrar la belleza en un museo. En una taberna. Y nunca beber vino amargo. Y cantar a la vida y a la muerte. Y nunca arrepentirse de nada. Y hacer del pecado una virtud. Y hacer kilómetros sin rumbo y a la deriva. Y pensar que un hombre y una mujer son una creación de la vida. Y nunca dejar de soñar. Para que el mundo sea siempre nuestro. Y ser confesor y confesado. Y cómplices en vivir.

OJOS ETERNOS

Quisiera tocar tus ojos. Y sentir tus manos. Y besar tus pezones erectos por la brisa del mar. Y estudiar tus muslos de nácar embravecidos mientras mi lengua voraz atraviesa tu cuerpo de sirena, entero, sin ataduras. Y sentir tus fluidos en mi alma de arriba hasta abajo. Y que tus besos fueran la luz en esta noche tan oscura. Para hacerme entender que vivir es un privilegio.

ISIS

Entre otoños y días grises, tristes como mis presentes horas, te pienso y te ensueño. Compañero de duros momentos en los que nunca me faltaron tus ojos cómplices. Compañero de decisiones cuando el viento soplaba en contra. Y de alegrías cuando bailabas alrededor de mis gozos y esperanzas. Siempre leal y delicadamente presente. Compartidor de diferentes paredes y colores, siempre a mi lado y expectante de mis buenos o malos humores. Y último bastión vital a la ida o a la vuelta de mis andanzas, y con esa grandeza que dimana de ser correctamente fiel. Cuánto hemos vivido juntos. Nadie como tú, lo sabe. Me vas a dejar con ese tremendo dolor que solo provoca el desamor. Pero se que vas a un horizonte feliz. Un horizonte de estrellas gatunas que preside Isis y donde compartirás todo lo mágico que tenéis los gatos. Tus ojos seguirán vislumbrando lo mágico de lo hermosamente desconocido. Y con ET, la luna y el Mago de Oz, harás también, igualmente feliz, los sueños inmortales. Me vas a hacer mucha falta para vivir. Me vas hacer mucha falta para soñar.

UTOPÍA

Y caminó entre mangos, jazmines y rosas. Y sus ojos de azabache atravesaron la noche y se posaron en mi estrella. Y sus pechos acariciaron las nubes de mis venas para quitar mis soledades. Y como una Diosa me llevó a su lado atravesando el corto océano de sus pestañas. Y sentí muy cerca su risa de simsonte y su olor de trópico perdido. Y me sumergí en sus muslos de sirena con un estremecimiento de miles de gaviotas. Para hacerme eternamente feliz.

COVID MARINO

He de morir sin amor. Ningun labio besara los míos. Y el frío será mi compañero entre las batas espureas. ¿Habrá estrellas en el cielo? ¿El mar seguirá siendo turquesa? ¿La guitarra seguirá sonando? Si necesito algún bar abierto de sueños, ¿estará entre las nubes? ¿Y la risa seguirá siendo compañera? La voz amiga se irá entre los pinos alados y su olor se hará luz.

This article is from: