Foto: JUAN CARLOS ORDÓÑEZ.
PABLO TORNERO
CARIBE Dulce amanecer en mis turbulentos mares. Toda mi vida te tendré en mis cansadas manos, en mis vencidas arterias y en este mundo que conforma mi corazón. Mis besos ansían tu piel de rosas y muslos que huyen. Necesito verte aunque sea solo para pensar que estoy vivo. Te mando besos que son el son de mis nervios y venas.
MEMESIS Mi boca busca anhelante tu cuello de gacela salvaje entre trinos de pájaros de la noche. Y se refugia en tu boca de niña perdida anhelante y soñadora. Mientras , mi corazón, como alondra matutina, rompe sus ritmos para encontrarte , ahí y aquí, en el universo de los poetas. Es tu ritmo de sombras, entre nenúfares vírgenes, quien me hace sonar la vida. ¿Qué es más que tú? Sin el tú de tus labios y tus ojos entre mis neuronas enamoradas y latiendo siempre entre la razón y el corazón. Te quiero entre estanques de vida. Repletos. Desbordados. Para poder existir entre el cielo y el mar.
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