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Rituales íntimos. Entrega del Cristo de las Claras
El acto de adoración del Lignum Crucis en la mañana del Jueves Santo
José Luis Durán Sánchez
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La Semana Santa es el tiempo fuerte por antonomasia del calendario católico. Los desfi les procesionales conviven con la rica liturgia de la Iglesia y también con los ritos y tradiciones propias de cada cofradía. De esta forma, son frecuentes los besapiés, los traslados y entronización de imágenes por parte de las distintas Hermandades y Cofradías de la Semana Santa murciana.
Durante la mañana del Jueves Santo tiene lugar el Traslado del Cristo de Santa Clara desde el Convento hasta la Iglesia de San Bartolomé y como primer acto del mismo se celebra un acto de adoración de la reliquia del Lignum Crucis en el interior del Convento de Santa Clara.
Desde la fundación de la Hermandad, la salida del Cristo de Santa Clara del Convento ha tenido una especial signifi cación tanto para la Comunidad de religiosas clarisas como para la Cofradía. En los primeros años se realizaba un sencillo acto de adoración en el interior del Convento conjuntamente por la comunidad religiosa y por los estantes encargados de sacar la imagen de la clausura. Posteriormente, con la donación de la reliquia del Lignum Crucis por parte de la Familia Villena, el acto de oración y adoración de la Cruz se trasladó al interior del templo con el fin de que todos los miembros de la hermandad pudieran participar en el mismo. Con este cambio, si bien se ha perdido inevitablemente algunas de las singularidades del acto originario en el interior de la clausura del Convento, sin embargo, no se ha visto alterado su carácter íntimo y profundamente devoto.
La imagen del Cristo de Santa Clara se sitúa justo delante del monumento que la comunidad de religiosas de Santa Clara ya tiene preparado para la noche eucarística del Jueves Santo, mientras que es la reliquia del Lignum Crucis la que ocupa el centro del presbiterio.
Esta reliquia estuvo en manos de la familia Villena desde el Siglo XIX, pasando a la Cofradía en 2011 por donación de su propietaria, Doña Isabel Villena Ramírez, actual camarera de la reliquia, dándosele culto público desde entonces todos los Jueves Santos.
En el acto de adoración tiene una particular importancia la música. De esta forma, el acto comienza con el canto gregoriano de las Letanías de los Santos y la adoración individual del Lignum Crucis se acompaña con el canto de los Improperios conforme a la composición de Tomás Luis de Victoria. En la adoración participaban en principio los cofrades a los que, con el tiempo, se han ido añadiendo numerosos familiares y un creciente número de fi eles.
Termina el acto con el traslado del Stmo. Cristo de Santa Clara desde el interior de la Iglesia Conventual hasta el patio del Convento donde se realiza su entronización. Como última pieza musical suele interpretarse el Canto de la Pasión de Orihuela que anuncia lo que sucederá justo a continuación con el Traslado del Cristo de Santa Clara y posterior encuentro con la Stma. Virgen de la Soledad de la Cofradía del Santo Sepulcro: Jueves Santo. De mañana, antes de salir el sol, iba el Rey de las almas, contemplando en su Pasión con la Reina soberana.
Con ello termina el acto de adoración del Lignum Crucis dentro de la Iglesia Conventual y comienza el Traslado, donde la Reliquia será portada bajo palio y escoltada por señoras con mantilla española hasta el interior de la Iglesia de San Bartolomé.