SALUDA Antonio Munuera Alemán Nazareno del año
Como anillo al dedo viene el nombre de esta revista al tiempo que vivimos. Todos somos “La Procesión” que nos hace ser nazarenos en Murcia. Procesionar es uno de los verbos más bonitos que se incluyen en el nuevo panocho murciano, quiere decir algo así como: ir, sentir y volver en Cristo. Ir al tiempo nuevo de las calles renovadas por la ilusión. Os lo dice este humilde Nazareno del Año 2022 que está como un crío pequeño con zapatos nuevos, deseando sentir el calor de la gente viendo pasar la procesión. Volver, porque hay que volver, siempre dando gracias a Dios y a su Madre de la oportunidad que nos dan. Peregrinos en la tierra somos y peregrinos seremos buscando en cada procesión, parte del alma que debemos hallar en la felicidad de ser nazarenos. Este tiempo nuevo nos ha hecho entender muchas cosas. Podremos ser muchas cosas pero sin Semana Santa en la calle, estamos huérfanos de todo y por todo, volver es la única forma de sanar esas heridas que no sabemos cómo curar.
Todo es saber despachar la alegría con el encuentro, la espera con la angustia de un calendario que nos dice sí pero no, a cada momento. Soñar nos convierte en nazarenos del mañana viviendo en el tiempo de hoy. Es decir, luchando con todo y por todos para regresar a esos lugares que hacen que nuestra Semana Santa se clave como una daga en el corazón. Podremos tener más o menos defectos, pero tengo claro que la ciudad no entendería su forma de ser, sin nuestras procesiones. Sin esta forma de querer y sentir que es tan distinta que podríamos calificar de única y especial. Se pone en marcha “La Procesión”. ¡A la calle! La puerta se abre y solo puedo llorar. Se fueron muchos, vinieron menos. Pero Dios sigue estando en la Cruz y su Madre en un Trono para decirnos que la Semana Santa eleva el alma al cielo. Un fuerte abrazo.
LOS CULTOS: SALUDA | 11ANTIGUO ESPLENDOR | 11
La sal será la música procesional. Las vísperas entre nuevos nervios y amigos que son amigos, porque cuando se sufre la amistad se fortalece hasta límites insospechados.