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Se nos fue nuestro querido Arcadio
D. Arcadio Arregui Rangel, Pbro. Capellán Honorario de la Hermandad de la Vera+Cruz
Foto: Manuel Ortega
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El pasado día 2 de enero, la Hermandad vivió uno de los días más tristes de los últimos años cuando se nos fue don Arcadio, nuestro capellán honorario.
Desde 2004 nuestro querido don Arcadio venía participando de forma muy activa en todas las celebraciones de la Hermandad, predicando en nuestros triduos y celebraciones, oficiando la misa del sábado por la tarde, a la que tenía especial cariño ya que fue una apuesta de la propia Hermandad y un ferviente deseo de él mismo y su familia, para que no se perdiera el culto en el templo de San Agustín y se pudiera atender a las necesidades de la feligresía.
A lo largo de tantos años han sido numerosas las vivencias que hemos disfrutado a su lado. Un acto muy entrañable fue la celebración de su 50 aniversario de sacerdocio en 2007. Por su integración en la vida diaria de la cofradía, a la que tanto afecto profesaba, al año siguiente fue nombrado capellán honorario. Don Arcadio asistía a casi todos nuestros actos y celebraciones (pregones, cenas de hermandad, etc.). Con la sencillez que le caracterizaba, siempre tenía las palabras oportunas para orientarnos espiritualmente. Siempre recordaremos la emoción que sentía junto a su hermana Amparo cuando esperaban en el templo de San Agustín la llegada de las imágenes una vez restauradas.
Dentro de las vivencias que nos vienen ahora a la memoria, fue especialmente grata la misa de despedida que dedicó a nuestra querida Hermandad del Dulce Nombre, con motivo del regreso a su restaurado templo de Santo Domingo. Fueron muchas las homilías, cortas pero muy intensas, que los sábados pudimos disfrutar. Entre todas ellas hoy queremos recodar una de las últimas que pronunciara en la festividad de la Exaltación de la Cruz del pasado año, cuando nos hizo ver la importancia de ser hermano de la Vera Cruz y el significado de la Cruz.
Comenzó sus estudios en el Seminario Menor de Sanlúcar de Barrameda, más tarde cursó estudios de Filosofía en Sevilla, para terminar en Málaga donde realizó la carrera de Teología y se ordenó sacerdote el 21 de septiembre de 1957. Posteriormente sirvió en las parroquias de Algatocín, Jubrique, el Socorro de Ronda y Frigiliana. También fue profesor de religión en el Colegio Libre Adoptado de Nerja, director espiritual y capellán del Colegio Mayor Mediterráneo de Málaga, asesor religioso de la OJE de Málaga, capellán del Colegio Menor Mediterráneo en Málaga, capellán de las religiosas de la Asunción de Málaga, Juez Pro-sinodal “ad decenium”, representante del Clero en el C.A.E, director de la Residencia de San Pablo, ecónomo del Seminario, y Administrador Diocesano y rector de la Iglesia del Santo Cristo de Málaga. Perteneció a nuestra hermandad y a la de los Estudiantes de Málaga.
En definitiva, una carrera larga e impecable que, como todo lo que hacía, siempre estuvo impregnada de cariño, entrega absoluta y amor, como el que sintió por nuestra hermandad y la Iglesia de San Agustín, solo comparable con al extraordinario cariño que profesó a sus hermanos y familia.
Estamos seguros que, desde el cielo, junto a su madre María Rangel y su hermano Joaquín, dos grandes cruceros, estará viendo satisfecho su iglesia de San Agustín, completamente restaurada, y se le dibujará una sonrisa al contemplar la enorme afluencia que la visitaron para admirar el Belén de la Hermandad, que este año se había realizado como a él le gustaba, con las casas y monumentos de su querida Osuna.
José Manuel Torres Rivera
Hermano Mayor de la Hermandad de la Vera Cruz