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Pregón de las Fiestas Patronales 2017

Susana López Gómez

“He aquí la esclava del señor, hágase en mí según su palabra.” Palabras sencillas de una mujer sencilla en una humilde casa de Nazaret. “He aquí”, palabras que encierran en sí un acto de servicio, un acto de entrega, un acto de presencia. Allí estaba presente en su momento, en el momento en el que el Señor la eligió a Ella, si a Ella, de entre todas las mujeres fue Ella la elegida. María, María pequeña María, María de Nazaret. He aquí, he allí, en ese lugar, en ese momento, en ese mismo instante estaba el comienzo de una historia, de una gran historia que traería al mundo a Jesús. He aquí, he allí en aquel mismo instante el “Verbo se hizo carne”; el verbo haber cobraba vida para que esa sencilla mujer se entregará en cuerpo y alma a Él, al Señor, a su Dios. He aquí, he allí María presente tú entre todas las mujeres. María, he aquí, hoy con nosotros para que esta sencilla mujer esté tan presente como tú estuviste y sepa traer al pueblo de Osuna las más hermosas palabras para engrandecer tu nombre. María, he aquí conmigo en esta noche para que tu nombre se haga grande y pueda transmitir la grandeza de tu ser María, he aquí hoy más que nunca para poder decirle a mi pueblo como me has acompañado, siempre y que pueda engrandecerte a ti María en tu advocación consuelo. He aquí Consolación de osuna junto a esta humilde servidora que esta noche os traerá, a través de sus palabras, la expresión de una Fe, de una pasión, y de un amor incondicional por Ella. Osuna, madre mía de Consolación, he aquí.

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Reverendo párroco de Consolación don Juan. Señora Alcaldesa de Osuna Señora hermana mayor de mi hermandad de Consolación y muy amiga mía Mari Señor Presidente del consejo de hermandades de penitencia y gloria de Osuna Señor hermano mayor de la hermandad del santísimo Cristo de la Paz y María Santísima del Mayor Dolor. Representantes civiles Representantes de las distintas hermandades de penitencia y gloria de Osuna. Querida junta de gobierno y amigos de mi hermandad de consolación. Familia Amigas y amigos de siempre Compañeros y amigos scout de Sevilla Lolo y Martina agradecida por vuestra presencia. Buenas noches.

Antes de todo, me vais a permitir agradecer a mi presentadora tan bellas palabras que ha tenido hacia mi persona. Hace ya más de 18 años que mi hermana mayor y su marido me hicieron el gran regalo de ser tu madrina. Yo casualmente tenía la misma edad que tú tienes ahora cuando tu padre y tu madre confiaron en mí esa labor. Depositaban en mí con confianza plena la misión de ser tu guía espiritual, tu tutora en la Fe, tu compañera ante las adversidades, y tu cómplice en las risas, alegrías y también sin duda en la tristeza. Me encomendaron la labor de guiar tus pasos; de ir sembrando junto a ellos una semilla en tu corazón. Y como no podía ser de otra manera fue delante de Nuestra Virgen de Consolación donde recibiste el bautizo. Delante de ella te presentamos a la Comunidad Cristiana.

Mis brazos fueron entonces el regazo de tu llanto cuando sentiste el agua caer sobre tu cabeza; y el sonido de mi voz fue el que te calmo. Mis palabras en ese momento te prometían que no pasaba nada, que estuvieras tranquila, que habías tenido la gran suerte de haber nacido en esta nuestra familia, una familia en la que nunca te faltaría el Amor. Mis palabras te prometían que entre mis brazos encontrarías siempre la paz y la serenidad. Te prometían que siempre estaría contigo. Y ¿sabes que? Yo sabía que no me equivocaba; porque no era ni en tus padres, ni en tu familia, ni siquiera entre mis brazos, donde encontrarías el consuelo, sino en Ella. Gracias, madre, gracias porque aquel día de su bautizo hiciste mío tus brazos para darle tu consuelo Gracias, madre, gracias porque aquel día hiciste mío tus labios para regalarle tus besos Gracias madre, gracias porque aquel día me prestaste tu voz para tranquilizarla y relajarla. Gracias madre, gracias porque hoy han sido sus palabras las que me han traído a esta parroquia y me han presentado ante ti. Gracias madre, gracias; y gracias Susana a ti.

Cuando me dieron la noticia de que este año sería la pregonera de las fiestas en honor a Nuestra Virgen de Consolación, paso por delante de mí en cuestión de segundos toda mi vida, como en pequeñas viñetas o sencillas imágenes de un cuento infantil. Y aquella misma noche tuve claro como empezaría mi pregón. Empezaría como a mí me gustan las cosas. Con sencillez. Con palabras suaves como la piel de un bebé. Con entonaciones casi fantasiosas, susurradoras y acuñadoras de sueños infantiles. Con canciones de notas simples pero cargadas de mucha energía. Así con miradas de complicidad, con expresiones teatrales y faranduleras, con alegorías, con protagonistas reales, y otros personajes ficticios casi sacados de cuentos.

Porque no hay oído más sincero ni mirada más dulce que la de un niño. Y no hay voz más bonita que la de una madre al contar un cuento. Y así, comencé a escribir…. Érase una vez un pueblo de la campiña Sur de Sevilla. Un pueblo con historia escrita desde ya tiempos fenicios atrás. Una villa Ducal con olor a aceitunas en sus campos y con calles embellecidas con señoriales palacios. Un pueblo engalanado de bella Semana Santa y aireado con alegrías y sevillanas de una feria de mayo. Allí en este pueblo, Osuna, en una humilde y trabajadora familia, miembros partícipes de la parroquia de consolación y hermanos en activos de la hermandad que avoca su nombre, vine a nacer yo, una pequeña niña, la tercera de mis hermanos. Ya desde el interior de mi madre yo podía escuchar un nombre continuo. María de Consolación. Y cuando mi padre acariciaba el vientre de mi madre ya me transmitía su sentir por ti. Mi primera salida fue a verte a ti, a mi segunda mamá, tal y como te llamaba mi madre. Con sólo días ya me subieron a tu camerino para darte las gracias por esa nueva criatura que había llegado a su hogar. Mi bautizo también lo recibí delante de tu siempre atenta mirada. Susana maría López Gómez de Consolación eligieron para mí como nombre. Para así no olvidar nunca de dónde soy. Porque sin duda alguna, esté donde esté siempre de consolación, soy. Porque Ella siempre me guarda bajo su manto. Me da su consuelo cuando más lo necesito. Me guía siempre mi camino. De consolacíon nací De consolación aprendí mis primeros pasos De consolación recibí la catequesis, la comunión, la confirmación Y de consolación salí un día para alzar el vuelo, crecer, volar, soñar… Y aunque esté lejos, aunque el destino me haya llevado a otra ciudad, aunque la distancia física se haga latente entre tú y yo… De consolación soy, de consolación me siento y a consolación vuelvo.

Mi niñez es recuerdo de una parroquia viva. De un grupo de adultos que junto a su familia trabajaban por esta hermandad. Mi niñez es recuerdo de un templo correteado por una pequeña pecosa con gafas, que subía y bajaba por los escalones del altar mayor mientras el cura daba la misa. Mi niñez es recuerdo de horas y horas pasadas en la casa de la sacristana, mientras mi madre y mi padre, en aquellos años 80 hermano mayor preparaban tus fiestas. Mi niñez es recuerdo de novenas jugando en la puerta de tu parroquia, de niños y niñas preparando las flores que venderíamos en tu besamano. De tardes de septiembre limpiando en casa la cera de los candelabros de tu paso. Mi niñez es recuerdo de noches de 7 de septiembre preparando tu paso, de madrugones el día 8 para seguir montándolo, y de almuerzos de convivencia entre risas y algún que otro canto. Mi niñez es recuerdo de una pequeña bajo la falda de nuestra camarera mientras elegía tu vestido para salir bien guapa a la calle. -Lola ¿me dejas que la vista? -A Ella no, pero si al niño Jesús. Toma cógelo entre tus manos Mi niñez es recuerdo de una voz ronca de maestro Don Carlos y de unos niños atentos a sus historias sobre Ti. Carlos cuéntame otra vez ¿cómo fue?, ¿cómo llegó Ella aquí? Fue en el 1624, el 29 de abril, cuando los pueblerinos quisieron hacer patrona de la villa a esta imagen en virtud de los milagros alcanzados por su mediación cuando asoló a la villa el terrible mal de la peste. La imagen fue traía de Inglaterra por un duque de osuna en tiempos de la reforma protestante de Enrique VIII. La Virgen recibió culto en la desaparecida ermita de San Antón, que se alzaba donde hoy reside el cerrado teatro Álvarez Quintero. Dos siglos después un 24 de Mayo de 1881 es cuando los carmelitas volverían a promover la devoción y se organizó por aquel entonces la hermandad. Y nosotros los pequeños de la hermandad lo escuchábamos una y otra vez contar este y otros muchos relatos.

Mi niñez es recuerdo de pies cansados bajo tu paso, de hombres sudando para llevarte y de mis ojos asombrados mirando debajo de tus almohadillas y sorprendida de que ellos pudieran contigo Mi niñez es recuerdo que aún brota en mi memoria… ¡Dejadme, dejadme este año que no sea un recuerdo! Dejadme que este año la vuelva a sacar como antaño. Revivir de nuevo el pasado y que no sea hoy solo un recuerdo. Os invito a todos a cerrad conmigo los ojos y dejaros volver a aquellos años Manolo, venga organiza una vez más el cortejo junto a tus hermanos . Las mujeres de mantillas, los monaguillos con sus varas, el alcalde y la representación de las hermandades ya están en la calle. Charo dame ese jarrón que le ponga el

último nardo, que este año la vamos a ver más bella que nunca. Porque olerá a aromas de recuerdos y lucirá colores del pasado. Mandí, llámate un poquito a la izquierda que vamos a “saca” a la más bonita por las calles. Pueblo de Osuna una vez más la tenéis ahí delante. Pero para, para en casa de Paqui que siempre tendrá agua para darnos. Haz un año más tu recorrido como en tiempos pasado. Y ¡dejadme, dejadme costaleros que, antes de soltarla y tener que volver a abrir de nuevo los ojos le grite una vez más…! VIRGEN DE CONSOLACIÓN: GUAPA VIRGEN DE CONSOLACIÓN: GUAPA VIRGEN DE CONSOLACIÓN: GUAPA, BONITA Y HERMOSA

Los años fueron pasando y de la inocencia de una niña fue surgiendo la inquietud de una joven. Recibí junto a Ti, también, mi primera comunión, y fue por aquel entonces cuando llego a mí, esa persona que marcaría mi adolescencia junto a ti. Eduardo, joven monaguillo y ahora Fraile capuchino, llego para guiarnos como un padre en nuestro camino de fe, y para darme a unas hermanas que me acompañarían en todo mi caminar adolescente junto a ti. Esas hermanas son mis amigas, las del alma, mis amigas nacidas de la fe. El papa Francisco nos dice “La amistad es de los regalos más grandes que una persona, que un joven, puede tener y puede ofrecer” Es verdad. Qué difícil es vivir sin amigos. Fíjense si será de las cosas más hermosas que Jesús, en San Juan 15, versículo 5 dice: «Yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre» Y así fue como se forjo nuestra amistad. Bajo la protección de nuestra Virgen de Consolación, vivenciando de una forma muy especial nuestra fe y escuchando y compartiendo el evangelio

Y como no podía ser de otra manera hoy también están junto a mí.

Porque juntas… Hemos vivido entre alguna que otra riña de, entonces nuestro párroco Don Antonio. Hemos llorado por el dolor de cada una de nuestras historias. Hemos convivido y orado en la viña que nos dejaba el cura. Hemos inventado canciones, entonado acordes musicales, y hemos roto nuestras voces al son de un piano de casa de nuestra siempre querida Carmen, la por todos conocida como cuadrito. Hemos comulgado de tu amor. Hemos cantado a tu hermosura Hemos celebrado cada Eucaristía de todos los domingos. Hemos almorzado, merendado e incluso cenado entre las paredes de tu templo los días de triduo y novena. Risas, llantos, música, silencios, notas altas, notas bajas, claves de complicidad y todo para y por ti.

Hoy igual que ayer vengo de nuevo a ti con ellas. Porque mi pregón no podia ser sin ellas. No podía ser sin una oración cantada hacía Ti.

Dios te salve María Llena eres, de gracia.

El señor es contigo Y bendita tú eres Entre todas las mujeres Y bendito sea el fruto De tu vientre Jesús Santa María madre, madre de Dios Ruega por nosotros Ruega Madre, ruega a Dios Ruega ahora y en la hora De nuestra muerte Amén.

Un pájaro no alza solo su propio vuelo, pero cuando lo consigue sale a volar. Una flor no nace ya con su propia esencia, pero cuando la consigue inunda las praderas con su inmenso olor. Un niño no nace sabiendo andar, pero cuando lo hace por primera vez sus pasos cada vez se hacen más estables y su caminar se inicia ya casi sin vuelta atrás. Y es ahí, cuando el niño empieza andar, cuando los brazos de un padre o de una madre siempre están. En los años que llevo de vida no he visto jamás a una persona retirar sus brazos, antes de asegurarse de que ese pequeño tuviera la estabilidad, el equilibrio. Pues igual que el pájaro, que la flor o que el niño necesitan de alguien para empezar su caminar, los cristianos también necesitamos de otros para crecer y para vivir con fe. Pero llega un momento en el que… Al pájaro su madre le deja salir a volar Al tallo de la flor se le retira su tutor y ella sola empieza a brotar. Al niño se le deja caminar y explorar… Pues igual llego también mi momento

Madre salí de Osuna para iniciar mi camino, para madurar, para hacerme una persona adulta. Y mi pueblo, mi gente, mi familia, mi parroquia y tú parecía que os quedabais atrás. Parecía que todo lo que había vivido y crecido en mi moría. El pájaro puede dejar de volar, caer y morir. La flor puede ser pisada y su olor quedar apagado. El niño puede caer, herirse, y al intentar levantarse, no encontrar a su lado nadie para ayudarle. Pero decidme, decidme si una madre es capaz de dejar a ese niño caído, con ojos llorosos pidiendo su ayuda. ¿Puede hacer eso una madre? No y entonces es cuando entiendes las palabras que tanto habián resonado en mí, venida de los cantos populares.

Cuantas veces, siendo niño, te recé, con mis besos te decía que te amaba, poco a poco, con el tiempo alejándome de ti, por caminos que se alejan me perdí.

HOY HE VUELTO, MADRE, A RECORDAR CUANTAS COSAS DIJE ANTE TU ALTAR, Y AL REZARTE PUEDO COMPRENDER QUE UNA MADRE NO SE CANSA DE ESPERAR Virgen santísima de consolación permíteme que hoy te llame mamá. Porque fue así como tú me esperaste y me dejaste volver. Porque fuiste tú y solo tú la que me abriste de nuevo la puerta a la vida. La oscuridad cayó y la farola de tu luz me guió de nuevo El frío apretó y tus brazos de madre me dieron calor La tormenta resonaba en mi interior y la oración de mi familia la apaciguó Soplaste a los fantasmas y lo apartaste de mi lado Me prestaste tu vara de mando para luchar contra los caballos Tu voz gritó mi nombre un 8 de septiembre Y fue a tu manto al que me agarré y de nuevo volví, volví de nuevo a tu lado Cuando en el principio Dios creó los cielos y la tierra, reinaba el caos y no había nada en ella. El abismo estaba sumido en la oscuridad, y el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas.

Dios dijo: «Que haya luz», y hubo luz. Al ver Dios que la luz era buena, la separó de la oscuridad. Dios llamó a la luz «día» y a la oscuridad «noche». Al cielo, de día le dio el azul celeste y el azul oscuro se lo reservo para cuando cae la noche El sol lo embelleció de amarillo y el rojo se lo guardo para pintar las amapolas que adornan los prados. Azul celeste, mujer azul celeste es el que lleva tu hermandad. De azul celeste te visten tus feligreses y de azul nos colgamos nuestra medalla, símbolo de hermano. Azul la ropa de tu paso. El azul Celeste que nos evoca ternura, cuidado, fragilidad. Que nos transporta al mar, reflejo de la inmensidad de un cielo que aún está por llegar. Virgen de Consolación de Osuna y consuelo de los creyentes, haz que esta noche tu cetro se transforme en un pincel. Que tu pueblo sea el lienzo y que con tus manos pintes todo un paisaje de tu azul celeste. Que mañana por las calles de Osuna el gris de la soledad y la enfermedad; el negro del miedo y las guerras; el marrón de la envidia y la hipocresía; el burdeos de la rabia y del desaliento; el morado de la pena y de las tristezas y …y todos los colores que apagan el brillo del mundo, píntalos tú y deja en cada una de las miradas, de los ojos de los que te verán pasar por su lado, déjales madre un poco de tu azul celeste. Pinta el fondo del lienzo con el color del bebé que acunas en tus brazos. Ilumina los rostros con el amarrillo dorado de la corona que bien luces. Y sobre todo no te olvides del rojo del cíngulo que en tu cintura se anuda. Con ese rojo rellena el corazón de todos.

Consolación celeste devuélvenos la sonrisa de los niños, de tantos niños que hoy están refugiados o abandonados Consolación dorada, majestuosa devuélvenos la ilusión por vivir y las ganas de unirnos todos para cambiar este mundo y devolverle de nuevo la luz del sol en los amaneceres Consolación de rojo, color del corazón. Rojo de Amor en mayúscula para que seamos capaz de amarnos todos por igual Rojo de Amor ciego sin ni porqués ni para qué Rojo de Amor fraternal que nos una a todos en comunidad Rojo de Amor servicial para estar dispuestos siempre a entregarnos por los demás Rojo de Amor sin límites, sin barreras, sin muros, sin fronteras Rojo de Amor vivo de los que te dan alas para volar y para generar más y más amor Pero sobre todo rojo de Amor sincero, como el tuyo de madre, que fuiste capaz de darnos a lo más preciado, a lo más grande que una persona puede tener. Y que no ocultaste ni un momento tus lágrimas al entregarlo por nosotros. Consolación píntanos de ese color, píntanos de rojo de amor, rojo de amor de madre!! ESE AMOR DE MADRE que es el que lleva al ser humano a hacer lo imposible. Nos otorga una fuerza interior que nos capacita para pasar noches en vela, tarde incansables de juegos y sonrisas constantes cargadas de aliento y coraje. Consuelo, he pasado muchas horas mirándote a los ojos y viéndote algunas veces triste y otras veces alegre. De pequeña me hacía ilusión ver cómo era verdad lo que me contaba mi madre de que en tus ojos a veces había lágrimas y otras veces felicidad. Era para mí como algo mágico. De adolescente te miraba y pensaba: eso no es más que un reflejo de la luz Pero ahora que soy madre, ya sé la verdad. Ya sé que no es ni magia, ni reflejo de una luz. Ya sé que es una verdad.

Que en tus ojos se refleja el dolor de tantas madres del mundo y a la vez la alegría que nos dan nuestros hijos. Ahora que he sentido el dolor en mis entrañas al abrirse para dar vida. Ahora que he sentido el dolor de la ausencia del hijo. Ahora que he sentido como se es capaz de dejar todo por ver la felicidad de tus hijos… ahora es cuando puedo entender todo lo que Tú tuviste que hacer y cuánto no más sería tu dolor!!!! Y ahora es cuando me permites mirarla a ella, porque para que Tú me des tu consuelo, primero la he de mirar a Ella. Virgen del mayor dolor, tu lágrima refleja el dolor de una madre que entrega a su único hijo, a lo que más quería, a su don más preciado. Verlo ahí crucificado para dar la vida por nosotros, para enseñarnos hasta donde es capaz de llegar el servicio para con los demás. Ese dolor que tuviste que pasar no tiene letra Ese dolor no se puede escribir Ni verbalizar Ni cantar Ni orar Ni siquiera pregonar. Ese dolor tan sólo tiene un sentir y una imagen a la que mirar Nuestra Señora del Mayor Dolor y Santísimo Cristo de la Pax. TU TEMPLO DE MORADO VESTIDO ESTÁ. Con olor a incienso. Con sonidos de un palio ansioso por salir al compás del rechinar de las zapatillas de los costalero. Llega el Viernes Santo. Ellos salen a la calle y yo me quedo mirándote. En el silencio del templo aún resuena el dolor de unas rodillas y el sentir de unas alpargatas de costaleros portando su imagen. Y ahí en tu mirada veo una imagen de amiga, de compañera, de confidente, de hermana.

Siento cómo te despides de Ella con un abrazo y susurrándole con un hasta luego le dices: Sal a la calle y llévales el sentir de una madre que ha traído al mundo al más grande, al mismo Dios hecho hombre. Que vino para predicarnos un mundo libre de rencor, un mundo lleno de valores, un mundo en el que podríamos ser todos hermanos, y sin embargo la propia envidia y el propio ego del ser humano ahí lo ha dejado crucificado. Virgen del Mayor Dolor llévales en Viernes Santo el recuerdo a tu pueblo de que nosotros mismos somos los que nos estamos matando. Cristo de la Pax llévale a tu pueblo el recuerdo de que hubo un hombre que nos enseñó que se puede dar la vida por los demás. Transmítele que esto no es fácil. Que en la vida hay que entregarse. Hay un servicio que dar, una iglesia que compartir. Un dolor con el que comulgar. Pero no podemos quedarnos ahí. No podemos quedarnos en el dolor de la muerte, de la pérdida. Hemos de renacer. Tiene que llegar el domingo de resurrección y su presencia de nuevo celebrar. Porque en la vida no morimos, en la vida sólo vivimos para después despertar. Y ese despertar llegará con paz y serenidad si hemos dado nuestra vida a los demás. Si hemos compartido, servido y si vivimos con el espíritu en equilibrio sintiendo que no soy yo si no vivo con los demás. DIOS es infinitamente libre, pero su decisión no es arbitraria.

Quiso encarnar a su hijo y nos regaló una María en su advocación Encarnación. Pero también quiso dejarnos la esperanza y la oración en nuestro corazón y aún más tarde a la madre de nuevo nos mostró. Virgen de Fátima se llamó. Y esos tres pequeños que la sintieron nos dejaron un mensaje de confianza en nuestro Dios. Un mensaje de un padre y una madre que no nos abandonan. Con los que conectamos con la oración. Rezad todos los Días el santo rosario, no es más que orad, cantar, luchar, vivir y así es como consuelo podemos encontrar. Y ahí, ahí es cuando tengo que volver de nuevo a Ti. Para buscar consuelo y para terminar lo que el señor quiere de nosotros. Que no sólo vivamos esperando un mañana. Que vivamos el hoy. Que festejemos la vida. Que encontremos consuelo en el caminar. Que la primavera vuelve como cada año a brotar. Y así cuando llegue el último domingo de abril al campo te podamos llevar. A la aurora tu rosario rezaré. A la aurora tu andas portaré. A la aurora con mi canto te alabaré. Al replicar de las campanas el simpecao al carro montaré. por la calle la Cruz arriba mi peregrinación empezaré En el hospital por todos los enfermos pediré. Una pará en el camino, porque en el rosso de la palabra y del cuerpo de tu hijo comulgaré Mi camino seguiré y a las doce de la mañana ya en tu ermita el ángelus te rezaré. Y al son de una guitarra, con voces de romeros, faldas largas y flores en el pelo, botos de peregrino y arte de esta tierra, te bailaré y así con mis hermanos te festejaré Consuelo divina, consuelo divino junto a esos costaleros que tanto te quieren, te cantaré. Consuelo Tú eres reina y señora, Consuelo Tú eres blanca paloma Consuelo Tú eres flor en el campo, Consuelo Tú eres todo un encanto Consuelo Tú a mí me has enseñado,Consuelo tanta y tantas cosas,Consuelo Tú me has demostrado consuelo que eres buena patrona. Y es que Consuelo, con mis cinco sentíos Consuelo siempre al ladito mío Consuelo yo te quiero y te ador Consuelo y yo a ti te venero Y es que Tú lo tienes todo y a ti nada te falta Y es que Tú lo tienes todo y a Ti nadie te envidia Y es Tú eres la patrona, la patrona que yo quiero Y es Tú eres nuestra madre y la madre de los cielos.

Cuántos años he estado ahí sentada escuchando otros pregoneros y pregoneras invocando tu nombre. Con sólo dos años en el 1982 con voz de hombre, amor de padre, y responsabilidad de hermano mayor, escuchaba a mi padre pregonar tu nombre. A los 17 años con oídos de adolescente, inquietudes de casi universitaria y alma loca de una muchachita, sentía el pregón de mi hermana mayor, presentado por una persona, mi primo José Luis, que junto a su hermano Antonio han sido para mí como hermanos. Más tarde a los 21 con ojos casi cerrados, espíritu con ganas de morir, mente en locura y alma pidiendo despertar escuchaba a mi amigo fray Eduardo, presentado por mi más que amiga : María. Y ahora mi sueño ya queda hecho realidad. He sido yo la que te he podido pregonar. Y el destino ha querido que sea aquí en la Iglesia de Fátima, y no en tu parroquia. Ha querido que mis palabras hacia ti se oigan en estas sencillas paredes. Que mi voz no se perdiera entre las grandes paredes de tu templo. Que fuera aquí en lo humilde de este barrio, casualmente tan querido por mi madre, donde yo te pregonará.

No he pretendido con mis palabras a nadie impresionar. No he pretendido ni siquiera que mi palabra resonará como poema para recordar. Sólo he pretendido expresar un sentimiento de hija de esta parroquia, de hermana de esta hermandad y de recuerdos que afloran y que me hacen ser lo que soy. Un alma inquieta ante la vida. Con música dentro de mí que ha de salir. Con una fuente en mi interior que ha bebido de la fe y que brota con agua viva. Quiero vivir y transmitir entusiasmo. ENTUSIASMO La palabra entusiasmo viene del griego y significa tener un dios dentro de sí. Cuando sientes pasión, cuando sientes ilusión, entusiasmo por algo en tu interior es Dios quién te está hablando y diciendo: No vivas el resto de tu vida sin haber hecho algo por los demás. No dejes que la estrella de tu interior no ilumine a los demás. No te dejes morir sin pregonar la gran Verdad, QUE ES QUE TE QUIERO, que te quiero Virgen Santísima de Consolación y por eso a tus pies he venido a pregonar!!

Antes de irme, de bajar de este atril he de agradecerte a Ti que tanto me diste. He de agradecerte sobre todo el haberme dado a esta mi familia. Una familia que ha sabido seguir el ejemplo de la familia que Tú formaste con José. He de agradecerte por mi padre que ha sido para nosotros ejemplo de trabajo, constancia, servicio y entrega a los demás. Por mis hermanos. La mayor, reflejo de voluntad constante, de entrega, de saber dar AMOR del grande Mi hermano, mi confidente, mi compañero, mi tirita para las heridas, mi apoyo en las dificultades. Y la pequeña, la niña que acuña tu nombre Consuelo, sonrisa incondicional, sencillez y pequeñez que esconden a una gran mujer Pero sobre todo he de agradecerte por ser mi madre la mujer elegida para ser mi madre. Porque ella me trajo a ti. Ella me dormía muchas noches entonando tus canciones. Ella fue la que me enseñó a rezarte, a cantarte, a confiar en Ti; y sobre todo me enseño que tenía dos madres. Ella y Tu. Así, cuando la anhelo la busco en tu mirada. Así, cuando la quiero besar, beso tus benditas manos Así, cuando la quiero tocar vengo y te toco con mi canto Así, madre solo he de agradecerte porque antes de llevártela dejaste que me enseñara a quererte y a saber que ella no se fue de mi lado, que sólo subió al cielo para allí a tu lado siempre estar cuidándonos.

…y este cuento va llegando a su fin. Y hay que darle, sin duda un final feliz. Un final esperanzador. Un final, que me vais a permitir dedicárselo a los niños. A nuestros hijos. A los hijos de las madres que tan mal lo están pasando. A los hijos de las madres refugiadas. A los hijos de los países en guerra. A los hijos de las que huyen. A los hijos de las mujeres maltratadas A los hijos abandonados, no queridos. A los hijos del hambre, de la pobreza. Mi final va dedicado a pedirte por ellos. Madre dales tu consuelo. Que mis peticiones y el pregón de mis palabras hagan eco, retumben en estas paredes, y salga convertido en un grito esperanzador.

Consuelo ayuda a tu pueblo a velar por la infancia. Guíanos a los educadores que tenemos mucho que hacer por los pequeños

Y sobre todo déjame que mi última petición vaya dirigida hacia mis hijos. Madre mía del consuelo te pido que no me falten nunca las fuerzas para seguir guiando a estos dos pequeños que un día me regalaste.

Que sea capaz de transmitirle ese amor incondicional por ti

Que sepa, madre darle alas fuertes y grandes para volar Que mi pregón no acabe aquí esta noche y que cada noche en mi rezo pueda regalarles lo más grande de ti.

Que te sientan como yo siempre te siento tan cerquita, tan cerquita de mi

Y COLORÍN, COLORADO este cuento a su final ha llegado.

El sol ya se esconden. La luna ya nos aguarda y llega el momento de quedarnos dormidos, como todas las noches con mi voz afinando una nana de descanso Y para no ser diferente esta noche también la cantamos.

Lolo, Martina vamos a dormir al niño Jesús que la Virgen tiene en sus brazos.

Con nuestra nana lo dormiremos, que mañana tiene que estar descansado Ala nanita nana, nanita ea Mi niño tiene sueño bendito sea Bendito sea Ala nanita nana, nanita ea Mi niño está dormido bendito sea Bendito sea Ea ea ea.

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