Gastronomía
PaCO | Ferias y Fiestas | 48
Un buen brindis
Las dos Denominaciones de Origen con viñedos en Palencia, la DO Arlanza y la DO Cigales, esperan una buena vendimia, con uva de calidad y en cantidad
Inquietud. Pero en el buen sentido de la palabra. Una inquietud con connotaciones positivas: por querer empezar, por ver el resultado de meses de trabajo, por comprobar si este 2018 es la otra cara de la moneda de una vendimia, la de 2017, que fue todo menos vendimia, por los problemas que arrastraron los campos debido a la sequía. Inquietud es la sensación que domina desde hace días en los territorios de las dos Denominaciones de Origen que cuentan con viñedos palentinos. Ambos al sur de la provincia, uno a caballo entre Palencia y Burgos (DO Arlanza), otro entre Palencia y Valladolid (DO Cigales).
año de desastre. Uva hubo sí, pero qué uva... Este año, el problema ha sido el contrario, el exceso de agua ha obligado a los viticultores a estar muy pendientes de la planta y aplicar tratamientos para evitar enfermedades. En el Arlanza arrancará este mes la vendimia con unas previsiones buenas. Sitúan la producción en 800.000 kilos. ¿Mucho? Comparado con 2017, sí, porque hace un año apenas se superó el medio millón de kilos. Otros incluso la sitúan en la barrera del millón de kilos, lejos aún de los 1,5 millones de 2011. El inicio de las labores de recolección está previsto para la segunda quincena de octubre, unas labores que en la DO Cigales ya empezaron en el último tercio del mes de septiembre. Allí están más que satisfechos por no haber sufrido la afección de hongos. Con los campos sanos y la uva en su punto óptimo, el incremento en la producción será más que notable.
La vendimia se vive con buen cuerpo si lo que espera en las cepas es uva en perfecto estado de maduración, con los grados ideales, sana. LEste 2018 compensará en la DO Arlanza y la DO Cigales los sinsabores del 2017. Algunos hablaron el pasado
Para echarse a llorar
Sí, para llorar, pero de alegría. La cebolla de Palenzuela es así. Te dan ganas de llorar pero de lo buena que está, del buen aspecto que presenta. Es una delicia contemplarla. No es una cebolla cualquiera, y por eso tiene su feria, que este año se celebra. Sola o como ingrediente de una receta, la cebolla horcal de Palenzuela se hace querer. No es de extrañar, por tanto, que Palenzuela acoja cada año una multitudinaria Feria de Exaltación a este producto. Suele celebrarse el segundo domingo de octubre, por lo que esta vez cae en pleno puente del Pilar, el día 14. Cientos de personas participan en un evento que busca promocionar la cebolla horcal, producto hortofrutícola de textura y sabor suave que no se
El atípico 2017 -no se cansan de repetirlo-, que redujo a la mitad la cosecha, dará paso a una vendimia en la que se pueden alcanar los 8 millones de kilos, tres más que hace 12 meses.
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produce en ningún otro lugar de España. Solo aquí, en la comarca de Palenzuela, a caballo entre el Cerrato palentino y la provincia de Burgos. Durante la jornada, tanto los vecinos de la localidad como la asociación de amas de casa se implican de forma activa en la celebración del evento. Lo hacen desde días antes de su celebración para tener todo a punto. No puede fallar nada, y menos la degustación que se organiza de la cebolla. La acompañan en la feria productos gastronómicos que maridan bien: licores y pastas, pan, otros productos de la huerta... Exquisiteces varias que la complementan sin ensombrecer su protagonismo. No crean que se ofrece así, tal cual, sola, sin acompañamiento ¡No! La cebolla de Palenzuela acude a su cita anual en forma de elaboradas creaciones que animan hasta a los más reacios, a probar un bocado. La sorpresa, se lo aseguramos, está garantizada.
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