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Un médico de familia en sus

Unidad de Medicina General

Dr. Fabio Andrés Jaimes Bautista

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UN MÉDICO DE FAMILIA

EN SUS HOGARES

El inicio de la Medicina en España está documentada desde la Edad Media, siendo el médico general el heredero directo del chamán, y siendo reglada por un fuero real de Alfonso X “El Sabio”, dando el título al médico como “físico”. De ahí, se han derivado varios profesionales sanitarios como boticario, cirujano y barberos. En la Edad Media fue importante el desarrollo de gremios medievales y la contratación de un médico para atender la población, llegando a realizar visitas domiciliarias para la atención de pacientes.

Éste fue el inicio de la atención domiciliaria, que lleva como objetivo la asistencia integral en el entorno psicosocial del individuo, y además, el acompañamiento en el proceso de salud a nivel familiar. Sosteniendo este argumento, uno de los pilares en los que se basa la declaración de Alma Ata (1978) es, no solo que se tenga cobertura universal, sino que se logre un bienestar físico, psíquico y social del individuo.

La atención domiciliaria es una variante en el quehacer diario del médico familiar, que da muchos benefi cios, con el fi n de brindar apoyo, diagnóstico, tratamiento, recuperación y rehabilitación; mejora la relación médico paciente, dando un plano mayor de confi anza, al estar el paciente dentro de su entorno y arropado por sus seres queridos; quita la sensación de vulnerabilidad, por confi anza; da mayor naturalidad al seguimiento de un proceso de enfermedad, y estabiliza la parte emocional, desencadenado por el estrés, miedos y preocupaciones que generan una enfermedad. Asimismo, quita a la familia la presión hacia la recuperación de su ser querido. Tiene características propias, que conllevan al benefi cio del paciente y de la sociedad; es una atención continuada, tras un alta hospitalaria o que no requiera ingreso hospitalario, y que tengan un periodo de estabilidad del cuadro clínico. Provee de recursos necesarios para la atención de los problemas, fácilmente movilizables en el domicilio.

Los principios básicos de la atención a domicilio se sustentan en el estudio de las necesidades del paciente, para así diseñar un plan de cuidados, considerando la coordinación multidisciplinar, teniendo una comunicación amplia y fl uida con el objetivo del bienestar del paciente, y una mejoría pronta y sin complicaciones.

Se está presentando un fenómeno demográfi co, que hoy en día es una evidencia a nivel mundial y tiene también su refl ejo en la comunidad iberoamericana, en la que actualmente en torno a 50 millones de personas tienen 65 o más años, lo que representa cerca de un 8% de la población, con una clara tendencia a aumentar situándose las previsiones alrededor del 20% de la población total hacia el 2050. En este contexto, la situación de las personas de edad avanzada y la garantía de unas condiciones de vida dignas para este importante colectivo, se confi gura como una de las necesidades de primer orden.

Es importante tener en cuenta que actualmente la ciudadanía está en proceso de cambio y transformación: cambios sociodemográfi cos, epidemiológicos, económicos y de valores. Estos cambios afectan también a los centros y servicios que atienden a las personas mayores porque generan nuevas necesidades y demandas de atención: mayores con pluripatologías de carácter crónico, personas en situación de dependencia, personas afectadas por procesos de demencia y otros problemas de salud mental, etc. Esta garantía de vida digna supone, sin duda, un reto a la hora de contribuir a mejorar la capacidad de generación de crecimiento y desarrollo de una sociedad.

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