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Historia del tratamiento del
Unidad del Deporte y Dolor
Dr. Rodrigo Avello Taboada Dr. Gustavo Gutiérrez Castanedo
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HISTORIA DEL TRATAMIENTO DEL DOLOR
La actitud del hombre ante el dolor ha ido evolucionando a lo largo de los tiempos. En el Neolítico el dolor se localizaba en el cuerpo y creían que era causado por demonios o espíritus de muertos. Lo trataban con frío/calor y plantas. Los Sumerios (año 4000 a.C.) empleaban el hulgil, la primera referencia histórica del uso de opio. En Mesopotamia (actualmente Irak) el médico era el encargado de realizar exorcismos para aliviar el dolor. En el Antiguo Egipto (1000-1500 a.C.) se usaban narcóticos vegetales (adormidera, mandrágora y el cannabis). Los Incas peruanos (400-700 a.C.) utilizaban las hojas de coca sobre la herida quirúrgica, mezcladas con ceniza y saliva: el principio de la “anestesia local”. En la India, para el Budismo (siglo V a.C.) el origen del dolor se localizaba en el alma. Buda decía: “El dolor es universal, nadie puede liberarse de él, desde el nacimiento hasta la muerte”. En la cultura china el dolor se asentaba en el corazón, era la pérdida de equilibrio del ying y el yang. En la Grecia clásica las personas con dolor acudían a los templos de Esculapio, dios de la Medicina, donde los sacerdotes les administraban pociones y energías místicas (opio). En la Biblia se ve el dolor como un don, con un componente corporal y otro espiritual; no como un castigo por los pecados sino como una oportunidad de mejorar. Para Galeno, en Roma, el dolor era una sensación originada en el cerebro. Avicenna, médico persa, (s. XI) describe 15 tipos de dolor.
La anestesia moderna nace de la mano de H. Wells y de su discípulo Morton, quien en 1846 en Boston, empleó éter para extirpar un tumor cervical sin dolor a un joven. En la tumba de Morton leemos “Aquí yace el descubridor e inventor de la anestesia. Antes la cirugía era sinónimo de agonía”. Dolor en inglés “pain” viene del latín “poena” (castigo) y “paciente” deriva de “patior” (quien soporta sufrimiento o dolor).
El dolor tiene una función de alerta y pro tección, pero cuando se hace crónico se convierte en una enfermedad, afectando a distintas esferas del paciente. Está íntimamente relacionado con alteración del sueño, depresión y ansiedad. Datos recientes estiman que la prevalencia del dolor crónico en España es del 17%. Es clave el manejo del dolor agudo para evitar que se cronifi que.
Además, el manejo del dolor crónico supone un importante gasto socio sanitario, con una gran repercusión laboral y social. Las autoridades lo consideran una de sus prioridades.
El pionero mundial del abordaje integral del dolor fue el Dr. John Bonica. Nacido en Sicilia en 1917, emigró a Estados Unidos. Quedó huérfano joven, se costeó sus estudios de Medicina y se formó como anestesiólogo en Nueva York. El inicio del tratamiento específi co del dolor data de 1944, cuando fue destinado al Hospital de Tacoma (Washington) donde trataba a soldados evacuados de la II Guerra Mundial. Esta experiencia le hizo desarrollar los conocimientos necesarios para tratar a los pacientes con dolor persistente. Fue el autor del primer gran tratado sobre dolor, Management of Pain, publicado 1953. En 1960 (Univ. de Washington en Seattle) funda la primera “Pain Clinic”, junto con un psiquiatra, cirujano ortopédico y neurocirujano, que ha servido de modelo de clínica multidisciplinar hasta nuestros días. De este maestro y esta escuela se nutrieron los pioneros del tratamiento del dolor en España (Dr. Madrid Arias, Barutel o Vidal).
En España, el Dr. José Luis Madrid Arias, alumno del Dr. Bonica, fue pionero e impulsor de la primera Unidad para el Estudio y Tratamiento del Dolor, que fue creada en 1981 en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
El verdadero éxito del abordaje del dolor es hacerlo de manera multidisciplinar, iniciándose en la Atención Primaria y con la participación de anestesiólogos, traumatólogos, rehabilitadores, neurocirujanos, fi sioterapeutas…. Sin olvidar el componente psicológico y la esfera emocional de los pacientes (a veces olvidada), precisando, en ocasiones, la colaboración de psicólogos y psiquiatras.
El paciente debe ser valorado de forma integral e individualizada. Para ello, es esencial un correcto diagnóstico, siendo clave la entrevista con el paciente y la exploración. También es relevante el papel de los radiólogos (pruebas de imagen). Respecto a los pacientes que realizan actividad deportiva resulta clave el adaptar los distintos tratamientos, intentando mejorar y optimizar la recuperación de su actividad de manera precoz.
Dentro de los principales síndromes dolorosos están el dolor lumbar mecánico, la cefalea, dolor articular relacionado con artrosis, la lumbociatalgia, dolor relacionado con la actividad deportiva, dolor oncológico, dolor postoperatorio crónico…
El objetivo principal es aliviar al paciente, mejorando su calidad de vida y permitiendo adelantar su recuperación. En la actualidad disponemos no sólo de fármacos, sino que la realización de técnicas en las unidades es parte esencial en el tratamiento del dolor: bloqueos nerviosos, bloqueo articular y miofascial, radiofrecuencia, bloqueos del raquis, factores de crecimiento, plasma rico en plaquetas, técnicas de neuromodulación, etc. Muchas de ellas guiadas por ecografía y radioscopia.
Como conclusión, cabe resaltar el lema del Dr. Madrid Arias: “Desde el punto de vista científico, no se puede hablar de conformismo con el dolor. El dolor puede evitarse”.