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Anuario de la Villa de Sahagún IX. José Luis Luna González

Anuario

de la Villa de Sahagún IX

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José Luis Luna González

1634 - El libro de bautizados de la parroquia de San Lorenzo de Sahagún, nos dice que desde el principio de la noche hubo una rigurosa tempestad en esta villa y sus términos y a consecuencia de la misma, a las 10 ½ cayó un rayo en la torre de la Iglesia de San Lorenzo, donde estaban tocando las campanas Diego del Corro y José Arias, sacristanes, y Juan Prieto, al primero de ellos le mató y José y Juan resultaron con sus cuerpos maltratados, bajó el rayo a la iglesia y detrás del altar mayor se hallaron rotos algunos maderos. Fue caso temeroso y terrible.

1649 - Se refunda la Cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de San José (Fuente: Alberto Gordo).

1662 - En este año se llevó a feliz término la gran restauración de la vetusta basílica de Sahagún, efectuada por Benito Berrojo, con pórticos y torres en piedra de sillería, de lo que nos es hoy todavía eco histórico la hermosa, fachada sur, que fuera su puerta principal de entrada.- La ajada esbeltez de sus primores artísticos - declarados monumento nacional - constituyen uno de los pocos restos que quedan de la abadía con sus columnas dóricas enmarcando a un gran arco artesonado, sobre el que campea un ático con el escudo real de León y de Castilla sostenido por leones, y que remata en un frontispicio triangular que deja correr, a entrambos lados, una balaustrada con dos mutiladas efigies de reyes. A los dos lados del pórtico o Arco de Triunfo lleva esculpidas dos cartelas, cuyo decir cantan la historia tanto del monasterio como de la basílica, describiéndonos así las obras hechas por el entonces abad Fr. Gregorio de Quintanilla:

ESTE PÓRTICO, EN RUINAS POR SU MUCHA ANTIGÜEDAD Y LEVANTADO EN HONOR DEL PADRE SAN BENITO Y DE LOS SANTOS MÁRTIRES. PATRONOS Y TUTELARES DEL MONASTERIO Y DE TODA ESPAÑA, SE REHIZO CON SILLARES DE PIEDRA Y NOTABLE EMBELLECIMIENTO SIENDO REY DE ESPAÑA Y DE LAS INDIAS FELIPE IV Y SU ABAD GREGORIO, LECTOR DE SAGRADA ESCRITURA EN SALAMANCA, HABIÉNDOSE LLEVADO A EFECTO LA OBRA MAGNÍFICAMENTE EN EL AÑO 1662. 1665 - Según el archivo parroquial de la villa, nos dice que Sahagún contaba con ocho iglesias parroquiales a cargo de sus correspondientes párrocos: Iglesia de Santa María la Nueva. Párroco: Manuel García Corbete.

Iglesia de San Pedro. Párroco: Manuel de Villamor.

Iglesia de la Santísima Trinidad. Párroco: Gaspar Sánchez. Iglesia de San Lorenzo. Párroco: Juan de Quintanilla.

Iglesia de Santa Cruz. Párroco: Gregorio de Poza. Iglesia de San Tirso. Párroco: licenciado Puente, que además era provisor de la villa. Iglesia de Santiago. Párroco: Baltasar Mata.

Iglesia de San Martín. Párroco: Juan de Robles.

Una relación en la que, evidentemente, no se incluían iglesias conventuales y monásticas como las de San Francisco (La Peregrina) o San Benito. (Fuente: Joaquín García Nistal. Profesor de la Universidad de León)

1679 - Huvo un incendio en el monasterio que empezó por la techumbre y llegó hasta la tercera o quarta parte della, y después quiso Dios se ataxase.-

1681 - Año de mucha hambre en los poblados del abadengo, habiendo tenido éste que socorrer a mucha gente necesitada.-

1683 - El 23 de octubre hicieron su entrada en Sahagún los padres misioneros franciscanos; que habían de apuntalar las vivencias del convento de San Francisco, un tanto venidos a menos. Júbilo al que se unieron los monjes de San Benito, presididos por el abad Fr. Bernardo Sánchez. Comenzó el P. Salmerón por restaurar la iglesia, que estaba muy ruinosa, por ser el piso y la techumbre de madera coronjosa y carcomida; para pasar a Sahagún el colegio misionero que -tres años antes- habían fundado en el convento de Nuestra Señora de La Hoz, cerca de Sepúlveda, en la provincia de Segovia. Dos años después las obras quedaban totalmente concluidas, siendo el frontis del altar mayor y su cúpula los que lucían un mayor esplendor, con la pintura al fresco de San Francisco y Santo Domingo, en actitud de hermandad y entrañamiento.

Grandes fiestas celebraron el feliz suceso, en las que intervinieron las fuerzas vivas de Sahagún y sus alrededores durante los días 1 al 4 de octubre de aquel memorable 1683.

1685 - La carga de cebada se vendía a 32 reales.

1687 - Estando Fr. Felipe Fernández de Caso con el P. Salmerón visitador de los franciscanos en Sahagún, por tierras de Cartagena y Andalucía, pasó casualmente por delante de un taller de escultura.- En él labraban primores de arte las manos fuertes de Pedro Roldan - aquel artesano nacido en 1624, que siendo joven, había aprendido en Granada las maneras de Alonso de Mena, y a cuya muerte se había trasladado a Sevilla - y también las manos delicadas y finas de una mujer de 31 años.- En el hogar de Pedro Roldan era la única mujer, desde que murió la madre, Teresa de Mena. y Villavicencio.- Pero era una mujer, que poseída - como el padre - del gusto por la escultura, ya no solo se recreaba modelando figurillas de Belén o pequeñas imágenes, sino que se había convertido en toda una artista.-

El nombre de esta mujer érase Luisa Roldán - conocida en los registros de la historia del arte español como LA ROLDANA .- Habiendo entrado el P. Felipe de Caso en aquel taller, al punto le llamo grandemente la atención la cabeza y las manos de una Virgen que llevaba graciosamente en su regazo al Niño Jesús.- Salió sin decir nada pero pensando que era aquella imagen la que sus sueños acariciaban para que - desde el altar mayor de San Francisco de Sahagún presidiera y bendijese los andares misioneros de cuantos en el convento se preparaban para predicar la fe. -

Obsesionado en su ilusión volvió de intento por segunda vez al taller de los Roldan, con ardientes deseos de adquirir aquella imagen.- Preguntó a Luisa cual era su precio, y la artista, se lo puso a un monto que al buen fraile pareció desorbitado.- Entonces el P. Felipe dijo de su interés y cuál era el destino que pensaba dar a aquella imagen.- Bajó Luisa un tanto aquel importe, pero en mucho superaba las pobrezas del desconsado fraile de Sahagún.- Por ello salió del taller cabizbajo, mientras seguía absorto los caminos del convento franciscano de Sevilla.- En esto, acertó a pasar por su vera un viejo amigo suyo y rico comerciante, quien después de saludarle le preguntó cuál era el mal que le aquejaba, pues hasta el rostro tenia demudado y reflejaba desconsuelos.- Resistióse el P. Felipe a hacerle confidente de sus pesares; pero, al insistirle aquel una y otra vez, no pudo menos de indicarle como era causa de su gran pesar la insolvencia para poder comprar la imagen de una cautivadora Virgen, con su Niño en brazos, que sus anhelos querían para el convento de Sahagún.- El acaudalado comerciante invitó al fraile a que le acompañase a ver a aquella Virgen, pues también él quería contemplar tal belleza; y, sintiendo un tanto de reparo el P. Felipe en volver por tercera vez con sus impertinencias al taller de La Roldana, únicamente acertó a indicarle la dirección, haciéndose nuevamente en lenguas de la imagen mientras se la describía.-

Despidiéronse amistosamente comerciante y fraile, al tiempo que se deseaban augurios de felicidad y tomaban rumbos opuestos.- Por la tarde, estaba Fr. Felipe de Caso contando al P. Salmerón todo lo ocurrido, cuando a las puertas del convento de San Diego de Sevilla llegaba un mensajero con una caja cuidadosamente embalada. El mensajero no era otro que el buen amigo comerciante, y lo que la caja contenía no era otra cosa que la imagen de la Virgen Peregrina, con su Niño.-

Con la imagen de la Virgen Peregrina - dicha así por su peregrina belleza y por vestir rico bordón de peregrina - llegaron en su viaje de retorno el P. Salmerón y el P. Felipe a Rioseco, finalizando el mes de Junio de 1688.- Desde Rioseco y en multitudinaria peregrinación, entraron en Sahagún cuando atardecía el 1 de Julio de aquel año, teniendo lugar la gloriosa entronización de la Virgen en el convento de la Villa, el día 2, con asistencia de las comunidades de Sahagún, de Grajal, de Tríanos y de Valencia de Don Juan.-

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