Una fiesta de Cristo Rey
DIFERENTE Y EMOTIVA
cho ánimo, ganas e ilusión. No sin dejar de lado el esfuerzo que realizaré para no defraudar a nadie de los que habéis confiado en mí para llevar a cabo esta nueva tarea de la Junta Coordinadora. Gracias a Mariano, y en su representación a todos y cada uno de los miembros de esta Junta por haberme acogido con tanto cariño y con esa mano tendida con la que siempre están. Siempre dispuestos a hacer de este nuevo camino un camino agradable y bien llevado. Mención especial me gustaría tener para nuestro querido Ricardo, al cual echamos de menos y con el que pude compartir muy gratos momentos. Ojalá hubiesen podido ser más. GRACIAS por todo, compañero.
El pasado 21 de noviembre celebramos la fiesta grande de la Junta Coordinadora de Cofradías: la fiesta de Cristo Rey. Todos los años es diferente, emotiva y especial, ya que en ella se recuerdan hechos, hacemos balance general de lo que ha sido el año, pero este año tenía un matiz diferente. Porque no todos los años se vive una pandemia. Una pandemia que nos ha obligado en múltiples ocasiones a adaptarnos, a hacer las cosas de otra manera, a darle la vuelta a todo. Y la fiesta de Cristo Rey no iba a ser un evento aislado que no sufriera de algún cambio. El primer cambio: el lugar de celebración. Había que buscar un lugar amplio, en el que el aforo no fuese un impedimento. Y la iglesia de Santiago el Mayor nos acogió con cariño y las puertas abiertas. Otro cambio, y este el más importante: el aforo. Hubo que reducirlo al máximo, o bien a que estuviésemos el mínimo número de personas. Como se suele decir, los imprescindibles. Y para acabar: la disposición en la iglesia. Si normalmente el lugar que cada uno ocupamos se tiene muy en cuenta, esta vez estaba mirado de manera más minuciosa si cabe. Semana Santa • Zaragoza • 2021
Pero, aunque todo esto pueden parecer impedimentos, para nada lo fueron. Y pudimos celebrar lo principal: la misa en su honor. Una celebración que para mí era muy especial. La hacían especial las circunstancias que la rodeaban. Pero también lo que iba a tener lugar en ella: me imponían la medalla como miembro de la Junta Coordinadora.
Porque por muy duro que sea el camino que emprendes, si lo haces acompañado de buenos y grandes compañeros, todo es más llevadero y se aprende mucho más. Pido y deseo que la próxima fiesta de Cristo Rey la podamos celebrar como bien se merece y celebremos todo lo que estos dos años nos estamos dejando guardado en un rinconcito de nuestro corazón.
Y pensaréis, “pero si tú en tu cofradía ya habrás pasado por un acto similar, ¿no?”. Efectivamente, ya pasé por un acto similar. Pero os diré que estaba tan nerviosa e inquieta como cuando recibí la de mi cofradía. Y más si cabe puesto que recibir esta medalla en este momento conlleva mucha responsabilidad. No soy una hermana más. Al recibir esta medalla he adquirido un compromiso con cada una de las 25 cofradía que formáis parte de la Semana Santa de Zaragoza. Un compromiso de trabajo, de unión, de dar ideas y un aire fresco y nueva a todas las actividades que realicemos. Y sobre todo he adquirido un compromiso con y por el futuro de nuestra Semana Santa: un compromiso con los jóvenes. Por todo ello solo puedo estar agradecida, de verdad. En mi mano está hacerlo lo mejor que pueda y sepa y sobre todo con mu-
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