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CREMONA
Cuna del violín
N os dieron cita frente a una pequeña puerta en Avenida Garibaldi N° 95. Recorrimos un corto pasillo y entramos en un hermoso patio florido, al cual se asomaban antiguos balcones corridos y persianas azules. Dos maestros lauderos ya nos esperaban en su taller y nos invitaron a entrar. Fue como pasar a otra dimensión u otro tiempo: el olor a madera y resina, la luz tenue de las lámparas que iluminaba las mesas de trabajo, los violines colgados en las paredes y los gestos antiguos y sabios que se repiten inmutados hace siglos. “No hemos cambiado mucho desde la época de Stradivari”, me dijo el maestro mayor, interpretando correctamente la expresión de mi cara frente a una escena de ensueño, que parecía salida de un antiguo grabado. “En los talleres de lauderia aquí en Cremona prácticamente todo sigue igual: la madera es picea del Valle de Fiemme; las herramientas, las tenazas, las gubias, las limas, los punzones, al igual que el trabajo estrictamente manual, siguen siendo los mismos de nuestro ilustre antecesor”.
Húngaro de origen pero cremonés de adopción desde 1946, el maestro Stefano Conia es uno de los lauderos más apreciados de Cremona y, por lo tanto, del mundo. A su lado, con una evidente similitud en los rasgos magiares, su hijo Stefano Conia “el Joven”, que comparte con su padre, además del nombre, el mismo espacio laboral, la pasión y el talento. “Yo siempre viví aquí en el último piso de este edificio y mi tiempo libre lo pasé entre este taller y el patio. Escuchaba música, jugaba con los residuos de madera, me encontraba con músicos famosos. Elegir la lauderia fue algo totalmente natural para mí. Éste es mi mundo y me siento realizado”.
Así fue que la visita a este hermoso taller de lauderia –una experiencia que todos los viajeros curiosos y exigentes pueden y deberían hacer– fue la forma más intensa y atractiva de empezar mi recorrido para descubrir la hermosa ciudad de Cremona, en el norte de Italia, cuna del violín en el s. XVI y donde hasta el día de hoy sigue intacta la tradición más original y exclusiva del trabajo artesanal laudero.
El Genio Renacentista
La leyenda cuenta que los oídos del violín trajeron su icónica forma de las volutas de la Catedral de Cremona. Cierto o no, la magnífica construcción del s. XII, en la medieval Plaza del Ayuntamiento, fue testigo y protagonista de la historia de la ciudad y, bajo su majestuosa fachada que lleva elementos arquitectónicos románicos, góticos, renacentistas y barrocos, pasaron todos aquellos geniales maestros artesanos a quienes debemos la invención del violín moderno y la evolución más alta de todos los demás instrumentos de cuerda frotada: la viola, el violonchelo, el contrabajo y sus variantes. Era la época del Renacimiento, cuando en Italia se daba un desarrollo sin igual en el arte y la ciencia. Las ideas novedosas que impregnaban el aire se convertían en inventos prodigiosos y sorprendentes. Hasta el principio del s. XVI, los instrumentos de cuerda frotada existentes no tenían mucho que ver con los que conocemos hoy y tampoco podían producir un sonido que fuese parecido a lo de un instrumento moderno. Sin embargo, en aquellos años, el maestro artesano Andrea Amati, conocido como el primer laudero de la escuela cremonesa, realizó lo que se considera el primer violín moderno, un instrumento que hoy es todavía una referencia para todos los lauderos del mundo, cuyas formas perfectas y sonido plateado siguen representando la ley estética y estática para los músicos y los artesanos de la actualidad.
El encanto inexplicable de este invento queda evidente al visitar el bellísimo y reciente Museo del Violín de Cremona, donde, ya en la primera sala, se pueden admirar los instrumentos anteriores al nacimiento del violín moderno en comparación con las creaciones de Amati. El museo, financiado por el empresario del acero Giovanni Arvedi e inaugurado al final de 2013, es una verdadera joya de arquitectura y design. En su interior, el violín muestra sus características físicas, también con la ayuda de eficaces presentaciones multimediales e interactivas, y su historia prestigiosa. Corazón del museo es la sala llamada “Cofre del Tesoro”, donde se guarda, entre las sugestiones rojas de las paredes, una colección única a nivel mundial e inestimable, propiedad del municipio de Cremona. En la obscuridad de la sala del museo sobresalen, artísticamente iluminados, unos cuantos violines que parecen flotar en el aire, realizados entre 1566 y 1734 por los lauderos más importantes de todos los tiempos: Andrea Amati que estableció la forma del violín moderno, sus dos hijos Antonio y Girolamo y su nieto Nicoló, considerado como uno de los más eminentes fabricantes de violines; los maestros de la familia Guarneri, en particular Giuseppe filius Andreæ y Giuseppe “del Gesù”; Francesco Rugeri, conocido como “il Per” y finalmente el laudero más famoso del mundo: Antonio Stradivari.
Página anterior. La Catedral de Cremona y el Torrazzo, la torre del campanario.
01. y 02. Las volutas del Duomo de Cremona, según dice la leyenda, inspiraron los oídos del violín.
03.
El magnífico violín “Stauffer”, obra del maestro laudero Giuseppe Guarneri “del Gesù”, data de 1734. Se encuentra en el Cofre del Tesoro del Museo del Violín.
La Ciudad De Stradivari
Tal vez los lectores más expertos y enterados conozcan todos los nombres mencionados. Pero sin duda no hay quien ignore el nombre Stradivari. Antonio Stradivari, o Stradivarius, simplemente es sinónimo de violín. Este gran maestro artesano, nacido en Cremona probablemente en 1644 y fallecido en la misma ciudad en 1737, es el único laudero al mundo cuyo apellido, hasta el día de hoy, es famoso como el de los compositores icónicos de todos los tiempos, al igual que Vivaldi o Mozart. “En la habilidad artesana de Stradivari había algo que aún hoy no se puede explicar, una sabiduría altísima e inigualable”, me dijo Gaspar Borchardt, otro gran maestro laudero, de origen alemán, que se mudó a Cremona para estudiar y trabajar en 1983, después de cuatros años pasados en Ciudad Satélite, Estado de México. Judío, cabalista y visionario, Gaspar define toda su actividad como la búsqueda de la Piedra Filosofal de la lauderia. En el intento de acercarse a la perfección de los instrumentos de Stradivari, en su taller ha puesto en marcha intentos atrevidos y originales, algunos exitosos y otros menos, pero igualmente movidos por la convicción de que sólo una mezcla entre conocimientos matemáticos, físicos y alquímicos haya podido permitir al gran maestro realizar sus obras de arte. “Es la sacralidad de su ‘hacer’ lo que destaca a Stradivari”, siguió comentando el laudero, mientras con su mano jugueteaba con las virutas de madera. “Hubo una vez que me encontraba trabajado con la voluta de un violín en la Casa de Stradivari y tuve la sensación extraña de que alguien me observaba y me comentaba: ‘Hijo, ¡vamos, puedes hacerlo mejor!’.
Pues, no sé si fue porque me miré desde afuera, o porque de veras había un espíritu que me observaba, pero es un hecho que mis volutas desde aquel entonces mejoraron de una forma que no sé explicarme”. La Casa de Stradivari, en la misma Avenida Garibaldi, pero N° 57, es uno de los edificios donde vivió y trabajó el gran maestro laudero a partir de 1667. A poca distancia –el centro histórico de Cremona se recorre tranquilamente a pie– se encuentran las demás escalas del itinerario stradivariano en la ciudad: la Plaza Antonio Stradivari, donde se ubica el Consorzio Liutai Antonio Stradivari, referencia privilegiada para planear las visitas privadas a los talleres lauderos y también para comprar violines de los mejores artesanos de la ciudad; la Plaza Roma, con una lápida en bronce en el lugar donde Stradivari fue enterrado en 1737; la pequeña Calle Colletta, donde se encuentra el Palacio Pallavicino Ariguzzi del s. XVI, sede de la Escuela Internacional de Lauderia Antonio Stradivari, la más prestigiosa y antigua del mundo. Desde 1938, en esta escuela estudiaron los mejores lauderos de la época moderna, por supuesto también Gaspar Borchardt y los Conia (incluido el abuelo, Istvan Konya), procedentes de Italia y de todo el mundo. Otro edificio emblemático del itinerario stradivariano, es el hermoso Palacio Mina Bolzesi, sede desde 2013 de la Academia Cremonensis, una escuela-taller abierta a las visitas de los turistas y creada por la familia de fabricantes de arcos Lucchi, en la cual se transmiten los secretos de los maestros lauderos y los aprendices pueden profundizar la práctica del Método Cremonés.
Patrimonio De La Humanidad
El “saber hacer laudero” es uno de los ejemplos más emblemáticos del concepto de Patrimonio Cultural Inmaterial: un tesoro inestimable y frágil, hecho de tradiciones y conocimientos guardados intactos durante siglos, transmitidos por proximidad física y afinidad electiva del maestro al aprendiz. La realización de los instrumentos de cuerda frotada (se necesitan cerca de 220 horas para realizar un violín), no es algo que se comunica sólo con las palabras. Se requieren el cuerpo, el ejemplo y se puede recibir no sólo con el oído, sino también con la mirada y el tacto. La lauderia cremonesa es una de las muy escasas prácticas artesanales que ha permanecido sin cambios en sus características y en sus formas desde el s. XVI y por eso en 2012 ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
01. Un estudiante de la Academia Cremonensis.
02.
Tenazas, gubias, limas, punzones: las herramientas del laudero desde la época de Stradivari.
Los Talleres Lauderos
En Cremona se encuentran 150 talleres lauderos, guardianes de la antigua tradición y del prestigio de la ciudad. Aunque se trate de un “saber hacer” que pertenece indefectiblemente a esta tierra, el arte de la lauderia lleva consigo una vocación internacional que atrae a estudiantes y artesanos de todo el mundo. De hecho son 93 los talleres de maestros italianos, de los cuales 71 de Cremona, mientras que 48 están dirigidos por lauderos extranjeros, de los cuales 25 proceden de países no europeos.
Conciertos Y Eventos Musicales
Cremona Summer Festival 2016 (junio-septiembre 2016) turismocremona.it
43mo Congreso Internacional de Viola (4-8 octubre 2016) https://43rdinternational violacongresscremona2016. wordpress.com
Stagione Concertistica del Teatro Amilcare Ponchielli teatroponchielli.it/stagioni/ concertistica
Museo del Violino Audiciones con instrumentos históricos, conciertos y matinée. museodelviolino.org
STRADIVARIfestival (septiembre-octubre 2016) stradivarifestival.it
VISITAS PRIVADAS
Consorzio Liutai Antonio Stradivari Cremona cremonaviolins.com
DÓNDE COMER
La gastronomía cremonesa es deliciosa y sencilla. Buenas opciones en el Centro Histórico son:
Antica Locanda Bissone anticalocandailbissone.yolasite. com
Hosteria 700 hosteria700.it
SUGERENCIAS A CORTA DISTANCIA: Cremona es una pequeña ciudad y no cuenta con exclusivos hoteles de lujo o restaurantes galardonados. Pero a media hora de la ciudad se encuentran verdaderos tesoros de la hospitalidad:
Relais Antica Corte Pallavicina: un hermoso castillo fortaleza del s. XIV, recién restaurado, con 6 elegantes habitaciones, 2 prestigiosas suites y sobre todo el imperdible restaurante con 1 estrella Michelin del Chef Massimo Spigaroli. anticacortepallavicinarelais.it
Ristorante Dal Pescatore: icono de alta cocina italiana, este restaurante de la Chef Nadia Santini, con 3 estrellas Michelin, ofrece una experiencia culinaria inolvidable. dalpescatore.com
La Chef Nadia Santini del restaurante 3 estrellas Michelin Dal Pescatore.