NÚMERO 194 | ENE-MAR 2021
año dedicado a
San José
Institutos paulinos de vida secular consagrada
Intenciones del mes de la Conferencia Episcopal Española
Sumario Editorial: Año dedicado a san José 3 Catequesis Paulina: La fe es esperanza 4 Instituto Virgen de la Anunciación: La SSP y los Institutos... 6 Instituto San Gabriel: La espiritualidad / 1 8 Instituto Jesús Sacerdote: El sacerdote secular, buscador... 10 Instituto Santa Familia: La Biblia: carta de Dios a los... 13 Donec Formetur: Gloria al Padre - vía de purificación 16 Lectio Divina: Santa Teresa de Lisieux... 19 Vida Paulina: Año bíblico 21 Teresa Córdoba 22 En la casa del Padre 25 Calendario: 27
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Julio Enero Por las familias cristianas, para que sean auténticas Iglesias domésticas donde se viva y trasmita el Evangelio de Jesucristo. Julio Febrero Por quienes se encuentran en situación de pobreza, falta de trabajo, marginalidad, discriminación, abuso o violencia, para que sean siempre respetados en su dignidad y puedan salir de esas situaciones injustas. Julio Marzo Por los jóvenes que son llamados a una vocación de especial consagración, para que escuchen la voz de Dios que les llama y nuestras Iglesias se vean enriquecidas con abundantes ministros y testigos del Evangelio.
Editorial
Año dedicado a san José
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l papa Francisco ha hecho gran regalo a la Iglesia y a la Familia Paulina al proclamar un «Año de san José», que se prolongará del 8 de diciembre de 2020 al 8 de diciembre de 2021. Lo ha hecho con la Carta Apostólica Patris Corde, firmada en San Juan de Letrán el pasado 8 de diciembre. El motivo de esta grata iniciativa papal ha sido en memoria del 150 aniversario de la declaración del esposo de la Santísima Virgen María como Patrono de la Iglesia Católica, firmada por el beato Pío IX el 8 de diciembre de 1870. Con la convocatoria de este «Año de san José», el Santo Padre desea que todos los fieles, teniendo como ejemplo a san José, puedan “fortalecer diariamente su vida de fe en el cumplimiento pleno de la voluntad de Dios”, como se puede leer en la Carta de convocatoria. Y también: “Todos los fieles tendrán así la posibilidad de comprometerse, mediante la oración y las buenas obras, en obtener, con la ayuda de San José, cabeza de la celeste Familia de Nazaret, consuelo y alivio de las grandes tribulaciones humanas y sociales que hoy afligen al mundo contemporáneo”. Varios Pontífices, a lo largo de la historia, han destacado el papel fundamental del Carpintero de Nazaret en la historia de la salvación. Entre ellos, el beato Pío IX, como ya queda dicho, lo declaró Patrono de la Iglesia Católica. Todos los Paulinos y Paulinas, sea cual sea la rama de la Familia Paulina a que pertenezcamos, hemos de sentirnos gratificados y honrados por este gran regalo que nos acaba de hacer el papa Francisco dado el papel destacado que san José tiene en nuestro carisma, por su íntima relación con María y con Jesús. Además, El P. Alberione le profesó una profunda devoción y le dedicó una coronita y varias plegarias en nuestro Libro de Oraciones, y lo propuso como especial Patrono de los Discípulos del Divino Maestro. P. Antonio Maroño, SSP
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Catequesis Paulina
LA FE ES ESPERANZA En el tiempo presente que vivimos de dolor, sufrimiento y prueba, es cuando más necesitamos reavivar la fe, que es esperanza.
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an Pablo, en la primera carta a los Tesalonicenses, nos invita a ello: “No os aflijáis como los hombres sin esperanza” (1Tes 4,13). Quien tiene esperanza vive de otra manera; se le ha concedido una nueva vida. Benedicto XVI en la encíclica Spe Salvi, nos presenta el sentido para el momento actual que vivimos la Humanidad entera: “Lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido, mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito” (n. 37). Esta reflexión nos trae a la mente las palabras de san Pablo: «Cristo me amó y se entregó por mí» (Gál 2,20). 4 Alégrate
Ante este amor tan desinteresado de Cristo, llenos de estupor y gratitud, hemos de preguntarnos: ¿Qué haremos nosotros por Él? ¿Qué respuesta le daremos? San Juan lo dice claramente: «En esto hemos conocido el amor: en que Él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos» (1 Jn 3,16). La pasión de Cristo nos impulsa a cargar sobre nuestros hombros el sufrimiento del mundo, con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y de sus vicisitudes. Al contrario, se hizo uno de nosotros «para poder compadecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre… Por eso, en cada pena humana
encontramos a Cristo que comparte el sufrir y padecer; de ahí se difunde en cada sufrimiento la consolación, el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la luz de la esperanza» (Spe Salvi, 39). Esta es una invitación que llena el alma de paz y aceptación: mirar el Crucifijo, contemplar en silencio a Cristo, colgado en el áspero madero; y pedirle que nos enseñe esa sabiduría misteriosa de la cruz, gracias a la cual el hombre vive. La cruz no fue el desenlace de un fracaso, sino el modo de expresar la entrega amorosa que llega hasta la donación más inmensa de la propia vida. El Padre quiso amar a los hombres en el abrazo de su Hijo crucificado por amor. La cruz, en su forma y significado, representa el amor del Padre y de Cristo a los hombres. En la Cruz reconocemos el icono del amor supremo, es donde aprendemos a amar lo que Dios ama y como Él lo hace: esta es la Buena Noticia que devuelve la esperanza al mundo en estos momentos de prueba. Para muchos, el sufrimiento parece inútil, estéril e injusto; pero para quienes miran las cosas con los ojos de la fe, es una oportunidad que permite comprender mejor las diversas realidades que nos rodean y poder así hallar algunas de las respuestas a los interrogantes más complejos en nuestra historia
como humanidad y también en la historia personal e individual de cada uno de nosotros. Es seguro: Dios nos está enviando un mensaje a través de este sufrimiento. ¡Descubrámoslo! Todo sufrimiento humano, todo dolor, toda enfermedad encierra en sí una promesa de liberación. El mal existe en el mundo también para despertar en nosotros el amor, que no es sino la entrega de sí mismo a los que se ven afectados por el sufrimiento. Cristo es el Redentor del mundo; nosotros, con nuestro dolor, estamos llamados a participar en esa redención. San Pablo expresa así esta realidad «Ahora completo en mi cuerpo lo que falta a las tribulaciones de Cristo» (Col 1,24). El dolor puede convertirse en una escuela de esperanza, madurez y unión a Cristo. Volvemos nuestros ojos a la Virgen María, que en el Calvario nos fue entregada como Madre, y le suplicamos que nos sostenga con su amorosa protección, en particular en estos momentos difíciles por los que pasa la Humanidad entera, para que alcancemos a mantenernos, como Ella, firmes al pie de la cruz. Maite Ballesteros, ISF
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Instituto Virgen de la anunciación
La Sociedad de San Pablo y los Istitutos Agregados La Sociedad de San Pablo está en el origen de las instituciones paulinas. Es una Congregación religiosa apostólica, de vida activa, fundada por el beato Santiago Alberione.
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u misión es la de predicar el Evangelio con los instrumentos de la comunicación social, según el espíritu de san Pablo, bajo la mirada de María Reina de los Apóstoles. Está diseminada por el mundo entero en muchos países. En España, últimamente, hemos sentido la gran pena de perder a algunos queridos y muy buenos Paulinos por el COVID o por otras enfermedades. Hace unos días me entretenía ojeando los ejemplares de la revista “Cooperador Paulino”, desde nuestros inicios (1981) como Instituto Virgen de la Anunciación, y me sentía muy honrada de poder ha6 Alégrate
ber conocido a una Congregación de personas entregadas, sencillas, amistosas y, sobre todo, miembros de la congregación “nutricia” de nuestra vida de Consagradas en el mundo. Muchos de ellos se han quedado en el camino, pero su cercanía, su humildad, su generosidad no se apartará de nuestros corazones. Quizás ni siquiera ellos mismos saben lo que para cada uno de nosotros, los miembros de los Institutos, significan: necesitamos de su presencia y de su formación y experiencia en la Espiritualidad Paulina y en el Espíritu Paulino para vivir todas las riquezas espirituales
que nos dejó nuestro Fundador, el beato Santiago Alberione. Las Congregaciones femeninas cuentan con la nutricia – la Sociedad de San Pablo – casi a diario, así como de sus comunidades, en las que se respira el Espíritu Paulino. Nosotros, los miembros de los Institutos, estamos viviendo en solitario por el mundo y, aunque nos sentimos plenamente paulinos, tenemos la gran necesidad de una profunda formación que nos empape de nuestras raíces, de nuestra espiritualidad, de nuestra misión. Hace años no podía pasar cerca de una librería paulina sin entrar y respirar el aire paulino que había en el ambiente, para llevármelo a casa y sentirme parte de una vocación tan necesaria en nuestras vidas y en nuestro tiempo. Nosotras, las anunciatinas de España, hemos recibido las abundantes riquezas que nos dejó nuestro Fundador, de manos de nuestros Delegados y también de tantos Paulinos y Paulinas que nos han ido acompañando y enseñando con su testimonio en
todos estos años. Pero me gustaría resaltar la necesidad que tenemos los miembros de los Institutos, y también los demás miembros de la Familia Paulina, de que la Sociedad de San Pablo siga formándose de las esencias de nuestro Carisma, como prioridad principal, para que las nuevas generaciones se empapen bien del Espíritu Paulino y puedan dar a la Iglesia lo que el Divino Maestro le encomendó a nuestro Fundador, el beato Santiago Alberione.
Mª Dolores Andréu, isva
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Instituto San Gabriel Arcángel
La espiritualidad /1 No hay duda de que el beato Santiago Alberione ha sido un hombre que ha vivido una vida espiritual muy intensa, en una fortísima relación con Dios, en Cristo bajo, la moción del Espíritu Santo.
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odo lo que ha experimentado en primera persona, lo ha entregado a los numerosos hijos e hijas: un rico patrimonio de vida espiritual-apostólica, expresada en una síntesis orgánica de contenidos y de modalidades que permiten recorrer, con fruto y rápidamente, los senderos de la santificación. Don Alberione subrayaba invariablemente que la Familia Paulina tiene una sola espiritualidad: “vivir el Evangelio”, “vivir integralmente el Evangelio”, “vivir el Evangelio como lo ha vivido san Pablo”. Y precisaba que vivir el evangelio significa vivir a Jesucristo, el Cristo completo, como él mismo se ha revelado, en el Divino Maestro integral. Podemos entrar en las líneas maestras de la espiritualidad del P. Alberione sirviéndonos de la misma síntesis que el mismo ha dejado en la obra Abundantes divitiae gratiae suae (AD), texto que la Familia Paulina considera como propia “historia carismática: «La Familia Paulina aspira a vivir integralmente el Evangelio 8 Alégrate
de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, en el espíritu de san Pablo, bajo la mirada de la Reina de los Apóstoles. N o h ay e n e l l a exce s i va s peculiaridades, ni devociones especiales, ni superfluas formalidades, sino que se busca la vida en Cristo Maestro y en la Iglesia. El espíritu de san Pablo brota de su vida, de sus cartas,
de su apostolado. Él está siempre vivo en la Dogmática, en la moral, en el culto y en la organización de la Iglesia. Secreto de grandeza y de riqueza es modelarse en Dios, viviendo en Cristo. Por eso [sea] siempre claro el pensamiento de vivir y de obrar en la Iglesia y para la Iglesia; de injertarse como olivos silvestres en la oliva vital, Cristo eucarístico, de pensar y de alimentarse de cada frase del evangelio, según el espíritu de san Pablo. (…). Todo el hombre en Cristo Jesús, para un total amor a Dios: inteligencia, voluntad, corazón y fuerzas físicas. Todo, naturaleza y gracia y vocación, para el apostolado. Carro que camina apoyado en las cuatro ruedas: santidad, estudio, apostolado y pobreza» (AD 93-100). Este párrafo evidencia con claridad los rasgos esenciales de la espiritual del P. Alberione: * un clima de vida: ser y vivir en Cristo; * un modo de estar ante el Señor: nutrirse de “cada frase” del CristoPalabra y derivar todo del CristoEucarístico; * un luminoso horizonte: todo parte de la Trinidad y todo vuelve a la Trinidad; * un camino: el discipulado, que se extiende a todas las facultades de la persona y a todas sus actividades; * una clara conciencia de la misión: todo: naturaleza, gracia, vocación para el apostolado; * una norma: vivir y operar en la Iglesia.
“Se busca la vida en Cristo Maestro” Secreto y síntesis del camino es el cualificado encuentro con Cristo: todo el Cristo, el Maestro-Pastor, Camino y Verdad y Vida, el Cristo completo que “restaura” la persona. El P. Alberione presenta este dinamismo con la categoría de la encarnación de Jesucristo en el alma. Análogamente a cuanto ha ocurrido en María, el Cristo místicamente es encarnado por el Espíritu Santo en el alma del creyente en el momento del bautismo. El itinerario de santificación consiste en permitir al Espíritu Santo que haga crecer al Cristo Jesús encarnado en la persona, hasta apropiarse cada vez más de su ser: el resultado será “el hombre nuevo”, el hombre que ya ha abandonado los parámetros de pensamiento, juicio, comportamiento, meramente instintivos, y que, gradualmente, va consintiendo al Maestro Divino “tomar forma” en él. El progresivo crecimiento de la persona de Jesús “encarnado” en un alma tiende a construir un nuevo ser: disminuye la componente egoísta; aumenta la circulación de la linfa divina; la persona empieza a pensar, querer, amar como Jesús. Y maduran frutos buenos, cristianos, apostólicos. Paulus.net
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Instituto Jesús Sacerdote
El sacerdote secular, buscador del silencio El silencio que debe residir en nuestra vida, unido a la soledad, crea el clima más favorable para la contemplación
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l sacerdote secular vive en la Iglesia y en el mundo y su misión es fruto esencial del nuevo ser que Dios le ha regalado con su vocación: vivir el amor a Jesucristo y la unión de amor con Dios en la realidad cotidiana, demostrando así que se puede vivir plenamente la vida evangélica en medio del mundo. Esta trasparencia evangélica tiene que empapar todo lo que hace el sacerdote secular, como prueba de que su ministerio es verdadero. De esta forma se convierte, para el mundo, en un elocuente y eficaz testigo de lo 10 Alégrate
invisible. Porque, más allá de la eficacia inmediata y constatable de sus acciones externas, tiene como misión ser testigo del misterio de Dios en medio del mundo, consciente de que la oposición de éste a lo sobrenatural, no sólo no impide su testimonio, sino que le permite darlo más expresivamente. Cuando Jesús dijo a sus discípulos que amaran, se refería a una forma de amar tan universal como la del Padre: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”. Esta pureza, libertad e indeterminación del amor es la auténtica esencia del cristianismo.
A esto debe aspirar sobre todo la vida sacerdotal. La oración es amor, silencio, escucha, estar ante Dios. Para la oración hace falta tiempo, decisión y ante todo un corazón puro. Es la entrega pobre y humilde de una criatura, que dejando caer todas las máscaras, cree en el amor y busca con el corazón a su Dios. La oración de contemplación es denominada con frecuencia también oración interior y oración del corazón. El verdadero sacerdote ante la oración no es el que prepara su mente para un mensaje particular, que él quiere o espera escuchar, sino el que permanece vacío porque sabe que nunca puede esperar o anticipar la palabra que transformará su oscuridad en luz.
La oración no es un mero quehacer para el sacerdote secular, sino la realidad que empapa toda su vida; de modo que pueda decir en verdad: la oración es mi vida, porque se confunde con mi propia existencia; es como la respiración de mi alma: vivo para orar y oro para vivir. Las constantes referencias evangélicas a la oración de Jesús nos ponen en la pista para descubrir la importancia que ésta tiene en la vida del Señor, como parte esencial de su ser de Hijo de Dios y de su misión redentora. A través de la oración, Jesús se mantiene permanentemente unido al Padre y tiende el puente de la gracia entre Dios y los hombres. Por eso, contemplando a Jesús vemos
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claramente que, más importante que hablar de Dios a los hombres, es hablar de los hombres a Dios, conquistando para ellos la gracia y la salvación. En Jesucristo no existe separación entre oración y vida. El hecho sorprendente de que el Hijo de Dios tenga necesidad vital de orar y viva en permanente oración nos descubre que para él orar no es un quehacer más, sino el ambiente habitual de su existencia, la atmósfera en la que vive y actúa. Nuestra oración debe estar alejada de la prisa y el bullicio. El silencio que debe residir en nuestra vida, unido a la soledad, crea el clima más favorable para la contemplación. Se puede decir que la oración contemplativa es meditación amorosa. Con la meditación se trata de acercarse a las realidades divinas en un diálogo con un Dios que nos ama. En la meditación un sacerdote busca el silencio para experimentar la cercanía de Dios y encontrar la paz en su presencia. Espera la experiencia palpable de su presencia como un regalo inmerecido de su gracia; no la espera como producto de una determinada técnica de meditación. 12 Alégrate
Es verdad que la oración a veces puede ser un combate en el que tratamos de vencer nuestras pasiones desordenadas para orientarnos al amor de Dios. Para que este combate espiritual pueda desarrollarse con orden, se debe buscar la gracia de la paz con silencio y constancia. De poco sirve la oración que se hace sin regularidad. Si a Dios se le busca como un amigo y como el gran bien que satisface los deseos de los hombres, entonces se estará presto para ir a su encuentro en la oración. Para esto se necesita confianza, regularidad y una buena disposición del corazón. La pureza del corazón, necesaria para el amor, se consigue en primer lugar mediante la unión con Dios en la oración. Donde toca la gracia de Dios, surge un camino para un amor humano indiviso. Al que se dirige a Dios con intención sincera, Él transforma su corazón. Da la fuerza para corresponder a su voluntad y para rechazar los pensamientos, fantasías y deseos impuros.
Antonio Díaz Tortajada, IJS
Instituto Santa Familia
la Biblia: carta de Dios a los hombres Hoy en día, gracias a los medios de comunicación social, nos podemos comunicar unos con otros mandándonos mensajes, saludos, cartas. También el Señor ha querido comunicarse con los hombres. Escribió la Biblia. El beato Santiago Alberione la llama carta de Dios a los hombres.
“La Biblia es la carta de Dios, de nuestro Padre celestial. Él nos la ha dado con infinito amor de Padre, y nosotros debemos leerla como hijos. Los hombres, siendo hijos de Dios, son infinitamente amados por Él. Anhelando quedarse con ellos, hablar con ellos de cosas admirables, ¿qué hace? Les escribe una larga carta y la entrega a la Iglesia para que, como fiel “cartera”, la entregase a los hombres, para que cada uno sea iluminado en su camino y llegue a juntarse con él un día en el paraíso” (Leggete le Sacre Scritture, p. 1999).
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ara cada cristiano, la Biblia debe constituir la primera y la más importante lectura para llegar a conocer el pensamiento de Dios. Y, más que dedicar su tiempo a leer las obras de los grandes escritores o santos, debe abrir y leer en primer lugar esta maravillosa carta, sobre todo el Nuevo Testamento. Si no lo hace, el Señor se lo reprochará diciendo: “No has querido leer mi Palabra, no has querido conocer la carta que yo he escrito a los hombres” (Pr CB 281). “Cada uno tenga como libro la Biblia – escribe el beato Santiago – que ha de considerarse como el mejor libro de los libros, como el mejor libro. Los libros son de los hombres, pero el libro de la Biblia
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es el libro de Dios, para invitar a los hombres al paraíso y enseñarles el camino” (Don Alberione. A los Discípulos SSP, 1963). El beato Santiago Alberione, estando convencido de la importancia de la Palabra de Dios para la vida espiritual, animaba así a sus hijos espirituales: “Podéis ser dispensados de recibir la Comunión, pero de la Biblia no” (Don Alberione, 1933). En la espiritualidad del Instituto “Santa Familia”, la lectura de la Biblia es uno de los medios
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espirituales más eficaces para alcanzar la santidad. Constituye una de las primeras razones para que en las casas de las familias consagradas el libro de la Biblia sea expuesto en un lugar de honor y no junto con otros libros. Y para que la lectura de la Divina Escritura pueda ser fructuosa, Don Alberione aconseja: 1. Ama la carta que el Padre Celestial te envía desde la Patria del cielo para ayudarte a conseguirlo. 2. Trata el libro Sagrado con atención y con delicadeza.
3. Ante de empezar a leer la Biblia, haz un acto de fe: “Ahora háblame tú Señor”. 4. Lee el texto sagrado con la atención de escuchar lo que el Señor te quiere decir. 5. Recuerda que el Señor se revela únicamente a los humildes. 6. Invoca al Espíritu Santo para poder entender y gustar su Palabra. 7. Lee sin prisa, con atención y reflexión. 8. No pretendas entender todo; te baste lo que logres entender para quitarte el hambre. 9. Sé fiel a la lectura cotidiana de los Libros Sagrados, aunque sea breve. 10. Trata de vivir la Palabra de Dios, para que puedas llegar a ser tú su Palabra a los hermanos (G. Alberione, Consigli per una lettura fruttuosa dela Divina Scrittura, in “Santa Famiglia” novembredicembre 1974, p. 16). La Biblia es palabra de vida. Y cuando se la lee y medita, nace y crece la fe en los corazones de los hombres. Por esto, a nadie se
le debe privar de la Biblia. Para que esto se dé, los miembros del Instituto tienen el deber de ser apóstoles y siervos de la Palabra de Dios en la obra de la evangelización. Y para alcanzar este objetivo, animados con las palabras de Don Alberione, se empeñan en divulgar y llevar la Biblia a los otros, sobre todo a las familias “La Biblia es el libro que debemos dar. O lo damos con las películas, o lo damos con la prensa, o lo damos con la voz de la radio, o lo damos con los discos, o lo damos con las filminas: usando todos los medios que el Señor nos ha dado. De la misma manera que nos vestimos y alimentamos con lo que Él ha creado” (Pr A 284). Por parte de la familia consagrada, el deber de divulgar y de llevar la Biblia constituye uno de los más grandes desafíos que se han de realizar en la Iglesia del tercer milenio. Slawomir Sznurkowski, ssp
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Donec Formetur
Gloria al padre vía de purificación Dios, Padre providente, nos guía con su amorosa voluntad Después de haber llamado al hombre a la vida, como Creador, el Padre se apresura a indicarle el camino para poder vivir feliz y conseguir el último bien: la felicidad eterna. DIOS CREADOR
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l Fundador nos invita a ver en Dios el “Gobernador” (entendido en el significado clásico: el que conoce el objetivo y guía hasta conseguirlo; el piloto que guía la nave hacia la meta). En la visual del P. Alberione, Dios es, ante todo, el Padre providente, el Padre que conoce nuestras necesidades y provee con abundancia; el Padre que, a quien busca en primer lugar su reino y su gloria, le asegura todas las cosas en excelencia. “Vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de que se lo pidáis” (Mt 6,8): así nos presenta Jesús al Padre providente. Este es, exactamente, el ámbito del Pacto o secreto del 16 Alégrate
éxito. El P. Alberione expresa este concepto con una larga cita del Concilio Vaticano I: “Dios, con su providencia, tiene cuidado de todas las cosas que ha creado y las gobierna, extendiéndose del uno al otro confín y disponiéndolo todo con bondad”. En segundo lugar, el Padre nos guía a la felicidad eterna con el don de la ley. Dios Padre nos gobierna, sobre todo, a través de la Ley. El creyente ve en la Ley, antes que una serie de disposiciones y de normas a observar, un preciosísimo don de Dios. Él trata de asumir la voluntad de Dios como ley suprema (superior a cualquier otra normativa y punto único de referencia) de su vivir
y obrar, y como máximo acto de amor (trata de acogerla como un acto de amor del Padre amoroso y de actuarla con la actitud del amor más alto). Estamos invitados a detenernos largamente en esta última afirmación, que abre a la correcta comprensión de la voluntad de Dios: cada Paulino está, por lo tanto, invitado a percibir la voluntad divina como el máximo acto de amor con el que el Padre lo ama y lo guía; y expresará su amor al Padre precisamente acogiéndolo y cumpliendo fielmente su voluntad. Esto va seguido de una atenta actitud de “examen” y de continua “instrucción”: mirada atenta y dócil a la voluntad de Dios para percibir y actuar, en primer lugar, de acuerdo con su santa voluntad. Los Ejercicios Espirituales – así como toda la formación espiritual y apostólica – tienen como intención inicial la de llevarnos a “vivir como hombres honestos” (esto es, ¡como personas que, por razón de su ser y obrar, son de honor a Dios!). En efecto, en la base del progresivo camino de crecimiento para llegar a ser “cristianos, religiosos, sacerdotes”, hay una condición irrenunciable: “hay que ser hombres en primer lugar”. A tal fin, el “gran sol” al que la criatura humana, “como girasol”, debe estar siempre orientada es la voluntad de Dios: de este “gran sol” se recibe luz, calor y vida.
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¿Dónde y cómo encontrar la voluntad de Dios? Don Alberione no tiene dudas. El proyecto de amor del Padre se puede encontrar: • “en los superiores”: l a pedagogía del Señor valoriza siempre las mediaciones, en primer lugar las de los superiores; • “en los hechos”: la luz del Espíritu Santo lleva al creyente a leer en las vicisitudes cotidianas la expresión del proyecto de Dios que hay que acoger con las mejores disposiciones; • “en el interior”; se tratará de saber discernir, es cuchar y seguir las voces interiores que el Señor no deja de inspirar. Por lo tanto, contrariamente a cuanto sugieren los parámetros humanos, somos verdaderos 18 Alégrate
hombres solo en la medida que sepamos percibir y obedecer todo lo que Dios nos indica: “los mandamientos”, sobre los cuales Don Alberione invita al ejercitante a hacer un “prolongado examen”. Y en este contexto hacen precisamente su aparición las virtudes “naturales”: “justicia, prudencia, fortaleza y templanza”, más conocidas como virtudes cardinales. Estas orientaciones del Fundador, esta insistencia en el decálogo como “ley suprema”, solo se pueden comprender bien a la luz de la Alianza. En efecto, la Palabra de Dios nos hace ver en la ley divina, no tanto una serie de normas encaminadas a limitar nuestra voluntad, sino un don precioso con el que el Padre nos guía al éxito deseado. Será útil volver a meditar algunas páginas del Deuteronomio (capítulos 5-7). El Itinerario de conformación se realiza, por lo tanto, en el recorrido trazado por el Dios de la Alianza, que pide plena toma de conciencia y de respuesta amorosa. Para tal disposición, que el Fundador desar ro l l ará am pl iam ente a continuación, el modelo más alto es el del Divino Maestro: “Mi comida es hacer la voluntad de Dios” (Jn 4,34). Don Guido Gandolfo, ssp
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Santa Teresa de Lisieux:
Evangelio y caminito
Hoy le pido a Teresita que guíe mi artículo. Trata de la relación que hay entre el Evangelio y el Camino de la Infancia Espiritual, o Caminito, descubierto por ella con ese nombre, en los últimos de sus 24 años de vida, y vivido en la Iglesia, a través de los siglos, por muchos de los que desean seguir al Señor.
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ada nuevo podría decirnos. La novedad se encuentra en el momento histórico y religioso que vivió -donde a Dios se le consideraba como Aquel al que había que ofrecer sacrificios para detener su ira ante los pecados; un Dios, más de justicia y temor que de amor y misericordia-, trastocando la mentalidad de su tiempo. Rescató la vivencia evangélica de un Dios Padre bueno, de amor incondicional a cada uno de sus hijos, los hombres, sean buenos o malos, y la lanzó como un potente faro que iluminó el nuevo siglo, y creo que también los futuros. El 19 de octubre de 1997 Santa Teresa de Lisieux fue proclamada Doctora de la Iglesia Universal, en el centenario de su partida al Cielo. Este acontecimiento avala la doctrina de sus escritos, siendo el más
conocido: La Historia de un Alma o Manuscritos Autobiográficos. En los últimos años de su vida hablaba con frecuencia de su Caminito. Su hermana mayor, Sor María del Sagrado Corazón, carmelita en el mismo convento, le pidió se lo explicase porque no lo entendía bien. Teresita le dedicó una carta en la que encontramos vivencias llenas de confianza en su relación con el Señor, y retazos de lo que pudiera ser aquello de lo que tanto hablaba, como la imagen del pajarillo, pero exposición como un tratado del mismo no la hizo. No la tenemos. La han hecho después muchos autores, recopilando todo lo que escribió o habló refiriéndose a él. Dicha carta, de una profundidad espiritual extraordinaria, constituye la segunda parte de sus Manuscritos, Manuscrito B.
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La relación que existe entre su Caminito y el Evangelio podemos encontrarla cuando dice que los libros espirituales la dejaban en la aridez. Así se expresa literalmente: “Pero lo que me sostiene durante la oración es, sobre todo, el Evangelio; hallo en él lo que necesita mi pobrecita alma. Siempre descubro en él nuevas luces de sentidos ocultos y misteriosos” (Manuscrito A, Capítulo VIII, número 21). Lo va descubriendo paralelamente al conocimiento de Jesús en el Evangelio, a través de su oración; al constituirse en el único libro utilizado en la misma, éste le revela el Camino de Confianza. De ahí la relación que existe entre ambos. La idea central del Evangelio, la paternidad y el amor de Dios a los hombres, es la que llega a vivir y la refleja en su Caminito. Soy consciente de que por muy sugerente y magnífico que sea, el Caminito es un medio de santificación para almas pequeñitas, como decía ella; por tanto, no exclusivo, no todas las almas se encuentran llamadas a seguirlo. Sin embargo, Teresita, sin saberlo, ofrece otro Camino, esta vez, al no llevar nombre, yo lo bautizaría como “el Camino del Evangelio y la oración”. Y este sí que es para todos. Se explicaría como sigue: Para encontrarnos plenamente con Jesús, tenemos su Palabra y esta se encuentra en el Evangelio. Pero no en el Evangelio sin más, porque podemos sabérnoslo de memoria y no habernos encontrado con Él. Y podemos imitar todos sus gestos, acciones y palabras y no habernos encontrado con Él, porque Jesús 20 Alégrate
es una persona, no son teorías, ni métodos. Teresita aquí nos da la condición esencial, dice: “(El Evangelio) es lo que me sostiene durante la oración”. Por tanto, para encontrarnos con Jesús, necesitamos escuchar su Palabra en ambiente y actitud de oración, pues su Palabra está en el Evangelio. Pero a la totalidad de su persona sólo podemos descubrirla en un ambiente de acogida amorosa a Él, es decir, en un ambiente de oración. Resumiendo, Teresita, con su ejemplo, nos lleva al Camino que todos hemos de seguir para encontrar a Jesús, que es el siguiente: la oración sostenida por el Evangelio; en este Camino descubrió su Caminito. Como ella, nosotros también podemos descubrir nuestro “caminito” personal. Puede no coincidir con el suyo, pero, en el caso de que coincida, tendrá sus matices particulares porque para Dios todos somos distintos. Para terminar, contemplar a Teresita como obra maestra del Espíritu Santo, ya que el amor que sentía por Jesús, enamorada plenamente de Él, nacido de este mismo Espíritu, es un regalo extraordinario para la Iglesia. Contemplarla también como Hermana Universal, pues ese amor por Jesús en sus acciones, pensamientos y oraciones, fue como una granada que estalla ante el Sol. Sus frutos rojos, llenos de ese fulgor y colorido de amor por Jesús, llegaron a todos los que la rodeaban entonces, en forma de pequeñas acciones, llenas de caridad y amor, y también llegan a nosotros si estamos dispuestos
a recibirlos, ya que decidió, antes de partir, que su Cielo sería ayudar a amar a Jesús como lo amó ella. Que Santa Teresa de Lisieux y nuestra Madre, nos bendigan desde el Cielo, ayudándonos a descubrir y amar a Jesús como lo
amaban ellas en la Tierra, guardando en nuestro corazón todo lo que descubramos en el Evangelio. Mari Muñoz, isva
Vida Paulina
Apertura del Año Bíblico de la Familia Paulina
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al como estaba anunciado desde el momento de su proclamación, el pasado día 26 de noviembre, fiesta del beato Santiago Alberione, en los diversos países del mundo paulino, con más o menos solemnidad según las diversas circunstancias de cada uno, se ha dado comienzo al Año Bíblico de la Familia Paulina, que será clausurado el 26 de noviembre de 2021. En España, por razones relacionadas con la pandemia del COVID-19, no hemos podido reunirnos como Familia Paulina para el acto inaugural de este importante acontecimiento que nos implica a todos los Paulinos y Paulinas. Cada rama ha tenido que organizarse por sí misma, aunque, eso sí, sintiéndonos todos espiritualmente unidos y centrándonos en el objetivo común, que no es otro que el de hacer todo lo posible para que la Palabra de Dios alcance a todos, empezando por los alejados y más necesitados. Por parte de la Sociedad de San Pablo, la apertura del Año Bíblico -presidida por el Superior Provincial, P. Lázaro García – tuvo lugar el día 29 de noviembre, primer domingo de Adviento, en la capilla de la Comunidad Provincial con la participación de los miembros de la misma. Y pensando en los que no pudieron estar presentes, el acto fue transmitido por la página Facebook del Centro Bíblico, de modo que pudo ser seguido por muchas personas, comenzando por buena parte de los miembros de la Familia Paulina en España.
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Teresa Córdoba Molina: 25 años de profesión
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ueridas hermanas Anunciatinas de España y de todo el mundo: Escribo estas líneas al cumplirse los 25 años de mi primera profesión en el Instituto Virgen de la Anunciación. El hecho de tener un mismo pensar y sentir dentro de un Instituto como el nuestro, cuyo carisma es “Llevar a Dios a los hombres de hoy con los medios de comunicación de hoy”, me llena de alegría y me hace sentirme más cerca de vosotras. Ya hace años yo estaba buscando algo sin saber cómo y dónde encontrarlo, cuando, por medio de mi hermana Rosa María, empecé a ir a los Ejercicios Espirituales del Instituto al que ya pertenecía ella, pues yo había dejado de hacerlos hacía tiempo, y eran una de las cosas que echaba de menos. Por no cansaros mucho, reduciré un poco todo. El contacto con las hermanas, su forma de vida, entrar en la capilla donde María Reina de los Apóstoles nos saludaba con su Hijo en brazos, la formación que se impartía, la dirección de nuestro Delegado en aquellos años, y el hecho de que nadie me encauzara en una dirección, y me dejaran decidir, hizo que, después de mucho pensar, diera el paso para entrar en el Instituto. 22 Alégrate
Hice la primera profesión el 15 de agosto de 1995 y, cinco años más tarde, mi profesión perpetua, y sigo muy contenta hasta hoy. Tengo siempre presente a Jesús Maestro, Camino, Verdad, y Vida, y a María, su Madre y la nuestra. Y siguiendo con la Catequesis Paulina, que es donde todos debemos beber. Sé que no es sólo a nuestro Instituto adonde llega este boletín Alégrate, pero creo que, si no me hubiera decidido a dirigirme a vosotras, no hubiera sido capaz de hacerlo. Espero que los demás me dispensarán. Pero también están presentes. Y ya no os canso, solo os pido vuestras oraciones, para que no decaiga mi ánimo en ningún momento. Un fuerte abrazo.
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en la casa del padre
+ Ricardo Ares Cerqueiro 31 de marzo de 1930. Rial (A Coruña) + 18 de octubre de 2020 (Madrid)
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otado de grandes valores humanos, espirituales, religiosos y paulinos, el P. Ricardo nació en Rial (A Coruña) el 31 de marzo de 1930. Gozó de muy buena salud a lo largo de toda su vida. Sólo en los últimos cuatro años comenzó a dar síntomas de problemas mentales, pero sin que por ello perdiera su buen humor y su deseo de seguir comunicando con todos. Pasó a la eternidad apenas dos semanas después de haber sufrido un grave ictus cerebral. Ingresó en la Congregación en la casa de Deusto-Bilbao cumplidos los 14 años. Trasladado a Roma para hacer los estudios de Teología, fue ordenado sacerdote el 7 de julio de 1937. Regresa de inmediato a España, a la casa de Zalla (Vizcaya), donde prosigue su intensa vida paulina, tanto en el campo de la formación como de las actividades apostólicas. En efecto, fue formador de aspirantes, de novicios y de juniores en varias casas paulinas de España, Venezuela y Chile. Fue Superior Local de varias Comunidades, y Superior Mayor en España y Portugal. Pero tal vez haya sido en el campo de las actividades apostólicas donde dejó más profunda huella, ya como asesor de la Editorial, ya como Director Editorial, ya como Director General. Descanse en paz.
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+ Gabriel Aparicio López 5 de abril de 1947. Pinedas (Salamanca) + 4 de enero de 2021 (Madrid)
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l atardecer del día 4 de este mes de enero, el Señor ha llamado a su Casa al Hno. Gabriel Aparicio López. Falleció a consecuencia de un ictus cerebral, aunque ya estaba muy delicado por las secuelas del virus Covid-19, que había superado algunas semanas antes. El Hno. Gabriel nació el 5 de abril de 1947 en Pinedas (Salamanca), donde convivió con sus padres y una hermana hasta que, cumplidos los 14 años, ingresó en la Sociedad de San Pablo, en Zalla (Vizcaya), optando por la vocación de Discípulo del Divino Maestro. Desde los primeros años de su formación dio prueba de su gran entusiasmo por la vida y misión paulinas, entregándose a ellas con generosidad. En su desfilar por las comunidades de Zalla (Vizcaya), Coslada (Madrid), el Congo (entonces Zaire), Sevilla, Barcelona y Madrid (calles de Resina y Vizconde de los Asilos, respectivamente), ha estado siempre seriamente comprometido con varios quehaceres apostólicos en los campos de la impresión, de la encuadernación, de las librerías y del almacén de distribución. De carácter fuerte y más bien reservado, poco propenso a hacerse notar, el Hno. Gabriel, llevó una vida discreta, interesado sobre todo por las cosas de Dios, cultivando pocas, pero buenas amistades. Descanse en paz.
Alégrate 25
Sumario
+ Francisco Anta Ovelar 8 de enero de 1936. Rioconejos (Zamora) + 9 de enero de 2021 (Madrid)
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l P. Francisco Anta, nacido en Rioconejos (Zamora), el 8 de enero de 1936, murió el 9 de enero pasado. Ingresó en la Sociedad de San Pablo, concretamente en la casa de Bilbao. Pasa poco después a la casa de Zalla (Vizcaya), donde completa los estudios de Bachillerato, hace el Noviciado y emite la primera profesión religiosa el 8 de septiembre de 1973. Después se traslada a Roma, donde cursa los estudios de Teología, se consagra a Dios para siempre, es ordenado sacerdote, el 5 de julio de 1959, y se licencia en Filosofía por la Universidad Gregoriana. En el verano de 1961 regresa a España, pero es destinado casi de inmediato a Buenos Aires, donde experimenta una fecunda etapa de vida misionera paulina que concluye en el año 1973. Regresa a España, a Madrid, donde vivió el resto de su vida entregándose, alma y cuerpo, a la vida y a la misión paulinas. En Argentina ejerció como profesor de filosofía, maestro de los aspirantes y de los juniores, jefe de la tipografía y director de la librería bonaerense. En España fue Director del Centro Editorial Paulino, Superior Provincial en dos mandatos, Ecónomo provincial y Director de la SOBICAIN. Como Provincial, supo dar un vuelco renovador a la provincia paulina de España, y como Director de SOBICAIN trabajó infatigablemente en las traducciones, ediciones y difusión de la Biblia. Descanse en paz.
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CALENDARIO
Enero 16. 2002, aniversario de la muerte de Guadalupe Lozano, ISVA. 18. Comienza el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos. 20. 2001, aniversario de la muerte del H. Cirilo Peñas, SSP. 20.1917, aniversario de la muerte del Hno. Pablo Uriarte, SSP 22. 1991, M. Tecla Merlo, HSP, es declarada venerable. 26. Jornada de la Infancia Misionera 24. 1948, aniversario de la muerte del beato Timoteo Giaccardo, SSP. 24. Domingo de la Palabra de Dios (2ª). 25. Fiesta de la conversión del Apóstol San Pablo. 30. 1989, aniversario de la muerte del P. Desiderio Costa, SSP.
febrero 02. Fiesta de la Presentación del Señor. 02. Jornada Mundial de la Vida Consagrada (25ª). 05. 1964, aniversario de la muerte de venerable Tecla Merlo.
05. 1998, aniversario de la muerte del H. José María López, SSP 05. 2015, aniversario de la muerte del H. Lucinio López, SSP. 08. Jornada Internacional de Oración contra la Trata de Personas (6ª) 09. 2011, aniversario de la muerte del H. Fco. J. Martínez de Antoñana, SSP. 10. 1924, en Alba, “dies natalis” de las Pías Discípulas. 11. Jornada Mundial del Enfermo (27ª). 13. 2011, aniversario de la muerte del P. Miguel Rojo, SSP 15. 2015, aniversario de la muerte del H. Lucinio López, SSP 17. Miércoles de Ceniza. Abstinencia y ayuno 18.1919, aniversario de la muerte del Hno. Vicente Hernández, SSP. 28. 2008, aniversario de la muerte de Sor Mª Fidelis Puebla, HSP.
marzo 03. 1990, el Hno. Andrés R. Borello es declarado Venerable. 03. 2014, aniversario de la muerte del Hno. Arturo Guinea, SSP 07. Día y colecta de Hispanoamérica
08. 1916, en Mango (Italia), nace el venerable Andrés R. Borello 10. 1917, aniversario de la muerte del P. Jesús Álvarez, SSP 11. 1988, aprobación de la “Asociación de los Cooperadores Paulinos”. 15. 1933, aprobación Pontificia de las Hijas de San Pablo. 15. 1919, aniversario de la muerte de la Hna. Mercedes Barriuso, HSP 19. Solemnidad de S. José, esposo de la Virgen María. – Día y Colecta del Seminario 19. 1935, llegan a España (Bilbao) las Pías Discípulas del Divino Maestro. 20. 2008, aniversario de la muerte del P. Antonio Díaz, SSP. 21. 2013, aniversario de la muerte del P. Antonio Pinedo, SSP. 23. 2008, aniversario de la muerte de Sor Honorina Mussi, HSP. 25. Solemnidad de la Anunciación del Señor. Titular del Instituto “Virgen de la Anunciación”. 25. 1924, las Pías Discípulas del Divino Maestro comienzan la Adoración Eucarística diurna. 28. Domingo de Ramos. Jornada Mundial de la Juventud (36)
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Sumario
INSTITUTOS PAULINOS DE VIDA SECULAR CONSAGRADA
Estamos en el Año Bíblico. Para que el texto sagrado entre, como queremos, en todas las familias y sea amado y entendido, pueden usarse muchos medios, pero el primero es leer, meditar y amar la Biblia. Esta es la oración vital que nos obtendrá la gracia de comunicar el Verbum Dei (Carissimi in san Paolo, P. 663). Os bendiga abundantemente Jesús. El Niño levanta sus brazos y los abre para acogeros. Bendiga él vuestros deseos y aspiraciones (Alle Pie Discepole 47, 14).
Protasio Gómez, 15 28027 MADRID +34 917 425 113 institutos@sanpablo.es
¡Cuán voluntades y energías desunidas, desorganizadas, se agotan en deseos, en tentativas, en desilusiones! Se necesita que todos, conjuntamente, se pongan a preparar el pan del espíritu y de la verdad (Ut perfectus sit homo Dei I, 288). Pedimos a san José el amor a Jesús. Sí, amarle intensamente, con todo el corazón, como él le amaba (Per un rinnovamento spirituale, p. 446).