DOMINGO X DEL TIEMPO ORDINARIO San Lucas 7,11-17 En aquel tiempo, Jesús se fue a una ciudad llamada Naín, y caminaban con él sus discípulos y mucho gentío. Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo: «No llores». Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!». El muerto se incorporó y empezó a hablar, y se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos de temor, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». Este hecho se divulgó por toda Judea y por toda la comarca circundante.
Concede, Señor, a tu Iglesia, por encima de todo, entrañas de misericordia ante los sufrimientos de la gente.
Cl. Omar Delgado, SSP
El Dios de la Vida y de la esperanza
Recientemente, el mundo se ha conmovido por un bebé muerto en un naufragio frente a las costas de Libia. Todavía seguimos constatando el fracaso de la sociedad para proteger la dignidad y apostar por el bien de todos sin fijarse en la raza o religión. El problema de la migración en el continente europeo nos llama a luchar contra la indiferencia y la existencia de los muros levantados contra los más desamparados. Necesitamos ser más humanos para luchar y transformar la tierra según el reino de Dios. Reconozcamos nuestras fragilidades y confiemos en que Dios siempre está a nuestro lado y nos ayuda en los momentos difíciles. Sin Dios, el mundo seguirá bajo la oscuridad de la muerte.
guntarnos a nosotros mismos: ¿Cómo enfrentamos la realidad de la vida? ¿Con Dios o sin Él? Elías nos revela que, mediante la oración, el Dios de la vida siempre responde dando el aliento a un cuerpo muerto y al mundo sin sentido. Como verdadero hombre de Dios, Elías reconoce su ser profeta y actúa como instrumento del Espíritu que crea la vida del hombre. Con su Espíritu, Dios cambia «el luto en danzas» y «su bondad, de por vida».
Por otro lado, Lucas subraya que el Dios de la vida es el Dios de la misericordia que restaura la esperanza y que dirige al hombre a actuar en favor de toda la humanidad, de la justicia, de la caridad y de la verdad. La mano de Dios en Jesús toca la fragilidad del hombre y El mundo necesita un Dios que le restaura dándole la vida. Jeverdaderamente manifieste su sús nos muestra la ternura de poder y dominio sobre todas Dios ante el sufrimiento humalas cosas: un Dios que muestra no. «No llores»: las palabras su amor y su bondad a pesar compasivas de Jesús que conde las atrocidades de la vida. mueve el corazón de una maLas lecturas de hoy quieren dre ante su hijo muerto. Esta mostrar que Dios en el que actitud de Jesús constituye una creemos es un Dios de la vida. caridad radical que transforma Es un Dios que hace milagros y la muerte en vida. Los discípuque incluso la muerte no tiene los y mucho gentío acompañaningún poder sobre él. Elías, en ban a Jesús y fueron testimola primera lectura, nos mues- nio de la grandeza del poder tra cómo Dios no quiere casti- divino. Junto con la gente, Jegarnos por nuestros pecados. sús sentía compasión hacia la Ante el sufrimiento y la muer- mujer y le regaló de nuevo a su te, siempre nos preguntamos hijo vivo. si Dios todavía se acuerda de sus hijos. Pero, debemos pre- Realmente, «Dios ha visitado a