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Pequeños rumiantes en primeras edades: parásitos y factores que los hacen más vulnerables a las parasitosis
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by Grupo Asís
Nélida Fernández Pato1 e Irene Aguilar García2 1Doctora en Veterinaria, coordinadora de Enfermedades Parasitarias, Facultad de Veterinaria, Universidad Alfonso X el Sabio. E-mail: nfernpat@uax.es 2Veterinaria, investigadora y libre ejercicio de profesión Imágenes cedidas por las autoras
IMPORTANCIA DEL SECTOR OVINO Y CAPRINO EN ESPAÑA
En España el sector ovino y caprino supone un 12 % de la producción final ganadera, siendo el segundo país de la Unión Europea en este censo. Representa un total de 20.000 cabezas censadas en 2021, aunque es el ganado ovino, con un 83 %, el que engloba más animales. Del total del censo ovino, el 5,2 % son animales menores de un año, y del ganado caprino el 20,3 %1 .
AGENTES PARASITARIOS DIGESTIVOS Y SU IMPORTANCIA EN PRIMERAS EDADES
Los pequeños rumiantes pueden verse afectados por agentes etiológicos parasitarios a cualquier edad, sin embargo, los más prevalentes son los endoparásitos digestivos que engloban varios parásitos que pasan por el aparato digestivo y que se pueden diagnosticar con técnicas coprológicas, entre otros métodos diagnósticos. Los animales más jóvenes son los que mayores consecuencias clínicas sufren por algunos agentes parasitarios, como, por ejemplo: Cryptosporidium spp., Eimeria spp. o nematodos gastrointestinales (NGI).
Uno de los signos clínicos más frecuentes es la diarrea, aunque en algunos casos estos agentes parasitarios pueden ser responsables incluso de la muerte del animal.
En pequeños rumiantes, desde el nacimiento hasta el destete, parásitos de los géneros Cryptosporidium y Eimeria, entre otros enteropatógenos como E. coli, son la causa más frecuente de diarrea2 .
LÍNEA TEMPORAL PARASITARIA DESDE EL NACIMIENTO AL AÑO DE VIDA
Los endoparásitos digestivos más frecuentes en pequeños rumiantes durante el primer año de vida penetran por vía oral. Conociendo algunas características de su ciclo biológico como el tiempo que precisan dentro del hospedador para contaminar el medio ambiente (prepatencia) o el tiempo que tardan una vez eliminadas sus formas parásitas en ser infectantes, se podría realizar una línea temporal parasitaria como se muestra en la figura 1.
Sin embargo, las consecuencias clínicas no solo dependen de los ciclos biológicos, sino también del desarrollo de inmunidad adquirida parcial, condiciones medioambientales o concentración animal, factores que han de tenerse en cuenta en la línea temporal parasitaria.
Cryptosporidium Prepatencia 3-4 días Eimeria Prepatencia 12-18 días NGI Prepatencia 16-21 días
Nacimiento - 14 días
Cryptosporidium es uno de los enteropatógenos más implicados en el síndrome de diarrea neonatal, que es uno de los problemas sanitarios de mayor importancia en toda Europa. Se reconocen 15 especies distintas3 . C. parvum es una de las especies más importantes, no solo por estar implicada en cuadros clínicos en pequeños rumiantes, sino también por su poder zoonótico. Aunque otras especies como C. ubiquitum y C. xiaoi también se han detectado en pequeños rumiantes en España4 .
Su detección se puede realizar mediante métodos coprológicos, inmunológicos o moleculares. Los más utilizados son los coprológicos por su rapidez diagnóstica y bajo coste y se basan en extensiones fecales que posteriormente se tiñen para identificar los ooquistes de unos 4-6 µm. Tradicionalmente, se han utilizado las tinciones de Ziehl-Neelsen o de Heine (figura 2) que han sufrido distintas modificaciones5,6, aunque para la detección de portadores asintomáticos pueden utilizarse métodos de concentración por flotación o sedimentación7 .
Desde las tres semanas de vida
Eimeria es el género de coccidio más detectado en ganado ovino y caprino8 , incluyéndose también como causa del
FIGURA 2. Técnica de Heine con ooquistes de Cryptosporidium. FIGURA 3. Oooquistes de Eimeria sin esporular, infección mixta.
síndrome de diarrea neonatal en estos animales.
No todas las especies de este género tienen el mismo poder patógeno y son altamente específicas de hospedador. En el ganado ovino, las especies E. crandalis y E. ovinoidalis son las más patógenas, mientras que otras como E. ahsata, E. bakuensis, E. granulosa, E. faurei, E. parva o E. punctata tienen menor patogenicidad y producen cuadros subclínicos caracterizados por retraso en el crecimiento y pérdidas productivas9. En el ganado caprino, sin embargo, E. ninakohlyakimovae, E. arloingi y E. christenseni son las más patógenas9,10 .
Debido a que las infecciones son mixtas (figura 3) y el poder patógeno diferente entre especies, los cuadros clínicos son variables pero muy frecuentes en animales jóvenes. Cabe destacar que los adultos, aunque suelen ser portadores asintomáticos, también pueden desarrollar clínica11 .
El recuento de ooquistes en heces y su identificación etiológica tras esporulación son las técnicas diagnósticas más utilizadas. Sin embargo, existen métodos moleculares con mayor sensibilidad que posibilitan detectar cuadros subclínicos12 .
Desde las cinco semanas de vida
Los NGI son los parásitos de distribución cosmopolita más importantes en rumiantes en pastoreo y ocasionan desde pérdidas productivas hasta, en los casos más graves, la muerte de los animales más afectados13 .
Se incluyen muchos géneros y especies, aunque géneros como Trichostrongylus tienen especial importancia por las consecuencias clínicas que producen en pequeños rumiantes, causando gastroenteritis y diarrea14 .
La presencia de inmunidad innata y el desarrollo de inmunidad adquirida tras meses de exposición facilita al sistema inmunitario luchar contra estos parásitos, no permitiendo su establecimiento o realizando cambios en su morfología y fecundidad15 . Tradicionalmente se han realizado coprologías cuantitativas (figura 4), aunque otros parámetros como los niveles de pepsinógeno o anticuerpos en plasma pueden utilizarse como herramientas diagnósticas.
Para el diagnóstico coprológico etiológico se realizan los métodos de coprocultivo y posterior migración larvaria con identificación de larvas37, siguiendo las guías de medidas y morfología que tiene cada especie. Además, se han desarrollado métodos moleculares que identifican la regiónITS-2 y permiten un diagnóstico etiológico por secuenciación16 .
FACTORES IMPLICADOS EN LA INFECCIÓN PARASITARIA DIGESTIVA EN PRIMERAS EDADES
La incidencia parasitaria en pequeños rumiantes durante los primeros meses de vida depende de distintos factores epidemiológicos que deben tenerse en cuenta.
Los animales adultos son portadores asintomáticos de coccidios, por lo que contaminan el medio ambiente sin sufrir consecuencias clínicas pero posibilitan la infección de los recién nacidos9 .
La falta de inmunidad adquirida parcial en los animales más jóvenes provoca que la coccidiosis sea tan frecuente en ellos. Por ejemplo, la presencia de diarrea en animales sin destetar es tres veces mayor que en los destetados. Cryptosporidium y Eimeria son los parásitos responsables de este síndrome de diarrea neonatal2 .
Además, no todas las especies de NGI presentan la misma localización en el tracto digestivo ni producen las mismas acciones patógenas. Uno de los NGI más frecuentes, Teladorsagia circumcincta, se aloja en la mucosa del abomaso produciendo alteraciones inflamatorias y traumáticas favoreciendo la pérdida protéica18, mientras que Trichostrongylus vitrinus, considerada la especie más patógena en corderos y destetados, afecta a las microvellosidades del intestino delgado formando túneles subepiteliales19 .
Infecciones parasitarias mixtas
Los coccidios son los parásitos más frecuentes en animales sin destetar y recién destetados, pero no hay que olvidar que existen también infecciones mixtas por Eimeria y NGI, de gran importancia por sus consecuencias clínicas en pequeños rumiantes, ya que existe una correlación entre la infección por NGI y por Eimeria17 .
Tipo de explotación
• Explotación intensiva: los corderos y cabritos antes de destetarse en estos sistemas de producción son más susceptibles de sufrir diarrea causada, entre otros enteropatógenos, por
Cryptosporidium y Eimeria spp.2. Sin embargo, sistemas de explotación semiintensivos pueden facilitar también la diseminación de Eimeria. • Explotaciones mixtas de corderos y cabritos: la especificidad parasitaria es la responsable de que no se produzcan infecciones por Eimeria entre ganado ovino y caprino. Sin embargo, otros parásitos no específicos compartidos por ambas especies, como los NGI, pueden ser un factor de riesgo de infección. Con relación a los NGI, las ovejas desarrollan mayor resistencia que las cabras, por lo que la presencia de cabras en una explotación mixta favorece una mayor contaminación del medio ambiente2 .
Falta de higiene y hacinamiento
La incidencia de coccidiosis está directamente relacionada con la falta de higiene y el hacinamiento. La forma en heces de Cryptosporidium es directamente infectante y, además, un animal enfermo elimina entre 106 y 109 ooquistes por gramo de heces (opg)20 .
El hecho de que los ooquistes de Eimeria se eliminen sin ser infectantes implica que la falta de higiene y el hacinamiento animal faciliten la esporulación de los ooquistes y la infección de los animales. La esporulación se produce entre 1 y 4 días después cuando las temperaturas son medias y existe humedad relativa elevada9. Los animales en edad de destete son los mayores eliminadores de ooquistes, disminuyendo la excreción después de este momento por el desarrollo de inmunidad adquirida parcial.
Limpieza y desinfección de explotaciones intensivas y semiintensivas
La presencia de ooquistes de Eimeria y Cryptosporidium en el medio ambiente es responsable de muchos de los casos del síndrome de diarrea neonatal en pequeños rumiantes, por lo que mantener un medio ambiente limpio y desinfectado disminuye la infección de recién nacidos por estos coccidios digestivos.
Evitar el hacinamiento o la elevada carga ganadera
Con independencia del sistema de producción, mantener un número adecuado de animales no solo disminuye las infecciones parasitarias, sino que además favorece uno de los requisitos que toda explotación ganadera debe perseguir, el bienestar animal, que es el primer paso para conseguir “One welfare” (un solo bienestar).
Control selectivo dirigido
El control de los NGI se basa en análisis coprológicos y medición de parámetros productivos y fisiológicos responsables de la toma de decisiones sobre la desparasitación. Si en ovejas y cabras se ejerce este tipo de control, el medio ambiente tendrá baja contaminación y los corderos y cabritos en régimen extensivo o semiintensivo entrarán en contacto controlado con estos parásitos, lo que permitirá el desarrollo de inmunidad adquirida parcial sin presencia de parasitosis.
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