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Perspectivas de futuro para el uso de la HCG en vaca lechera: aspectos clínicos

En este artículo se proponen usos clínicos de la hCG y su aplicación tanto en rutinas de sincronización como en el manejo reproductivo de granjas de vacuno lechero, especialmente las de buen manejo.

Irina Garcia-Ispierto* y Mònica Llobera-Balcells Departamento de Ciencia Animal, Universidad de Lleida, España *Profesora Contratada Doctor, E-mail: irina.garcia@udl.cat Imágenes cedidas por las autoras

La gonadotrofina coriónica humana (hCG) fue descubierta en 1927 en la orina de mujeres embarazadas. Posteriormente, se describió como una hormona gonadoestimulante secretada en grandes cantidades por la placenta de la mujer. Este hecho hizo posible la extracción de la hCG de la orina de mujeres embarazadas para su uso clínico. En la vaca, su primer uso fue descrito por Moore en 1946 para tratar quistes foliculares ováricos.

Desde entonces, el conocimiento sobre la hCG ha avanzado mucho. Esta hormona tiene un comportamiento bifásico después de su administración: una fase rápida de 5-9 horas, y una fase lenta de 24-33 horas o más si su aplicación es intramuscular. En animales domésticos como la vaca, su actividad luteotrópica es más duradera que la de la propia hormona luteinizante (LH), hecho que la hace ideal como inductora de la ovulación. A pesar de ello, esta hormona ha sido utilizada principalmente como último recurso para vacas problemáticas y no se acostumbra a usar en rutinas de granja. Si bien es verdad que al ser una gran molécula provoca refractariedad, actualmente, su uso puntual en vacuno lechero no lo hace un hecho relevante.

La mejora del manejo de las granjas lecheras hace preguntarse por qué esta hormona ha sido relegada a un uso puntual. El gran motivo de preocupación de ganaderos y veterinarios es su elevado coste y su forma de presentación. Es cierto que la forma liofilizada aumenta el tiempo de preparación antes de su aplicación, lo que puede interferir en la rutina diaria de una granja. Por otro lado, el coste no debería ser motivo de preocupación si se tiene en cuenta que cada día abierto en una vaca lechera de alta producción cuesta 6,0 $/día (Cabrera, 2014) o más en vacas altamente productoras y de buen manejo. Si esta hormona aumenta la fertilidad y disminuye las pérdidas de gestación por su efecto luteotrópico (Beltran y Vasconcelos, 2008), el coste es un factor totalmente negligible.

ESTRÉS POR CALOR

El impacto del estrés por calor (EC) en los animales es bien conocido desde la antigüedad. Sin embargo, actualmente, debido al declive de fertilidad en vacuno lechero a nivel mundial, el EC ha sido el foco de atención de muchos veterinarios y científicos a nivel mundial. Las consecuencias negativas del EC no solo emergen en periodos de alta temperatura y humedad, sino que puede haber efectos mucho más tardíos. Eso significa que las granjas tienen que prevenir el EC mediante métodos de evaporación y enfriamiento como ventiladores y aspersores. Sin embargo, como estos métodos no consiguen paliar totalmente los efectos negativos de este tipo de estrés, otros métodos son necesarios para preservar la fertilidad de las vacas lecheras (De Rensis et al., 2015) durante este periodo.

El uso de la hCG comparado con la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) en protocolos de inseminación artificial (IA) a tiempo fijo o a celo visto tiene claros beneficios, tanto en protocolos basados en progesterona como en los basados en prostaglandinas. Durante épocas de EC, unos de los factores que más disminuye la fertilidad es un retraso

Las consecuencias negativas del estrés por calor no solo emergen en periodos de alta temperatura y humedad, sino que puede haber efectos mucho más tardíos.

entre la ovulación y la IA. Uno de los beneficios de la hCG es que la luteolisis no se retrasa y la duración del ciclo estral no se prolonga. Además, durante el EC la calidad del cuerpo lúteo (CL) disminuye, disminuyendo así la progesterona sanguínea. Por eso, la sustitución de la GnRH por hCG en periodos cálidos parece totalmente apropiada. Su aplicación en el momento de la IA no solo puede favorecer la tasa de concepción, sino que puede mejorar la tasa de gestación acumulada (De Rensis et al., 2008).

GESTACIONES GEMELARES

Las gestaciones gemelares son indeseadas en vacuno lechero, no solo porque aumentan dramáticamente la pérdida de gestación, sino también por el aumento de problemas posparto (con la consiguiente disminución del bienestar animal y aumento de tratamiento antibiótico y hormonal), riesgo de eliminación de la madre y mortalidad del recién nacido (Andreu-Vázquez et al., 2012). Así pues, abordar la prevención de este problema es de vital importancia para la supervivencia de un sector cada vez más tecnificado y con menos margen de beneficio.

La transferencia embrionaria es una de las estrategias más efectivas para mejorar la fertilidad de las vacas y reducir los partos dobles.

PUNCIÓN FOLICULAR SIMPLIFICADA

Una de las técnicas propuestas recientemente es la punción folicular en vacas con dos folículos preovulatorios en el momento de la IA (Garcia-Ispierto y López-Gatius, 2019) (https://preventingtwinsdairycow. com/?lang=es) (figura 1). Esta técnica demuestra ser eficaz eliminado los gemelos y teniendo la misma fertilidad que las vacas de celo natural. El problema de esta técnica es el aumento de fracasos ovulatorios. Así pues, si se consigue disminuir estos fracasos ovulatorios, es posible que la técnica tenga mayores beneficios.

En muchas granjas de buen manejo está establecido la aplicación de GnRH en el momento de la IA. Si el principal problema de la técnica propuesta es el aumento de fracasos ovulatorios, el tratamiento con hCG permitirá reducirlos, aumentando así la posterior fertilidad. De hecho, las vacas tratadas con hCG en el momento de la IA tuvieron un 47,6 % de fertilidad, comparado con un 28,6 y un 20 % del control (sin punción) y de las puncionadas con GnRH, respectivamente, en un estudio reciente (Garcia-Ispierto et al., 2021). Por ello, la aplicación de la hCG se considera vital para el uso de esta técnica y así lograr el objetivo de reducir las gestaciones gemelares. De hecho, algunas granjas ya la están aplicando de forma rutinaria en la visita reproductiva, sobre todo en vacas con más riesgo de sufrir gestaciones gemelares, las multíparas.

TRANSFERENCIA EMBRIONARIA

La transferencia embrionaria (TE) es una de las estrategias más efectivas para mejorar la fertilidad de las vacas y reducir los partos dobles. Además, si se implementa esta técnica en hembras multíparas (las de más riesgo de gestaciones gemelares pero las más productoras) se conseguirá aumentar la producción lechera y la eficiencia reproductiva total de la granja. Se debe tener en cuenta que en esta estrategia reproductiva las terneras y primíparas deben ser destinadas a la reposición para conseguir así aumentar el mérito genético global.

Esta técnica ha demostrado aumentar la fertilidad en comparación con la IA, debido a que reduce el periodo más crítico de supervivencia del embrión (5 días pos-IA). El tratamiento de hCG en el momento de la TE aumenta significativamente las concentraciones de progesterona (Marques et al., 2002) plasmática hasta 2-3 semanas pos-IA en comparación los grupos control. Este hecho, además, hace que las pérdidas de gestación disminuyan significativamente.

Si la hCG demuestra estos claros beneficios al momento de la TE, cabría pensar que el momento de la ovulación (día 0) en vacas receptoras de embrión

FIGURA 1. Técnica de punción folicular simplificada con una cánula rígida de punción de quistes foliculares.

Proceso en el laboratorio

Recogida ovarios (Holstein/ Angus) en matadero

Transporte ovarios al laboratorio (35-37ºC) Aspiración FO*1

Maduración FO*1 (MIV) Cultivo in vitro (CIV) 7 días

Selección blastocitos Transporte granja con incubador (38ºC)

Fecundación in vitro (FIV) Montaje del embrión en la pajuela

Proceso en la granja

Día 0 Día 7 Día 28 Día 56

Protocolo sincronización hCG*2/ GnRH

OV*3

hCG*2 Presencia CL*4

ET*5 Diagnóstico de gestación Confirmación de gestación

FIGURA 2. Línea cronológica del proceso de transferencia de embriones. FO*1: Folículo; hCG*2: Gonadotropina coriónica humana; CL*4: Cuerpo lúteo; ET*5: Transferencia embrionaria; OV*3: Ovulación.

7 días después, esta hormona sería efectiva (figura 2). No solo por su efecto inductor de ovulación, sino porque crearía un CL más efectivo. A pesar de ello, sorprendentemente no existen estudios actualmente que estudien estos posibles efectos de la hCG.

POSINSEMINACIÓN ARTIFICIAL

El síndrome de la vaca repetidora es uno de los principales problemas en vacuno lechero de alta producción. Esto significa que hay un porcentaje de vacas sin patologías aparentes que no quedan gestantes después de 3 o más IA. Uno de los motivos podría ser el alto metabolismo hepático de estas vacas y, por lo tanto, su diminución de progesterona circulante. La hCG, aparte de ser luteotrópica, favorece la ovulación de folículos y la formación de CL accesorios que conseguirían aumentar eficazmente la progesterona (P4) (figura 3).

Entonces, si hay múltiples estudios que demuestran este efecto (De Rensis et al., 2010) si se aplica de 3 a 5 días pos-IA, ¿por qué no aplicar la hCG de forma rutinaria en vacas repetidoras?

Agradecimientos Agradecer a “01.02.01 de Transferència Tecnològica del Programa de desenvolupament rural de Catalunya 2014-2020 (N20016)” y al Profesor López-Gatius la ayuda brindada.

FIGURA 3. Ecografía transrectal de dos cuerpos lúteos 14 días posinseminación (pos-IA) en vacas tratadas con hCG a día 5 pos-IA. Bibliografía disponible en www.grupoasis.com/ albeitar/bibliografias/AL244_HCG.pdf

CONCLUSIÓN

Muchas de las técnicas y rutinas reproductivas de las granjas lecheras siguen siendo parecidas a las de los años 80-90, a pesar de que la vaca actual poco tiene que ver metabólica y hormonalmente con la de antaño. La mentalidad de veterinarios y ganaderos debe evolucionar y saber adaptarse a la nueva situación. Este sector, altamente sometido a presiones económicas, solo puede mejorar para sobrevivir. Esto solo puede hacerse cambiando la forma de pensar y aplicando nuevas técnicas y estrategias reproductivas. Una de ellas, la aplicación rutinaria de hCG en la visita reproductiva semanal.

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