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Chequeos geriátricos: optimización en la elección de las técnicas diagnósticas
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Entre el 30 y el 40 % de los pacientes de los centros veterinarios son mascotas sénior o geriátricas. En estos pacientes es fundamental actuar de modo preventivo, programando chequeos periódicos que permitan detectar precozmente las alteraciones más habituales en esta etapa de su vida.
Ángela Martín Méndez
Veterinaria y profesora adjunta del Departamento de Veterinaria en la Facultad de Ciencias Biomédicas y de la Salud de la Universidad Europea. Imágenes cedidas por la autora
Gracias al desarrollo y la innovación científica se ha conseguido mejorar mucho nuestra calidad de vida y, por extensión, también nuestra esperanza de vida. Pero la ciencia no solo avanza en beneficio de las personas, también del medio natural y de los animales con los que compartimos nuestras vidas, especialmente de los perros y gatos, que siguen siendo los compañeros animales más habituales en los hogares europeos.1
La innovación médica veterinaria ha aportado nuevos tratamientos, pero no es el único elemento que ha ayudado a impulsar y mejorar la calidad de vida y la esperanza de vida de perros y gatos. Destacadas mejoras en la higiene, en el manejo nutricional y, sobre todo, en la medicina preventiva, con planes de salud que incluyen perros y gatos de edades más avanzadas, han sido claves para evitar y realizar una detección precoz de sus problemas de salud.
La etapa geriátrica en perros y gatos
Según los criterios más aceptados, los gatos geriátricos son aquellos que tienen 12 años o más de vida. Entran en esta clasificación también los perros con peso inferior a 9,5 kg. En el caso de los perros que tienen un peso comprendido entre los 9,5 y los 23 kg, se consideran geriátricos a partir de los 10 años. Los perros que tienen un peso de más de 23 kg pero menos de 54,5 kg se catalogan como geriátricos a partir de los 8 años. E incluso aquellos que superan los 54,5 kg son considerados geriátricos cuando cumplen los 6 años de vida. Estos datos se muestran de forma más visual en la tabla 1. 2
Es destacable mencionar que de 2002 a 2020 la esperanza de vida de los gatos ha aumentado un 10 % y la de los perros, un 4 %. Es decir, estos datos se materializan en un incremento, de media, de 1 año en la esperanza de vida de los gatos y de 6 meses en el caso de los perros, en los últimos 20 años.3
Además, hay datos que señalan que, en general, entre el 30 y el 40 % de los pacientes de los centros veterinarios son mascotas sénior o geriátricas4,5, y asociando esta información con el incremento de su esperanza de vida, es lógico pensar que en el futuro este porcentaje pueda incrementarse aún más.
Tabla 1. Esquema visual donde se representa la relación entre el tamaño del perro y la nomenclatura que obtiene según su edad. También se incluye en la primera columna la clasificación “adulto”, “senior” y “geriátrico” asociado a los gatos y su edad en cada etapa.
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Años de las mascotas
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Gatos Perros
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Figura 1. La pronta detección de alteraciones geriátricas va a ir supeditada a la colaboración de los propietarios y a la programación de chequeos geriátricos periódicos. La esperanza de vida de los perros y gatos puede aumentar mucho gracias a la detección precoz de alteraciones que inicialmente son subclínicas.
Educación de los propietarios
Es indudable que existe mucha bibliografía, formación, cursos, puppy classes, seminarios, etc. relacionados con los primeros meses y años de vida de nuestras mascotas, pero, ¿y sobre la etapa sénior y geriátrica? Es evidente que, si deseamos que los propietarios nos ayuden a detectar con la mayor antelación posible las alteraciones de sus mascotas, así como que den importancia a las revisiones periódicas en geriatría, deben estar bien informados sobre los cambios fisiológicos que van a encarar sus mascotas con el paso de los años. Al mismo tiempo, los propietarios también deben estar informados sobre los cambios que pueden contrarrestarse con manejo, dietas adecuadas, nutraceúticos u otros tratamientos y sobre todo, sobre los cambios que nos indicarán que necesitamos más pruebas diagnósticas para descartar o diagnosticar alteraciones que están surgiendo en sus mascotas.
Con un buen asesoramiento preventivo en la etapa geriátrica de los perros y gatos, conseguiremos minimizar la percepción de normalidad de comentarios como: “se mueve menos, ya no sube las escaleras, es por la edad”, “bebe más agua, será por la edad”, ”orina en casa, es por la edad”, y un largo etc., ya que muchas de estas afirmaciones que se han normalizado y que estamos acostumbrados a oír en las consultas veterinarias, nos pueden estar dando pistas sobre estadios iniciales de alteraciones clínicas más graves y a las cuales se les podía haber puesto freno o tratamiento con mayor antelación, reduciendo así sus consecuencias y mejorando la calidad de vida de los animales.
Chequeos geriátricos rutinarios
Como se ha mencionado, debemos formar a los propietarios para que detecten y nos comuniquen a los veterinarios aquellos cambios que nos aportan información relativa al estado de salud del perro o gato, ya que estos cambios pueden ser fisiológicos debidos a la edad, o no. De todas formas, siempre deberá valorarlo física y conductualmente un profesional veterinario para poder asesorar sobre los cuidados que pueden beneficiar la calidad de vida del animal. En caso de sospechar alteraciones patológicas, los veterinarios indicaremos las pruebas diagnósticas necesarias que objetivamente nos aportarán más información sobre el estado de salud de los pacientes, su progresión y optaremos por el tratamiento más adecuado.
Pero no solo debemos actuar como respuesta a la demanda de diagnóstico de nuestros clientes, sino de modo preventivo, con chequeos geriátricos periódicos
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Figura 2. Muchas alteraciones periodontales tienen una aparición gradual y por tanto son fáciles de detectar precozmente gracias a los chequeos veterinarios periódicos.
para la detección precoz de las alteraciones más frecuentes en los pacientes geriátricos.
Cada vez hay más personas hoy en día que somos conscientes de la relevancia que tiene la medicina preventiva en pro de nuestra salud, y este hecho ha beneficiado que siga creciendo el número de propietarios que valora muy positivamente los protocolos o planes de salud a medida para la detección precoz de alteraciones en sus perros y gatos de edades más avanzadas.
Los perros y gatos de edades avanzadas requieren chequeos periódicos a medida, ya que el cambio de hábitos y la disminución de la actividad física de los mismos puede hacer que se enmascaren alteraciones durante más tiempo. Es decir, algunas alteraciones pueden pasar desapercibidas por los propietarios, debido a que dan por hecho que con la edad los animales pueden perder facultades físicas y mentales y esto se puede asociar erróneamente a cambios fisiológicos normales.
Diseño individualizado de los chequeos
En realidad, lo que nos debe preocupar es saber qué queremos ser capaces de detectar con la mayor antelación en cada paciente. Y, a partir de ahí, seremos capaces de contestar a la pregunta sobre qué debe ofrecer un chequeo geriátrico. Dependerá de si se trata de un perro o de un gato, pero también del historial clínico previo y de las predisposiciones raciales según sus características individuales. Así que una respuesta adecuada podría ser, que el chequeo geriátrico puede ofrecer toda la batería de pruebas que tengamos a nuestra disposición, pero debemos optimizar el uso de las mismas, como hemos mencionado antes, según su historial clínico previo, su predisposición racial e individual haciendo un uso responsable del presupuesto de los propietarios y de los riesgos que pueden conllevar para el paciente. ción cognitiva del perro o nos permitirá conocer la cantidad de agua consumida diariamente, y continuar con una exploración física completa que nos aportará mucha información sobre el estado actual del paciente.
Se seguirá el chequeo con una hematología y bioquímica completas, además de un urianálisis y un coprológico, que aportarán información muy relevante para la evaluación y seguimiento de los pacientes.
Es fundamental la medición de la presión arterial, debido a la asociación que tiene su incremento en varias patologías de pacientes geriátricos. A continuación, se recomienda realizar radiografía torácica, electrocardiograma y ecocardiografía Doppler, que son de gran utilidad combinadas junto con los datos de la presión arterial, en caso de sospecha de alteraciones cardíacas6 .
Finalmente, la ecografía abdominal se plantea en algunos casos, dependiendo de las sospechas que se mantienen tras los resultados de las pruebas diagnósticas anteriores; aunque cada vez hay más estudios científicos que avalan la utilidad de incluirla directamente en los protocolos de chequeos veterinarios de pacientes geriátricos.7
No hay que olvidar que, dependiendo de la zona geográfica donde resida el perro o el gato, el estilo de vida y la prevalencia de determinadas enfermedades infecciosas, también se incluyen en los chequeos geriátricos los test de Leishmania, Erlichia, Dirofilaria, PIF, FIV, FeLV, etc. para poder detectar positivos lo más precozmente posible en dichos pacientes, ya que debemos tener en cuenta que su sistema inmunitario no generará respuestas tan eficientes como las que puede aportar un individuo joven o adulto sano.8-11
Alteraciones detectadas con más frecuencia
Las siguientes alteraciones destacan por ser las más frecuentes en pacientes geriátricos8-11: • Obesidad, (aunque a partir de los 10 años de edad hay perros que tienden a perder peso)12-14 . • Alteraciones endocrinas (sobre todo, asociadas a páncreas y tiroides) • Alteraciones renales • Alteraciones articulares • Alteraciones periodontales • Alteraciones cardiacas • Alteraciones/modificaciones en la conducta y neoplasias
Por lo tanto, las pruebas diagnósticas utilizadas en el protocolo habitual de los chequeos geriátricos tienen que ir en consonancia con estas alteraciones, ya que esto evitará sobre todo que se nos pasen por alto en los chequeos aquellas patologías más frecuentes en nuestros pacientes geriátricos.
Además, en estudios en los que únicamente se han evaluado perros geriátricos que, según sus propietarios, estaban aparentemente sanos15, se han detectado con frecuencia relevante las siguientes alteraciones: • Masas subcutáneas • Alteraciones ortopédicas • Disminución del hematocrito • Disminución de la albúmina sérica • Incremento del recuento plaquetario • Disminución de la concentración total de tiroxina
Conclusión
La educación de los propietarios y la programación de chequeos geriátricos deben ir de la mano para favorecer la detección precoz de alteraciones en nuestros pacientes más mayores. Además, los chequeos geriátricos completos en perros y gatos son un recurso muy útil para detectar alteraciones en fases iniciales, en las que pueden pasar inadvertidas para los propietarios de las mascotas, tanto por ser cambios muy sutiles, como por ser en algunos casos imposibles de apreciar sin el uso de las técnicas diagnósticas adecuadas.
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Figura 3. El estilo de vida de los perros y gatos propiciará el uso de unas técnicas diagnósticas para la detección de unas enfermedades infecciosas u otras. Pero no debemos olvidar que en todos los pacientes (no sólo geriátricos) está indicada la realización de coprológicos periódicos en los protocolos de medicina preventiva.
Bibliografía:
1. Fuente de la información: ANFAAC (Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía) y FEDIAF (The European pet food industry) 2. Implementing a Successful Senior/Geriatric Health
Care Program for Veterinarians, Veterinary Technicians, and Office Managers. Vet Clin North Am Small
Anim Pract 2012; 42:823–834. 3. Fuente de la información: AMVAC 4. Metzger FL. Senior and geriatric care programs for veterinarians. Vet Clin North Am Small Anim Pract 2005; 35:743–7 5. State of pet health website. State of pet health 2013 report, Banfield Pet hospital. In: 2013, http://www. stateofpethealth.com/state-of-pet-health. Accessed
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Clin North Am Small Anim Pract], ISSN: 0195-5616, 1989 Jan; Vol. 19 (1), pp. 87-102; Publisher: Saunders; PMID: 2646821 11.Ansari Mood, Maneli; Rafie, Seeyamak Mashhady;
Masouleh, Mohammad Nasrollahzadeh; Aldavood,
Seyed Javid. ‘Prevalence and risk factors of “cognitive dysfunction síndrome” in geriatric dogs in
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