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Generadores de ILUSIÓN

Los animales han ayudado al ser humano prácticamente desde siempre. Hoy en día pueden hacerlo incluso en los peores momentos de una persona, confortarla, apoyarla y ayudarla. Y de hecho, lo hacen.

Héctor Serrano Co-fundador y vicepresidente de la Fundación Creality www.fundacioncreality. org Las intervenciones asistidas con animales, y en especial con perros, son un tipo de actuación en la que el perro de apoyo social es el eje central. Interactúa con las personas en pro de mejorar su calidad de vida, para conseguir unos objetivos previamente definidos por un profesional de lo social o de la salud. Estos profesionales trabajan con aspectos muy íntimos de las personas, y es aquí donde el animal cumple una de sus funciones más bonitas, la de fiel compañero.

El perro no es una persona, por lo que con él no hay traiciones ni dobles sentidos. Tampoco juzga, le da igual cómo seas, las limitaciones físicas, psicológicas o sociales que tengas, y responde siempre de manera primaria al amor.

El perro es el eje central en terapias de apoyo.

Protagonista de cuatro patas

El can, con su forma de ser tan maravillosa, crea un vínculo especial, que motiva, une y ayuda a generar esa chispa de cambio en la persona. Es un estímulo altamente llamativo, que puede abrir diferentes canales de comunicación, dulcifica y relaja el ambiente, lo cual es realmente importante.

Es útil, a la par que bonito, en especial para aquellos que no pueden expresar abiertamente sus sentimientos o intereses, como niños y personas mayores con diversidad funcional o autismo, entre otros. El perro puede hacer de puente de comunicación.

En muchas ocasiones, los niños proyectan sus emociones o miedos en el perro, argumentando que el animal se siente ansioso, triste o enfadado, cuando en realidad están hablando de sí mismos. Esto nos ofrece un campo terapéutico muy amplio y nos permite trabajar aquello que el niño necesita, pero de una manera completamente descontextualizada, dulce y positiva. Dentro de este tipo de intervenciones, entre diferentes agentes sociales podemos trabajar aspectos

Los perros son mucho más que un fiel compañero

Ayudan a personas con discapacidad visual a desenvolverse.

Alertan y ayudan a personas con discapacidades auditivas.

Ayudan a personas con discapacidades de movilidad.

Karma es una Labrador Retriever adulta, profesora en colegios de Integración Públicos y visitante de residencias y colegios de personas con discapacidad intelectual.

Varita y el Mago Juanky ayudan a reducir la ansiedad en el hospital.

Javier Ayuso/María Costoya

Se trabaja con el vínculo que se crea entre el perro y la persona para fomentar el desarrollo de sus capacidades.

psicológicos, sociales, emocionales, físicos, educativos e incluso lúdicos. Cada día es más común ver a los perros de apoyo social en hospitales, colegios, centros de rehabilitación, residencias, centros de día y bibliotecas, entre otros. La intervención no se centra únicamente en lo terapéutico o educacional, sino en lo motivacional, en apoyar, confortar e impulsar la ayuda que permita mejorar la calidad de vida.

Olfateando con magia

Se trata de un programa de atención hospitalaria diseñado junto al gran Mago Juanky. Atiende a los niños de la planta de pediatría del Hospital Clínico San Carlos y sus familias. Momentos antes de la intervención quirúrgica, así como de la aplicación de tratamientos tales como la toxina botulínica, asisten a una competición mágica, donde “Varita”, la gran perra maga, desafía al gran mago Juanky, para determinar cuál de los dos es el mejor mago del mundo mundial. De esta manera basado en el humor y la magia, el perro ayuda a rebajar los niveles de ansiedad en los momentos previos a los procesos hospitalarios negativos, tan necesario en los más pequeños y sus familias.

Programa de educación inclusiva

Se centra en niños en situación de vulnerabilidad social y su entorno. Se diseña para facilitar el proceso de aprendizaje, de modo que se definen unos objetivos propuestos por los educadores del centro educativo. En la educación asistida con animales (EAA), en este caso con perros, se trabaja con el vínculo que se crea entre el perro y la persona para fomentar el desarrollo de sus capacidades y la participación en el ambiente educativo y de integración. En estas intervenciones el perro forma parte de las sesiones: es uno de los ejes fundamentales. Esto marca una clara diferencia con las intervenciones educativas más convencionales. Además de aportar una gran espontaneidad, puede conseguir aumentar la motivación de las personas que reciben este tipo de sesiones educativas y, por ello, favorecer la consecución de los objetivos marcados.

Facilitan la adaptación social al actuar como canal de comunicación.

Detectan cambios o crisis en personas con diabetes o problemas epilépticos. Favorecen la creación de vínculos como medida terapéutica o educativa.

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