Bioseguridad en las granjas de vacuno de leche

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DOSIER DE

PRESENTACIÓN Bioseguridad en las granjas de vacuno de leche Antonio Callejo Ramos

Servet (División de Grupo Asís Biomedia S.L.) Centro Empresarial El Trovador, planta 8, oficina I Plaza Antonio Beltrán Martínez, 1 • 50002 Zaragoza (España) Tel.: +34 976 461 480 • Fax: +34 976 423 000 • www.grupoasis.com


La fuerza editorial de Grupo Asís La editorial Servet, perteneciente a Grupo Asís, se ha convertido en una de las editoriales de referencia en el sector veterinario a nivel mundial. Más de 15 años de experiencia en edición de contenidos veterinarios avalan su trabajo. Con una gran difusión nacional e internacional, las obras de su catálogo pueden encontrarse en multitud de países y ya han sido traducidas a más de ocho idiomas entre los que se encuentran el inglés, francés, portugués, alemán, italiano, turco, japonés y ruso. Su sello de identidad es un gran equipo multidisciplinar compuesto por doctores, licenciados en veterinaria y bellas artes y diseñadores especializados y con un gran conocimiento del medio en el que desarrollan su labor. Cada título se somete a un trabajo técnico y exhaustivo de revisiones, verificaciones y análisis que permite crear obras con un diseño único y un excelente contenido. Servet trabaja con los autores nacionales e internacionales más prestigiosos para incorporar a su catálogo los temas más demandados por el veterinario. Además de obras propias también elabora libros para empresas y entre sus clientes figuran las principales multinacionales del sector.


Bioseguridad en las granjas de vacuno de leche

Bioseguridad en las granjas de vacuno de leche Antonio Callejo Ramos

AUTORES: Antonio Callejo Ramos. FORMATO: 17 × 24 cm. NÚMERO DE PÁGINAS: 128. NÚMERO DE IMÁGENES: 40. ENCUADERNACIÓN: tapa dura.

PVP

50 €

La bioseguridad se ha convertido en uno de los pilares sobre los que se sustenta la rentabilidad de una explotación lechera. Disponer de un buen plan de prevención, que potencie la salud y el bienestar del ganado y que garantice la calidad y trazabilidad del producto final, es necesario para mejorar la productividad de las granjas de vacuno de leche. Con esta finalidad, en la presente obra se va mostrando cómo aplicar las diferentes premisas que engloba el concepto de bioseguridad, como son evitar o reducir el riesgo de entrada de enfermedades y sus vectores, evitar o disminuir la difusión de enfermedades en la granja e incrementar la resistencia de los animales a las enfermedades.


Presentación de la obra Es para mí un privilegio aceptar la amable invitación de mi amigo y colega el profesor Antonio Callejo Ramos para prologar este libro, tarea que asumo con placer, ya que aunque estoy jubilado, afortunadamente puedo seguir ejerciendo la profesión de ingeniero agrónomo realizando labores de asesoría para varias instituciones. El profesor Antonio Callejo Ramos, doctor ingeniero agrónomo, tiene una amplia experiencia docente y profesional en la investigación y en la práctica de la ingeniería agronómica en producciones animales, con una especial vocación para la transferencia de tecnología a la realidad de las explotaciones ganaderas. Dan fe de ello sus trabajos de investigación y publicaciones en el campo de la ganadería industrial, tanto en porcino como en avicultura, realizados en el Departamento de Producción Animal de la Universidad Politécnica de Madrid, y las numerosas conferencias y cursos de posgrado impartidos en instituciones nacionales e internacionales. No es fácil encontrar profesionales, como el autor de este libro, en los que se compaginen el entusiasmo y la dedicación a su trabajo, con un alto grado de rigor científico y gran capacidad de comunicación para transmitir los conocimientos adquiridos en ámbitos universitarios, científicos, profesionales y empresariales. La aparición de un nuevo libro de Antonio Callejo Ramos es una buena noticia para los estudiantes (futuros profesionales), técnicos y ganaderos, ya que de lo expuesto en el mismo podrán obtener los conocimientos necesarios para preparar y poner en práctica planes de bioseguridad aplicables a las granjas de vacuno de leche. Además, la publicación de este libro llega en un momento muy oportuno, ya que la desaparición, el 31 de marzo de 2015, del sistema de cuotas lecheras de la Unión Europea está suponiendo un reto para las granjas de producción lechera españolas, que deben adaptarse a esta nueva situación. En el poco tiempo que llevamos en esta nueva etapa, ha quedado claro que va a ser necesario mejorar la productividad de nuestras granjas de vacuno de leche para que puedan competir y ser sostenibles. Para ello, una condición previa es poner en práctica planes preventivos que garanticen la salud y el bienestar del ganado, así como la salubridad, calidad y trazabilidad del producto final, como queda claramente expuesto en este libro. En la introducción se cita la intensificación de la producción en las granjas de vacuno de leche de nuestro país, muy evidente en los últimos 10 años y que conlleva un aumento de los riesgos sanitarios en el ganado. La producción de leche de vaca en 2014 en España fue de 6.582,3 millones de litros, no habiendo aumentado sensiblemente en dicha década, mientras que el número de vacas ha disminuido un 26 %, quedándose, al principio de 2015, en unas 868.000 cabezas. En este periodo, la producción de leche por vaca y año ha pasado de unos 6.000 litros en 2005 a casi 8.000 en 2014, y el número medio de vacas por explotación ha aumentado de 26 a 40.


Bioseguridad en las granjas de vacuno de leche

Más adelante en el libro se explica con profundidad el concepto de bioseguridad, desde una perspectiva amplia, que abarca tanto la salud y bienestar de los animales como su relación con la seguridad alimentaria, la trazabilidad de la cadena de producción, la sostenibilidad ambiental y la demanda de los consumidores. Así, se van tratando de manera exhaustiva y con rigor todos los aspectos que constituyen las bases de un plan de bioseguridad, como son la evaluación de los riesgos, la utilización de diversas herramientas entre las que destacan el Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (APPCC) y las guías de buenas prácticas de higiene, llegando hasta los aspectos más prácticos, como el diseño de las granjas, las barreras sanitarias y el control de todos los posibles vectores de entrada de patógenos en la granja. El quinto capítulo está dedicado a la prevención de la difusión de patologías y las medidas higiénicas que deben adoptarse en todos los planes de bioseguridad, haciendo especial mención al manejo del ganado en el ordeño, un punto muy importante en la salud de los animales de pro¬ducción lechera y en la calidad de la leche producida. También destaca un apartado que trata de la gestión de los residuos, que actualmente es un aspecto muy importante en las granjas de vacuno de leche dada la cantidad de residuos sólidos y líquidos que producen y la estricta legislación que es de aplicación. Asimismo, resulta muy interesante el capítulo que trata de la resistencia de los animales a los patógenos y que está muy relacionado con dos libros escritos por este autor: Cow comfort: el bienestar de la vaca lechera y El confort del ganado lechero en época de calor, ya que, como afirma Antonio Callejo Ramos en el capítulo segundo de este libro: “animales sanos en un ambiente adecuado son mucho más resistentes a los patógenos que aquellos ubicados en un hábitat sucio, con mala calidad de aire y de agua”. Por último, hay un capítulo que, además de resumir todo lo expuesto en el libro, incluye las principales conclusiones que se pueden extraer de su lectura. El libro termina aportando una amplia lista de referencias bibliográficas para aquellos que deseen profundizar en este tema. El lector de este libro, sea estudiante, técnico, empresario o ganadero, va a encontrar una herramienta imprescindible para implantar en las granjas de vacuno de leche un plan de bioseguridad con el fin de prevenir enfermedades, mejorar la salud y el bienestar de los animales, obtener un producto de calidad y salubridad contrastada y, todo ello, respetando el medio ambiente.

José Luis Ponce de León Esteban Ingeniero agrónomo Santander, enero de 2016



Bioseguridad en las granjas de vacuno de leche

El autor Antonio Callejo Ramos Doctor ingeniero agrónomo y profesor titular de universidad en el Área de Producción Animal en la recién creada Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la Universidad Politécnica de Madrid. Como parte de su actividad profesional ha redactado diversos proyectos técnicos de explotaciones ganaderas (fundamentalmente de vacuno de leche), así como planes de gestión de residuos y de mejora de instalaciones pecuarias. Es autor de los libros Cow comfort: el bienestar de la vaca lechera (Editorial Servet, 2009) y El confort del ganado lechero en épocas de calor: manejo del estrés térmico (Editorial Agrícola, 2015). También cuenta en su haber con más de 100 artículos de divulgación técnica, monografías y capítulos de libros en el campo del bienestar animal, de la bioseguridad, del diseño de instalaciones ganaderas, del ordeño mecánico, de la gestión de residuos y del impacto ambiental de la ganadería, entre otros temas. A lo largo de su trayectoria profesional ha impartido más de 80 cursos y seminarios.

hkeita/shutterstock.com

Es miembro del Comité de Certificación de Leche de Vaca Certificada de Cooperativa, como experto de conformidad del producto.


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Antonio Callejo Ramos

Bioseguridad en las granjas de vacuno de leche

Bioseguridad en las granjas de vacuno de leche Antonio Callejo Ramos

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Índice de contenidos 1. Introducción 2. Bioseguridad: definiciones y conceptos Introducción Concepto de bioseguridad Concepto de enfermedad y vías de transmisión Modelo de producción

3. Plan de bioseguridad Introducción ¿Por qué un plan de bioseguridad? Evaluación y establecimiento de niveles de riesgo Evaluación del riesgo Establecimiento de niveles de riesgo Manejo del riesgo

Plan de bioseguridad basado en el sistema APPCC Desarrollo de un plan de bioseguridad Elaboración de un diagrama de la granja Designación de las áreas de seguridad Asignación de áreas de riesgo y establecimiento de los distintos flujos Establecimiento de objetivos productivos y sanitarios

Determinación de la tolerancia del riesgo Evaluación del riesgo de enfermedad

Planes de bioseguridad y códigos de buenas prácticas Conclusiones

4. Prevención de entrada de enfermedades: barreras sanitarias Introducción Bioseguridad pasiva Localización geográfica Organización y diseño de la granja

Bioseguridad activa Control de entradas Vallado perimetral Sistemas de rotiluvios y desinfección para vehículos El muelle de carga Control y registro de entradas Vestuario y aseos Situación de silos y almacenes Estercolero y fosa de purín Otras consideraciones

Control de materias primas Animales Alimentos Agua de bebida

Conclusiones


5. Prevención de la difusión de enfermedades: medidas higiénicas Introducción Control de flujos y movimientos internos Pautas de manejo y organización del rebaño Limpieza y desinfección Uso de probióticos en limpieza y desinfección

Higiene del personal Higiene del ordeño Limpieza de los pezones Presellado de los pezones Desinfección de los pezones después del ordeño Productos desinfectantes

Control de plagas y otros vectores libres Control de aves Control del acceso al alimento Exclusión Reducir la posibilidad de percheo y de nidación Reducir la tasa de reproducción Aumentar la tasa de mortalidad

Control de insectos y ácaros Medidas de lucha contra las moscas

Control de roedores Medidas preventivas contra los roedores Métodos de lucha contra los roedores

Gestión de residuos Manejo del estiércol y del purín Gestión de cadáveres Otros residuos Residuos inorgánicos no reciclables Residuos sólidos asimilables a urbanos

Conclusiones

6. Aumento de la resistencia de los animales Introducción Tiempo de descanso suficiente Espacios de comedero y bebedero Comederos Bebederos

Condiciones ambientales Manejo del ordeño Conclusiones Consideraciones finales

7. Anexo Protocolo de vacunación

8. Bibliografía


Bioseguridad: definiciones y conceptos

Contaminación de

Animales enfermos Enfermos subclínicos

Establos Agua Alimentos Vertidos Maquinaria

Heces y secreciones

Existentes Comprados

Contacto directo Heces Leche Calostro

Contacto indirecto

Contacto directo Terneros sanos

Vacas sanas

Figura 4. Diferentes orígenes y modos de transmisión de enfermedades.

Las vías de entrada y salida de patógenos de un organismo vivo (en este caso, un animal lechero) son múltiples: n Contacto directo entre animales: por contacto cutáneo directo o indirecto a través del suelo y camas (sarnas, micosis, papilomas, dermatitis digital, mastitis, etc.). n Transmisión de fluidos y secreciones: como leche, sangre, deyecciones, etc., entre animales enfermos y animales susceptibles. Por vía venérea con monta natural 3 también se pueden transmitir enfermedades como brucelosis, tricomoniasis, vibriosis, rinotraqueítis infecciosa bovina (IBR) y diarrea vírica bovina (BVD). A través del semen congelado, mediante la inseminación artificial, no puede descartarse la transmisión de BVD, IBR o de fiebre aftosa, entre otras. Siempre que sea posible se empleará material de un solo uso (jeringuilla, agujas, guantes de exploración, etc.) o bien esterilizado (material quirúrgico y todo aquel que haga sangrar al animal). n Transmisión de patógenos a través del aire: en forma de aerosoles, los gérmenes espirados por los animales son diseminados por el aire a distancias que van de metros a muchos kilómetros.

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Muy poco frecuente ya, salvo quizá en explotaciones pequeñas.

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Concepto de enfermedad y vías de transmisión

n Contacto con objetos inanimados (fómites): como máquina de ordeño, agua, otros equipos, etc., que hayan estado en contacto con el ganado adquirido y que actúen de vectores. Los vehículos pueden ser fuente de contagio por medio de la suciedad que transportan, principalmente en las ruedas, aunque no solo en estas. El material de trabajo de veterinarios, nutrólogos y de otros profesionales que visitan la granja debe estar limpio y desinfectado, tarea que hay que realizar al entrar y al salir de cada granja. Siempre que sea posible se empleará material de un solo uso. n Transmisión por vía digestiva: por el consumo de alimentos contaminados con heces (paratuberculosis, criptosporidiosis), con orina (leptospirosis), por la placenta (brucelosis), etc. Los alimentos pueden estropearse y albergar gérmenes y/o toxinas causantes de listeriosis, micosis o botulismo. También tienen capacidad infectante si han sido previamente contaminados; por ejemplo, las praderas porque pasten sobre ella animales portadores o por haber sido abonadas con estiércol de animales enfermos. El agua puede transportar gérmenes como bacterias coliformes y salmonelas, especialmente si no está clorada o el cloro ha perdido actividad. La figura 5 sintetiza los principales orígenes de elementos patógenos que pueden afectar a una explotación.

Animales nuevos

Figura 5. Principales fuentes de infección en una granja.

Vehículos de transporte animal

Alimentos y agua Terneros

Visitas

Pájaros Roedores Insectos

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Plan de bioseguridad

Cuadro 1. Documentación necesaria en las explotaciones ganaderas (Labairu, 2011).

Obligatoria n Plan y registro de limpieza y desinfección. n Registro de biocidas. n Plan y registro de desinsectación. n Plan y registro de desratización. n Plan y registro de gestión de residuos. n Plan y registro de gestión de cadáveres. n Libro de explotación. n Registro de la cuarentena. n Plan vacunal. n Registro de alimentos. n Libro de tratamientos veterinarios. n Registro de aparición de enfermedades.

n Registro de resultados analíticos. n Registro de controles de la explotación. Recomendable n Protocolo de control de agua. n Protocolo de limpieza de bebederos y conducciones. n Registro de desinfección de agua y limpieza. n Protocolo de normas higiénicas para el personal. n Protocolo de normas higiénicas para las visitas. n Libro de visitas. n Plan sanitario.

El análisis del riesgo (proceso continuo de trabajo que pretende reducir dicho riesgo) está integrado por tres elementos: 1. Evaluación del riesgo: proceso de identificar el peligro y estimar el riesgo asociado, de forma cuantitativa o cualitativa. Es decir, identificar qué problemas existen, cuán grave es el problema y cuál es la probabilidad de que alguno de estos problemas se presente. 2. Gestión del riesgo: proceso de identificar, evaluar, seleccionar e implementar medidas alternativas para mitigar el riesgo. En definitiva, diseñar y poner en marcha un plan de prevención. 3. Comunicación del riesgo: intercambio de informaciones y opiniones con el personal, proveedores y clientes, de forma que haya una mejor comprensión del riesgo y de las decisiones relacionadas con él, y participen activamente en la ejecución del PB.

Evaluación del riesgo La evaluación del riesgo es un modo de determinar la presencia, distribución y gravedad de una enfermedad determinada. Un PB puede plantearse como una actividad de análisis de riesgos a medida de cada explotación. Aunque los conceptos generales de bioseguridad

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Evaluación y establecimiento de niveles de riesgo

Fases de la evaluación de riesgos en las granjas de producción de leche En las granjas de producción de leche, la evaluación de riesgos incluye cuatro fases: 1. Identificar qué producto se vende en la actualidad y en el futuro. Las ventas de una granja lechera incluyen mayoritariamente la leche producida, pero también carne (vacas de desvieje y terneros), y puede añadirse, según los casos, semen, embriones y novillas de reemplazo.

Un PB podría definirse c

y prácticas de biosegurid

Por ejemplo, a las granjas que venden semen o embriones les preocupa más la leucosis bovina y la lengua azul debido a las restricciones del comercio internacional. En granjas comerciales, cuyo principal producto es la leche, el mayor riesgo lo representan las enfermedades que originan pérdidas de producción o un descarte prematuro de animales (mastitis contagiosa, diarrea vírica bovina, Salmonella spp.).

2. Identificar y priorizar el riesgo de infección o brote de enfermedad y las consecuencias de esta con relación a los objetivos de la granja. En cada zona, región o país habrá que priorizar unas u otras patologías en función del riesgo que supongan o de las consecuencias que de ellas se deriven. Es recomendable realizar las consultas pertinentes a los servicios veterinarios. 3. Evaluar qué patologías pueden ser introducidas en la explotación. La forma en que las patologías pueden transmitirse y, por tanto, pueden ingresar en una granja, difieren con cada enfermedad. 4. Evaluar las formas de poner en marcha un plan de bioseguridad que alcance los objetivos de la granja. Los factores por los que las enfermedades pueden transmitirse de un rebaño a otro (transmisión inter-rebaño) o ser difundidas entre los animales de una misma granja (transmisión intra-rebaño) son múltiples y diversos. Ambos tipos de transmisión deben ser considerados en un programa de control.

son aplicables a cualquier granja, es necesario particularizar el plan en cada una de ellas para que sea más efectivo y sencillo de aplicar. En el capítulo anterior comentábamos que, si bien las enfermedades “clásicas” del vacuno lechero estaban erradicadas o bajo control en los países desarrollados, es preciso reducir el impacto de una serie de enfermedades emergentes de origen microbiano (E. coli, Salmonella spp., Listeria), una de cuyas características principales es que no dan lugar a signos de enfermedad tan evidentes. Por tanto, identificar los factores de riesgo para estas u otras enfermedades es crucial para lograr un mejor control de los costes de tratamiento y de las pérdidas de producción o, incluso, de animales. Sin olvidarnos de que al mercado se debe llevar un producto cuya sanidad y seguridad esté fuera de toda duda. 23

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Plan de bioseguridad

Establecimiento de niveles de riesgo No todos los grupos de animales presentan la misma susceptibilidad frente a las enfermedades, ni todas las actividades y tareas que tienen lugar en la granja contribuyen de igual manera al control de la enfermedad o a su difusión. Como parte de la evaluación del riesgo, el nivel de este puede ser jerarquizado como bajo, medio o alto. Incidir más en los animales y en las tareas de riesgo alto ayuda a que el PB sea más efectivo y sencillo de implementar. Un sólido y eficaz PB es importante para la “salud económica” de la explotación, así como para ganar y mantener la confianza del consumidor. De alto riesgo serían los animales de elevada susceptibilidad o las áreas con una alta carga de patógenos. Por ejemplo: n Recién nacidos, terneros jóvenes, vacas en periodo de parto y animales enfermos. n Zona de partos. n Almacén y preparación de alimentos. n Estercolero y fosa de purín. También pueden identificarse personas con distintos niveles de riesgo: n Alto: tienen contacto con animales en distintas granjas (p. ej.: veterinarios, inseminadores, recortadores de pezuñas, transportistas, vecinos, etc.). n Moderado: visitan granjas pero no entran en contacto con los animales (p. ej.: vendedores, distribuidores de alimentos, inspectores, mecánicos, etc.). n Bajo: no tienen ningún contacto con otras granjas antes de la visita. En el caso de personas calificadas como de alto riesgo se debe evitar el contacto entre ellas, los animales y las zonas de alto riesgo, o adoptar medidas extremas de prevención.

Manejo del riesgo La identificación y el manejo del riesgo son, como veremos en seguida, asuntos clave en el concepto APPCC (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control). Para elaborar un listado de las situaciones o condiciones de riesgo, pueden primero evaluarse las fortalezas y las debilidades de cada área de la granja; dentro de cada área, cada grupo de actividades; y dentro de cada grupo, cada actividad o situación, calificándola con una simple nota de buena (B), regular (R) o mala (M) (tabla 1). Aquellas actividades calificadas como malas serán prioritarias en la toma de medidas correctoras.

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Evaluación y establecimiento de niveles de riesgo

A título de ejemplo, podemos analizar las fortalezas y debilidades del estado sanitario de la ubre, para lo que determinaremos distintos grupos de actividades y las propias actividades de alguno de estos grupos (tabla 1).

Tabla 1. Análisis de las fortalezas y debilidades del estado sanitario de la ubre.

Grupos de actividades

Actividades dentro de cada grupo

1. Chequeo diario

Vacas recién paridas con edema de ubre; alteraciones metabólicas. Ubre descompensada (cuarterones).

Buena Regular Mala (B) (R) (M)

Rasurado de ubre en la época húmeda. Puntuación del estado de la punta del pezón. 2. Higiene del ordeño El equipo se revisa dos veces al año. El equipo se revisa aun funcionando correctamente. Se registran los fallos del equipo. Frecuencia de sustitución de pezoneras. Frecuencia de limpieza y revisión de pulsadores. 3. Equipo de ordeño

Frecuencia de limpieza y revisión del regulador. Frecuencia de deslizamientos de pezoneras. Comprobación del filtro de leche tras cada ordeño. Limpieza y desinfección correctas del equipo. Productos de limpieza y desinfección adecuados. Temperatura correcta del agua de lavado.

4. Rutina de ordeño Comportamiento de la vaca en la espera del ordeño. Presencia de orina/heces en el área de espera. 5. Condiciones de alojamiento

Nivel de limpieza y de humedad del establo. Cubículos de tamaño adecuado. Material de cama adecuado. Diseño adecuado de cubículos (posición de barra de cuello y tabla del pecho).

6. Condiciones ambientales 7. Manejo de la mastitis 8. Control veterinario del estado de la ubre 9. Otros aspectos relacionados con la mastitis

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Plan de bioseguridad

vidades supongan un mayor riesgo, se deberá minimizar la exposición tanto de personas como de animales. Establecidas las zonas de distinto nivel de riesgo, habrá que evaluar y determinar cuál es el sentido de los flujos o movimientos más adecuado entre ellas, atendiendo primero a las zonas donde se sitúan los animales de mayor riesgo (mayor susceptibilidad) o de menor carga patógena y, en último lugar, atender o pasar por aquellas con mayor carga patógena (lazareto, cuarentena, estercolero, depósito de cadáveres) o con animales menos susceptibles. Diariamente se producen múltiples desplazamientos de personas, equipos y herramientas entre estas áreas. Todos estos movimientos llevan aparejado un riesgo de contaminación de los caminos de tránsito y pueden conducir, en última instancia, a la transmisión de patógenos entre distintos grupos de animales. Esto implica la ordenación en el tiempo y en el espacio de los distintos movimientos señalados, de forma que el riesgo se reduzca al mínimo.

Figura 4. Representación del nivel de riesgo en las distintas dependencias y en los movimientos entre ellas.

Laguna de purines

Deyecciones sólidas

Maternidad Vacas enfermas

Almacenamiento y preparación de alimentos

Vacas en el primer mes de lactación

Vacas secas

Vacas en lactación

Riesgo alto

Riesgo moderado

Centro de ordeño

Vacas en lactación

Vacas en lactación

Riesgo bajo

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Desarrollo de un plan de bioseguridad

Tanto las distintas zonas como los movimientos entre ellas se pueden plasmar en un plano o diagrama con distintos colores según el nivel de riesgo asignado (fig. 4).

Probabilidades de riesgo En este punto, es interesante comentar que una situación puede tener una baja probabilidad de riesgo per se, pero que si se repite en múltiples ocasiones, esta probabilidad aumenta de forma considerable. Por ejemplo: si el riesgo de transmisión de una enfermedad a lo largo de una determinada ruta es p = 0,1 %, si la frecuencia (p. ej.: semanal) de utilización de esta ruta es de 50, entonces la probabilidad del riesgo pasa a ser de: P = 1 − (1 − p) n = 1 − (1 − 0,001) 50 = 4,88 %

Establecimiento de objetivos productivos y sanitarios El nivel de bioseguridad que debe implementarse en una granja dependerá de sus objetivos productivos y sanitarios. Los factores que determinan los objetivos son diversos: el propósito del rebaño (comercial o de exposición y concursos), o los productos que se venden en la granja en cuestión (leche, carne de animales de desvieje o de animales eliminados, terneras, novillas de reposición, vacas adultas, embriones, semen, etc.). Los objetivos no tienen por qué ser fijos en el tiempo. Es posible fijarse unos objetivos iniciales más modestos, pero alcanzables, para ir aumentando paulatinamente el nivel de exigencia y, por tanto, el de los objetivos. Por consiguiente, los objetivos pueden establecerse a corto, medio o largo plazo. Del mismo modo, la consecución de los objetivos puede ser global o pueden ir alcanzándose logros parciales en aspectos específicos de producción y de sanidad.

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Prevención de entrada de enfermedades: barreras sanitarias

Organización y diseño de la granja La bioseguridad pasiva continúa con la organización del espacio físico de una granja y del ciclo de producción. Las zonas de producción deben estar aisladas de otras instalaciones de la empresa. Disponer de áreas compartidas por la fábrica de pienso, animales, oficinas, etc., ofrece posibles ahorros económicos, pero la puesta en práctica de medidas de bioseguridad eficaces se convierte en casi imposible. Un adecuado diseño de la explotación debe permitir que los flujos 1 entre las distintas instalaciones se desarrollen de una forma adecuada y coherente, tanto en el espacio como en el tiempo, y sin interferencias. La circulación de animales, material, personas y vehículos debe procurar hacerse en un sentido único entre las diferentes naves que componen la granja, aunque el quehacer diario suele dificultarlo bastante. Los camiones que suministran alimentos no tienen otra opción que entrar hasta los almacenes o silos. Por ello, estos deberían ubicarse cerca de la entrada de la granja para no tener que transitar por las zonas donde se alojan los animales. La figura 1 es una muestra de un buen diseño y configuración de las distintas zonas y naves de una granja. Como vemos, estas medidas deben contemplarse inicialmente, cuando se aborda la fase de proyecto de la granja. Los errores cometidos en esta fase inicial no son siempre fáciles de corregir y, cuando pueden enmendarse, casi nunca es barato.

Bioseguridad activa Las medidas de bioseguridad contemplan, básicamente, dos cuestiones fundamentales: el control de entradas y el de materias primas. Su aplicación y puesta en marcha implica la existencia de determinadas instalaciones y dependencias, así como su correcta ubicación. A pesar de que deben contemplarse en la fase de proyecto (bioseguridad pasiva), hemos preferido situarlas en este apartado de bioseguridad activa para relacionarlas mejor con estas dos piedras angulares de la bioseguridad.

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De animales, alimentos, deyecciones, vehículos, personas, etc.

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Bioseguridad activa

Control de entradas El principio que debe regir el funcionamiento de una explotación se refleja en los círculos de la figura 2, en la que encontramos dos tipos de zonas: n La zona limpia incluye las naves de producción, el centro de ordeño y la zona intermedia de aprovisionamiento. Esta zona debe estar libre de enfermedades y el contacto con el medio exterior debe ser mínimo y controlado de una forma rigurosa. Sus dimensiones vendrán determinadas por las facilidades para su implantación. n La zona sucia es la que contiene las amenazas de las que debe ser protegida la explotación. Se incluye en este perímetro una zona externa de aprovisionamiento, la más cercana a la granja, que será la más vigilada desde dentro de la explotación. Un radio de 1 km alrededor de la explotación se considerará como una zona de protección, en la cual se estudiarán todos los posibles peligros existentes (por ejemplo, otras explotaciones).

Zona externa de aprovisionamiento

Zona de protección

Zona interna de aprovisionamiento Ámbito de producción

1 km

Figura 2. Gráfico conceptual de las zonas de protección de una granja (Labairu et al., 2009).

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Prevención de entrada de enfermedades: barreras sanitarias

Basándose en este principio, las explotaciones deberán contar con las instalaciones y dispositivos que se relacionan y explican a continuación.

Figura 3. Explotación sin vallado perimetral y muy próxima a una carretera.

Figura 4. Las puertas de entrada a la granja deben estar cerradas.

Vallado perimetral Es la primera medida de bioseguridad que debe contemplarse, aunque lo cierto es que hay muchísimas explotaciones ganaderas (excepto las de ganado porcino y de pollos broiler, donde es obligatorio) en las que esta separación física con el entorno más inmediato es inexistente (fig. 3). Con el vallado se consigue impedir físicamente el acceso de los vectores (animados e inanimados) a los lugares de estancia del ganado, concentrando todas las entradas a las instalaciones en un único punto, en el que se deberá ejercer el control adecuado (fig. 4). Esta entrada única permite instalar en ella un vado sanitario. Se debe mantener un pasillo de 5 m fuera de la valla libre de vegetación, evitando situaciones como la de la figura 5. El crecimiento de hierba y vegetación diversa en el entorno de la nave puede servir de refugio a roedores y otros animales.

Figura 5. Los alrededores del vallado y de las naves deben estar libres de vegetación o con esta cuidada.

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La fuerza editorial de Grupo Asís La editorial Servet, perteneciente a Grupo Asís, se ha convertido en una de las editoriales de referencia en el sector veterinario a nivel mundial. Más de 15 años de experiencia en edición de contenidos veterinarios avalan su trabajo. Con una gran difusión nacional e internacional, las obras de su catálogo pueden encontrarse en multitud de países y ya han sido traducidas a más de ocho idiomas entre los que se encuentran el inglés, francés, portugués, alemán, italiano, turco, japonés y ruso. Su sello de identidad es un gran equipo multidisciplinar compuesto por doctores, licenciados en veterinaria y bellas artes y diseñadores especializados y con un gran conocimiento del medio en el que desarrollan su labor. Cada título se somete a un trabajo técnico y exhaustivo de revisiones, verificaciones y análisis que permite crear obras con un diseño único y un excelente contenido. Servet trabaja con los autores nacionales e internacionales más prestigiosos para incorporar a su catálogo los temas más demandados por el veterinario. Además de obras propias también elabora libros para empresas y entre sus clientes figuran las principales multinacionales del sector.


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