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OCTUBRE 2018

ENFERMEDADES INFECCIOSAS FELINAS

SUPLEMENTO

Cuestiones clave sobre



Imagen de portada: cedida por los autores

Infecciones de vías respiratorias altas (IVRA)

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Infección por virus de la panleucopenia felina (VPF)

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Peritonitis infecciosa felina (PIF)

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Retrovirus

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Prevención

Bibliografía y tablas

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SUPLEMENTO

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OCTUBRE 2018

ENFERMEDADES INFECCIOSAS FELINAS

Cuestiones clave sobre

Sumario


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Artículos

ENFERMEDADES INFECCIOSAS FELINAS

Infecciones de vías respiratorias altas (IVRA) Valentina Aybar Rodríguez y Juan José Vega Acreditados AVEPA en Medicina Felina Hospital Felino Madrid hfm@hospitalfelinomadrid.com www.hospitalfelinomadrid.com Imágenes cedidas por los autores

¿Cuáles son los principales agentes infecciosos causantes de IVRA? Los principales son Herpesvirus felino tipo 1 (HVF-1), Calicivirus felino (CVF), Chlamydophila felis y Mycoplasma felis. Además, Bordetella bronchiseptica actúa también como posible agente patógeno primario.

¿Qué signos clínicos puede producir un cuadro agudo de IVRA? En los gatos las IVRA se caracterizan por signos respiratorios y oculares agudos, aunque se pueden presentar procesos infecciosos crónicos o respuesta inmunomediada a la infección, como la gingivitis crónica. Los signos más frecuentes son: descarga nasal (serosa, mucosa o mucopurulenta), estornudos,

Figura 1. Gato joven con graves

lesiones oculares causadas por herpesvirus felino tipo 1.

conjuntivitis, descarga ocular (serosa, mucosa, mucopurulenta o serosanguinolenta), úlceras en lengua, encías y nariz, hipersalivación, tos, fiebre, letargo, inapetencia.

¿Cómo actúa el herpesvirus felino tipo 1 (FHV-1)? Procude lesiones necróticas e inflamatorias en mucosas nasal, orofaríngea, conjuntival y corneal (figura 1). El contagio es por contacto con otro gato infectado (excreta virus durante 2-3 semanas) y los signos clínicos se producen después de 2 a 6 días de incubación. En la mayoría de los gatos los signos remiten espontáneamente. Después el virus queda latente en el ganglio trigémino, aunque el estrés puede reactivar la replicación y dar lugar a la excreción del virus.

¿Cómo actúa el Calicivirus felino? La infección aguda afecta más a los gatos jóvenes que a los adultos, produciendo úlceras orales y vesículas en la lengua con necrosis epitelial. Puede provocar neumonía y cojera, con menos

Figura 2. Gato con calicivirus felino

que muestra gingivitis crónica, con afección de mucosa oral caudal tras exodoncia total.

Figura 3. Edema en extremidades

y úlceras en un gato con calicivirus sistémico virulento.


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frecuencia. El CVF tiene un papel importante en la gingivitis crónica felina, como se ha demostrado en diversos estudios (figura 2). Existe una forma sobreaguda de infección por CVF (CVF-VS): la forma sistémica. Se presenta en forma de brotes, más frecuentemente en gatos adultos, y cursa con edemas periféricos, úlceras en mucosas y necrosis en orejas, patas y cola producidos por vasculitis (figura 3). La mortalidad de CVFVS es muy alta: más de la mitad de los infectados mueren con necrosis hepatocelular, coagulación intravascular diseminada y otras complicaciones.

¿Cómo actúa Chlamydofila felis? C. felis es una bacteria intracelular endémica en gatos caseros de todo el mundo. Causa conjuntivitis crónica y aguda, y puede producir también signos respiratorios leves. De de forma experimental, se relaciona con cojeras dos semanas después de la aparición de conjuntivitis. Los principales signos oculares son: hiperemia conjuntival, quemosis, descarga ocular serosa y blefaroespasmo. También puede aparecer descarga nasal leve y estornudos. La conjuntivitis suele ser unilateral y pasa a ser bilateral a los pocos días. Si no se trata puede producir conjuntivitis crónica. Existe el estado de portador asintomático, responsable de la diseminación, a lo que ayuda la persistencia de C. felis en el tracto gastrointestinal y reproductivo. C. felis no está asociada a queratitis en el gato.

¿Cómo realizar un diagnóstico presuntivo? Cualquier gato con signos agudos de enfermedad respiratoria de vías altas y/o conjuntivitis y gingivitis, con historia reciente de estrés o contacto con otro gato de riesgo será sospechoso de IVRA. La clave es el diagnóstico clínico y la experiencia del veterinario para identificar el agente causante de la sintomatología (tabla 1).

Tabla 1. Signos clínicos asociados a los agentes causales. Signo clínico

Agente causal

Cojera

CVF

Úlcera oral

CVF HVF-1

Queratitis, úlcera corneal

HVF-1

Conjuntivitis sin rinitis

C. felis Mycoplasma spp.

Dermatitis, dermatitis ulcerativa

CVF sistémico virulento HVF-1

Tos

B. bronchiseptica

¿Cómo interpretar un test diagnóstico de PCR de FHV-1? Las técnicas serológicas de detección de anticuerpos no son útiles por la alta prevalencia de infección natural y de gatos vacunados. Se puede detectar ADN del virus aunque el gato sea solo portador latente (el virus no es la causa de los signos clínicos) o si se le ha administrado una vacuna atenuada contra Herpesvirus (ADN vacunal).

¿Qué tratamiento médico es el adecuado para IVRA? En la clínica diaria el profesional se plantea el problema de cuándo y cómo tratar, usar antibiótico tópico o sistémico, qué antibiótico y cuándo cambiarlo, cuánto tiempo administrarlo o cuándo usar antivíricos. La clasificación de los gatos según sus signos clínicos permite un manejo sistemático de los casos, que ayuda a tomar decisiones clínicas y a hacer un buen seguimiento. La tabla 2 (ver QR en el sumario) muestra la clasificación de los casos de IVRA según sus signos clínicos, interpretación diagnóstica y posibles tratamientos. ■

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Infección por virus de la panleucopenia felina (VPF) ¿Cómo se transmite el VPF? El VPF es un virus ADN de cadena sencilla y sin envuelta que se transmite por vía oral-fecal. Los gatos infectados excretan de manera intermitente virus durante días o semanas. Es muy resistente en el medio ambiente y se contagia fácilmente a través de ropa, zapatos, utensilios. Las pulgas pueden ser vehículo para propagar la infección. La desinfección de los lugares contaminados es difícil, ya que es un virus que presenta gran resistencia a desinfectantes químicos y agentes físicos. Los desinfectantes más sensibles son el hipoclorito sódico, el formaldehído y glutaraldehído.

¿Qué cuadro clínico presentan los gatos con VPF? El periodo de incubación va de 5 a 9 días. Las formas de presentación de la enfermedad son: infección subclínica, muerte súbita y enteritis felina clásica (figura 4) (suele presentarse de forma repentina y se acompaña de signos de infección con fiebre, anorexia, deshidratación y vómitos), y signos neurológicos: Si la infección se produce en el primer tercio de la gestación aparecerán abortos con muertes fetales y reabsorciones. Si es posterior, puede producir hipoplasia cerebelosa e hidrocefalia, con ataxia, temblor de intención, dismetría.

100 % en algunos test estudiados y el valor predictivo negativo, del 98 %. El test puede salir positivo hasta dos semanas después de la vacunación PCR en sangre o en heces. Es preferible en sangre si el animal no tiene diarrea. Detección de anticuerpos (Ac): ELISA o IFI. Cuando los animales han sido vacunados no es posible diferenciar anticuerpos vacunales de anticuerpos posinfección.

¿Qué tratamiento proponer a un gato con VPF? 1. Fluidoterapia endovenosa 24 horas y control de electrolitos. Vía central siempre que sea posible, ya que son animales con largas hospitalizaciones y tendencia a hipoalbuminemia y a edemas periféricos. 2. Antibióticos de amplio espectro, para evitar contaminación bacteriana por pérdida de barrera intestinal: metronidazol (15-25 mg/kg cada 12 horas VI), ceftriaxona (25 mg/kg cada 8-12 horas IV). 3. Nutrición parenteral: antieméticos si hay vómitos, interferón omega felino (2,5 MUI/kg 3-5 días IV), transfusiones de sangre entera o plasma. ■

¿Cómo se puede diagnosticar? Aislamiento del virus en heces, aunque es difícil, o en sangre en eritrocitos porcinos. Detección de antígeno (Ag): test rápido de inmunocromatografía para detección de CPV canino, debido a la similitud antigénica (figura 5). Un estudio reciente indica que el valor predictivo positivo es del

Figura 4. Intestino de un cachorro

con necrosis de pared, fallecido por panleucopenia infecciosa.

Figura 5. Test

positivo de Ag de panleucopenia.


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Peritonitis infecciosa felina (PIF) ¿Cómo se produce? El virus (VPIF) aparece a partir de mutaciones específicas del coronavirus entérico felino (CVFE), que en gatos no ocasiona patologías de importancia. El CVFE se elimina a través de heces de gatos aparentemente sanos y se transmite por vía fecaloral de forma directa o a través de fómites. Los cachorros se infectan alrededor de las 9 semanas de vida y es en este momento cuando se produce la mutación. Solo una pequeña proporción de los gatos expuestos a la variante mutada del virus desarrollará PIF (5 %). La susceptibilidad genética, la edad y factores estresantes en el momento de la infección hacen que unos gatos desarrollen PIF y otros no. El curso de la enfermedad es variable. Es más corto en gatos jóvenes y con enfermedad efusiva que en gatos mayores y con forma no efusiva. Gatos entre 4 y 36 meses de edad procedentes de ambientes con alta densidad de animales, con fiebre persistente, pulsátil y sin respuesta a los antibióticos son susceptibles de padecer PIF.

¿Qué signos clínicos presentan los gatos con PIF? Los signos clínicos más específicos son la distensión abdominal (figura 6) con ascitis (figura 7), disnea con efusión pleural, ictericia, hiperbilirrubinemia, masas palpables en riñones y/o ganglios linfáticos mesentéricos, uveítis y signos neurológicos. La presentación de la forma húmeda de PIF es más aguda y se da entre las 4 y 6 semanas después de una situación estresante y la exposición al coronavirus entérico. La forma seca de PIF puede incubarse durante meses. Esta es una respuesta más crónica en la que se da la formación de piogranulomas (figura 8). El gato pierde peso de forma gradual, se vuelve más torpe y anoréxico.

Los signos clínicos varían según el órgano que esté afectado. Se denomina “la enfermedad del ronroneo” porque el gato puede seguir teniendo apetito y son especialmente cariñosos.

¿Cómo se diagnostica la PIF? No existe un solo test diagnóstico de PIF. El diagnóstico se basa en la suma de datos clínicos y laboratoriales del gato o de la efusión, si la tiene.

Test indirectos: 1. Análisis de sangre, albúmina, globulina y bilirrubina. ■■ Anemia crónica no regenerativa, leucocitosis con aumento del número total de neutrófilos y disminución en el número total de linfocitos. ■■ Elevación de proteínas séricas asociado a aumento de globulinas y disminución de albúminas y bajo ratio albúmina/globulina. ■■ Hiperbilirrubinemia e hiperbilirrubinuria son frecuentes en los gatos con PIF, especialmente en las formas efusivas, pero no está asociada a una elevación de enzimas hepáticas ni a colangitis, sino a aumento de la destrucción de glóbulos rojos y a la dificultad para eliminar los productos de desecho de la hemoglobina. 2. Análisis de la efusión. ■■ Color: amarillo, claro. ■■ Aspecto: viscoso y turbio. ■■ Densidad: 1.017-1.047. ■■ Proteínas: mayores de 3,5 g/dl, normalmente entre 5-12 g/dl. ■■ Ratio alb/glob: < 0,45. ■■ Celularidad: < 5.000 cel/µl. 3. Ecografía: ayuda a identificar la presencia de fluido y a obtener muestra del líquido peritoneal o pleural.

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4. Ratio albúmina:globulina: el ratio A:G es un buen valor predictivo de la infección por PIF, asociado a la historia, signos clínicos, examen físico y anormalidades asociadas a la enfermedad. Cuando la prevalencia de PIF es baja, un ratio alto de A:G es útil para descartar PIF, pero un ratio bajo no es útil para el diagnóstico de PIF 5. Los signos neurológicos y oculares con uveítis asociados a PIF son más frecuentes en formas no efusivas y afectan a SNC y médula espinal. El 50 % de las mielitis en gatos están causadas por PIF. 6. Titulación de anticuerpos de coronavirus felino. Los test de anticuerpos no diferencian entre coronavirus entérico o coronavirus de PIF. Aunque muchos gatos sanos expuestos a coronavirus entérico tienen títulos de test de inmunofluorescencia indirecta de 1:100 a 1:400, los títulos de los gatos con PIF son más altos. Es poco

frecuente que gatos sanos tengan títulos de 1:1600, y títulos >de 1:3200 son sugerentes de PIF.

Test indirectos La inmunohistoquímica y los test basados en la detección de PCR de coronavirus en líquidos de efusión y tejidos piogranulomatosos ayudan en el diagnóstico pero deben interpretarse junto con los test indirectos y los datos epidemiológicos.

¿Qué tratamiento podemos plantear a un gato con sospecha de PIF? La PIF es una enfermedad mortal y no se conoce ningún tratamiento curativo. El tratamiento paliativo o sintomático se basa en la supresión de la respuesta inflamatoria o inmunomediada causante de las lesiones. La prednisolona en dosis de 2 a 3 mg/ kg/ 24 horas vía oral se suele usar para este fin. ■

Figura 7. Gran acumulación de líquido exudado en la

necropsia de un gato con PIF.

Figura 6. Distensión abdominal en un gato con PIF.

Figura 8. Piogranulomas en diferentes órganos

abdominales como consecuencia del PIF.


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Retrovirus Las infecciones por el virus de la leucemia infecciosa felina (FeLV) y el virus de la inmunodeficiencia infecciosa felina (FIV) tienen algunos puntos en común: ■■ Pueden estar presentes en gatos clínicamente sanos y producir síndrome de inmunodeficiencia adquirida. ■■ Presentan un mecanismo de infección único: son virus ARN de cadena simple con una enzima transcriptasa inversa que copia su propio genoma ARN a ADN de doble cadena y lo integra en el genoma de la célula que infectan (Provirus ADN).

INFECCIÓN POR FELV ¿Cómo se transmite? Es un virus ARN frágil que permanece poco tiempo en el ambiente y se inactiva con desinfectantes habituales. Se transmite por vía horizontal y por contacto directo con saliva, orina, heces y leche (a través de utensilios de comida y bebida), y también vía vertical a través de calostro y sangre fetal.

¿Qué puede ocurrir si un gato se infecta por FeLV? Cuando un gato se infecta por FeLV se produce una viremia que puede ser: ■■ Transitoria: si el gato desarrolla una buena respuesta inmunitaria. ■■ Persistente: si la inmunidad no es suficiente para frenar la infección y el virus se replica en las células progenitoras de la médula ósea. Es una viremia asociada a neutrófilos y plaquetas. Después se infectan epitelios y glándulas y se disemina por todo el organismo. El curso de la infección puede ser de tres tipos: ■■ Abortivo: no existe viremia.

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Regresivo: viremia transitoria que se bloquea por la respuesta inmunitaria, aunque alguna célula pueda quedar con provirus ADN integrado en su genoma. Progresivo: viremia persistente e infección de epitelios y glándulas, donde se desarrollará enfermedad clínica en meses o pocos años.

¿Qué signos clínicos puede presentar un gato con infección progresiva? Neoplasia (linfoma, leucemia) (figura 9), enfermedades hematológicas no neoplásicas (síndromes mielodisplásicos, aplasias medulares), síndrome de inmunodeficiencia (enfermedades oportunistas, infecciones crónicas o recurrentes, respiratorias, orales, cutáneas, gastrointestinales), enfermedades inmunomediadas (uveítis, glomerulonefritis, poliartritis, anemia hemolítica), neuropatías periféricas (anisocoria, incontinencia urinaria), alteraciones reproductivas (abortos, mortalidad neonatal), hiperplasia linfoide, dermatosis progresivas.

¿Cómo podemos diagnosticar FeLV? Pruebas ELISA o inmunocromatográficas (figura 10): detectan el antígeno p27, cuya presencia en sangre o suero indica infección y viremia. La sensibilidad y especificidad son buenas (>90 %). Son positivas tanto en viremia transitoria como en viremia persistente. En un gato enfermo con enfermedades asociadas a FeLV un resultado ELISA positivo es suficiente para establecer el diagnóstico. En un gato sano, un ELISA positivo debe ser confirmado mediante PCR provirus. PCR: un resultado positivo en PCR ARN confirma la infección por FeLV. La PCR provirus ADN, debe interpretarse de forma conjunta con ELISA, nunca como prueba única. Su utilidad es confirmar infección en casos de resultados dudosos.

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¿Qué tratamiento proponer a un gato con signos clínicos asociados a FeLV? Si el gato presenta enfermedades oportunistas o infección crónica debe ser tratado. Si presenta linfomas se trata con quimioterapia, aunque en general el pronóstico suele ser peor. Un estudio realizado con AZT (zidovudina) en gatos con infección progresiva no demostró beneficios. Raltegravir ha demostrado efectos beneficiosos en parámetros clínicopatológicos y de infección y carga viral. En dosis de 20 mg/kg/12 horas vía oral la tolerancia es buena. El interferón omega felino mejora el estado clínico y la supervivencia.

INFECCIÓN POR EL VIRUS DE INMUNODEFICIENCIA FELINA (FIV) ¿Cómo se produce la infección? El FIV produce infecciones crónicas y persistentes. Se suele transmitir por la mordedura de un gato infectado, se replica en el tejido linfoide y se produce una viremia. Se desarrolla una respuesta humoral y celular que reduce la viremia. En esta fase el gato puede tener signos clínicos inespecíficos (fiebre, neutropenia, diarrea y linfadenopatía). Posteriormente pasa a una fase subclínica o asintomática en la que puede permanecer años. Cuando los linfocitos CD4+ son muy bajos se produce una disfunción grave y aparece síndrome de inmunodeficiencia adquirida con infecciones crónicas.

crónicas en mucosa oral, gastrointestinal o de vías respiratorias; síndrome de inmunodeficiencia enfermedades oportunistas, infecciones crónicas o recurrentes orales, respiratorias, cutáneas o gastrointestinales; signos neurológicos de meningoencefalitis; enfermedades inmunomediadas (glomerulonefritis, uveítis); procesos tumorales varios (figura 11).

¿Qué alteraciones analíticas podemos encontrar? Anemia no regenerativa; neutropenia, linfopenia, trombocitopenia, hiperglobulinemia; gammapatía policlonal; proteinuria y azotemia.

¿En qué se basa el diagnóstico de la infección? Se basa en la detección de anticuerpos en sangre entera o plasma/suero a las pocas semanas de la infección. La presencia de anticuerpos es diagnóstica de FIV ya que es una infección persistente, crónica y sin que exista posibilidad de ser regresiva como sucede con FeLV.

¿Qué signos clínicos presentan los gatos con FIV? Un gato positivo a FIV, ya sea sano o con signos leves de enfermedad, no tiene por qué ser inmunodeficiente. Un animal en buenas condiciones ambientales y nutricionales puede permanecer años sin signos clínicos. Los gatos inmunodeficientes pueden presentar: enfermedades inflamatorias o infecciosas

Figura 9. Linfoma ocular

Figura 10. Test ELISA

en gato con FeLV.

rápido para detección de FeLV.


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ELISA o inmunocromatografía (IC) (figura 12) Tienen una sensibilidad y especificidad >95 %. Un resultado positivo hay que interpretarlo sabiendo que puede ser positivo debido a los anticuerpos maternales hasta los 6 meses de edad. La transmisión del virus intrauterina es poco probable, solo ocurre si la hembra se infecta durante la gestación, por lo que lo más probable es que si repetimos el test después de los 6 meses el resultado sea negativo y no sea portador del virus. Otras técnicas diagnósticas son: Western Blot Assay (WBA), PCR o citometría de flujo que pueden usarse para comprobar resultados positivos, sobre todo en gatos sanos.

Figura 11. Tumor

Figura 12. Test ELISA

pulmonar primario en un gato con FIV.

para la detección de FIV.

¿Qué tratamientos se pueden plantear? En estudios clínicos realizados con AZT (zidovudia) en dosis de 5 a 10 mg/kg/12 h PO o SC, los animales tratados mejoraron los cuadros de estomatitis crónica, aumentó la supervivencia, disminuyó la carga viral y subieron los niveles de CD4+. El problema es que en torno a los 6 meses aparecen resistencias y disminuye el efecto. En cuanto a los fármacos inmunomoduladores (interferones): ■■ Dosis altas de interferón humano (10 5 UI/ kg/24 h SC) no han demostrado ser muy

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eficaces, y producen anticuerpos en pocos meses. Dosis bajas de interferón humano (30 a 50 UI/24 h VO) demostró mejoría clínica, aumento de supervivencia pero sin efecto sobre la carga viral. Dosis altas de interferón omega felino (106 UI/ kg/24 h durante 5 días SC, 3 ciclos) y dosis bajas (104 UI/24 h VO durante 6 semanas). No se demostraron cambios en la carga viral, ni en la supervivencia, pero en alguna serie de casos se observó mejoría del cuadro clínico. ■

Prevención La mejor manera de prevenir la enfermedad es evitando la exposición. Pero desgraciadamente, debido a la naturaleza ubicua de muchos patógenos y a la persistencia ambiental de otros, cierto grado de exposición es inevitable. La vacunación desempeña un papel fundamental en la prevención de enfermedades infecciosas:

la rutina en los planes de vacunación ha conseguido que la disminución de la incidencia de muchas infecciones. Sin embargo, la vacunación no se debe ofrecer como una garantía total de protección y, aunque se vacune, se ha de minimizar la exposición a agentes infecciosos.

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Es importante hacer hincapié en que se trata de un procedimiento médico y la decisión de realizarla o no, debe basarse en la relación riesgo/beneficio.

¿Hay unanimidad de criterios en la vacunación? Diferentes comités de expertos internacionales han formulado directrices y protocolos de vacunación para los gatos: la AAFP Vaccine Advisory Panel (asociación americana de veterinarios de felinos), el WSAVA VEGG (Grupo de protocolos Vacunales de la asociación Mundial Veterinaria de Pequeños Animales) y el ABCD (Consejo Asesor Europeo sobre Enfermedades Infecciosas Felinas). Todos ellos hacen actualizaciones de sus protocolos y coinciden en las siguientes recomendaciones: ■■ Vacunar solo contra las infecciones a las que los animales estén expuestos. ■■ Vacunar contra agentes infecciosos que causen enfermedades significativas. ■■ Vacunar solo cuando los beneficios superan a los riesgos. ■■ Vacunar a los gatos con la frecuencia adecuada y no más veces de lo necesario. ■■ Vacunar al mayor número de gatos que estén en riesgo.

¿Son todas las vacunas igual de necesarias? Los paneles internacionales de expertos hablan de vacunas muy necesarias y de otras que no lo son tanto. Incluso de vacunas que no son aconsejables y que dependen de la prevalencia en diferentes áreas. Así, según su necesidad, podemos hablar de: ■■ Vacunas esenciales (core), altamente recomendables para todos los gatos: VPF, CVF, HVF-1. ■■ Vacunas opcionales (non-core), que deberían ser administradas en función de su riesgo/

beneficio de forma individual o colectiva: rabia, FeLV, Chlamydophila felis y PIF. La vacuna de la rabia, además, está sujeta a consideraciones legales en función de de cada territorio.

¿Qué es el concepto de inmunidad colectiva? La inmunidad colectiva (herd immunity) consiste en la vacunación del mayor número de animales posible, lo que disminuye la transmisión de agentes infecciosos, la probabilidad de aparición de brotes infecciosos y la prevalencia de infecciones.

¿Qué tipos de vacunas existen para gatos? Es fundamental hacer un examen físico completo a los animales que se van a vacunar, ya que cualquier proceso patológico que padezcan puede influir en la inmunidad. Además, se recomienda hacer revacunaciones cuando a un animal se le pone en contacto con agentes infecciosos para generar inmunidad por primera vez, con el objeto de aumentar la tasa de anticuerpos vacunales. Existen distintos tipos de vacunas según el modo de crearlas, de la respuesta inmunitaria que provocan, y de su indicación:

Vacunas vivas modificadas (atenuadas) Los agentes patógenos están intactos, pero se modifican de forma que conserven la capacidad de provocar respuesta inmunitaria en el gato sin que se repliquen y puedan causar enfermedad clínica. Se alcanza un nivel de inmunización rápido y elevado, pero tienen el riesgo de que, en condiciones adversas para los animales, pueda producirse la replicación del microorganismo y se manifiesten signos clínicos. Estas vacunas están indicadas, fundamentalmente, para situaciones en las que existe alto riesgo de contagio, ya que, como se ha dicho, producen una inmunidad muy rápida.


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Pueden encontrase vacunas vivas modificadas frente a: panleucopenia, calicivirus, herpesvirus tipo 1, Chlamydophila, Bordetella bronchiseptica.

Vacunas inactivadas Los agentes vacunales se inactivan completamente y no existe riesgo de replicación de los microorganismos. Son muy seguras, pero para que tengan una buena capacidad de respuesta necesitan ser asociadas a sustancias externas como adyuvantes que acompañan en el proceso de generación de la respuesta inmunitaria. Como consecuencia de este proceso se retrasa el inicio de la respuesta y, además, su nivel es menor si se compara con otros tipos de vacunas. Además, hay que tener en cuenta que los adyuvantes pueden estar implicados en ciertas reacciones adversas. Existen vacunas inactivadas frente a: panleucopenia, Herpesvirus tipo 1, Calicivirus, leucemia infecciosa, Chlamydophila, rabia.

Vacunas recombinantes Se generan a partir del aislamiento de pequeñas secuencias genéticas de los microorganismos que codifican proteínas que generan inmunidad. Se pueden utilizar vectores, o partir de subunidades. Son vacunas muy seguras que evitan la posibilidad de replicación de los microorganismos. Se utilizan en condiciones extremas, como en animales enfermos y que puedan tener su sistema inmunitario comprometido. Existen vacunas recombinantes frente a la rabia y leucemia infecciosa felina.

¿Cómo podemos plantear los protocolos vacunales? La mayoría de las vacunas actuales están registradas para practicar una revacunación anual, excepto una vacuna inactivada de FeLV de reciente comercialización en Europa, que está registrada para revacunar cada año o cada 3 años. Pese a ello las

recomendaciones en cuanto a pautas de vacunación y revacunación varían, en general, en función del riesgo existente para una población de gatos. En la tabla 3 (ver QR en el sumario) se refleja el protocolo de vacunación general, y a continuación algunas situaciones concretas.

Gatos de refugios Estos gatos viven en un territorio que puede tener muchos individuos, lo que favorece la diseminación de infecciones y aumenta el riesgo de contraer enfermedades. La recomendación es siempre vacunar con vacunas esenciales y, en función de la prevalencia de otras enfermedades, plantearse el uso de vacunas no esenciales. Si existe alta prevalencia de enfermedades respiratorias de vías altas o de panleucopenia felina, la recomendación es iniciar rápidamente el programa de vacunación para preservar a los animales que entran en ese territorio. Si padecen alguna leve enfermedad o si son menores a 8-9 semanas, se sigue recomendando igualmente, utilizando las vacunas más seguras como las recombinantes o las inactivadas.

Gatos de programas CER A los animales de captura-esterilización-retorno se les ve una única vez. Se recomienda vacunar incluso a animales muy pequeños (desde las 2-3 semanas de vida) y/o con algún síntoma leve de enfermedad, aun sin desparasitación previa, utilizando vacunas esenciales inactivadas o recombinantes. En estos casos los protocolos de revacunación no se cumplirán, pero se acepta la máxima de que es mejor una vacuna que ninguna.

Animales enfermos o seropositivos Estos animales, que pueden estar enfermos o no, necesitan unas medidas preventivas para preservar al máximo su salud. Es recomendable, en todas las situaciones, desparasitarles. Para que el sistema

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inmunitario se vea poco perjudicado es fundamental la disminución del estrés, para lo que son esenciales la esterilización y la disminución del tamaño de las colonias. La alimentación equilibrada también desempeña un papel importante en el mantenimiento de las condiciones de salud óptima. Los gatos que padezcan leucemia y/o inmunodeficiencia infecciosa felina y que no estén enfermos, deberán ser vacunados con vacunas esenciales, más seguras. En el caso de la inmunodeficiencia infecciosa felina, se ha comprobado que las vacunas producen una respuesta inmunitaria adecuada. Las enfermedades infecciosas respiratorias suponen un buen indicador del nivel de estrés que padece un territorio felino, de tal manera que al disminuir este estrés se reduce la incidencia. Conviene reducir el número de individuos de una

colonia o, si no es posible, hacer grupos de 3-4 gatos separados. Las vacunas contra herpesvirus felino tipo 1 y contra calicivirus no previenen del contagio de las mismas, pero evitan la excreción del virus y disminuyen los signos clínicos. En el caso de la peritonitis infecciosa felina, es primordial también disminuir el estrés del territorio y extremar las medidas higiénicas. Hay que recordar que el virus PIF no se transmite, solamente se transmite el coronavirus. Hay una vacuna termosensible eficaz solo en animales seronegativos y con edades superiores a dieciséis semanas. La prevención contra la panleucopenia infecciosa felina pasa fundamentalmente por los programas de vacunación. Estos ofrecen unas altas tasas de inmunización a todos aquellos animales que han recibido dosis repetidas de vacuna y la última ha sido realizada después de las 16 semanas de vida. Tampoco se debe olvidar que ante un brote de panleucopenia, las medidas de aislamiento estricto suponen una barrera de control de este proceso infeccioso tan contagioso.

¿Dónde debemos administrar la vacuna?

Figura 13. Aplicación de una vacuna en la cola de un

gato.

Actualmente se sabe que los sarcomas no asociados al punto de inoculación no están relacionados con el tipo de vacuna, sino con la inflamación crónica que se puede producir por inyecciones repetidas de múltiples productos en una misma localización en animales especialmente predispuestos. Por este motivo, existe una recomendación internacional de inyectar lo menos posible a los gatos, y de ahí que se esté implementando la investigación de nuevos fármacos administrados por otras vías, incluidas las vacunas termosensibles por vía nasal y, si esto no fuera posible, inyectar en lugares de fácil visualización y palpación y fácilmente amputables. Una publicación ha demostrado la eficacia de la administración de vacunas en la cola de los gatos (figura 13). ■



Cuestiones clave sobre enfermedades infecciosas felinas desarrolla las principales enfermedades infecciosas que se tratan con más frecuencia en la clínica diaria. Los autores, Valentina Aybar Rodríguez y Juan José Vega, trabajan en el Hospital Felino Madrid, integrado por un equipo de profesionales especializados en medicina felina. Su compromiso se basa en aplicar los últimos conocimientos y técnicas disponibles en medicina y cirugía felinas para proporcionar, con especial dedicación, los mejores cuidados a los pacientes.

Hospital Felino Madrid C/Martínez Izquierdo 11 28028, Madrid Tel.: 917 255 358 Tel. urgencias: 626 300 516 hfm@hospitalfelinomadrid.com www.hospitalfelinomadrid.com hospitalfelinomadrid


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