ESPAร OL
Sagrada
Col.lecciรณ
familia mo n um e nt a l
Catalunya Monumental
Daniel Venteo
Sagrada
famIlia MONUMENTAL
Colección Catalunya Desapareguda
Primera edición: marzo 2017 © Daniel Venteo i Meléndez, de los textos y la selección de imágenes © Pep Daudé/Basílica de la Sagrada Família, de las fotografías © Editorial Efadós, de esta edición Calle de Edison, 3 · Nave A Polígono industrial Les Torrenteres 08754 El Papiol Teléfono 93 673 12 12 efados@efados.cat www.efados.cat © Editorial Efadós, de la colección Catalunya Desapareguda Diseño y fotocomposición: Editorial Efadós Asesoramiento lingüístico y traducción: M. Neus Doncel Saumell
Agradecimientos del autor a José Manuel Almuzara, Francisco Arauz, Jordi Bonet i Armengol, Gabriel Carrió, Jordi Faulí, Íngrid Gómez, Jesús Serdio, Jaume Serrallonga, Josep Tallada y Laia Vinaixa.
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación, publicación o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo la excepción prevista por la ley. Si necesitáis fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra, dirigíos a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos ) – www.cedro.org.
ISBN 978-84-16547-61-6 DL B 5885-2017 Impreso en Cataluña
Sagrada
famIlia MONUMENTAL Daniel Venteo
efadós
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pr ó l o g o
PRÓLOGO JORDI faulí
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Arquite c to dire c tor y c o ordin a d or d e l a s obra s d e l a S ag ra d a Famí li a
uando el 30 de noviembre de 1925 se desmontaron los andamios del primer campanario de la fachada del Nacimiento, el de san Bernabé, un trabajador del templo exclamó: «Da gusto verlo», afirmación que complació mucho al arquitecto. Durante todo el día la comentó a todos aquellos con quien se encontraba y la relacionaba con el gaudium magnum de los Reyes Magos al ver la estrella. El «da gusto verlo» expresa que era
agradable a la vista por su extraordinaria belleza, que llegaba al corazón. A Gaudí le gustó: es lo que él deseaba para todo lo que se construyera en la Sagrada Família. Esta belleza llega al corazón de las personas que se acercan al templo, procedan de donde procedan. Antoni Gaudí programó todo el contenido y significado de la Sagrada Família como expresión de la fe cristiana, que él vivía profundamente. Quería comunicar esta vida interior no solo con imágenes, sino también con la forma de la arquitectura; por eso, las tres fachadas (la del Nacimiento, la de la Pasión y la de la Gloria) son
diferentes, porque expresan etapas diferentes de la vida de Cristo. Las naves de la basílica acogen a todos los que entran y los invitan a mirar hacia arriba y a ensanchar el corazón. Los árboles de columnas se elevan decididamente para soportar el peso de las cubiertas y de las futuras torres, y a la vez hacen posible que la luz entre generosamente por los tragaluces de las bóvedas y atravesando las vitrales coloreados de los ventanales. Desde la entrada principal, las bóvedas se elevan progresivamente hasta los 75 metros del ábside, con las esbeltas y ligeras formas que el arquitecto dejó en un modelo de cinco metros de altura y que se prolongan armónicamente por todo el interior, como un bosque. Todo este bello interior responde al proyecto arquitectónico que estableció en la maqueta de cinco metros de altura de la nave principal, que sus sucesores han construido y han extendido a todo el conjunto según sus dibujos. Con la geometría, y a partir de la observación de las leyes de la naturaleza, Gaudí creó un proyecto de expresión naturalista –como colaborador del Creador que
se consideraba–, y los arquitectos y constructores continuadores de Gaudí nos podemos considerar colaboradores suyos, puesto que, del estudio de sus modelos, maquetas, dibujos y textos, recibimos sus ideas e intenciones, que aplicamos y desarrollamos para hacer realidad el proyecto. El porche superior de la fachada de la Pasión y la esbelta cúpula de la primera sacristía, construidos recientemente, responden a lo que Gaudí preparó en los últimos catorce años, cuando se dedicó exclusivamente al templo. Como las naves del interior, son proyectos creados con formas geométricas nunca utilizadas hasta entonces en la arquitectura, que, bien combinadas, producen formas naturalistas de una gran belleza. La Sagrada Família ha seguido creciendo después de la muerte de Gaudí a través de las diferentes generaciones, cada una de las cuales ha puesto su interés y esfuerzo para hacer realidad el proyecto de Gaudí, con los artistas que, con su creatividad, lo enriquecen. Este libro es un testimonio de su trabajo. 5
i ntr o d u cc i ó N
La Sagrada Família
Obra maestra del Modernismo
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D ani el Ve nte o, hi stor i a d or y mu s e ól o g o
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n 1883, con 31 años y solamente cinco años después de titularse en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, la dirección de las obras de construcción del nuevo templo expiatorio de la Sagrada Família era confiada a un jovencísimo Antoni Gaudí Cornet (1852-1926). Este encargo determinaría su trayectoria vital y profesional. Si bien, inicialmente, Gaudí continuó las obras según el proyecto neogótico heredado del arquitecto diocesano Francesc de Paula del Villar, a partir de 1892 entregó toda su creatividad al templo y transformó definitivamente su diseño para darle la apariencia que tiene en la actualidad. El arquitecto trabajó en las obras del templo durante el resto de su vida, 43 años, hasta su trágica muerte accidental en 1926. No hay duda de que la Sagrada Família fue el proyecto más ambicioso de Antoni Gaudí y también una de las obras maestras del Modernismo. Su vinculación a los trabajos de la Sagrada Família había sido posible gracias al
arquitecto Joan Martorell Montells (1833-1906). Este era el facultativo que asesoraba al promotor del nuevo templo expiatorio: el devoto Josep Maria Bocabella (1815-1892), un modesto librero de la calle de la Princesa, en el centro histórico de la ciudad, que en 1866 había fundado la Asociación de Devotos de San José. A través del boletín de la entidad, El Propagador de la Devoción a San José, había difundido su iniciativa de construir un nuevo templo en la capital catalana. En aquellos momentos ya había empezado la expansión urbana de Barcelona en los nuevos barrios residenciales del Ensanche y Bocabella sintió la necesidad de promover la construcción de aquella nueva catedral para la nueva ciudad; un templo, cabe subrayar, que debía tener carácter expiatorio, es decir, edificado a partir de las aportaciones personales de los ciudadanos para redimir las culpas, individuales y colectivas, de la sociedad contemporánea. También es interesante recordar que, en las mismas fechas que Bocabella impulsaba su templo expiatorio popular, el influyente banquero y alcalde de la ciudad, Manuel Girona Agrafel (1818-1905), financiaba con su fortuna personal la nueva fachada de la catedral gótica de Barcelona, inacabada desde el siglo xv.
LA SAGRADA FAMILIA Grupo escultórico de José, María y Jesús –la Sagrada Familia, que da nombre al templo– en el portal de la Caridad de la fachada del Nacimiento del templo, instalado en 1958 y obra del escultor Jaume Busquets.
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En 1892, en el mismo año de la muerte de Bocabella, las obras recibieron un elevadísimo legado económico anónimo destinado al templo. La disponibilidad de estos recursos permitió a Gaudí reinventar aquellas partes del proyecto que todavía podía modificar una vez construidas la cripta y una parte de la fachada del ábside. La Sagrada Família es un templo perfectamente integrado en la trama urbana del Ensanche de Cerdà, a pesar de que Gaudí lamentó la rigidez de la planta constructiva que heredó del arquitecto que inició las obras. «Al encargarme de la construcción del Templo Expiatorio de la Sagrada Família, lamento a continuación que las obras ya realizadas no tengan el eje diagonal en la manzana y entonces prolongo sus naves, irrumpiendo con la escalinata hasta la manzana y dejando cubierta la calle de Mallorca. No me he detenido hasta que he emprendido el programa invariable del Templo Expiatorio, de inagotables posibilidades: cuando me he enterado que sobra dinero, una vez acabado el templo votivo de Montmartre de París, he exclamado: “¡Eso a mí no me pasará nunca!”», afirmó Gaudí. Desde el inicio de su construcción, el templo se convirtió 8
en un auténtico atractivo urbano, tanto para los propios barceloneses como para los visitantes. Tal como afirmó el prestigioso crítico de arte australiano Robert Hughes, «la Sagrada Família sigue siendo el emblema de Barcelona, como la Torre Eiffel lo es de París o el Harbour Bridge lo es de Sídney». Y así sigue siendo, efectivamente, en el siglo xxi. «No querría acabar la obra yo, porque no sería adecuado» –había afirmado Gaudí–. «Una obra así tiene que ser hija de una larga época, cuanto más larga mejor. Se tiene que conservar siempre el espíritu del monumento, pero su vida tiene que depender de las generaciones que se la transmitan y con las que vive y se encarna», proclamó el genial arquitecto. Y así ha sido. Después de su muerte, su colaborador, Domènec Sugranyes, asumió la dirección de las obras. Lo continuaron, ya después de la Guerra Civil, los arquitectos Francesc de Paula Quintana, Isidre Puig Boada, Lluís Bonet Garí, Francesc de Paula Cardoner, Jordi Bonet Armengol, y, desde el año 2012, Jordi Faulí. La previsión es que el templo esté finalizado en 2026.
PROYECTO FINAL Visión cenital del interior del templo, que se presenta en toda su magnificencia. En la página anterior, maqueta del aspecto final de la Sagrada Família tal como Antoni Gaudí la imaginó antes de su muerte accidental en 1926.
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ICONO DEL PERFIL BARCELONÉS Desde el inicio de su construcción en 1882, la Sagrada Família se ha convertido en un icono indiscutible del perfil urbano de Barcelona. Antoni Gaudí previó que la altura del templo no superara la de la montaña de Montjuïc: una construcción humana, según él, no debía superar una obra de la naturaleza y, por lo tanto, de Dios. «En la Sagrada Família todo es providencial: su emplazamiento se encuentra en el centro de la ciudad y del llano de Barcelona; existe la misma distancia del templo al mar y a la montaña, a Sants y a Sant Andreu, y a los ríos Besòs y Llobregat», afirmó.
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INTEGRACIÓN URBANA El templo ocupa una de las manzanas del Ensanche planificada por el ingeniero Ildefons Cerdà en 1859, entre las calles de Mallorca, de Provença, de Marina y de Sardenya. Gaudí previó que la escalinata monumental de la fachada de la Gloria se extendiera por el solar situado delante, hoy edificado pero afectado por el plan urbanístico de la ciudad.
ÁBSIDE El ábside del templo estará coronado por la torre de la Virgen María, que superará en altura las doce torres dedicadas a los apóstoles, pero no la monumental torre central, dedicada a Jesucristo, coronada por la cruz. A la derecha de la imagen se aprecia la construcción de la primera de las dos sacristías.
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CIMBORRIO Con 172,5 metros de altura, el cimborrio o torre central de la Sagrada Família, dedicado a Jesucristo, será uno de los últimos elementos estructurales, junto con la fachada de la Gloria, que culminarán la construcción del templo ideado por Antoni Gaudí. La torre estará coronada por una cruz de cuatro brazos con la representación del Cordero.
FACHADA DE LA GLORIA Gaudí solo dejó una maqueta fragmentaria, apenas perfilada, de esta fachada, que a la derecha se observa en construcción. «El fragmento de la maqueta de campanarios de la fachada principal no lo completaré ni lo desarrollaré. He decidido dejarla solo programada para que otra generación colabore en el Templo.»
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FACHADA DE LA PASIÓN El aspecto de la fachada de la Pasión contrasta dramáticamente con la amabilidad de la del Nacimiento: esta fue precisamente la voluntad de Gaudí. «Si hubiera empezado construyendo esta fachada, la gente se habría retraído. En contraste con la del Nacimiento, decorada, ornamentada, turgente, la de la Muerte es dura y pelada, como hecha de huesos. No haré la maqueta, porque totalmente resuelta con paraboloides hiperbólicos, claramente enlazados, queda precisa para hacerla en el momento de construirla», afirmaba Gaudí. En esta página, escaleras de acceso a la fachada del Nacimiento.
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FACHADA DEL NACIMIENTO La fachada del Nacimiento está dedicada al nacimiento, infancia y adolescencia de Jesús. Según palabras de Antoni Gaudí, «expresa la ilusión y el gozo de la vida. Los campanarios, acabados con los atributos episcopales y la alabanza “Hosanna Excelsis”, están dedicados a los siguientes apóstoles, cuyas imágenes se encuentran en su parte inferior: san Bernabé, san Simón, san Judas, san Matías. Más abajo y en hileras ascendentes, las innovaciones angélicas del Sanctus. Los pórticos están dedicados a las virtudes teologales: el central, a la Caridad, que es la mayor y principal, el de la derecha, a la Fe, y el de la izquierda, a la Esperanza», dijo.
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PÓRTICO DE LA CARIDAD Presidido por el conjunto escultórico de la Sagrada Familia, el pórtico de la Caridad está dedicado al nacimiento de Jesús. En palabras del arquitecto Jordi Faulí, efectivamente, «el conjunto es un gran pesebre de piedra». En la fotografía se aprecian las nuevas puertas diseñadas por el escultor Etsuro Sotoo y los grupos escultóricos situados encima de pedestales naturalistas que representan a los Reyes –a la izquierda– y a los pastores –a la derecha– que adoran al nacimiento divino. En el centro del pórtico se encuentra la columna de Jesús.
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Daniel Venteo Historiador y museólogo, es autor de una veintena de obras sobre la historia de Barcelona, entre las que destacan Autobiografía de Barcelona (2013). También ha sido comisario de una decena de exposiciones, como «La construcción de la gran Barcelona: la apertura de la vía Layetana, 1908-1958» (Museo de Historia de Barcelona), «UPF: historia de un campus urbano» (Universidad Pompeu Fabra) y «Catalunya.cat: un retrato de la Cataluña contemporánea», ampliación de la exposición permanente del Museo de Historia de Cataluña.
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ste libro propone un recorrido visual inédito por la Sagrada Família, el fascinante templo imaginado por Antoni Gaudí, a cuya construcción dedicó buena parte de su vida. A través de las imágenes y de los textos que las acompañan, la Sagrada Família se presenta en toda su complejidad y ambición. La cámara del fotógrafo se ha adentrado en rincones hasta ahora desconocidos, tanto de sus fachadas y torres como de su inmenso interior, ofreciendo sorprendentes puntos de vista que permiten redescubrir, con nuevos ojos, la obra maestra del genial arquitecto catalán. En definitiva, un viaje único por un icono de la Barcelona del siglo xxi. S A G R A D A FA M í L I A M O NU M ENTAL
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