INTRODUCCION A LA PRODUCTIVIDAD
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1.‐ Introducción
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Introducción a la Productividad
1.‐ Introducción
La industria española, de alto crecimiento en el pasado, competitiva vía salarios se ha visto seriamente afectada debido a la competencia del mercado internacional. El incremento de los costes de producción en España ha mermado la competitividad, tradicionalmente basada en los menores costes salariales españoles respecto al resto de países europeos, clientes tradicionales de los productos españoles y ha forzado un proceso de deslocalización industrial hacia países emergentes, como los países de Europa del Este, Norte de África o China. España es tradicionalmente uno de los países con menor productividad de la Unión Europea. Hasta la entrada en el Euro, el déficit de productividad se ha visto compensado con el menor valor de la peseta frente al resto de monedas europeas, así como acciones de política monetaria como devaluaciones. Actualmente, estas acciones no son posibles, por lo que el peso de ganar competitividad ha pasado en una parte importante a las empresas, que deben mejorar su productividad para mejorar su competitividad y mantener su actividad frente a las amenazas que supone una economía globalizada. El tamaño de las empresas industriales, en las que predomina la microempresa, dificulta la mejora de la competitividad, al carecer las empresas de los recursos necesarios para incorporar nueva tecnología, ya sea desarrollada internamente en la empresa o adquirida externamente, mejorar la estructura empresarial hacia modelos más eficientes o localizar y explotar nuevos mercados en los que la empresa puede ser competitiva. Es por tanto el objetivo de este artículo dar unas nociones básicas sobre el concepto de productividad, recalcar la necesidad de conocer la productividad e intentar dar unas pequeñas directrices de cómo controlarla y mejorarla.
2.‐ ¿Qué se entiende por Productividad?
Productividad puede definirse como la relación entre la cantidad de bienes y servicios producidos y la cantidad de recursos utilizados. Generalmente, el concepto de productividad está ligado a entornos de fabricación, dado que el cálculo de la productividad en este ámbito es sencillo, bastando dividir la producción total entre el tiempo que se ha tardado en realizarla (productos/hora) o por el número de recursos del mismo tipo utilizados (productos/maquina o productos/hombre). Este tipo de cálculo de productividad se conoce como productividad parcial, al contemplar únicamente uno de los factores que afectan a la productividad empresarial. Muchos factores inciden en la productividad, así si por ejemplo la cantidad de horas se mantienen fijas pero se incremente el salario por hora pagado a los empleados, se puede crear bajo ciertas condiciones un efecto de motivación que incrementará el rendimiento de los trabajadores. De tal forma si calculáramos la cantidad de “x” producto fabricado por hora y lo dividiéramos por la cantidad de horas utilizadas, podríamos ver reflejado un incremento de productividad. Pero si tuviésemos debidamente en cuenta el incremento salarial, se podría llegar a observar un incremento o no de la productividad, dependiendo de si el incremento en el valor de la cantidad producida fue superior o igual al incremento salarial. Otra cuestión a considerar es el incremento en la productividad de la mano de obra generado gracias a la incorporación de maquinaria de mayor tecnología, pero se deja de considerar en tales cálculos que ocurre con la productividad de la maquinaria. De tal forma si el incremento
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en la producción no compensa el incremento en capital, estaríamos ante una disminución de la productividad del capital. Queda reflejada con lo expuesto en los párrafos anteriores la complejidad de las mediciones de la productividad. A los efectos de superar tales circunstancias se ha desarrollado una fórmula que contempla a la totalidad de los recursos empleados. Productividad Total = Resultado Tangible Total / Recursos Tangibles Totales La productividad total también se conoce como productividad multifactorial. La productividad multifactorial se calcula sumando todas las unidades de entrada en el denominador: Productividad = Producción / (Trabajo + Material + Energía + Capital + Varios) Para hacer factible el cálculo de la productividad multifactorial, los recursos individuales (denominador) deben expresarse en unidades monetarias y sumarse.
3.‐ Factores que afectan la productividad
Estos factores son muy numerosos y a menudo mal definidos o desconocidos. Sin embargo, se les puede agrupar en cuatro categorías: 1. Inversión: Las inversiones tienen un efecto importante en la productividad de una empresa. En la empresa, las inversiones en equipos y maquinaria están en función de las necesidades del mercado. 2. Investigación y desarrollo: En la empresa, la investigación y el desarrollo contribuyen en varias formas al crecimiento de la productividad. • El desarrollo de nuevos procedimientos y equipos que permitan producir más rápidamente y con menos mano de obra por unidad. • La modificación y el perfeccionamiento de los procedimientos y de los equipos permiten reducir los reinicios y las detenciones de la fabricación. 3. Reglamentación gubernamental: Durante la década anterior el número de leyes y de reglamentos aumentó en la mayoría de los países industrializados para todos los sectores económicos, desencadenando con ello gastos adicionales que afectan directamente la productividad de las empresas. 4. Mano de obra: La productividad de la empresa depende principalmente de este factor, puesto que es con la mano de obra como empiezan la investigación y el desarrollo, y es en función de su desempeño como se mide la productividad.
4.‐ ¿Por qué hay que controlar la productividad?
Aquellas empresas que logren un nivel de productividad mayor al del promedio de su industria, tienden a contar con mayores márgenes de utilidad. Y si dicha productividad crece más rápidamente que la de la competencia, los márgenes de utilidad se incrementarán todavía más. En el lado contrario, aquellas cuyos niveles y tasas de crecimiento de productividad sean notablemente inferiores a sus promedios industriales corren graves riesgos en cuanto a su competitividad y subsistencia.
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Por tanto, controlar la productividad debe ser una de las principales preocupaciones dentro de la gestión empresarial. Alcanzar y mantener una productividad que permita ofrecer productos y servicios competitivos es la única manera de garantizar la supervivencia de la empresa en el tiempo. Toda empresa se fija objetivos en materia de ingresos por ventas. De hecho, la mayoría de las empresas parecen estar obsesionadas por discutir sus niveles de ventas con base mensual, semanal e incluso diaria. Sin embargo, rara vez demuestran el mismo celo por supervisar sus niveles de productividad. Realizar un análisis de correlación entre los niveles de ingresos y los de productividad resulta a todas luces fundamental para medir de manera efectiva el funcionamiento de la empresa. Incluso en muchas empresas que analizan su productividad, lo realizan de manera parcial y calculan la misma en relación a un solo factor (monofactorial), pese a que este método de cálculo resulta incorrecto ya que contribuye a distorsionar los análisis. Son pocas las empresas que realizan un análisis global e integral de la productividad y los costes, cuando debiera ser uno de los objetivos críticos a medir. Controlar de forma permanente la evolución de la productividad, los costos, la calidad, el nivel de los servicios y los grados de satisfacción es fundamental si se pretende lograr una ventaja competitiva sostenida.
5.‐ ¿Cómo gestionar la productividad?
La gestión total de la productividad puede definirse como el proceso de administración que sigue las cuatro fases del “ciclo de la productividad”, a efectos de incrementar la productividad total y reducir los costes totales unitarios de productos y servicios dentro del más alto nivel posible de calidad. El ciclo de la productividad está conformado por las actividades de planificación, medición, evaluación, y mejora de la productividad. •
La planificación de la productividad trata sobre la determinación de los niveles de productividad a alcanzar. El primer paso es calcular el estándar de productividad mínimo que se debe cumplir para alcanzar el nivel de competitividad requerido por el mercado. La obtención del estándar de productividad dependerá de los factores empleados. En el caso de la maquinaria, suele ser una especificación técnica de la misma. En el caso de operaciones manuales en las que intervienen un operario, es necesario realizar un estudio de métodos y tiempos para determinar la tasa de productividad mínima.
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La medición de la productividad es la primera fase crítica dentro del proceso de la productividad.
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La actividad de evaluación es una comparación de los resultados obtenidos tanto frente a los niveles planeados, como frente a los valores registrados en el pasado por la empresa y los verificados por empresas competidoras. Una vez se obtiene el valor de la productividad durante un periodo, se ha de comparar con el estándar de productividad fijado por la empresa y valorar si la productividad es menor de la esperada, mayor o igual. Esta comparación se denomina Índice de Productividad (P), P = Productividad Medida/Estandar de Productividad y debe controlarse a lo largo del tiempo para comprobar la evolución de la productividad y en caso necesario, aplicar medidas de mejora de la misma.
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Cómo última actividad tenemos las acciones concretas para la puesta en práctica de los planes trazados. Estas mejoras deben perseguir la mejora en los resultados de los diversos indicadores tanto en el corto como en el largo plazo, a efectos de mejorar la productividad y rentabilidad de la compañía.
6.‐ Relación calidad ‐ productividad
La calidad y la productividad guardan una relación fundamental, la cual a su vez se ve reflejada tanto en los costos y en los niveles de servicios, lo cual termina reflejándose en la ventaja competitiva. Una fábrica tradicional suele invertir como promedio entre un 20 y un 25 por ciento de su presupuesto operacional en encontrar y corregir errores de calidad en sus productos. Por tal razón es que la mayoría de los expertos en materia de Costes de Calidad, señalan que las pérdidas debido a productos defectuosos se encuentran entre el 20 y el 30 por ciento de sus ventas. Por ello la mejora de la calidad genera directamente un notable incremento en los niveles de productividad. Contrariamente al mito difundido de que la mejoría de la calidad afecta la productividad, la productividad mejorará notablemente al mejorarse la calidad de los productos y sus procesos.
7.‐ Mejora de la productividad
La mejora de la productividad bajo la Gestión Total de la Productividad (GTP) implica llevar de manera sistemática los siguientes pasos: 1. Seleccionar el conjunto de técnicas más apropiadas para la mejora de la productividad en función de las características propias de la empresa y su entorno. 2. Desarrollar un plan de implementación conducente a poner en práctica las técnicas seleccionadas. Para la selección del conjunto de técnicas más apropiado es necesario tomar debidamente en consideración: • El sentido común, a menudo respaldado por la experiencia. • Utilización de modelos matemáticos. • Utilización metodologías semi-cuantitativas, resultantes de combinar de manera efectiva lo mejor de las dos anteriores consideraciones. Es fundamental tomar siempre en cuenta al momento de seleccionar las técnicas más apropiadas: • Las limitaciones presupuestarias o financieras • El tiempo mínimo establecido para la recuperación de la inversión • El tiempo máximo para implementar las técnicas seleccionadas En cuanto a las estrategias a considerar para aumentar los niveles de productividad, se tienen a tales efectos las siguientes. Estrategia 1: Aumentar la producción, utilizando el mismo nivel de recursos. Estrategia 2: Aumentar la producción y disminuir los recursos. Estrategia 3: Mantener el nivel de producción y disminuir los recursos. Estrategia 4: Aumentar la producción a una tasa más rápida que los recursos. Estrategia 5: Disminuir los recursos a una tasa más rápida que la producción. Centro i‐CREO Metal
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Las estrategias 3 y 5 son reactivas, en especial la número 5, mientras que las estrategias 1, 2 y 4 son proactivas. Por lo general las empresas que se caracterizan por una pobre gestión y liderazgo, adoptan la estrategia 5 como su último recurso de supervivencia. En cambio las empresas de excelencia seleccionan las consideradas proactivas, siendo la mejor o ideal la estrategia 4 enfocada a aumentar la producción a una tasa más rápida que los recursos utilizados.
8.‐ Principios de la Gestión Total de la Productividad
Los principios en los cuales se basa la GTP para generar productos y servicios con una calidad superior, costos unitarios bajos y tiempos de respuesta rápidos son: 1. Calidad / perfección. Buscar la calidad en el diseño, la calidad de conformidad y la calidad del desempeño. 2. Orientación hacia el cliente. Escuchar atentamente lo que dicen los clientes, aprender de ellos con, darles lo que desean en lugar de lo que puedes ofrecer sin disgustarlos. 3. El valor de los empleados. Considerar a la gente que trabaja en la empresa como un activo, proporcionándoles armonía y seguridad en el trabajo. 4. Curva de aprendizaje. Siempre que sea posible, los niveles de productividad y los costos de producción deben planearse sobre las bases de las curvas de aprendizaje. 5. Diseñar productos y servicios con una estrategia deliberada para estandarizar y simplificar sus componentes. 6. Benchmarking. Tomar lo mejor de las tecnologías de por lo menos tres competidores en cuanto a diseño de productos, servicios y procesos de producción, y tratar de mejorar lo que la competencia ya ha logrado. 7. Planificación de la gama de productos. Crear una gama de productos o servicios que resulten ganadores en productividad total y en la participación de mercado sobre una base consistente. 8. Consistencia. Resulta mucho mejor ser consistente a lo largo del tiempo que ser perfecto ocasionalmente.
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