El día que las ollas cantaron

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El día que las ollas

cantaron

Ilustración: Elena Sánchez

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Autores y autoras, ilustradores e ilustradoras:

Mayra Orbelina Domínguez, Erika Nohemy Domínguez, Elsa Tatiana Gómez, Laura Yadira Rodríguez, Víctor Josué Domínguez, Cristian Adonay Gómez, Ronmel Noel Gonzáles, Juan Antonio Pérez, Víctor Josué Domínguez, Yoni Rolando Domínguez, Elisa Lizeth Gómez, Rosa Aryani Domínguez, Magda Yosely Rodríguez, Juan Gabriel García, Sheyli Madelia Meza, Seydi Joseli Domínguez, Merin Armando Domínguez, Víctor Josué Domínguez, Marvin Ismael Martínez, Ildefonso Domínguez, Kelly Lorena Gómez, Ana Cristina Meza, Glenda Lorena Domínguez, Fani Gricelda Lorenzo, Yoseli Domínguez, Jairo Omar Antonio Lorenzo, Wendy Maribel Pérez, Jaime Noel Domínguez Vásquez, Marina Manueles Sánchez, Fanny Esperanza Sánchez Rodríguez, Gerson David Vásquez Pérez, Darvel Enil Gómez Manueles, Sobeyda Yadira López Vásquez, Sintia Nohemy Gómez García, Ronal Daniel Vásquez Juárez, Yadira Sarahí Vásquez Pérez, Lesly Judith Matute, Ruth Yaquelin García, Ligia Pamela Fonseca Manueles, José Pablo Méndez, Cristian Antonio Pérez, Idania Yolibeth Hernández, Glenny Esperanza Sánchez Rodríguez, Eddyz Karina Manueles Sánchez, Adonay Josué Rodríguez Lorenzo, Carlos Daniel Morales López, Tania Yolibeth Hernández Pérez, Daruel Enil Gómez Manueles, Glenny Esperanza Sánchez Rodríguez, Jayme Noel Domínguez Vásquez, Edliz Karina Manueles Sánchez, Crystan Antonio Pérez Domínguez, Jesús Ernesto Benítez, Dunia Alejandra Lorenzo, Lesly Judith Matute, Lourdes Osiris Rodríguez, María Yorleni Lorenzo, Norma Estefanía Pérez, Ruth Yaquelín García, Yésika Leticia Rodríguez, Alexis García Vásquez, Cornelio Vásquez Rodríguez, Domingo Antonio Vásquez, Edgar Reinaldo Pérez, Erick Rolando Vásquez, Hermes Raúl Gómez, José Jesús Mejía, José Román Vásquez, Kevin Edgardo Manueles, Kevin Alberto Rodríguez, Maynor Ariel Lorenzo, Nelson Dolores Pérez, Nimer Alfredo Rodríguez, Norman Abel Rodríguez, Ronmel Yuviel Arriaga, Roney Alexander Rodríguez, Santos Alexis Pérez, Santos Víctor Gómez.

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EL DÍA QUE LAS OLLAS CANTARON El pueblo lenca de Intibucá conserva la riqueza de su tradición oral en los relatos y en la palabra con que a diario se expresan sus niños en sus comunidades. Y cada generación transmite a la siguiente sus imágenes, la visión de sus ancestros a través de la palabra. En la imaginación de los niños creadores de este libro que ahora presentamos como EL DÍA QUE LAS OLLAS CANTARON, se encuentra tanto la riqueza de la tradición lenca, como el tesoro de la creatividad de los niños y niñas autores. La imaginación es el patrimonio de las culturas, es la capacidad de renovar constantemente las vivencias de las generaciones mayores, es la actualización con que se hace presente la mayor riqueza de las comunidades: sus valores de identidad. EL DÍA QUE LAS OLLAS CANTARON es una colección de relatos fantásticos de los niños y niñas de Chiligatoro y Yamaranguila, una recuperación de sus sueños, cuentos y leyendas, sus mitos, colores y trabajo artesanal, las ollas de barro, las tinajas y los comales, los canastos y las artesas, las ollas nixtamaleras y las hornillas; toda la riqueza ancestral del pueblo lenca. Con esta obra la comunidad lenca le hace frente al asedio constante de otras culturas que se arrojan con mayores recursos de comunicación, para mantenerse viva y activa en la escuela. El propósito es claro, fortalecer habilidades de lectura en el primer ciclo escolar haciendo uso adecuado de los recursos propios de la comunidad lenca, esto es su patrimonio cultural, piedra clave como recurso educativo. Este es el propósito de la Colección SI CREO Y LEO, ME RECREO. Estamos seguros de lograr dicho objetivo porque el primer paso está dado. Ahora lo dejamos en sus manos para que despierte un vivo interés por la lectura y, con ello, una mirada más profunda a la inmensa riqueza del digno pueblo lenca.

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A LAS Y LOS DOCENTES Y ESTUDIANTES Uno de los conocimientos más valiosos con que contamos, es que para aprender hay que leer. Los libros son las puertas al conocimiento y no podemos abrirlas si no sabemos leer. Los libros nos llevan a mundos de imaginación mientras satisfacen nuestra curiosidad natural, nuestro deseo de aprender. Lo primero es aprender a leer, y solo se puede lograr leyendo. Solo la lectura permanente nos convierte en buenas y buenos lectores, por eso hay que leer todos los días. Esta colección de textos escritos por los niños y niñas de Intibucá y Yamaranguila, está llena de fantasía e imaginación, por eso creemos que despertará un gusto especial por la lectura, y logrará divertir a estudiantes, maestros y maestras. Fueron hechos para ser compartidos en la escuela, la familia y en los espacios públicos de la comunidad. Debemos hacer de la lectura una empresa de todos y todas hasta que las niñas y niños logren una lectura fluida y comprensiva, con la dicción adecuada, de esa manera lograremos mejores rendimientos académicos. Docentes de español han recomendado que los alumnos y alumnas propongan actividades para fomentar la lectura con este libro, que se realicen actividades no solo en el aula, sino en el patio de la escuela y en la casa. Por ello es recomendable crear un programa de lectura que funcione periódicamente, de manera semanal y mensual. Que se organicen las niñas y niños lectores y se realicen lecturas propuestas por ellos y ellas, que compartan sus experiencias de lectura en la casa y en la escuela y que siempre se comente lo que se haya leído.

¡Disfruten una creación maravillosa!

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RECOMENDACIONES PARA LEER EN FAMILIA La lectura en familia es la más recomendable porque en la convivencia podemos compartir dudas, sugerir ideas y solucionar dificultades. Algunas recomendaciones para la lectura en la familia son las siguientes:

✓✓ Definir una hora en el día y un espacio en la casa para leer. ✓✓ El lugar debe ser cómodo y estar iluminado. ✓✓ Seleccionar juntos o juntas el texto que se va a leer. ✓✓ A las niñas y niños pequeños hay que señalarles con el dedo las palabras mientras se leen, esto les servirá para relacionar lo escrito con lo que oyen.

✓✓ Siempre hay que explorar el título, haciendo que la niña o niño lector participe intentando anticiparse al contenido del texto.

✓✓ También hay que explorar lo que observan en las imágenes haciendo preguntas sobre qué ven y a qué se refiere.

✓✓ Interrogarlos(as) cada vez que sea necesario para saber lo que imaginan sucederá a continuación.

✓✓ Solicitarles que cambien el final de un cuento o relato si lo desean. ✓✓ Al final de la lectura, preguntar sobre qué se leyó, a qué se refirió el texto, qué opina de él, si les gustó.

¡Leer en familia es una gran idea!

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ÍNDICE EL DÍA QUE LAS OLLAS CANTARON LA MARIPOSA LA ARAÑA Y LA HOJA SECA LA CUEVA SECRETA DEL CACIQUE LEMPIRA CÓMO VIVIR EN EL BOSQUE LA BELLEZA DE UNA FLOR GUAQUETZAL EL AMOR VENCE EL TEMOR PEQUEÑO RATÓN LA CUEVA DEL DUENDE LOS ANIMALES ELEGANTES LA MONTUCA QUE VOLVIÓ A SER MAÍZ EL CHEQUEQUE, EL CHUCHO Y EL CUCHE EL BOSQUE ENCANTADO LLUVIA DE FLORES EL NOMBRE DE LOS ÁRBOLES LA PIEDRA QUE CAYÓ DEL CIELO LA MATA DE MAÍZ MÁS GRANDE DEL MUNDO LA CARROZA DE LA BELLOTA LA HOJA QUE CAE DEL CIELO EL SOMBRERO VOLADOR LA BELLOTA DE LA NAVIDAD EL VOLCÁN DE PANAMÁ QUE LLEGÓ A HONDURAS EL GUSANO CABEZA DE FLORES TORTILLAS QUEMADAS

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LA PAPA RESENTIDA

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LA COMPETENCIA DEL ATOL AGRIO Y EL ATOL DULCE

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EL NAHUAL QUE APADRINABA A DOS PERROS

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EL YAHUAL ENOJADO

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UNA GUACAMAYA SABIA EL NIÑO Y EL NAHUAL LA SUCIA QUE FUE A LA ESCUELA

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EL DÍA QUE LLORARON LOS TIZONES DEL FUEGO

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CAMARÓN QUE SE DUERME

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SOPA DE PIEDRAS

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DOÑA CASIMIRA EL ÁRBOL QUE LLORÓ SANGRE POZO MÁGICO FRUTAS DE ORO UN COMAL MÁGICO

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EL DÍA QUE EL AZADÓN HABLÓ EL NIÑO MÁS FELIZ DEL MUNDO EL HACHA MÁGICA LOS ANIMALES GANADORES LOS FRIJOLES SALTARINES LOS ÁRBOLES QUE INVADIERON LA ESPERANZA

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DE TAL PALO, TAL ASTILLA EL DÍA QUE SE EXTINGUIÓ LA GUACAMAYA UNA SOPA DE GALLINA ELEMPIRA, EL REY DE LOS LENCAS, NUNCA MURIÓ

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EL DUENDE QUE SE LLEVÓ A TODAS LAS MUCHACHAS A SU CUEVA

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Lecturas de

Intibucรก y

Yamaranguila

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Ilustraci贸n: El d铆a que las ollas cantaron. Edgar Reinaldo G贸mez

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EL DÍA QUE LAS OLLAS CANTARON Un día, unas ollas de barro se pusieron de acuerdo para cantar una canción. Unas iban a tocar y otras a cantar, y todas se pusieron de acuerdo sobre la canción que entonarían. Tenía que ser una linda canción. Estuvieron ensayando mucho tiempo hasta quedar satisfechas. Era la primera vez que se presentaban ante un público. Llegado el día cantaron tan bien su repertorio que siempre les pedían repetición y la gente las felicitó mucho y les aplaudieron y se fotografiaron con ellas. Lástima que las ollas de aluminio no sabían cantar. Ronald Daniel Vásquez Juárez

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LA MARIPOSA Esta era una roja mariposa de alas muy grandes. Vivía en el hermoso jardín de una niña. Un día la niña encontró a la mariposa volando sobre las margaritas y le dijo: —¡Qué bellas alas tenés! La mariposa se alegró mucho y se pusieron a jugar. A un conejo que estaba observándolas, lo invitaron a jugar; y al cabo de un rato, muchos animales jugaban con ellas. Laura Yadira Rodríguez

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LA ARAÑA Y LA HOJA SECA Una araña estiraba las patitas para aquí, las estiraba para allá. Seguía haciendo pespuntes y saltando de un lugar a otro, esforzándose por terminar el tejido que había iniciado desde la mañana. Desde su telaraña, observó que un sapo la miraba con deleite. La boca hecha agua. Inmediatamente la araña pensó: —¿Qué haré para burlar a este sapo? Repentinamente saltó sobre una hoja seca que estaba por caer. La hoja cayó sobre los ojos del sapo y éste perdió de vista a la araña que subió a tejer su hermosa telaraña en las alturas del árbol. Elisa Lizeth Gómez

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Ilustración: El cacique Lempira y el leñador y un arcoíris. Alexis García Vásquez

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LA CUEVA SECRETA DEL CACIQUE LEMPIRA Unos historiadores hondureños averiguaron la localización de la cueva donde vivía el cacique Lempira, que nadie antes había podido encontrar. Simplemente la llamaron “La cueva secreta del cacique Lempira” y la gente de allí y los turistas, visitaban a diario ese lugar por lo linda que era y porque si uno la tocaba le caía dinero en la cabeza. Si uno sabía esto, no podía contarlo, porque era uno de esos secretos que eran muy hermosos y daban mucha alegría. Cuando vivía el gran cacique Lempira, sentía mucha alegría manteniendo su cueva secreta limpia y ordenada. Un día decidió pintarla de muchos colores y se miraba como un arcoíris. Jayme Noel Domínguez Vásquez

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CÓMO VIVIR EN EL BOSQUE En un claro, verde pastizal, del intrincado bosque, vivía una comadreja. Ella presentía las tormentas y aquel día presintió un fuerte huracán. Éste no tardó mucho en llegar a la zona, y cuando lo hizo arrastró todo a su paso. Todo desapareció. Cuando nuevamente apareció el sol, todos los sobrevivientes se pusieron a trabajar. Dónde quedaba tierrita, sembraron árboles. Donde había terreno firme, levantaron hogares. Ayudándose unos a otros, nuevamente se volvió a ver el verde del bosque y el claro pastizal. Laura Yadira Rodríguez, Rosa Aryani Domínguez, Magda Yosely Rodríguez, Juan Gabriel García, Sheyli Madelia Meza, Seydi Joseli Domínguez

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LA BELLEZA DE UNA FLOR En la comunidad de Chiligatoro era famosa una flor debido a su extraordinaria belleza. No había nadie que la viera y no se quedara prendado de ella. Los niños de sexto grado se encargaban de limpiarla y regarla, de mantenerla aseada y bonita. Tiempo después echó semillas, estas germinaron y el sitio se convirtió en un hermoso vergel. El arreglo floral que estamos presentando, viene de allí. Merin Armando Domínguez, Yoni Rolando Domínguez, Víctor Josué Domínguez, Ildelfonso Domínguez, Adonay Josué Rodríguez Lorenzo, Marvin Ismael Martínez, Rommel Noel Domínguez

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Ilustración: Guacamaya quetzal. Yesica Letivia Rodríguez, Lourdes Osiris Rodríguez, Norma Estefanía Pérez.

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GUAQUETZAL Cierto día, en la rama de un árbol, se encontraron un quetzal y una guacamaya. Hablaron mucho, se rieron, simpatizaron y al final se enamoraron. Poco después formaron una pareja y engendraron unos pajaritos bellísimos. Por esos mismos días, los presidentes de los países de Centroamérica conformaron un solo país y declararon a los pájaros que nacieron de la unión de un quetzal con una guacamaya, Ave Nacional de Centro América. Le llamaron Guaquetzal. De ese modo, Centroamérica fue un solo país, tuvo una sola bandera, un mismo escudo, una misma ave nacional y finalmente logró ser una patria rica y fuerte Carlos Daniel Morales López, Ronal Daniel Vásquez

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EL AMOR VENCE EL TEMOR Una conejita muy bonita, a la que le encantaba saltar en el charco, salió a buscar comida. En el trayecto se encontró con un perro sabueso que se la quiso comer. La coneja salió a la carrera de regreso a su casa para proteger a sus conejitos, pero no les llevó su comida. Los conejitos soltaron a llorar. La mamá les prometió que saldría de inmediato a buscar comida nuevamente. Con todo el miedo del mundo, arriesgando su propia vida salió a ganarse su comida. Venció algunos problemas y caminó mucho, pero cuando regresó traía frijoles y zanahorias en suficiente cantidad. Los pequeños conejos comieron y comieron, riéndose constantemente sin darse cuenta que su mamá había estado a punto de morir. Mayra Orbelina Domínguez, Erika Nohemy Domínguez, Elsa Tatiana Gómez, Kelly Lorena Gómez

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PEQUEÑO RATÓN En una aldea vivía una joven muy inteligente llamada Marta. La mayor parte de su tiempo permanecía en una casa de bahareque donde tenía una biblioteca a la que cada día le llevaban algún nuevo libro. A ella también le gustaba escribir libros fantásticos sobre animales salvajes. En uno de estos libros, el protagonista era un pequeño ratón que se creía el dueño de la selva. El león se enteró de eso y fue a visitarlo. —¿Por qué te creés el dueño de la selva? ¿Sabés que yo te puedo aplastar de un zarpazo? —Le dijo. Y diciendo esto se fue sobre él. Muy asustado el ratoncito empezó a gritar: —¡Auxilio! ¡Auxilio! Hasta Marta, que los escribía, escuchó sus alaridos. Para ayudarlo derrumbó la pequeña casita del ratón e hizo que se escapara de allí. Luego le preguntó si quería vivir con ella. El pequeño roedor, alborozado, dijo que sí. Desde entonces, ambos escriben muchos cuentos fantásticos… como éste. Seydi Yoseli Domínguez

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Ilustración: La cueva del duende. Mayra Orbelina Domínguez Meza, Erika Nohemy Domínguez, Elsa Tatiana Gómez Hernández

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LA CUEVA DEL DUENDE La cueva del señor Duende estaba en una montaña. Algunos creían que era un duende peligroso, especialmente para las mujeres y los hombres mentirosos. Decían que se los llevaba a esa cueva. Sitio pantanoso, lleno de piedras, flores, patastes, camotes y otras frutas… terriblemente venenosas. Cuando las personas del lugar entendieron que no debían mentir, el Duende se fue del lugar. Mayra Orbelina Domínguez, Erika Nohemy Domínguez, Elsa Tatiana Gómez

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LOS ANIMALES ELEGANTES Una pava real salió de su nido a buscar gusanos para sus hijos. Se encontró con un tucán, se saludaron, y justo cuando iba a seguir buscando gusanos, el tucán le dijo: —¿Paseamos? Ella aceptó. El tucán le compartió que en ese lugar habitaba un avestruz y un águila famosos por ser muy elegantes. La pava real se moría por ver esas famosas aves y quiso ir a conocerlos de inmediato. Cuando llegaron al sitio donde residían, resultó que el avestruz y el águila tenían una fiesta de gala. El tucán, amigo personal de la pareja, consiguió que les permitieran a los dos entrar a la fiesta. Buena música, buena comida, buen vino. Cuando salieron de la reunión, el colibrí quiso saber de dónde venían.

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—Venimos de la fiesta de gala que ofrecían el águila y el avestruz —le informó el tucán, muy ufano. Como el colibrí era un gran chismoso, fue a contar esto al pelícano, que era el peor enemigo del tucán. El pelícano planeó de urgencia encerrarlos en una jaula, junto a otras aves famosas que ahí tenía. El tucán, que era muy listo, no se dejó sorprender. Puso algunas trampas para mantener al pelícano alejado y al final los cuatro amigos fueron tan felices como pudieron. Erika Nohemy Domínguez

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Ilustraci贸n: La mazorca que volvi贸 a ser montuca. Maynor Ariel Lorenzo, Santos Victor G贸mez

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LA MONTUCA QUE VOLVIÓ A SER MAÍZ Había una montuca que quería volver a ser maíz. No le gustaba como estaba, así gorda, rellena de pedazos de pollo, pero su deseo no se cumplía. Un día, la montuca de repente volvió a ser maíz. Entonces era que no aguantaba el sol y que los pájaros querían comérsela. Resultó que no le gustaba la idea de ser una mazorca, pero tampoco la otra de ser una montuca. Estaba indecisa. Maíz o montuca. Montuca o maíz. Finalmente se decidió a ser maíz para siempre. Ese día, la señora de la milpa iba a tapiscar y la misma mazorca cayó dentro del costal. Uno de sus granos dijo desde el fondo del saco: —Me van a comer, pero ahora tengo otras posibilidades. Idania Yolibeth Hernández, Crystian Antonio Pérez

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EL CHEQUEQUE, EL CHUCHO Y EL CUCHE En una época de invierno el chucho llegó temblando de frío a la casa de su amigo el cuche. Éste le dio un café caliente y le dijo: —Leca, leca. Luego salió y al poco tiempo se vino una gran tormenta. Se guareció bajo las ramas de un árbol altísimo, vio hacia arriba y ¡sorpresa! Allí estaba un lindo chequeque. Regresó corriendo a la casa del cuche y allí se enteró que el chequeque se había comido la milpa de su amigo. El perro al saber esto, volvió al árbol y sorprendió durmiendo al depredador. Teniendo al cuche como invitado especial, lo cocinó con especias y limón y dijeron a comérselo. Lamentablemente sucedió que los huesitos del ave se atoraron en la garganta de los comensales y ambos se asfixiaron. Ese fue el final del chequeque, del perro y del cuche. Erika Nohemy Domínguez Vocabulario: Chequeque: pájaro carpintero. / Leca, leca: caliente, caliente. Cuche: cerdo. / Chucho: perro.

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EL BOSQUE ENCANTADO En una aldea desconocida, un señor descubrió un bosque muy lindo donde se contaban muchas leyendas lencas. Allí había cosas maravillosas. Había rocas de todos los tamaños y colores. Había árboles muy altos y muchos animales desconocidos. También había un agujero muy hondo donde la gente podía asomarse a curiosear y unas langostas extrañas con patas largas y quebradas; en fin, la gente se emocionaba cuando llegaba al bosque. Una vez un niño lenca llegó al bosque y se encontró con un león al que decían el rey del bosque. Al verlo, el león lo atacó y anduvo persiguiéndolo, pero el niño era muy inteligente y ya tenía un plan de escape. Cuando llegó cerca de un gran abismo, saltó, se colgó de un bejuco y el león se fue de paso, hasta el fondo. Pronto el león se dio cuenta que el niño era muy listo y valía la pena ser su amigo. Jairo Omar Antonio Lorenzo

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Ilustraci贸n: Lluvia de flores. Norman Abel Rodr铆guez, Hermes Ra煤l G贸mez

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LLUVIA DE FLORES Un señor caminaba por una calle. Recuerdo que fue el día en que cayó una lluvia de flores. Las flores eran tan hermosas que el señor se encantó de ellas y juntó un montón para llevarlas a la sala de su casa y otra vez volvió a llover. Nadie había visto jamás flores más hermosas que esas y todos los vecinos, salieron a las calles a recoger flores. Pero siguió lloviendo flores. Rosas, magnolias, dalias, margaritas. El pueblo estaba lleno de flores. Había flores en todos los patios, en las aceras, en las pilas, en los gallineros, delante y atrás de las casas. Glenny Esperanza Sánchez Rodríguez

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EL NOMBRE DE LOS ÁRBOLES Los árboles tienen muchos tipos de hojas. Yo conozco las hojas de muchos árboles. Hasta de otro lugar. Me acuerdo de uno que se llama mano de león, por ejemplo. Otro árbol que es muy bonito se llama eucalipto. Las personas los necesitan para medicina de los niños y hay otro que se llama hoja rosa que también es medicina para las personas. El ciprés se necesita para curar la simple tos y las abejas que salen a buscar néctar de flores también curan con su polen y su miel. La mayoría de las personas quieren a los árboles. Hubo un día en que un niño se enfermó y su familia fue a buscar una hoja de ese árbol llamado variado que es muy buen remedio para toda enfermedad. En cuanto lo probó se alivió. Yadira Sarahí Vásquez Pérez, Wendy Maribel Pérez

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LA PIEDRA QUE CAYÓ DEL CIELO Hubo una piedra procedente del espacio exterior que entró a nuestra atmósfera. Pesaba mil toneladas, y de largo medía un kilómetro. Se había desprendido de otro planeta y era muy grande y pesada. Cuando cayó, se rajó la tierra. Se originaron terribles terremotos y desaparecieron países enteros. Cayó en el planeta donde habitamos. La piedra se quedó para siempre entre nosotros.

Jaime Noel Domínguez Vásquez, Adonay Josué Rodríguez Lorenzo

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Ilustración: La mata de maíz más grande del mundo. Nelson Dolores Pérez, Kevin Edgardo Manueles

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LA MATA DE MAÍZ MÁS GRANDE DEL MUNDO Fue un día de lluvia cuando el hombre pensó en sembrar maíz. Sembró cinco manzanas de maíz. El maíz creció y creció y fue una linda milpa. Entonces el dueño vio una mata de maíz que media varios metros de alto, en medio de ella. Se asombró exageradamente y no creía lo que miraban sus ojos, pero se puso a pensar en cómo iba a arrancar semejantes mazorcas. Cuando fue el tiempo de tapiscar, empezó tempranito, pero a las cuatro de la tarde le quedaban muchas mazorcas sin cortar. Llegó la noche y no había terminado. Cortaba mazorcas y más mazorcas, y al día siguiente volvían a crecer. El campesino, pensó: —Debo cortarlas desde la raíz. Y así lo hizo, pero todavía volvían a crecer. Rendido, decidió dejarlas para siempre y así fue. La enorme mata de maíz sigue adornando la milpa y todo el pueblo, como si fuera un árbol. Edliz Karina Manueles Sánchez

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LA CARROZA DE LA BELLOTA La bellota es la flor de los pinos. Hay grandes y pequeñas y parece que tuvieran muelas o pétalos. Ahorita está aquí porque anda desfilando en una carroza que está hecha de cosas naturales. Vino en un relámpago de sol, en un carro de flores amarillas. Llegó como un barco en el agua brillante que cayó de un rayo de sol. Cayó en un pueblo donde no había pinos. La reina bellota sacó su vara mágica. Hechizó un bosque de pinos y le gustó el bosque. Ahí se quedó viviendo para siempre con su carroza. El día del desfile había cinco carrozas, pero la reina bellota ganó el concurso, un día sábado en que Jorge Martínez, instructor de Literatura, nos pidió ir a traerla. Cristian Antonio Pérez, Idania Yolibeth Hernández

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LA HOJA QUE CAE DEL CIELO Una hoja cae del cielo. Es café y muy hermosa. Cae cada vez como una piedrecilla y es muy bonita y muy porosa y tiene muchos caracoles. Cada vez que cae del cielo y cada vez que la encuentran, la gente se sorprende. Es muy hermosa, con una punta larga. Cae porque Dios la manda a la tierra para que venga a ver a la gente. Ella simboliza un descanso. La piedra simboliza la paz y la fuerza. La gente se alegra cuando cae. Marina Manueles Sánchez, Fanny Esperanza Sánchez Rodríguez

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Ilustración: El sombrero volador. José Cornelio Rodríguez, María Yorleny Lorenzo

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EL SOMBRERO VOLADOR En un lugar lejano vivía un señor que tenía un sombrero muy grande. Se parecía a un charro mejicano. Un día hubo un gran viento y éste le levantó su sombrero. Primero estaba haciendo un tremendo calor y él se había puesto el sombrero para no quemarse la cara. Solo fue que se montara en la mula y se fuera, para que llegara el frío. El viento del frío fue quien le suspendió su sombrero y se lo llevó muy lejos. El sombrero anduvo volando, volando, por todos los aires. Nunca bajó, y siguió volando. Gerson David Vásquez Pérez

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LA BELLOTA DE LA NAVIDAD En la montaña había un árbol muy frondoso al que llamaban el árbol de la bellota. Un día una bellota cayó y rodando, rodando, fue a dar al pie de un árbol de navidad. La gente allí reunida, muy alegre, decidió agarrarla. Se peleaban unos con otros por conseguirla. Pero la bellota voló y cayó en las manos de una señora como si quisiera irse con ella. Cuando miraron que esa semilla adornaba muy bien el árbol de navidad, buscaron más. Con ella, los árboles se miraban más lindos. Y siguieron embelleciendo con ella sus árboles. Las buscaron tanto que un día escasearon. No se hallaba ninguna bellota por ningún lado. Algunos comerciantes se alegraron porque pensaron que podrían vender adornos chinos de plástico, pero no era lo mismo. La bellota nunca fue superada. Por eso la llaman la Bellota de la Navidad. Sobeyda Yadira López Vásquez, Sintia Nohemy Gómez García

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EL VOLCÁN DE PANAMÁ QUE LLEGÓ A HONDURAS Por supuesto que el volcán de Panamá estaba ubicado en Panamá. Estaba rodeado por un gran pantano y se veía como una inmensa roca. Hace tres mil millones de años, el volcán empezó a hundirse tan profundamente que comenzó a correr debajo de la tierra. Luego de mucho recorrer caminos subterráneos, llegó a Honduras. Los expertos hondureños descubrieron, asombradísimos, que un volcán llegaba al país por debajo de la tierra. Se levantó en medio de un pantano en el municipio de Yamaranguila, donde resultó ser un evento extraordinario y curioso para los pobladores de allí. Hoy, el volcán de Panamá está ubicado en La Esperanza, Intibucá. Ronal Daniel Vásquez Juárez, Carlos Daniel Morales López

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Ilustraci贸n: El gusano cabeza de flores. Nelson Dolores P茅rez

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EL GUSANO CABEZA DE FLORES El gusano se subió a una mata con flores y se llenó de ellas la cabeza y todo el cuerpo. Dijo que se iría a bañar al río para quitarse las flores, pero, al ir a la poza, se cayó de la hoja en que navegaba y fue a dar a un jardín donde se cubrió de más flores. En verdad, se llenó todo el cuerpo. Después de muchos atrasos volvió a la poza y se bañó. Se enjabonó, se restregó con fuerza, pero no pudo sacarse todas las flores. Siempre le quedaron flores en la cabeza y en el lomo. Por eso es que le llaman gusano cabeza de flores. Gerson David Vásquez Pérez, Darvel Enil Gómez Manueles

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TORTILLAS QUEMADAS En la comunidad de Los Patios había una señora que hacía tortillas cipas para vender y poder criar a sus diez hijos. Su esposo no le ayudaba mucho para darles de comer porque no tenía trabajo. Durante los días de labores, la señora hizo tortillas de maíz verde para ir a vender; pero una vez se le enfermó uno de los niños, y tuvo que distraerse para ir a buscar medicina. Por la preocupación, dejó las tortillas echadas sobre el fuego. Y se le quemaron. Wendy Maribel Pérez, Yadira Sarahí Vásquez Pérez

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LA PAPA RESENTIDA Un día, los vecinos de la comunidad de El Cerrón se reunieron para sembrar una parcela de papas. Don Pablo Rodríguez, el mayor de los vecinos, prestó el terreno para el cultivo. La semana siguiente, todos y todas se reunieron nuevamente en el centro de la comunidad para preparar el terreno y hacer la siembra. A los veinte días todas las papas nacían alegremente, creciendo con la brisa del cerro, la llovizna y los rayos del sol. Pasados tres meses, las plantas de la comunidad fueron muy generosas. Todos los vecinos llegaron a la parcela para arrancar la cosecha, y días después hicieron un vino delicioso. Un día, el vino de papa se enojó y ya no quiso servir más. Los productores de la comunidad respetaron su decisión y sembraron uvas en lugar de papas. Días después, hicieron vino de uva y les pareció mejor. Lesly Judith Matute, Ruth Yaquelin García

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Ilustraci贸n: La competencia de los atoles. Norman Abel Rodr铆guez, Hermes Ra煤l G贸mez

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LA COMPETENCIA DEL ATOL AGRIO Y EL ATOL DULCE En la comunidad de El Cerrón, Yamaranguila, en tiempos de la cosecha de maíz, el atol agrio y el atol dulce querían saber quién era el mejor, y decidieron hacer una competencia. Convocaron a toda la gente de la aldea para que probaran y saborearan su atol favorito. Y luego dieran su veredicto. Todos los participantes quedaron muy sorprendidos de lo sabroso que eran estas bebidas, y no se podían decidir por uno de ellos. Al final, el Consejo de los Ancianos dijo que ninguno de los dos podía faltar en esa comunidad. Ligia Pamela Fonseca Manueles, José Pablo Méndez

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EL NAHUAL QUE APADRINABA A DOS PERROS Había una vez un nahual que vivía en un cerro llamado Laureles. La mamá perra llegó a buscarlo para que apadrinara a sus hijos el día sábado 29 de noviembre, en el kínder de la comunidad. —Está bien—dijo él. Llegó el día de la graduación y el nahual no tenía nada que dar de regalo a sus ahijados. Buscó estiércol y con él llegó, el día de la graduación. Entregó los dos regalos a los perritos. Los perritos alegres con el obsequio que les había dado el nahual, se lo comieron y engordaron. El nahual no sabía quién era la madrina. Ella era una señora bravísima que se quejó y habló mal de los regalos. Una vez que el nahual vio a esa señora, regañando a los perritos por haber aceptado sus regalos, se la comió. Cristian Antonio Pérez, Idania Yolibeth Hernández

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EL YAHUAL ENOJADO Una vez un yahual se enojó con la señora que lo llevaba puesto. Cuando ella se puso la canasta sobre la cabeza, se lanzó de su sitio. El yahual andaba muy irritado. La razón es que él consideraba que la doña lo andaba muy apretado entre aquella canasta llena de frutas y verduras, con que se ganaba el sustento. El yahual estaba harto y cansado de ser apretado, retorcido y aplastado todos los días para sostener y acolchonar la canasta en la cabeza de la mujer que cada vez lo usaba más y más. ¡Le atacaban unas picazones! Un día, el viejo yahual, dijo: —¡Se acabó! La señora lloraba desconsoladamente porque no tenía más yahual para poner su canasta en la cabeza. Y sin él se lastimaba mucho. Por eso lloraba, derramando muchas lágrimas. Con el tiempo logró adquirir otro. Éste era un pedazo de toalla que le acolchaba muy bien la cabeza y nunca se cansaba de cargar su canasto. Glenny Esperanza Sánchez Rodríguez, Eddyz Karina Manueles Sánchez

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Ilustración: La guacamaya sabia. Santos Alexis Pérez, Nimer Alfredo Rodríguez

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UNA GUACAMAYA SABIA Se encontró la guacamaya con un zanate y empezaron a discutir a causa de un nido. Al día siguiente, el zanate volvió a iniciar la discusión y ésta se acaloró tanto que casi llegaron al punto de pelearse a puñetazos. Sin embargo, la guacamaya era sabia, y trató de evitar una pelea vulgar. Pasaba por allí un leñador y vio a la guacamaya saltando de rama en rama, eludiendo la pelea y a un zanate enardecido que la seguía. Se notaba que la guacamaya no quería pelear. Entonces el leñador sacó su honda y lanzándole una piedra acertó a darle al zanate, que allí mismo quedó dormido. La guacamaya solía decir: Evitar no es cobardía. Era tan sabia, que la eligieron Ave Nacional de Honduras. Así vive en las montañas, admirada por todos los hondureños. Sintia Nohemy Gómez García

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EL NIÑO Y EL NAHUAL Un niño llamado Juancito se encontró con un nahual en medio de la noche. El nahual pretendía chuparle la sangre, pero como el niño era listo, le agarró la lengua (una lengua muy larga y delgada) y se la amarró entre sus propias patas. El nahual pensó que le estaba chupando la sangre al niño y ni cuenta se daba que se estaba chupando su propia sangre. Se fue poniendo seco, sequito, como una rama y ya no pudo caminar y se murió. Jaime Noel Domínguez, Adonay Josué Rodríguez Lorenzo

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LA SUCIA QUE FUE A LA ESCUELA Una vez, los niños de una escuela de un viejo pueblo vieron llegar a la sucia a su escuela. De inmediato, salieron corriendo para contárselo a sus padres. Los padres fueron a verla tan pronto como lo supieron, y la encontraron en el aula de primer grado. Ella les explicó a todos lo que todos sabían: —Vengo por primera vez a matricularme a este centro educativo. El director, lleno de miedo, sabía que todos tenemos derecho a la educación y la matriculó en primer grado. Allí se quedó recibiendo clases con los demás niños. La verdad es que ella jugaba, cantaba y reía como los demás niños. Y así pasó primer grado, segundo, tercero, cuatro, quinto y sexto grado. Fue una de las mejores alumnas de la escuela, educada e inteligente. El día de su graduación, la mayoría de los niños aplaudieron su festejo. Ella se despidió de su escuela invitándolos a una fiesta que fue muy celebrada en su pueblo. Ahora es una mujer muy estudiosa y nadie le tiene miedo. Mirna Estefanía Pérez Domínguez, Yéssika Leticia Rodríguez

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Ilustración: El día que los tizones lloraron. Roney Alexander Rodríguez, José Jesús Mejía

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EL DÍA QUE LLORARON LOS TIZONES DEL FUEGO Platicaban dos gigantescos árboles que crecían en un bosque, cerca de una casa. Se contaban de pájaros y de vientos, cuando sintieron la primera herida. Una leñadora que pasaba por allí, con ayuda de una sierra eléctrica cortó sus troncos, mutiló su ramaje y hendió su leña para venderla. Ese día, las dueñas de las casas de la zona prendieron el fuego y no pasó nada, pero al siguiente día, la primera madre que se levantó a prender el fuego de la hornilla, miró con horror que una rama de aquel gigantesco árbol estaba viva. La rama se estremeció al sentir que le rozaba la primera llama de fuego. Sintió muy calentito al principio, se quería quedar adormecida, entre la tibia ceniza, pero le siguieron echando más leña. La abanicaron con un sombrero para que se avivaran las llamas y de improviso, comenzó a gritar con grandes lamentos y alaridos. Las personas de esa casa quedaron impresionadas por lo que sucedió. Fue ese el único día que vieron llorar a unos tizones. Carlos Daniel Morales López

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CAMARÓN QUE SE DUERME En un lugar muy lejano, vivía Enrique, un señor que tenía cinco vacas lecheras. Un día pensó en regalar dos de ellas. Se fue al camino y encontró a su compadre. Simplemente le dijo que llegara a traerlas. Pero pasaron muchas semanas y el compadre no llegaba. Otro día llegó uno de sus tíos a visitarlo y le comentó: —¡Qué lindas vacas tenés, sobrino! —Si quire llévese dos —le propuso. Ese sí se las llevó. Auiente semana llega el compadre y le dice: —Vengo a llevar las vacas. Enrique le explicó que como no vino luego a llevárselas, ya las había regalado a su tío. Bien dice el refrán, que camarón que se duerme se lo lleva la corriente. Gerson David Vásquez Pérez

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SOPA DE PIEDRAS Cierto día tres señores viajaban por varios pueblos, conociendo la zona, pero no hallaban en qué pueblo quedarse. Más tarde llegaron a un lugar muy pintoresco y decidieron quedarse allí. Ya instalados en una casa, se dieron cuenta de que se les había terminado la comida que andaban. Vieron allí muchas piedras y con ellas pensaron resolver su problema. Encendieron un fuego, sacaron una olla, le echaron tres turuncas, le pusieron agua, luego verduras, e hicieron una sopa de piedras. Nunca habían probado sopa más deliciosa. Se habían dado cuenta de que con hambre no hay mal pan. Tania Yolibeth Hernández Pérez

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Ilustración: Doña Casimira. Marvin Ismael Martínez, lIdelfonso Domínguez, Adonay Josué Rodríguez Lorenzo

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DOÑA CASIMIRA Vivía en comunidad distante, la señora Casimira. Pobrecita la señora, no miraba Casimira. La ceguera la obligó a hacer algunas cosas criticables. Un día llegó un desconocido a su hogar a vender escobas y como no podía ver, al tocar una de sus escobas, pensó que le estaba robando la suya y lo corrió a puros escobazos. A éste solo le quedó correr y correr, porque parada que daba, escobazo que recibía. Otro día, doña Casimira se paró detrás de una pared y creyendo que estaba la silla que siempre ponían allí, quiso sentarse, pero se fue de nalgas y se dio un buen golpe. Una hija suya que vivía en el exterior vino a visitarla y cuando supo su mal la llevó al oftalmólogo. Doña Casimira se sanó de su ceguera y, de muy buen humor, quedó contando muchas historias divertidas, como éstas. Ana Cristina Meza, Glenda Lorena Domínguez, Fani Gricelda Lorenzo, Elsa Tatiana Gómez, Erika Nohemy Domínguez, Mayra Orbelina Domínguez

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EL ÁRBOL QUE LLORÓ SANGRE Había muchos árboles en aquella comunidad. Por eso era tan fresca y tan agradable. Un día, una señora iba con otros amigos buscando leña y vio un árbol florecido a la orilla del camino. Estaba lleno de preciosas flores. Entonces la señora dijo: —¡Está bonito este palo! Acto seguido, agarró el hacha y empezó a cortarlo. Al momento, el árbol empezó a derramar sangre por cada herida que le daban con el hacha. La señora no se detenía, hasta que un muchacho, compadecido, le dijo: —¡Deje de cortarlo, usted! ¿No mira que llora sangre? Ella siguió cortándolo sin hacer caso. Sin embargo, no había terminado el día cuando ella misma se rebanó un dedo del pie con el hacha. Hasta ahí se dio cuenta de lo que le decían, y dejó de cortarlos. Wendy Maribel Pérez

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POZO MÁGICO La señora Invierno dijo: —Ahora sí hay agua. No sabía que el agua venía del pozo mágico que trasladaba el agua a través de unos tubos de bambú. Llegó un momento en que el agua habló y le dijo a la señora: —Te daré estas palabras mágicas, para que las usés cuando lo necesités: Oso, hermoso, que ríe y es gracioso. Un día el oso del verano infernal, la quiso atrapar y ella le dijo: —Oso, hermoso, que ríe y es gracioso. Y así pudo escapar. Daruel Enil Gómez Manueles

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Ilustración: Una historia en Chiligatoro. Víctor Josué Domínguez, Yoni Rolando Domínguez, Juan Antonio Pérez.

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FRUTAS DE ORO En una comunidad con una vegetación muy verde, los habitantes eran muy trabajadores y todo se daba en abundancia. Esa era Chiligatoro. Un día, Cristian llegó a su huerto y encontró a su perro guardián cuidando los sembradíos. ¡No se daba cuenta de lo que estaba sembrado! El perro ladraba y ladraba. Parecía que lo estuviera llamando. Cristian se acercó y se llevó una gran sorpresa al ver que en medio de su huerto había un pequeño árbol con frutas de oro. Muy feliz contó a su familia lo ocurrido y el perro se consideró como si fuera el rey del mundo. Merin Armando Domínguez, Yoni Rolando Domínguez, Víctor Josué Domínguez, Ildelfonso Domínguez, Adonay Josué Rodríguez Lorenzo, Marvin Ismael Martínez, Rommel Noel Domínguez

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UN COMAL MÁGICO En el lugar de Los Patios, Yamaranguila, muy hermoso por cierto, una señora llamada Rosa, tenía un gran comal mágico en su casa. Éste le servía para muchas cosas. Las demás personas se lo querían comprar, porque además de ser mágico, el comal no se arruinaba, porque era de buen fierro. La señora no lo quiso vender, porque le había costado muy caro. Hasta su mamá quería que se lo regalara para hacer comidas típicas, y darle de comer gratis a sus hijos pequeños. Todos los días y todos los meses del año vivió con la pena de que le codiciaran aquel bonito comal. Yadira Sarahí Vásquez Pérez

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EL DÍA QUE EL AZADÓN HABLÓ Había un hombre muy trabajador, que laboraba por tarea. Como era un buen labrador y disfrutaba su jornada, podemos decir que le pagaban bien. Muy alegre trabajaba, pero no le gustaba que lo interrumpieran. Lo contrataban en varias partes porque hacía las cosas con el corazón. Cada vez que iba a su trabajo afilaba bien el azadón y ejercitaba su cuerpo. Cuando empezaba su jornada, oraba, y se tomaba una taza de café. Un día, el azadón le habló. —Ya no me molestés, estoy cansado—le dijo. Entonces, asustado, lo soltó y fue a contarle a su patrón lo sucedido. Ya nunca volvió a trabajar con aquel azadón. Jairo Omar Antonio Lorenzo

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Ilustración: El niño más feliz del mundo. Fani Gricelda Lorenzo, Glenda Lorena Domínguez y Ana Cristina Meza

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EL NIÑO MÁS FELIZ DEL MUNDO Ildefonso eran un niño que vivía en El Paraíso en su casita de paja. Tenía un pocillo y su cacharra. No le faltaba nada más. Miraba los maizales que sembraba su padre, disfrutaba ver a su madre encendiendo su hornilla para preparar la cena y gozaba jugando con los animales que habitaban en aquel guamil. Cuando llovía, decía chica, chica y entraba a calentarse frente al fuego. Ponía las manos encima del comal y decía leca, leca. Cuando mudaba las vacas, sentía que en esta vida no le faltaba nada. Por eso era el niño más feliz del mundo. Merin Armando Domínguez, Yoni Rolando Domínguez, Víctor Josué Domínguez, Ildelfonso Domínguez, Adonay Josué Rodríguez Lorenzo, Marvin Ismael, Rommel Noel Domínguez

Vocabulario Pocillo = taza cacharra = utensilio para tomar chica = lluvia leca = caliente

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EL HACHA MÁGICA En una comunidad vivía un hombre llamado Porciliaco Pérez, que era dueño de un hacha, sin saber que era mágica. Como todos los días, aquella mañanita salió a cortar leña al bosque. Trabajando estaba cuando, de pronto, el hacha voló de sus manos y fue a caer por allá. Él se asustó mucho y se asustó más cuando vio que el hacha se levantaba solita. No vio cuando se iba para la casa y ella misma se guardaba en la esquina dónde él la ponía siempre. Temeroso, el hombre, se puso a buscar el hacha. —Sé que el hacha se escondió en alguna parte de la casa —decía. Llegó a su casa sin saber que el hacha lo estaba esperando en una esquina. En cuánto lo vio abrir la puerta, ella le dijo: —¡Oh gran hombre trabajador, cuando me irás a aflojar! El hombre, cerca de volverse loco, le contó a su esposa lo que le había pasado, tratando de convencerse de que las hachas no hablaban. Entonces el hacha volvió a aparecérsele para

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decirle lo mismo. El hombre salió corriendo y gritando por la calle, asustado de verdad. Ignoraba que el hacha era en realidad un transformer que lo venía persiguiendo. Él agarró su bicicleta y se fue corriendo y gritando: —¡Ayúdenme! ¡Me viene siguiendo mi hacha! El hacha pronto lo alcanzó, pero ahora le hablaba con dulzura. Poco a poco se fue calmando y comprendió que su hacha era especial. Ella no quería que siguiera descombrando el bosque. Sintia Nohemy Gómez García

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Ilustración: Los animales ganadores. Víctor Josué Domínguez, Yoni Rolando Domínguez, Juan Antonio Pérez.

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LOS ANIMALES GANADORES En la selva vivían los animales retozando, cantando y comiendo semillas. El más chistoso era el venado que contaba chistes, cuentos y leyendas muy divertidas. Todos vivían contentos, hasta que un día llegaron otros animales que se creían dueños de todo. ¡Quién lo diría! El venado reunió a sus amigos y preparó un gran ejército. Juntos pelearon contra los invasores que querían despojarlos de sus tierras. El combate fue enconado y lleno de sacrificios, pero al final los residentes ganaron la batalla. Hicieron una gran fiesta de celebración por haber salvado sus riquezas y siguieron viviendo divertidos en su hermoso lugar. Mayra Orbelina Domínguez

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LOS FRIJOLES SALTARINES Cierto día, unos frijoles que compró mi tío, muy rojitos, muy lindos, preferidos por su lindo color y amados por toda la gente, fueron echados en una olla. El gran cambio hizo que los frijoles no comprendieran nada. En un momento la gente los acariciaba con su mano y hablaba sobre lo lindos que eran y al ratito, como ahora, estaban rebotando en una olla llena de agua caliente. —¡Qué sucede! —exclamaban las mismas cocineras. Los frijoles se quedaron quietos por un momento, y después empezaron de nuevo a saltar. Los taparon y siempre saltaban muy alto. Llamaron a un experto en frijoles y le dijeron: —Mire señor, los frijoles, como saltan en la olla. El experto levantó la tapa de la olla y sonrió: —¿De qué se asusta, comadre? Estos son frijoles

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saltarines. —¡Uy, compadre! ¡Primera noticia! ¿Es que existen frijoles saltarines? —Pues sí, comadrita, ¿no sabía usted? —No—le dijo la señora—de repente nos aparecen frijoles nadadores y futbolistas. ¡Este mundo está loco! Como no tenían más, siempre los cocieron y se los comieron. Era divertido cuando los cazaban en el aire. Sobeyda Yadira López Vásquez

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LOS ÁRBOLES QUE INVADIERON LA ESPERANZA En un departamento de Honduras de nombre Intibucá, propiamente en su cabecera, llamada La Esperanza, sucedió una tragedia. En un cerro donde abundan los pinos y muchos árboles pequeños, un día cayó una fuerte tormenta que hizo que todos crecieran y regaran su semilla por todas partes. Con el aire las semillas se regaron más lejos aún. Y cuando menos lo esperaban, los árboles crecieron e invadieron todo el territorio de Intibucá. Mucha gente pensaba en talarlos y aserrarlos, pero el Presidente de la República lo prohibió. No se sabía si la medida era buena o era mala, porque mucha gente estuvo a punto de sufrir una tragedia cuando veía crecer los árboles hasta debajo de sus camas. Ligia Pamela Fonseca

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DE TAL PALO, TAL ASTILLA En un barrio muy humilde de Yamaranguila vivió doña Lolita con su hijo Facundo y su hija Florita. Doña Lolita era una madre muy dedicada al trabajo de sastrería y con su talento vestía a casi toda la gente del pueblo. En el transcurso de pocos años doña Lolita logró tener muchísimo dinero y entonces empezó a construir casas y a comprar terrenos, sin parar. Al paso del tiempo, Florita, su hija menor, creció con mucho entusiasmo y el mismo don que Dios le había regalado a su madre. Así que comenzó a triunfar en la vida, igual que su madre. La gente de la vecindad estaba muy admirada por el desarrollo de esta familia. Don Juan, el mayor del barrio, visitó a doña Lolita y le preguntó: —¿Doña Lolita, por qué su hija Florita está triunfando a su mismo nivel? Doña Lolita, socarrona, le respondió: —Don Juan, es que de tal palo, tal astilla. Jesús Ernesto Benítez

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EL DÍA QUE SE EXTINGUIÓ LA GUACAMAYA Ese día desafortunado nos quedamos sin el ave nacional, sin la guacamaya, sin la Ara macao. La guara roja vivía en los lugares cálidos de nuestro país. La guacamaya era un ave hermosa porque su cuerpo estaba cubierto de plumas armoniosas de intensos colores. La guacamaya era muy hermosa y digo que era porque se extinguió debido a que las personas de estos lugares talaron nuestros bosques. Desde este día se extinguió y nosotros en Honduras nos quedamos sin nuestra ave nacional. Ronal Daniel Vásquez Juárez, Carlos Daniel Morales López

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UNA SOPA DE GALLINA La sopa de gallina estaba desolada porque no le echaban verduras de las que cultivaban en Intibucá. Hubo días en que las cocineras le echaban muchas verduras y quedaba muy deliciosa. Pero esos eran otros tiempos. Entonces, la sopa era llevada a las fiestas, a los cumpleaños y a todos lugares donde la gente la apreciaba por igual. Sin embargo, desde el día en que las verduras se escasearon y solo habían quedado algunos patastes, la sopa de gallina comenzó a quedar muy simple. La querida sopa de gallina ya no tenía sabor. La gente quedó muy triste porque ya no bebían sopa de gallina y la sopa de gallina también se sentía bastante triste porque carecía de sabor. Sobeyda Yadira López Vásquez, Sintia Nohemy Gómez García

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ELEMPIRA, EL REY DE LOS LENCAS, NUNCA MURIÓ Cuentan nuestros abuelos que el cacique Elempira nunca murió. Era el rey de las montañas del Congolón, Coyocutena y Piedra Parada. Allí fue donde peleó nuestro querido Elempira. También dicen que nos defendió con todo el corazón y que por eso Elempira nunca murió. Jayme Noel Domínguez Vásquez, Adonay Josué Rodríguez Lorenzo

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EL DUENDE QUE SE LLEVÓ A TODAS LAS MUCHACHAS A SU CUEVA En un viejo pueblo vive el duende que se llevó a todas las muchachas bonitas de aquí. Se las llevó a su cueva a pesar de que gritaban y lloraban y le suplicaban misericordia. Alguien pasó por allí y escuchó los llantos y las lamentaciones y se fue a buscar ayuda. Muchas personas armadas rescataron a las muchachas y ellas agradecieron al señor que dio el aviso y las demás personas. ¡Estaban tan alegres de regresar con sus familias! El duende no era nada feliz. Yadira Sarahí Vásquez Pérez, Wendy Maribel Pérez

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EL DÍA QUE LAS OLLAS CANTARON se terminó de imprimir en_______________________ en diciembre, 2015; Tegucigalpa, Honduras. Su tiraje consta de 10,200 ejemplares.

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