El niño
cuentacuentos
Ilustración: Elena Sánchez
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EL NIÑO CUENTACUENTOS Carta a los niños y niñas de Atlántida Queridos niños y niñas: Este trabajo fue creado con la magia del pensamiento. Desde este momento sus corazoncitos viajarán con las olas. Fueron hechos en La Ceiba, Atlántida, con los estudiantes de la escuela Policarpo Paz García, de la escuela Guía Técnica Guadalupe de Quezada y de la escuela Juan Manuel Gálvez. Con estos cuentos puedo afirmar que creo en las hadas, en la magia, en el amor. ¡Disfruten cada aventura! Ustedes tienen un hilo dorado que los acompaña al leer y escribir lo que piensan. Sólo la inocencia nos vuelve niños.
Nohemy Sarahy Ruiz García Docente Facilitadora Literaria
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A LAS Y LOS DOCENTES Y ESTUDIANTES Uno de los conocimientos más valiosos con que contamos, es que para aprender hay que leer. Los libros son las puertas al conocimiento y no podemos abrirlas si no sabemos leer. Los libros nos llevan a mundos de imaginación mientras satisfacen nuestra curiosidad natural, nuestro deseo de aprender. Lo primero es aprender a leer, y solo se puede lograr leyendo. Solo la lectura permanente nos convierte en buenas y buenos lectores, por eso hay que leer todos los días. Esta colección de textos escritos por los niños y niñas de La Ceiba, Atlántida, está llena de fantasía e imaginación, por eso creemos que despertará un gusto especial por la lectura, y logrará divertir a estudiantes, maestros y maestras. Fueron hechos para ser compartidos en la escuela, la familia y en los espacios públicos de la comunidad. Debemos hacer de la lectura una empresa de todos y todas hasta que las niñas y niños logren una lectura fluida y comprensiva, con la dicción adecuada, de esa manera lograremos mejores rendimientos académicos. Docentes de español han recomendado que los alumnos y alumnas propongan actividades para fomentar la lectura con este libro, que se realicen actividades no solo en el aula, sino en el patio de la escuela y en la casa. Por ello es recomendable crear un programa de lectura que funcione periódicamente, de manera semanal y mensual. Que se organicen las niñas y niños lectores y se realicen lecturas propuestas por ellos y ellas, que compartan sus experiencias de lectura en la casa y en la escuela y que siempre se comente lo que se haya leído. ¡Disfruten una creación maravillosa!
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RECOMENDACIONES PARA LEER EN FAMILIA La lectura en familia es la más recomendable porque en la convivencia podemos compartir dudas, sugerir ideas y solucionar dificultades. Algunas recomendaciones para la lectura en la familia son las siguientes:
✓✓ Definir una hora en el día y un espacio en la casa para leer. ✓✓ El lugar debe ser cómodo y estar iluminado. ✓✓ Seleccionar juntos o juntas el texto que se va a leer. ✓✓ A las niñas y niños pequeños hay que señalarles con el dedo las palabras mientras se leen, esto les servirá para relacionar lo escrito con lo que oyen.
✓✓ Siempre hay que explorar el título, haciendo que la niña o niño lector participe intentando anticiparse al contenido del texto.
✓✓ También hay que explorar lo que observan en las imágenes haciendo preguntas sobre qué ven y a qué se refiere.
✓✓ Interrogarlos(as) cada vez que sea necesario para saber lo que imaginan sucederá a continuación.
✓✓ Solicitarles que cambien el final de un cuento o relato si lo desean. ✓✓ Al final de la lectura, preguntar sobre qué se leyó, a qué se refirió el texto, qué opina de él, si les gustó.
¡Leer en familia es una gran idea!
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ÍNDICE UNA FAMILIA FELIZ
11
EL PLATILLO VOLADOR
12
LA AVENTURA DE LUIS
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EL MARTILLO DORADO
15
UNA INDECISA FAMILIA
16
EL PUEBLO SILENCIOSO
17
NIÑO SUEÑOS MÁGICOS
19
OTRO MARTILLO
20
EL FUTBOLISTA
21
UNA FLOR SIN PÉTALOS
23
EL CONEJO SALTARÍN
24
PERDER AL DUEÑO
25
LOS TIGRES
27
LAS COSAS CAMBIAN
28
FERRO FAI
29
EL GATO HARAGÁN
31
LA TORTUGA Y EL P ERRO
32
LOS PAJARITOS
33
5
6
EL COHETE
35
UNA GATITA ADOPTADA
36
LAS AMISTADES
37
LOS AMANTES DE LA NATURALEZA
39
LA DULCERÍA
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LA NIÑA DE LOS CACHORROS
41
EL NIÑO CUENTACUENTOS
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CERÁMICA MÁGICA
44
LA CHAPA MÁGICA
45
EL TURBO NÁUTICO
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UN AGUJERO EN EL BOSQUE
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EL CLAVO FLAQUITO
49
EL FRIJOL
51
LA PLUMA
52
CAPATUS MAJIUSS
53
LA AVENTURA ESPACIAL DE RAMÍREZ
55
AMOR A PRUEBA DE HECHIZOS
56
EL VASO
57
LA NIÑA MENTIROSA
59
SUPER NIÑO
61
FURIA DE PECES
63
el mu a S n: aci贸 r t s u l I
s ero u g Tri
7
Lecturas de
La Ceiba, Atlรกntida
8
El ni単o
cuentacuentos
9
Ilustraci贸n: Familia feliz. Andrea Vel谩squez, Ania Ord贸帽ez
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UNA FAMILIA FELIZ En vacaciones, mi familia y yo, viajamos a México por vía aérea. Mientras volábamos mirábamos el mar azulado y la blancura espumosa de su oleaje. Era un panorama muy lindo. En tierra los animales se miraban pequeñitos y unas cabras que pastaban parecían hormigas. Aterrizamos y nos fuimos directo al hotel, muy moderno y elegante. Durante la cena mi hermano, botó su comida y ensució todo el piso. Una aseadora vino a limpiarlo pero a todos nos dio mucha pena. Mi habitación era especialmente acogedora y me dormí como un ángel. Al día siguiente nos fuimos a la playa y ya estaban allí nuestros padres sentados en una poltrona, viendo el mar y tomándose unas malteadas. Todo era divertido: el sol, la brisa, la arena, la gente que se bañaba o que jugaba pelota. Mi hermanito se entretenía con un barquito de papel y yo me metí al mar. Así se deslizaron nuestras tres semanas de vacaciones y cuando finalizaron volvimos, bronceados y contentos, a la querida rutina de nuestro amado país. Andrea Velásquez, Ania Ordóñez
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EL PLATILLO VOLADOR Paquito exploraba la oscuridad del cielo aquella noche con su telescopio y vio algo brillante que parecía caer de arriba. Enfocó el aparato, pensando que podía ser una estrella fugaz, pero miró que era algo como un platillo de cocina, de color anaranjado que trataba de aterrizar en el patio de su casa sin hacer ruido pero con mucha dificultad. Una vez en tierra, el platillo abrió una especie de puerta y por allí salió una criatura pequeñita, pidiéndole ayuda porque se le había estropeado su nave. Aunque Paquito no sabía ni cómo arreglar una bicicleta, se puso a trabajar en lo que le decía aquella personita. Cuando se tiene voluntad, no hace falta conocimiento. Lo que tenía la nave —dijo la criatura limpiándose las manos con un aparato —era que el linus del hemogrífico estaba desalineado. —Fue lo primero que sospeché —respondió Paquito. La nave alzó vuelo rápidamente y volvió a su planeta mientras Paquito se quedó pensando en lo agradable que era ser solidario con todos. Sindy Carolina Hernández Mejía
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LA AVENTURA DE LUIS Don Víctor y doña María vivían en una ciudad muy grande y tenían un hijo de diez años que se llamaba Luis. A Luis le fascinaban las aventuras. Exploraba el bosque, buscaba tesoros en el fondo del río y abrigaba la esperanza de salvar a su familia de algún peligro cuando fuera bombero. Ser bombero era su sueño dorado. Se veía enfundado en un vistoso uniforme salvando gente de los incendios. Cierta vez su papá lo llevó a visitar un amigo y resultó que el amigo era un bombero experimentado. No lo podía creer. Tanto tiempo soñando con los bomberos y ahora tenía uno enfrente de su cara. Su papá le contó al amigo la predilección de su hijo y cuando se despidieron el bombero le dijo al pequeño que lo invitaría a acompañarlo la próxima vez que tuvieran alguna pequeña emergencia. De la alegría, Luis regresó a la casa, como si caminara entre nubes de humo y llamaradas de fuego. Se sentía infinitamente feliz. Dony Fernando Bernal Euceda
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Ilustraciテウn: EL martillo de oro. Josテゥ テ]gel Rivera Ruテュz
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EL MARTILLO DORADO En una casa abandonada había un valioso martillo de oro, pero nadie se había dado cuenta. Al paso de los años el hijo menor de una familia que había alquilado esa casa, mientras estaban aseándola, se encontró con el hermoso martillo. El niño corrió hacia donde estaba su papá, con el martillo en la mano. —¡Mira papá, mira! —le decía muy entusiasmado. Su padre abrió mucho los ojos y silbó asombrado: —Fuiiií…fiuuu… ¡Parece un martillo de oro! Esa misma tarde fueron a tasarlo a una casa de empeño y el empleado también les dijo que era un martillo de oro. Terminaron vendiéndolo a un albañil, pero no sabemos de dónde agarró éste tanto dinero para comprar algo tan valioso. José Ángel Rivera Ruíz
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UNA INDECISA FAMILIA Aquella familia siempre fue extraña pero era unida y nunca había tenido un solo problema. Sin embargo, llegó el día en que les apareció su primer problema. Éste comenzó porque a los padres les dio la gana de sembrar un árbol de manzanas en el patio y a los niños se les antojó adoptar un elefantito para tenerlo de mascota. Las discusiones comenzaron y nadie tomaba una decisión. Que el pequeño elefante necesitaría comer una arroba diaria de concentrado, decían los padres. Que las manzanas les daban diarrea, contestaban los niños. Que el elefante se comería el manzano, contraatacaban los padres. Que para cuando esa planta diera manzanas ya todos iban a estar muertos, se defendían los hijos. Nadie tomaba una decisión, hasta que la mamá propuso que dividieran el patio con una cerca. En un lado plantarían el árbol de manzanas y en el otro viviría el pequeño paquidermo. Todos aceptaron un poco avergonzados por no haber podido tomar a tiempo una decisión tan fácil. De allí en adelante no volvieron a tener un solo problema. Carlos Martínez, Michael Alvarado
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EL PUEBLO SILENCIOSO Hubo un pueblo donde nadie hablaba, ni cantaba, ni escuchaba música. Era un sitio tan silencioso que la gente se iba a la cama muy temprano porque no tenía nada que hacer. En una ciudad cercana, sin embargo, vivía una familia que ya no aguantaba el ruido de los carros, ni los pregones de los vendedores, ni los cohetes, ni la música de los almacenes. Oyeron hablar de un pueblo silencioso y se fueron a vivir allí. —¿Por qué le dirán pueblo silencioso? —preguntó el padre. —Creo que porque allí nadie se habla —respondió el muchacho. Al cabo de unos pocos días los nuevos vecinos encontraron que el pueblo era muy deprimente. El niño pensó en la manera de resolver el asunto y se dijo: —Voy a pedir a mi papá que celebre la fecha de mi cumpleaños con una fiesta. El padre estuvo de acuerdo y organizaron una gran celebración. Se invitó a todos los habitantes, trajeron varias orquestas y cocineros de fama internacional y cuando los invitados comenzaron a llegar descubrieron que en una fiesta nadie podía estar callado. Había que felicitar al cumpleañero. Había que cantarle Las Mañanitas. Había que entregar algún regalito. Había que bailar y había necesidad de comer. Nadie podía estar callado. Cuando acabó la fiesta los invitados continuaron platicando de las cosas que nunca se pudieron decir y desde entonces no hubo más silencios en aquel pueblo. Zair Steven Díaz Velásquez
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Ilustración: El niño de sueños mágicos. Sindy Hernández y Dorcas Ávila
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NIÑO SUEÑOS MÁGICOS Un niño soñador se la pasaba practicando truquitos de magia con la esperanza de un día inventar un tesoro. A su colección de trucos mágicos le dio el nombre de Milenium Chacapax. Llegó a ser un mago muy famoso y reconocido. En cierta ocasión lo coronaron como Rey Mago. No lo volvimos a ver desde aquel famoso acto de desaparición en que hizo desaparecer el trono de oro de un rey malvado. Dorcas Merary Ávila Tejeda, Sindy Carolina Hernández Mejía
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OTRO MARTILLO Un niño fabricó un martillo con un clavo y un pedazo de cobre y como a las cosas que uno mismo hace se les toma mucho cariño, estaba muy orgulloso de su martillo. Al día siguiente, que estaba lloviendo, el niño no encontró su martillo. Cuando se cansó de buscarlo inútilmente se sentó a llorar. —¿Qué te pasa? —preguntó su mamá. —He perdido mi martillo —le informó, entre sollozos. La buena señora abrió la gaveta de una mesa y sacó un martillo rudimentario. —¿Será éste? —preguntó, enseñándolo— lo encontré abandonado en la calle de enfrente. —Gracias, madre —dijo el hijo, sorbiéndose los mocos— prometo ser organizado y cuidar mis cosas de aquí en adelante. Ania Irina Ordoñez Castillo
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EL FUTBOLISTA Comprobó el nudo de los cordones de sus tacos, revisó si estaban bien metidas en la calzoneta las faldas de su camisa y saltó a la cancha. Un chorro agudo de luz lo deslumbró y escuchó los silbidos de sus adversarios y los aplausos de sus seguidores. El estadio estaba lleno de gente. Sintió la emoción corriéndole por las venas y se supo grande. Empezó a saludar al público, se miró los tacos y dijo: —Voy a darles emoción, soy futbolista. Alzó los brazos y gritó, sincero y con fuerzas: —¡Vamos a ganar! —¡Somos grandes con los tacos puestos! —¡Vamos a ganar! ¡Ah, eh, ah, ahé, ahé! —cantaba el público, haciendo la ola. Michael Alvarado Cerrato, Carlos Allan Paisano
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Ilustración: La flor sin pétalos. Jenifer Caballero, Stephanie Ramírez
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UNA FLOR SIN PÉTALOS Una tarde de verano en medio de una colina cubierta de flores nació una florecilla. Las flores vecinas que se inclinaron a mirarla, se apartaron con disgusto, al mirar que la recién nacida carecía de pétalos. Desde entonces se apartaron de ella y le dejaron un espacio vacío alrededor. La florecita quedó sola y los únicos que la visitaban eran los animales del bosque. Todos querían ayudar. El oso se arrancó unos pelos de su colita y se los dio para que se los pusiera pero le quedaban tan feos y eran tan calientes, que se los quitó de inmediato. El cotorro se quitó unas plumas y se las entregó para que se las pusiera pero le dieron alergia. Hasta la ardillita llegó con unas hojas secas, queriendo ponérselas entre los espacios del cáliz pero se desbarataron enseguida. La despetalada florecita los detuvo: —Por favor, ya no sigan. Así estoy bien. Gracias. No se preocupen. Recuerden que los pétalos son pura vanidad. Lo principal ya lo tengo. Los animales se retiraron apenados y ella se inclinó a descansar. Al día siguiente se despertó sorprendida cuando alguien le estaba diciendo: —¡Te han nacido pétalos! Eran unos pétalos morados y amarillos que la cubrían como un vestido de noche y la hacían verse más bonita que todas. Las otras flores la rodearon y comenzaron a elogiarla. Se disculparon y cualquiera diría que habían vuelto a ser sus amigas. Sin embargo, en ese momento, lo que la florecita deseaba, era que sus amigos animales vinieran a verla. Jenifer Caballero, Stephanie Ramírez
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EL CONEJO SALTARÍN Doña coneja tuvo seis conejitos, pero el más pequeño no podía saltar a pesar de que lo intentaba con todas sus fuerzas. Los demás se burlaban y lo dejaban solo para irse a jugar a la sabana. Pasaron algunos meses y el pequeño apenas lograba saltar una cuarta del suelo. —No te esforcés —le gritaban sus hermanos, brincando por todos lados— nunca lograrás mucho. Pero el conejito continuaba practicando. Llegó la Feria de la Sabana y comenzaron a anunciar el Gran Concurso de Saltos. Doña Coneja inscribió de inmediato al conejito mayor porque a veces llegaba a saltar casi un metro de alto. Todos estaban seguros de que ganaría. Sin embargo, cuando se enteraron de que vendría del pueblo vecino un concursante con un record de salto arriba del metro y medio, se decepcionaron. El conejito mayor lloraba mucho, pero tuvo que abandonar la competencia. Regresaron muy tristes a la casa donde encontraron al conejito practicando sus saltos de costumbre. Le contaron lo sucedido y le dijeron que no los molestara, pero él simplemente les dijo: —Yo salto dos metros fácilmente. No lo podían creer, pero era cierto y allí mismo se los demostró. Lo llevaron en hombros hasta el pueblo y lo inscribieron en el concurso. Cuando levantaba el trofeo y entregaba a su mamá el dinero ganado, todos se sentían orgullosos de él y le aplaudían. Sin embargo, en el fondo de su corazón lo único que quería era regresar a su casa para seguir practicando. Cristian Posas, Zair Díaz
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PERDER AL DUEÑO Minnie, la perrita de pelo brillante, llegó al parque con su dueño. Era un animalito vivaz y saludable que causaba admiración por donde fuera. Se echó a los pies de su dueño y al rato estaba dormida. No se dio cuenta de que su dueño fue invitado a jugar fútbol y partió a una cancha cercana, dejándola dormida. Él esperaba volver pronto y hallarla aun durmiendo. Pero no. Minnie se despertó asustada por el sonido de un cohete que alguien hizo estallar a su lado y se enteró, muy angustiada, de que su dueño no estaba. Buscó desesperadamente por toda la ciudad. Corrió y corrió hasta que sus patitas no podían dar un paso más. Se echó muy cansada debajo de un carro estacionado y allí encontró otro perro que también parecía abandonado: —¡Hola! —le dijo— ¿Cómo te llamas, tenés dueño? —Me llamo Scott y no tengo dueño —respondió el perro. —¿Quieres ir a la playa para ayudarme a buscar a mi dueño? —le preguntó Minnie y el perro dijo que sí. Estaban por llegar a la playa cuando un empleado municipal lo atrapó y los llevó a la perrera creyendo que eran vagos. Los perritos aullaban de miedo. Katherine Juliett García Dueñas
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Ilustraci贸n: Los tigres. Ela Michel Moradel, Julio C茅sar Nolasco
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LOS TIGRES Cuentan que hace muchos años vivía en la selva un tigre llamado Juan que tenía dos parejas de amigos tigres. Una estaba formada por Alex y Pedro y la otra por Sandra y María. Los machos salían de cacería por las noches con la intención de sobrevivir y las hembras cazaban para alimentar a sus crías. Una noche Juan fue atacado por unos cazadores, quienes lo durmieron con un dardo y lo enjaularon. Al despertarse y verse prisionero, Juan comenzó a rugir. Sus amigos y sus familiares siguieron a los depredadores, acosándolos hasta que liberaron al prisionero. Han vuelto todos al centro de la selva, siguen viviendo felices, pero se mueven con mucho cuidado. Ela Moradel, Julio César Nolasco
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LAS COSAS CAMBIAN Era una niña que solía ir los domingos al zoológico con su padre y era un padre que siempre le compraba un globo de colores. Ella solía llevarle manzanas al elefante y así se fue encariñando con él. Todos los domingos el elefante esperaba a su amiga que le traía las manzanas. Pasaron algunos años sin que ella fuera a visitarlo. Un día volvió con dos manzanas pero ya era una señorita y el elefante ya no estaba. Tampoco estaba el hombre que vendía los globos, ni aquel que siempre le regalaba uno.
Keyli Sabillón, Katherine García
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FERRO FAI El jefe del comando espacial vio al extraterrestre escondiéndose entre las rocas del extraño planeta y quiso saber más de él. Lo atraparon, averiguaron que se llamaba Ferro Fai y se lo llevaron a la tierra. Acá lo escanearon y se dieron cuenta de que se trataba de un alien importante que gozaba en Saturno de una gran reputación. En el acto estableció comunicación satelital y enviaron a Ferro Fai rumbo a Saturno, donde ellos tenían una estación espacial al mando de un astronauta. En Saturno habitaban millares de extraterrestres, pero el Jefe del comando no quiso contarlo a nadie, para no destruir la alegría que los caracterizaba.
Michael David Alvarado Cerrato
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Ilustraci贸n: El gato harag谩n. Emely Dionisia Caballero, Chestin Dubany Paz
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EL GATO HARAGÁN Kaimán era el gato consentido de su mamá y se había acostumbrado a comer los bocados que ella le ponía en la boca, cada vez que cazaba un ratón. Un desafortunado día la señora gata falleció y Kaimán quedó solo en el mundo. Observando que allí nadie le daría la comida como lo hacía su madre, abandonó la hacienda y vagó por las calles de la ciudad, buscando quien le diera comida en la boca. —Bocadeame, por favor —imploraba a los transeúntes, pero nadie lo volvía a ver. Comenzó a enflaquecer y a padecer dolores de estómago. Kaimán estaba sufriendo. Intentaba cazar alguna lagartija pero todas eran más listas que él. Recordaba aquellas raras palabras de “Basna, baina” que le decía su mamá pero como nunca le preguntó que significaban, se quedó sin saberlo. Por pura necesidad y con el paso del tiempo, Kaimán fue aprendiendo a cazar y comenzó a engordar. Había aprendido que para vivir hay que trabajar. Más tarde, conoció a una gata muy trabajadora y se casó con ella. Tuvieron varios hijos, pero a todos ellos les enseñaron todo lo que necesitaban hacer para sobrevivir en la vida. José Carlos Arteaga Velásquez, Cristian Fabián Urquía Salinas
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LA TORTUGA Y EL PERRO Era cosa de verlos. El perrito descubrió la tortuga metida en el agua a las orillas del río y comenzó a ladrar y ladrar. Cuando se detenía, la tortuga asomaba su cabecita y quedaba viendo alrededor con los ojos pelados. Entonces, el pequeño can reiniciaba sus ladridos con su mejor entusiasmo y ladraba y ladraba con verdaderas ganas. Era el momento en que las patas y la cabeza de la tortuguita se incrustaban en su caparazón. Si había silencio, espiaba la tortuga. Si escuchaba ladridos, se escondía. Era como si estuvieran jugando. De pronto el perro se aburrió y se fue corriendo y la tortuga comenzó a caminar tranquilamente hacia la playa. Ela Moradel, Julio César Nolasco
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LOS PAJARITOS Muy temprano en la mañana llegan a la ventana a cantar muy contentos. Se llaman Angelito y María y son pajaritos juguetones que alegran nuestro ambiente. Cantan y juegan y cuando tienen hambre comen insectos y brincan de rama en rama todos los días. También vuelan al río las veces que tienen sed y allá se enlodan las patitas y vienen a dejarlas marcadas en la ventana. Esas son sus travesuras. Tenemos que cuidar los pajaritos porque con toda la naturaleza son parte de nuestra vida. Yina Pamela Cardona Martínez
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Ilustraci贸n: El cohete. Lensy Yannin Ebanks
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EL COHETE Un científico declaró a la prensa que se dedicaría a construir un cohete de cristal para volar a la luna y todo el mundo consideró que estaba loco de remate. Ni su propia madre le creía. Se concentraba en diseñar los primeros planos, cuando su señora madre apareció en su oficina. —¿Qué mosca te habrá picado, muchacho? ¿Ni siquiera sabés que un cohete de cristal no va a resistir ni la fuerza de una pedrada? ¡Parece que no aprendiste nada en la universidad! Él ni la escuchaba. La opinión de los demás siempre lo tenía sin cuidado porque creía mucho en sí mismo. Siguió trabajando en su proyecto porque había descubierto un nuevo tipo de cristal más resistente que todos los metales conocidos. Cuando bautizaron el cohete volvió a declarar a los periódicos: —Ahora si estoy loco. Pero de alegría —dijo. Lensy Yannin Ebanks Sarmiento
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UNA GATITA ADOPTADA Cuando vi aquella linda gatita blanca atravesar la calle bajo el ardiente sol de la mañana, quedé cautivada. Me enamoré de ella en cuánto la vi pasar. Rogué y rogué a mi mamá para que me permitiera adoptarla como mascota, pero ella me dijo que había que consultarlo con mi papá. —Eso si —me advirtió— tenés que alimentarla, asearla y buscarle dónde dormir. Mi papa estuvo de acuerdo con mi propuesta y me dijo que la llevara a revisar a la veterinaria. Allá la diagnosticaron sin ningún problema. Ahora mi gatita me acompaña a pasear y yo la cuido de los peligros y para que no se pierda.
Emely Dionisia Caballero, Chestin Dubany Paz
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LAS AMISTADES Loren, la hormiga salió del hormiguero a buscar alimento y para su horror se encontró de golpe con el sapo Juancho, que también andaba en lo mismo. Se quedaron viendo uno a otro con desconfianza. Pero Juancho comenzó a admirar la armoniosa figura de la hormiguita y decidió ser amable con ella. Loren, al ver que Juancho no estaba pensando en comérsela, decidió ser su amiga. Como los dos estaban pensando lo mismo, nada tardaron en comportarse como dos buenos amigos.
Yina Pamela Córdoba Martínez, Allison Glosenia Medina Fúnez
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Ilustración: Los amantes de la naturaleza. Cristian Alejandro Posas Chávez, Zair Steven Díaz Velásquez
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LOS AMANTES DE LA NATURALEZA El perro se paró en dos patas y se asomó a la ventana donde vivía el gato: —¡Hey! —lo invitó— ¿Querés ir al parque conmigo? El gato se desesperezó y arqueó su lomo con deleite. —¿Estás loco? —le dijo— lo que querés vos es comerme. —El loco sos vos ¿quién te ha dicho que los perros comemos gatos? —contestó el perro, de buen humor. Con paciencia le explicó que solo deseaba mostrarle un anuncio e invitarlo a una fiesta. Al final, el gato lo acompañó. En el parque se veía un anuncio con un dibujo del globo terráqueo circundado por dos flechas y una plantita en su centro, arriba de las palabras que decían. —¡VEN A NUESTRA FIESTA! Como el gatito, muy intrigado, pedía una explicación, su compañero le informó que ese dibujo era el logo del reciclaje y que éste consistía en aprovechar los objetos que se echaban a la basura. —Por ejemplo, este sombrero que ando, lo hice de unos botes plásticos que encontré en el basurero. —Eso es muy interesante —convino el gatito— decime más. Hablaron y hablaron y fueron a la fiesta y el gatito terminó siendo un gran activista en el cuidado del medio ambiente.
Cristian Alejandro Posas Chávez, Zair Steven Díaz Velásquez
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LA DULCERÍA La dulcería de don Nacho quedaba en la quinta avenida. Allí había de todo: chocolates, bombones, paletas, confites, caramelos y otros. Los niños íbamos a comprarlos cuando salíamos de la escuela y don Nacho siempre nos regalaba algo en agradecimiento. Los colectores de impuestos llegaron a visitarlo una mañana y lo amenazaron con que si no pagaba lo que debía, le iban a cerrar la dulcería. Como don Nacho no tenía dinero, había un gran peligro de cierre. —¿Cómo? ¿Cerrar la dulcería que tanto nos complacía? ¡No lo permitiríamos! Los alumnos de la escuela sacamos nuestros ahorros y le compramos casi toda la mercadería que guardaba. Con esos fondos don Nacho pudo pagar sus impuestos y salvar una querida dulcería que en realidad era de todos nosotros.
Andrea Velásquez, Ania Ordóñez
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LA NIÑA DE LOS CACHORROS La niña va caminando hacia la escuela mientras come una de las dos manzanas que lleva en su mano. Tiene la costumbre de llevarle a su maestra la otra manzana. Durante la hora de recreo se asoma la niña a una de las ventanas y mira los dos cachorros jugando. Eran verdaderamente hermosos. —Si cuando salga de clases aún están allí, es señal de que carecen de dueño y me los llevaré para mi casa —pensaba la niña. Sonó el timbre de salida y nuevamente la niña se asoma por la ventana. Allí están los perritos, dormiditos, soñando. Ella se los llevó a su casa y los cuidó por el resto de sus vidas.
Yina Pamela Córdova Martínez, Allison Glosenia Medina Fúnez
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Ilustraci贸n: El ni帽o cuentacuentos. Michael David Alvarado Cerrato
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EL NIÑO CUENTACUENTOS Lucas se sentía muy aburrido entre las cuatro paredes de su casa y dispuso salir a un bosque que quedaba bastante cerca. Puesto allí, se extasió mirando la diversidad y la hermosura de la vegetación, la gracia de los animalitos, el aroma de las flores, y se sintió tan conmovido que sacó un papel y un lápiz que andaba en los bolsillos y se sentó debajo de un árbol a escribir un pequeño cuento. Cada palabra que formaba la escogía con especial cariño y con una gran sinceridad. En cuánto terminó corrió a su casa, muy excitado, para enseñárselo a su mamá. —¡Qué cuento tan hermoso! —dijo la mamá, verdaderamente sorprendida, cuando acabó de leerlo— debería leerlo todo el mundo. A la mañana siguiente ya la buena señora estaba esperando a que la atendieran en una oficina de asuntos editoriales y cuando fue recibida y le mostró el cuento al encargado, éste estuvo de acuerdo en que era un cuento muy conmovedor. —Debería de escribir otros más y traérmelos. Yo los haría publicar —le dijo. Alegrísima, volvió a la casa y le contó todo a su muchacho. Lo que yo quiero es ayudar a cuidar el medio ambiente. Si logro esto escribiendo, pues me dedicaré a escribir. Escribió mucho tiempo con disciplina y sentimiento y cuando hubo redactado un buen número de cuentos se los dio a su madre. Ella los llevó a la Editorial y allí, por fin, los publicaron en un libro que resultó ser un éxito en todo el mundo. Desde entonces, cada vez que el joven escritor recibe algunos recursos, invierte una parte en reforestar el bosque, otra en pagar un vigilante que lo cuide y otra para dárselo a su mamá. Ahora es muy conocido como el niño cuentacuentos. Dorcas Merary Ávila Tejeda, Sindy Carolina Hernández
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CERÁMICA MÁGICA Un chico vio que algo iba a caerle del cielo y se apartó de inmediato apenas a tiempo. Oyó el golpe y el estruendo a unos metros de donde estaba. Como era muy curioso se acercó al agujero humeante que había aparecido. Algo brillaba en el fondo. Estaba nervioso se sintió emocionado: —¿Y si fuera un meteorito? ¿Y si fuera un extraterrestre? —dijo. Cuando el humo se disipó se metió al pequeño cráter. Ya no miraba nada brillante, en el fondo del hoyo solo había un pedazo lustroso y liso de algo desconocido. Lo metió dentro de un frasco preguntándose si sería algo radiactivo o un elemento desconocido en el planeta. La prensa hizo algún escándalo y los científicos lo estudiaron durante meses. Al final declararon que se trataba de un simple fragmento de cerámica que se había desprendido de algún avión de carga. El niño se prometió no volver a alarmarse por nada. Dony Fernando Bernal Euceda
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LA CHAPA MÁGICA Este otro niño se encontró en la calle una extraña chapa que brillaba intensamente y la metió en su bolsillo. En su casa se acordó de ella y se la enseñó a sus padres. Su madre quiso saber dónde la había encontrado y él le informó que cerca de la casa de Planticox, un señor que tenía fama de conocer mucho de la magia blanca. Ella dijo que había que investigar para devolvérsela. Buscar a Planticox, encontrarlo y detenerlo les llevó mucho tiempo. —¿Es suyo esto? —le preguntaron. Fue tan brillante y tan ansiosa la mirada con que los vio, que no necesitaron más palabras. La familia del niño encontró en la mañana, enfrente de su puerta, un pequeño saquito lleno de monedas de oro.
Jenifer Dayana Caballero López
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Ilustración: El turbo náutico. Carlos Orlando Martínez
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EL TURBO NÁUTICO Juan estaba saliendo de la pulpería del barrio, cuando tropezó con algo y estuvo a punto de caerse con la bolsa de huevos que llevaba. Cuando lo levantó del suelo se enteró de que era un objeto raro, muy pesado, que no había visto nunca antes. —¿Sabés, qué es esto? —le preguntó a su madre, entregándole los huevos y enseñándole el aparatito. La señora movió la cabeza de derecha a izquierda y echó dos huevos a la freidera. Entonces Juan decidió ponerle “Turbo náutico” y utilizarlo para descubrir otros mundos.
Carlos Orlando Martínez
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UN AGUJERO EN EL BOSQUE Ahora conozcamos a Luis que es otro niño, pero éste vive en una cabaña con su hermana y su tío y tiene un buen montón de libros. Le gusta explorar el bosque como a todos y por eso lo hace a menudo. En una de estas exploraciones en compañía de sus familiares y en medio del bosque sienten un terrible temblor. Los árboles se mecen, la tierra se mueve y un agujero se abre a sus pies y comienza a tragárselos. Dan vueltas y vueltas y caen y van cayendo hasta que miran una luz cegadora allá en el fondo. De una manera que nadie comprende, se encuentran en el mismo sitio donde empezaron a caer y tienen el agujero enfrente de sus ojos. Les da miedo e intentan correr, alejarse del monte, pero la hermana se detiene un momento a tomar unas fotografías. Pasados unos días cuando calman sus nervios, miran las fotografías y se dan cuenta que ya no existen, vuelven al bosque y por más que revuelven montes y enredaderas no encuentran ningún agujero. Mirando en la televisión las noticias del día se enteran que otros agujeros se han detectado en otros lugares. ¿Serían agujeros de gusano? ¿Cómo podrían averiguarlo? Otro misterio más que quedaría sin resolver. José Carlos Arteaga Velásquez
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EL CLAVO FLAQUITO Hay clavos de todo tamaño, como bien se sabe. Pues éste era un clavo de esos delgaditos que casi no tienen ni cabeza y tal vez por eso mismo es que al clavo de este cuento le agradaba salir a vagar a la calle. ¿A qué otra cosa podría salir un clavo a la calle? Más bien un clavo en la calle es una amenaza: poncha un carro, se le clava en el pie a un niño descalzo, en fin. El caso que el clavito se durmió en una acera y un hombre que pasó por allí lo recogió y lo llevó a su casa para clavarlo en la pared. Cuando entraron allí, el clavo pensó “¡Qué casa tan apestosa!”, Cuándo miró que el hombre lo tomaba del pescuezo para hundirlo a golpes de martillo en una de las paredes, el clavito le habló: —Yo no quiero servir para que cuelguen calendarios de mí. Yo estoy para trabajar en el cine. El hombre, entonces tomó otro clavo más gordo que había por allí y el flaquito empezó una carrera que no se detuvo hasta que estaba en los brazos de su padre. —¿Qué pasó? —le preguntó. —Un hombre pretendía clavarme en una pared —contestó el clavito. —Ya no te vuelvas a ir sin decirme hacia dónde vas —añadió su mamá. Christian Fabian Urquía Salinas
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Ilustraci贸n: El frijol grande. Keyli Sabill贸n Posadas
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EL FRIJOL El frijolito ansiaba ser grande y como quería ser grande buscó a el hada madrina para que le concediera el deseo. La entrevista con el hada no fue muy exitosa porque ésta no se explicaba los motivos para que alguien quisiera ser grande. —Entre más pequeño eres, menos gastas —decía. Como aquí funciona todo a base de recomendaciones el frijolito buscó a la tortuga para que intercediera por él. —Súbite en mi caparazón y vámonos donde el hada —le dijo la tortuga. La tortuga caminó y caminó, pero iba tan lenta que cuando llegaron a su destiño el frijol ya estaba grandísimo. Lo bueno fue que en el trayecto habían hecho una gran amistad. Allison Glosenia Medina Fúnez
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LA PLUMA Tengo una pluma que al abrirse tira polvos mágicos que hacen que uno se vuelva más inteligente. Una vez mi hermanito la quebró por accidente pero la llevé a mi dormitorio y ella se reparó sola. Nunca he perdido esta pluma porque es mi mejor confidente. Se la mostré a mis amigos de confianza, pero debo ser muy cuidadosa. Todo lo que se escribe con mi pluma, se vuelve realidad. Por ejemplo, el otro día escribí: “Me iré volando a hacerte el mandado, mamá…y “ —¡Oh, no! Está sucediendo otra vez!
Andrea Danely Velásquez Padilla
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CAPATUS MAJIUSS Quien desee trabajar como mago, lo primero que debe hacer es buscarse muchas palabras mágicas. Yo conozco algunas y no me gustaría conocer más. Por ejemplo está “Crisstus Matius” que sirve para crearle verrugas a la gente, “Magisti Captipus” que hace que tú novia te vea guapísimo, pero la más importante para mí es “Capatus Majiuss”. Con estas palabras lograrás que lleguen muchísimas personas a ver tú espectáculo y levantarás toda el agua que se encuentre en el suelo. —¿Se dan cuenta? ¿Para qué quieren tanto? Lo importante es conseguirse muchos aplausos y cobrar miles de entradas. Yo he ganado tanto dinero, que ahora casi todo lo doy a los necesitados.
Cristian Alejandro Posas Chávez, Zair Steven Díaz V.
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FALTA IMAGEN
Ilustración: La aventura espacial de Ramírez. Elvin Joel Ramírez, Dony Fernando Bernal
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LA AVENTURA ESPACIAL DE RAMÍREZ Ramírez tendría unos diez años cuando empezó a pensar en los viajes espaciales. Un día, al ir a acostarse, sintió que la casa entera se levantaba del suelo y se elevaba por los aires. La veía desde una de sus ventanas flotando sobre la ciudad ante la gente azorada que la señalaba con el dedo. Una nave espacial se le vino encima de pronto y lo arrancó de la ventana. Seres de especie desconocida lo encerraron en una cárcel transparente que tenían en su nave, mientras él gritaba, horrorizado: —¡Ay, ay, ay, ayay! Ayúdenme, por favor ¡No dejen que me lleven estos orejones! Con sorpresa miró a sus padres dentro de sus trajes espaciales y escuchaba que le gritaban: —Shacaray, Shacaray, te quiero para siempre. ¡Shacaray, shacaray! Con tantos gritos, se despertó sobresaltado y sudoroso y se dio cuenta de que estuvo soñando.
Dony Fernando Bernal, Elvin Joel Ramírez
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AMOR A PRUEBA DE HECHIZOS El príncipe era guapo y esbelto y cuando la bruja lo vio quedó perdidamente enamorada. Sin embargo él no le correspondía en nada. La verdad que el príncipe a quien amaba era la hija del jardinero. Era bella, era buena, era laboriosa. Y cuando la bruja se enteró de esto comenzó a hacerle hechizos para que se enamorara de ella. No funcionaba nada. La bruja consultó su famoso libro de hechizos “Stabilo legasi” (Amor a tú corazón) y experimentó con sus mejores recetas, pero al príncipe no le hizo ningún efecto. El amor del príncipe por la hija del jardinero era tan fuerte que los hechizos de nada servían. El día que se casó con ella, la bruja se marchó para siempre.
José Ángel Rivera Ruiz, Claudia Yohana Maldonado Varela
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EL VASO Pedro, el vaso, era muy amigo del tenedor y solían jugar juntos cuando había oportunidad. Todos los utensilios de cocina de aquella casa, cobraban vida cuando sus dueños se dormían o salían a pasear. Entonces todos recorrían los cuartos de la casa y alborotaban por todas partes. Una noche, la cocinera olvidó apagar la estufa y la freidera que estaba encima de ella comenzó a cantar deleitosamente. El tenedor se acercó a curiosear con tan mala suerte que cayó dentro del aceite. —¡Socorro, socorro!—gritaba aterrorizado. Cuando Pedro se acercó a ayudar agarró fuego. Como todos los utensilios se asustaron y empezaron a correr, chocaron cucharas con cuchillos, abrelatas con ollas y mantequilleras, aquello derivó en un incendio que arrasó con toda la casa. El único que sobrevivió, ahumado y solo, fue el viejo tenedor.
Julio César Domínguez
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Ilustración: La niña que no dice la verdad. Jenifer Caballero, Stephanie Ramírez
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LA NIÑA MENTIROSA Hace unos diez años, en este barrio vivía una muchacha que a pesar de ser amable y bonita, era una gran mentirosa. Mentía hasta en decir la hora a quienes preguntaban. Sus padres, que la querían y la consentían mucho, ni se daban cuenta. El día en que cumplió sus quince años se fue de la casa diciendo que iba donde unas amiguitas que le harían una celebración, pero en realidad iba a visitar a un novio que tenía sin que lo supieran sus progenitores. En el trayecto, de repente, se encontró con un sabio que la detuvo y le hizo una señal sobre la cabeza, diciéndole “Fishis, morus, matus” que significan “Dí siempre la verdad”. En ese momento sintió una extraña frescura dentro de su cabeza y tuvo la sensación de que algo en su pecho se estaba reacomodando. Le atacaron unas ganas urgentes de volver a su casa. En cuanto llegó, entre grandes sollozos y verdaderamente arrepentida les contó a sus padres todas las veces que les había mentido. Sus padres la perdonaron en seguida y en premio por decir la verdad le permitieron que su novio fuera a verla a su casa los fines de semana. Ahora la niña no dice ninguna mentira y la quiere todo el vecindario. Jenifer Caballero, Stephanie Ramírez
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Ilustraci贸n: Kieyton. Kevin Guerrero Aguilar
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SUPER NIÑO Moncho fue al parque con sus amigos pero vino la tormenta y el parque quedó solo. También él quedó solo. De repente, un pequeñísimo meteorito cayó a su lado, pero a pesar de todo, se escuchó un estruendo y el niño cayó al suelo inconsciente. Despertó con una inexplicable energía en su cuerpo. Golpeaba más fuerte, se movía más rápido. Comenzó a cambiar y a hacer cosas diferentes, más veloces, más altas. Entendió que esa tarde tenía raros poderes. Pero al día siguiente no los tenía. La vida es así, lo que hoy tienes, mañana no lo tienes. Él lo entendió y fue feliz así.
José Ángel Velásquez, Kevin Roberto Escobar
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Ilustración: Furia de peces. Cristian Fabian Urquía Salinas y José Carlos Arteaga Velásquez
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FURIA DE PECES Sebastián notó que en la laguna que había a la orilla del pueblo se estaban enfermando los peces. En realidad los peces de la laguna estaban muy furiosos por la irresponsabilidad de los pobladores, que venían a botar diariamente sus desperdicios en el medio donde vivían. En la laguna caían las llantas viejas, los cadáveres de los animales, los desechos agrícolas, la ropa desechada y los desperdicios de cocina. El agua de la laguna estaba envenenada. Un día que Sebastián salió de pesca, miró un pez que estaba flotando en el agua a punto de morirse y se lo llevó para mostrarlo a su familia. Muchos peces amanecían flotando muertos en el agua y por el veneno que tenían en su cuerpo nadie podía comérselos. El colmo fue cuando miró a su propio hermano tirando su basura en la laguna. Lo regañó duramente y les explicó a todos los pescadores que el mal que le hacían a la laguna era como si se lo hicieran a su propia familia. Los pescadores hoy tratan de mantener limpia la laguna que los mantiene con vida.
Dony Bernal, Elvin Ramírez
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EL NIテ前 CUENTACUENTOS se terminテウ de imprimir en_______________________ en diciembre, 2015; Tegucigalpa, Honduras. Su tiraje consta de 4,100 ejemplares.