CAPITAL SOCIAL COMO HERRAMIENTA PARA VALORAR ORGANIZACIONES SOCIALES Mary Portillo1 (suleykaportillo@gmail.com) y Antonio Veiga2 (antonioveiga@gmail.com).
RESUMEN Este ensayo científico, pretende desde la interpretación documental comprender el concepto de Capital Social manejado por el Banco Mundial a partir de mediados de los 90 del siglo pasado, el principal referente asumido pertenece a Putnam (1993) quién definió Capital Social como: “características de organización social, tales como la confianza, las normas y redes que pueden mejorar la eficiencia de la sociedad mediante la facilitación de las acciones coordinadas”. La superación de problemas de acción colectiva y del oportunismo que éstas generan, depende del contexto social donde éstas se den. La cooperación voluntaria es más fácil en una comunidad que ha heredado un rico surtido de capital social, en forma de normas de reciprocidad y redes de compromiso cívico. Las normas de reciprocidad son dos tipos: 1.- equilibrada o específica y 2.- difusa, desequilibrada o generalizada. Por su parte, las redes de compromiso cívico como las asociaciones de vecinos, cooperativas, clubes deportivos o culturales, partidos políticos, representan una intensa interacción horizontal. Las redes de compromiso cívico son una forma esencial de capital social: mientras más densas sean esas redes en una comunidad, más probable es que sus ciudadanos sean capaces de cooperar por el beneficio mutuo. El Capital Social se evalúa a través de una herramienta cuali-cuantitativa denominada Herramienta de Evaluación de Capital Social (HECS), con la cual se valora tanto el perfil organizacional como el perfil de la comunidad. Se concluye que la confianza social, las normas de reciprocidad, las redes de compromiso cívico y la cooperación exitosa se refuerzan mutuamente. Dado que la combinación, de altos niveles de capital social, y un Estado que funcione bien, da como resultado altos niveles de calidad de vida para los ciudadanos. Se recomienda invertir en la formación de capital social en las comunidades a través de sus organizaciones. Palabras clave: Capital Social, cuali-cualitativo, redes de compromiso cívico, normas de reciprocidad. 1
Dr. en Educación Ambiental. UNELLEZ-V.P.A. Programa Ciencias del Agro y del Mar. Correo personal: antonioveiga69@gmail.com 2
Economista (UC) y MSc. En Finanazas (UFT). Contraloría del estado Portuguesa. Correo personal: suleykaportillo@gmail.com
INTRO AL CAPITAL SOCIAL ¿QUÉ ES ESO? Para Putnam el éxito en la superación de los dilemas de acción colectiva y del oportunismo que éstas generan, depende del contexto social donde éstas se den. La cooperación voluntaria es más fácil en una comunidad que ha heredado un rico surtido de capital social, en forma de normas de reciprocidad y redes de compromiso cívico. Éste autor define el capital social de la siguiente manera: “el capital social se refiere a las características de organización social, tales como la confianza, las normas y redes que pueden mejorar la eficiencia de la sociedad mediante la facilitación de las acciones coordinadas”. (Putnam, R; 1993, p.212.). El capital social es un recurso cuyo suministro aumenta con el uso y se agota con el desuso. Cuanta más confianza recíproca desplieguen dos personas, tanto mayor será su esperanza mutua, y viceversa. De igual forma las normas y redes sociales, las cuales son otras formas de capital social, se incrementan con el uso y disminuyen con el desuso. Por esto la creación o destrucción del capital social está marcada por círculos virtuosos y viciosos. El capital social se concibe como un bien público, no es propiedad privada de ninguna de las personas que se benefician de él. Como todo bien público, el capital social generalmente es infravalorado e infrasuministrado por los agentes privados. Es a diferencia de otras formas de capital, generado como subproducto de otras actividades sociales. Y a diferencia de otras formas de capital, debe ser generado como subproducto de otras actividades sociales. La confianza es un componente esencial del capital social. La confianza lubrica la cooperación. A mayor nivel de confianza en la comunidad, mayor probabilidad de cooperación. Y la cooperación en sí genera confianza. La confianza necesaria para mantener la cooperación no es ciega, implica una predicción de la conducta de un actor independiente. La confianza social en los complejos establecimientos modernos puede provenir de dos fuentes relacionadas: las normas de reciprocidad y las redes de compromiso cívico. Las normas, como las que refuerzan la confianza social, surgen porque disminuyen los costos de transacción y facilitan la cooperación. Siendo las más importantes de estas normas de reciprocidad de dos tipos: 1.- equilibrada o específica y 2.- difusa, desequilibrada o generalizada. La reciprocidad equilibrada se refiere a un intercambio simultaneo de ítems cuyo valor es equivalente, como, por ejemplo, cuando unos compañeros de clase intercambian regalos. La reciprocidad generalizada se refiere a una relación continua de intercambio que en cualquier momento es o no correspondida o desequilibrada, pero que implica expectativas mutuas respecto a un beneficio que hoy se otorga pero que será devuelto en el futuro. Otro ejemplo de reciprocidad generalizada puede ser la amistad. La norma de reciprocidad generalizada es un componente altamente productivo de capital social. Las comunidades donde esta norma se cumple pueden restringir eficientemente el oportunismo y resolver los problemas de acción colectiva. La norma de reciprocidad generalizada sirve para reconciliar el interés propio con la solidaridad, esto debido a que cada persona, en un sistema donde se respeten las normas de reciprocidad, se
caracteriza regularmente por una combinación de altruismo a corto plazo e interés propio a largo plazo, algo como, “Yo te ayudo ahora con la esperanza (posiblemente vaga, incierta e incalculable) de que tu me ayudaras en el futuro”. Es probable que la norma efectiva de reciprocidad generalizada esté asociada con densas redes de intercambio social. Las interacciones personales generan una información relativamente confiable y económica sobre la confiabilidad de otros actores. Las redes de compromiso cívico, como las asociaciones de vecinos, las corales, cooperativas, clubes deportivos, partidos de masas, representan una intensa interacción horizontal. Las redes de compromiso cívico son una forma esencial de capital social: mientras más densas sean esas redes en una comunidad, más probable es que sus ciudadanos sean capaces de cooperar por el beneficio mutuo. El efecto secundario benéfico de las redes de compromiso cívico, se debe a lo siguiente: Las redes de compromiso cívico aumentan los costos potenciales de un desertor en cualquier transacción individual. Ya que el ser oportunista pone en riesgo los beneficios que se esperan recibir de todas las demás transacciones en las cuales está participando, así como de los beneficios de las transacciones futuras. Las redes de compromiso cívico promueven unas normas de reciprocidad robustas. Esto debido a que estas normas son reforzadas por “la red de relaciones que depende del establecimiento de una reputación para cumplir promesas y para aceptar las normas de la comunidad local relativas a la conducta”1. Las redes de compromiso cívico facilitan la comunicación y mejoran el flujo de información sobre la confiabilidad de las personas. Las redes de compromiso cívico permiten que las reputaciones sean transmitidas y refinadas. Lo que es de suma importancia debido a que la confianza y la cooperación dependen de la información confiable sobre la conducta pasada y los intereses actuales de los posibles socios, mientras la incertidumbre cultiva los dilemas de acción colectiva. Esto porque a mayor comunicación (directa o indirecta) entre los participantes, mayor confianza mutua y mayor facilidad de cooperar. Las redes de compromiso cívico representan el éxito de la colaboración, el cual puede servir para impulsar la colaboración en el largo plazo. Si las redes horizontales de compromiso cívico ayudan a los participantes a resolver dilemas de acción colectiva, entonces cuanto más horizontalmente estructurada esté una organización, más puede promover el éxito institucional en el ámbito de toda la comunidad. Los miembros de grupos horizontalmente ordenados (como los clubes deportivos, las cooperativas, las sociedades de ayuda mutua, las asociaciones culturales y los sindicatos voluntarios) deben estar positivamente relacionados con el buen gobierno.
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Es una cita de Ostrom, Governing the Commons, p. 206, hecha por Putnam en: Putnam, R. (1993). Para hacer que la Democracia funcione. Primera Edición en castellano. Editorial Galac. Caracas, Venezuela. p. 221.
La confianza social, las normas de reciprocidad, las redes de compromiso cívico y la cooperación exitosa se refuerzan mutuamente. Las instituciones de colaboración efectivas requieren habilidades interpersonales y confianza, pero estas habilidades y esa confianza son también inculcadas y reforzadas por la colaboración organizada. Las normas y redes de compromiso cívico contribuyen a la prosperidad económica y son, a su vez, reforzadas por esa prosperidad. He aquí entonces la importancia del capital social en el desarrollo de cada comunidad, de cada país. Lo que lleva a Robert Putnam a afirmar lo siguiente: “Formar capital social no será fácil, pero es la clave para hacer que la democracia funcione”. (Putnam, R; 1993, p.236.).
¿CÓMO SE EVALÚA EL CAPITAL SOCIAL? Como un primer paso hacia el desarrollo de una medida uniforme de las innumerables dimensiones del capital social, se presenta la Herramienta de Evaluación de Capital Social (HECS) como una serie de indicadores y metodologías que miden niveles de capital social cognitivo y estructural en las comunidades escogidas como recipientes de proyectos de desarrollo. La HECS utiliza data cualitativa y cuantitativa que pueda ser útil para la determinación de niveles de base de capital social y procesos de monitoreo sobre el curso de implementación de los proyectos, permitiendo el análisis de las relaciones entre indicadores de desarrollo e indicadores de capital social. Sustentado en instrumentos de investigación de 26 estudios conducidos en 15 países con pruebas pilotos en poblaciones tanto rurales como urbanas e indígenas en Latinoamérica y en comunidades rurales en India, la HECS tiene una clara relevancia operacional para las actividades, tanto crediticias o no, del Banco Mundial (1998). La Herramienta de Evaluación de Capital Social busca operacionalizar teorías emergentes considerando las dimensiones del capital social, creando indicadores válidos que puedan medir niveles de capital social y sus relaciones con otros indicadores de desarrollo en áreas como la reducción de la pobreza, reducción de la desigualdad y crecimiento económico. La HECS fue diseñada para proveer a los gerentes encargados del Banco Mundial de las herramientas de investigación accesibles y apropiadas para medir el capital social para ser utilizadas en el diseño, implementación y evaluación de los proyectos del Banco Mundial. Las unidades de análisis son tanto el hogar como la comunidad y las variables de interés relacionadas con el capital social que pueden ser creadas y accesadas por los individuos, hogares e instituciones a nivel local. La HECS evalúa el capital social a tres niveles produciendo un perfil de la comunidad, un cuestionario de hogares y un perfil organizacional. La HECS no mide variables de macronivel a nivel nacional. A nivel local, las variables de macronivel pueden ser evaluadas a través de entrevistas semi-estructuradas con informantes clave en sectores institucionales. Aun siendo importantes estas variables de macronivel no constituyen el centro de preocupación de la herramienta. En definitiva se evalúa tanto el perfil organizacional como el perfil de la comunidad. En el caso del perfil Organizacional; se busca conocer las relaciones y redes que existen entre las instituciones formales e informales a nivel local, adicionalmente, evaluar las
características internas de las organizaciones, que, a su vez, pueden incrementar o disminuir la construcción de capital social dentro de una comunidad. A través de la aplicación de una serie de entrevistas semi- estructuradas tanto a los miembros de las organizaciones, como a los que no son miembros, el instrumento del perfil organizacional evalúa los orígenes de la organización y su desarrollo, la calidad de la membrecía, capacidad institucional y los lazos institucionales, en términos de acción colectiva, intercambio de información y niveles de eficacia ante las agencias gubernamentales y no gubernamentales. Perfil de la Comunidad; Este instrumento tiene varios objetivos: el primero consiste en familiarizar al grupo de investigadores con la comunidad, el segundo, llegar a un consenso sobre la definición de la comunidad en la cual tomará lugar la investigación (que después será usada en otros instrumentos), y el tercero consiste en que los entrevistadores deberán generar una colección de mapas, diagramas y anotaciones sobre la comunidad, que servirán como el material primario de los niveles de capital social en la comunidad.
ASPECTOS CONCLUYENTES Aquellas organizaciones comunitarias donde existe mayor cooperación, se respetan las normas, la relación entre sus miembros tiende a ser horizontal, y además tienen vínculos con otras organizaciones de los barrios donde se encuentran ubicadas; todos estos elementos constitutivos del capital social; son más eficientes en su trabajo, obteniendo mayor rendimiento en el mismo. La confianza social, las normas de reciprocidad, las redes de compromiso cívico y la cooperación exitosa se refuerzan mutuamente. Las instituciones de colaboración efectivas requieren habilidades interpersonales y confianza, pero estas habilidades y esa confianza son también inculcadas y reforzadas por la colaboración organizada. Las normas y redes de compromiso cívico contribuyen a la prosperidad económica y son, a su vez, reforzadas por esa prosperidad. He aquí entonces la importancia del capital social en el desarrollo de cada comunidad, de cada país. Lo que lleva Robert Putnam a afirmar lo siguiente: “Formar capital social no será fácil, pero es la clave para hacer que la democracia funcione”. (Putnam, R; 1993, p.236.). Según Deepa narayan (1999)2 las principales implicaciones de política pública que deben tener las investigaciones sobre capital social, y su relación con otro tipo de variables son: la primera, es de vital importancia invertir para aumentar la capacidad organizacional de las comunidades pobres; esto requiere de inversiones de micro – nivel, así como también cambios en las reglas y leyes al macro – nivel, con el fin de apoyar las actividades de las asociaciones locales. La segunda área crítica para invertir, es sobre las redes para construir capital social entre los grupos de la sociedad.
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Deepa Narayan es la especialista principal en desarrollo social del Poverty Group del Banco Mundial. Citada en Cartea M.J. & Rosales V. Notas Sobre Capital Social. Cátedra Rectoral Alexis de Tocqueville. Universidad de Carabobo – Alcaldía de Valencia.
Por lo tanto, el Banco Mundial propone básicamente: evaluar el capital social de una comunidad, para así aumentarlo, invirtiendo sobre éste, y evaluar de igual forma la capacidad de respuesta, efectividad y accesibilidad a las instituciones gubernamentales. Dado que la combinación, de altos niveles de capital social, y un Estado que funcione bien, da como resultado altos niveles de calidad de vida para los ciudadanos. De acuerdo a lo expuesto en los dos puntos anteriores, se recomienda invertir en la formación de capital social en las comunidades a través de sus organizaciones. Para esto se propone, conocer las relaciones y redes que existen entre las instituciones formales e informales a nivel local, adicionalmente evaluar las características internas de las organizaciones existentes, como los consejos comunales, grupos políticos, religiosos, deportivos etc; que a su vez puedan incrementar o disminuir la construcción de capital social dentro de sus comunidades. Esta información puede ser obtenida, a través de las Herramientas de Evaluación de Capital Social. Es importante señalar que para el logro de los objetivos anteriores, se debe identificar los líderes de las organizaciones, y si es posible de todos los barrios en general, para que éstos con su conocimiento local e información, ayuden al éxito de lo propuesto. De igual forma se debe, identificar y promover líderes potenciales, para darle participación a la mayoría, y lograr la transmisión intergeneracional de la información, garantizando así la permanencia de los beneficios de los programas implantados.
REFERENCIAS CITADAS Cartea M. J. & Rosales V. Notas sobre Capital Social. Cátedra Rectoral Alexis de Tocqueville. Universidad de Carabobo-Alcaldía de Valencia. Banco Mundial. (1998). Alianzas para la Reducción de la Pobreza. Experiencias exitosas en Venezuela. Caracas, Venezuela. Putnam, R. (1994). Para Hacer que la Democracia Funcione. Editorial Galac. Primera Edición en Castellano. Caracas, Venezuela.