La “nube”: una nueva revolución tecnológica Por Jorge Castro
Ha emergido con nitidez la estructura productiva de la revolución tecnológica de la “nube” (cloud computing), la plataforma global de computación en la que miles de nuevas empresas (start ups) –quizás cientos de miles en los próximos 10 años – desatan el inmenso potencial de productividad creado por la mayor ola de innovación de la historia del capitalismo avanzado, con epicentro en EE.UU. Esta posibilidad es la que ha desencadenado una verdadera explosión de iniciativa empresarial en el mundo entero, con start ups digitales penetrando en todos los rubros y dimensiones de la actividad económica y constituyendo colonias de innovadores hiperconectados que buscan nichos propios de alcance global. El número de sitios activos de nuevos emprendedores digitales establecidos en la plataforma global de la “nube” trepó de 240.000 a 2,6 millones entre 2008 y 2013, con una tasa de crecimiento de 50%/60% anual, como manifestación de una tendencia que se ha acelerado en los dos últimos años. Lo que está ocurriendo en el sistema mundial es que las start ups digitales se están apoderando y transformando de toda la estructura analógica industrial y de servicios, en el más profundo proceso de reconversión del capitalismo desde la revolución industrial.
La edad promedio de los nuevos emprendedores es entre 18 y 30 años, y los principales bienes de capital que utilizan para sus actividades son laptops, cuya capacidad de procesamiento de la información se duplica cada 18 meses, mientras sus costos caen a la mitad. En tanto, las grandes empresas de alta tecnología (IBM, Apple, Cisco, Google, Microsoft, Amazon), prácticamente en su totalidad norteamericanas –que disponen de una caja de inversión líquida de US$ 2,8 billones– se han volcado a la compra de start ups en todas partes del mundo, desde Tel Aviv a Austin (Texas), pasando por Beijing, Bangalore y Londres, con el objetivo de facilitar su acceso a la “nube” y a la oferta de servicios vinculados a ella. Sólo el año pasado, las compras de start ups de la cloud computing ascendieron a US$ 250.000 millones, que se duplicarían este año, para triplicarse con posterioridad. Por eso, entre otros motivos, el precio de acceso a la “nube” se está derrumbando y en el horizonte se aproxima a cero. El alquiler de 1 gigabyte de acceso a la “nube” costaba US$ 0,10 por mes en 2013, y ahora cayó a US$ 0,04. IBM realizó 19 adquisiciones en 2013, Apple más de 60; y un número similar Google y Microsoft. Pero Amazon es la que está a la cabeza, y se ha convertido en el principal sustento de la plataforma global de computación, la “nube”. Lo previsible es que en los próximos 10 años la totalidad de la industria y de los servicios avanzados se vuelquen a la “nube”, lo que significaría que el gasto en tecnología de la información, que hoy asciende a US$ 3,5 billones por año, se destinaría prácticamente en su totalidad a la plataforma global de computación. Por definición, la estructura productiva de la “nube” tiene un carácter global. Su
infraestructura básica está constituida por 4.000 millones de usuarios de Internet, cuyo número aumenta 500.000 por año; y de ellos la mitad ya dispone de telefonía móvil interactiva (smartphones), cuyo número se eleva 40% anual, la mitad en Asia. El resultado es un sistema hiperconectado y súperintensivo que abarca al 80% de la población del mundo (si se les suma los usuarios de telefonía celular); y en cuyas fronteras, que son las del planeta,tiene lugar el más intenso y abarcador proceso de innovación de la historia del capitalismo. El cruce de estas dos tendencias -amplitud de la red y grado de integración o intensidad- es lo que fija el nivel de incremento de la productividad/alza del ingreso per cápita que es capaz de alcanzar el sistema mundial del siglo XXI. Hay que advertir ante todo, para comprender la época, que esta es una etapa de ascenso histórico del capitalismo.