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JAN u Cá EN N u ESTRO CORAZÓN

Cadavez que celebramos el encendido de las velas en Janucá recordamos a toda una nación perdida y, sobre todo, el férreo deseo por hacer hasta lo imposible por recuperarla.

Nos recordamos así que incluso en las épocas más adversas debemos hacer lo que sea necesario para conseguir el respeto a nuestra fe y a nuestras tradiciones.

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Es en tal contexto que nuestro pueblo se sobrepuso al desamparo para proponerse luchar tenazmente hasta conseguir la redención. Nos referimos al corazón de un pueblo que nunca permitió que su llama se extinguiese.

Samuel Kopel

Con Janucá se recuperó la libertad y la alegría de nuestras fiestas y el respeto a nuestra fe y a todas nuestras tradiciones. Esa es su importancia. Por ese motivo expresamos nuestro respeto a esta tradición del encendido de las velas como señal de esa liberación. Se anuncia con Janucá la restitución del milagro de la vida judía en plenitud.

Destacamos que se trata de una fecha en la que conviene conmemorar el heroísmo de nuestro pueblo que resistió lo indecible hasta que un día organizó la radical defensa de sus intereses más nobles e íntimos; nuestra fe y nuestras tradiciones. Se conquistó el derecho de profesar en libertad nuestra fe, ejercer nuestra ley y practicar nuestras tradiciones ancestrales.

Con justicia podemos afirmar que así, nuestro pueblo iluminó con su heroísmo la historia de la humanidad en medio de una época oscura y de persecución, además de exhibir la fuerza de la esperanza y la perseverancia sin igual.

Cada día es el día en que somos llamados a iluminar con tal ejemplo enfrentando las dificultades de la vida. Con frecuencia, hemos de acudir al llamado de colaborar en erradicar la intolerancia y la discriminación, cualquiera sea su disfraz.

Nunca debemos olvidar que después de la profanación del Templo por parte de los griegos, era necesario purificarlo nuevamente y consagrarlo al Eterno debidamente. No obstante que había aceite para arder un solo día, milagrosamente alcanzó a arder durante ocho días. D’os trajo la luz consagrada a su gloria para hacerla arder lo necesario hasta la preparación del nuevo aceite para la menorá del Templo. Por ello continuamos alegres desde entonces hasta nuestros días. Siguiendo el ejemplo de Janucá, nuestro pueblo puede hoy, y debe siempre, dar ejemplo de construcción de puentes de diálogo y beneficio mutuos en contraposición a los conflictos que nos rodean.

Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.

Oscar Wilde.

El que nace pobre y feo, tiene muchas posibilidades. De que al crecer… se le desarrollen ambas condiciones.

La esposa es la mujer que está a nuestro lado, para ayudarnos a resolver los problemas... Que no tendríamos si no estuviésemos casados.

Él que es capaz de sonreír cuando algo le está saliendo mal… Es porque ya tiene pensado a quien echarle la culpa.

Jaim Jadashim Nueva Vida

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