El Bien-Te-Veo, la revista digital de SOPI 1
Publicación digital bimestral de la Sociedad Ornitológica Puertorriqueña, Inc.
EDICIÓN Y MONTAJE EDITORA Adele Mouakad JUNTA DE EDICIÓN José A. Colón López Sergio A. Colón López Gretchen Giuliani Raúl Pérez Rivera Chiara Merino DISEÑADORA GRÁFICA Carolina Soto Montiel WEB MASTER Gabriel Lugo
JUNTA SOPI PRESIDENTE Nathaniel González VICEPRESIDENTA Ela Cruz SECRETARIA Lizandra Ayerdi TESORERO William Ríos VOCALES Julio Salgado V. Luis Ramos Laura Fidalgo Nuestra portada es una magnifica captura del Ostrero en vuelo, por Javier Hernández
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La Sociedad Ornitológica Puertorriqueña, Inc. (SOPI), es una organización sin fines de lucro dedicada al estudio, conservación y observación de las aves en Puerto Rico. Establecida en 1995, la Sociedad es reconocida como un recurso objetivo e independiente en asuntos relacionados a la avifauna puertorriqueña.
La Sociedad Ornitológica Puertorriqueña a Inc. (SOPI) promoverá la preservación, conservación, restauración y manejo sostenible de lugares de importancia para las aves en Puerto Rico mediante el estímulo al estudió, la observación y la protección de las aves, aportando alternativas de carácter técnico y científico para aquellas acciones que puedan tener un impacto significativo en las aves.
La Sociedad Ornitóloga Puertorriqueña Inc. (SOPI) será reconocida cómo la entidad no gubernamental líder y portavoz esencial de la conservación, el manejó y todo asunto relacionado con las aves en Puerto Rico. Como organización vital en pro de la conservación del ambiente, la SOPI basará sus opiniones en la mejor evidencia científica disponible y participará activamente liderando esfuerzos para crear conciencia de la necesidad de proteger, restaurar y manejar las áreas de gran importancia para las aves. El Bien-Te-Veo, la revista digital de SOPI 3
Mensaje de la Editora página 5 Ostrero Americano: Identificación, hábitos y estado de conservasión. Por Luis Ramos páginas 6 - 8 Las aves de una Isla en ruta ciclónica. Por Adrianne G. Tossas, PhD páginas 9 - 10 El efecto del Huracán María sobre algunas especies de Psitácidos en Puerto Rico Raúl A. Pérez-Rivera páginas 11 - 18 Las aves de mi jardín y el huracán María Por Kitty Aponte páginas 19 - 21 La Ornitoteca The Genius of Birds de Jennifer Ackerman página 22 Actividades Post Huracán página 23 Avistamientos notables páginas 24- 27
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MENSAJE DE LA EDITORA
Estimados compañeros de SOPI: Es un placer poder comunicarme nuevamente con ustedes. El año 2018 ha sido declarado el Año del Pájaro. Esto se logró mediante una colaboración de la Sociedad de Audubon, National Geographic, Birdlife Internacional y el Laboratorio de Ornitología de Cornell. La SOPI desde luego se une a estos esfuerzos. El Año del Pájaro celebrará la importancia de las aves en nuestras vidas: la maravilla yla pasión que ellos inspiran, así como las funciones que desempeñan en la red de la vida. El Año del Pájaro nos da la oportunidad de reanudar nuestro compromiso de proteger las aves y los lugares que ellos necesitan para el próximo siglo. En esta edición hemos querido destacar la importancia que tienen las aves en nuestras vidas, sobre todo, después de los estragos causados por los huracanes Irma y María. Varios de los artículos destacan diferentes problemas sobre este tema. El artículo de Adrianne Tossas señala los problemas que enfrentan las aves durante y después de un huracán. Indica que una manera de ayudarlas es proveyendo comederos en lo que las fuentes de alimento natural se regeneran. Así lo hizo Kitty Aponte en su jardín. Al leer su artículo, observarán las medidas que ella tomó para ayudar a sus aves. Raúl Pérez Rivera discute el impacto en algunas especies de los psitácidos, incluyendo a la Cotorra de Puerto Rico. El ave que vamos destacar, mediante un excelente artículo escrito por Luis Ramos, es el Ostrero Americano, (Haematopus palliatus), uno de nuestros playeros residentes en la Isla.Apropiadamente, esta ave será el ave destacada en el Festival de las Aves Playeras a celebrarse en Septiembre de este año. En la Ornitoteca ,reseñamos un libro de la escritora de ciencia, Jennifer Ackerman ,sobre la inteligencia de las aves. Como nos demostró el huracán María, las aves son claves en la recuperación de nuestra isla después del desastre. Ellas ayudan en la dispersión de semillas en los bosques y en la polinización de la flora. Son un indicador del bienestar de un hábitat. Dos semanas después del huracán María, visitamos los bosques y el silencio era perturbador; sin embargo, varios meses después, que alegría escuchar su dulce canto. Definitivamente, el año 2018 es el Año del Pájaro. Esa es la misión de la SOPI, proteger nuestras aves y sus hábitats. Por último recuerden que sin su cooperación y entusiasmo la SOPI no existiría. Gracias a todos por ser parte de esta gran organización.
Adele Moaukad Editora revista Bien-Te-Veo El Bien-Te-Veo, la revista digital de SOPI 5
OSTRERO AMERICANO: IDENTIFICACIÓN, HÁBITOS Y ESTADO DE CONSERVACIÓN
Por Luis Ramos
OSTRERO AMERICANO - (Haematopus palliatus) - American Oystercatcher El ostrero americano es un ave playera común que reside en las costas de Puerto Rico. Es una de las pocas aves especializadas en los moluscos que viven en las aguas saladas; esta ave está completamente restringida al hábitat marino. Por eso su estado de conservación es preocupante ya que los números han declinado seriamente Este se reproduce en las ciénagas saladas y en el área de las dunas. Su futuro dependerá de la coexistencia con los humanos. Esta es un ave muy fácil de identificar por su gran tamaño. Su cabeza y cuello son color negro, sus ojos son color amarillo brilloso con un anillo ocular color anaranjado. Su espalda es color marrón, su pecho y los flancos son blancos y su pico largo y brilloso de color rojo hasta naranja. Sus patas son largas de color rosa pálido. Regularmente, los puedes conseguir en las costas aunque en América del Norte los puedes encontrar en ciénagas. Habitualmente los puedes ver en playas costeras y humedales formados por la marea. Su hábitat es estrictamente costero, en zonas con extensas playas arenosas, lagunas formadas por la marea y ciénagas de agua salada. Un elemento clave es la presencia de una buena provisión de alimento, como los criaderos de ostras y orillas con almejas.
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El ostrero americano forrajea a menudo caminando en aguas poco profundas, en busca de conchas de moluscos. El ostrero tiene dos métodos para abrir las conchas. El primer método es buscando moluscos que tengan su concha parcialmente abierta, donde rápidamente introduce su pico en la abertura. Cortando los músculos, abre la concha y se come al molusco. En el segundo método, el ave simplemente le da con el pico a la concha hasta romperla.
Las formaciones de parejas comienzan cuando ambas aves llegan al territorio. Por ejemplo, en Georgia y Texas las parejas residentes comienzan a defender los territorios en enero (B. Winn, S. Heath, unpublished). En Carolina del Sur las parejas residentes se ven en el territorio todo el año, con excepción de octubre (Sanders et al. 2004). En las islas cercanas a Puerto Rico anidan en mayo y junio (Raffaele 1989). Parte del cortejo es hacer los nidos semanas antes de la postura de huevos. Ambos trabajan en la construcción del nido aunque mayormente lo construye el macho. El nido lo construyen durante las horas del día. Puede nidificar entre las dunas, en ciénagas de agua salada o en islas formadas por la draga de almejas. Especialmente, anidan en playas arenosas o playas con conchas, dunas, ciénagas y ocasionalmente en rocas. Es característico que aniden en lugares con poca o sin vegetación, aunque dependerá del tipo del sustrato y de la localización (Lauro and Burger 1989; Toland 1992; Wilke et al. 2005; Traut et al. 2006). Las construcciones de estos nidos toman un poco de tiempo: el ave se sienta en la arena y con los pies comienza a escarbar un hoyo llano. El nido tiene un diámetro de 20 cm y una profundidad de 4–6 cm. La postura de huevos comienza luego de escoger el Foto Luis Ramos nido perfecto, esto quiere decir que hay varios intentos. Dependiendo del clima, la postura de huevos se puede tardar más de lo normal (Nol et al. 1984). Los comportamientos durante la postura de huevos incluyen copulación, incubación y la defensa intensa del territorio. Si el nido se pierde, ellos reemplazarán la puesta preparando otro nido. Los nidos se pierden por las siguientes razones: depredación la cual puede ser por mamíferos y/u otras aves y las condiciones del tiempo. Las posturas pérdidas se reemplazan en dos semanas (Baker and Cadman 1980, CM). El Bien-Te-Veo, la revista digital de SOPI 7
La postura de huevos por pareja es de 1 a 4 huevos, estos son color grisáceo con moteados de color marrón oscuro. La incubación es realizada por ambos y dura de 24-28 días y comienza luego de la puesta del segundo huevo, esto quiere decir que el primero está expuesto a la depredación por un largo período. Los polluelos abandonan el nido rápido al eclosionar. Ambos padres los alimentan hasta los dos meses después de haber nacido. A la edad de 5 semanas los juveniles comienzan a volar. A los dos años los individuos pueden buscar pareja, defender su territorio y formar nidos, pero típicamente no se reproducen (Palmer 1967). Se han realizados estudios donde individuos marcados previamente a la edad de 2 o 3 años regresan a los sitios natales (McGowan et al. 2005a). Para finalizar, aunque los ostreros viven en áreas costeras, donde la pérdida y la destrucción de hábitats los amenaza, grandes reservas naturales y refugios costeros en los estados del este de los Estados Unidos han contribuido en la protección del hábitat, especialmente en el invierno. Su futuro dependerá de la coexistencia con los humanos. LITERATURA CITADA: Baker, A. J. and M. Cadman. 1980. Breeding schedule, clutch size and egg size of American Oystercatchers (H. palliatus) in Virginia. Wader Study Group Bull. 32:33. Lauro, B. and J. Burger. 1989. Nest-site selection of American Oystercatchers (Haematopus palliatus) in salt marshes. Auk 106:185-192. McGowan, C. P., S. A. Schulte, and T. R. Simons. 2005a. Resightings of marked American Oystercatchers banded as chicks. The Wilson Bulletin 117:382-385. Nol, E., A. J. Baker, and M. D. Cadman. 1984. Clutch initiation dates, clutch size and egg size of the American Oystercatcher in Virginia. Auk 101:855-867. Palmer, R. S. 1967a. Species accounts. Pp 143-167 in G.D. Stout, ed., The shorebirds of North America. Viking Press, New York, NY. Raffaele, H. A. 1989. A field guide to the birds of Puerto Rico and the Virgin Islands. Princeton Univ. Press, Princeton, NJ. Sanders, F.J., T.M. Murphy, and M.D. Spinks. 2004. Winter abundance of the American oystercatcher in South Carolina. Waterbirds Volume: 27 Issue: 1 Page(s): 83-88. Toland, B. 1992. Use of forested spoil islands by nesting American Oystercatchers in southeast Florida. Journal of Field Ornithology 63(2): 155-158. Traut, A.H., J.M. McCann, and D.F. Brinkler. 2006. Breeding Status and Distribution of American Oystercatchers in Maryland. Waterbirds 29(3): 302-307. Wilke, A.L., B.D. Watts, B.R. Truitt and R. Boettcher. 2005. Breeding season status of the American Oystercatcher in Virginia, USA. Waterbirds 28:308-315.
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LAS AVES DE UNA ISLA EN RUTA CICLÓNICA
Por Adrianne G. Tossas Cavalliery, Ph.D.
Foto: José R. Almodovoar
Estando en la ruta de los ciclones que se forman anualmente en la costa oeste africana, no es raro que la isla caribeña de Puerto Rico se afecte frecuentemente. Según registros históricos de los pasados cinco siglos, en promedio, un huracán cruza por territorio tmodelos que proyectan los cambios climáticos, pronostiquen que los huracanes se harán más frecuentes y severos con el paso del tiempo (Webster et al. 2005). Aparte de la gran amenaza a la vida humana, como amantes y conservacionistas de aves, sabemos que los recursos naturales son los primeros impactados por el paso de un huracán. La destrucción de ecosistemas trae un efecto en cadena donde todas las especies que habitan allí se ven seriamente afectadas. Por ejemplo, en los bosques, los fuertes vientos huracanados causan la eliminación de la cobertura vegetal, al desprenderse ramas y hojas, y la caída o rompimiento de muchos árboles. ¿Qué pasa con toda la diversidad animal que depende de esos árboles? En el caso de las aves, también sufren directamente los efectos de los vientos, porque pueden ser arrastradas hasta nuevas localidades fuera de sus territorios o hábitat, o son víctimas fatales de colisiones con ramas o troncos. Sin embargo, los efectos indirectos pueden ser más extensos, porque son los que las aves sobrevivientes tienen que enfrentar luego del huracán: la alteración de sus hábitats, pérdida de áreas de anidaje y refugio, y sobre todo, de recursos alimentarios. El paso de huracanes por Puerto Rico y otras islas de la región caribeña, previos a María en 2017, han permitido estudiar la respuesta de las aves a estos eventos (Wiley y Wunderle 1993). Personalmente pude evidenciar los resultados del huracán Georges en las poblaciones de aves del Bosque Estatal de Maricao, en 1998. Encontré que se duplicó la frecuencia de captura de aves del dosel en redes de niebla, debido a su desplazamiento al sotobosque por la pérdida de cobertura vegetal. El Bien-Te-Veo, la revista digital de SOPI 9
Censos de puntos realizados entre 1998 y 2000, demostraron la disminución en abundancia de 16 de 21 especies, siendo la Perdiz Rojiza la más afectada (Tossas 2006). En 2007, ocho años después de Georges, las poblaciones de ocho especies aún no habían alcanzado los niveles de abundancia prehuracán, incluyendo a endémicas comunes como el San Pedrito, Carpintero y Bienteveo (Tossas 2010). La alta elevación de este bosque sobre el nivel del mar, además de no haber sido impactado por un huracán en cerca de 60 años, pudieron estar relacionados al gran efecto que sufrieron las aves. Aún tenemos que determinar los efectos del huracán María en las poblaciones de nuestras aves. La evaluación tendrá que considerar diferentes variables, como la intensidad y duración de los vientos y ráfagas, si el área se encuentra en zona llana o montañosa, y el tiempo transcurrido sin recibir los embates de huracanes previos, entre factores biológicos de cada especie, como su preferencia alimentaria, tamaño poblacional prehuracán y distribución. Sin embargo, ya conocemos del efecto negativo que causa la devastación del hábitat. Por esta razón, si queremos ayudar a las aves a recuperarse, nuestra meta debe ser fomentar la reforestación de la isla. Podemos proveerles alimento en nuestros jardines como medida de rescate ante la emergencia, pero mientras más rápido se recuperen las áreas naturales, más pronto ellas podrán tener acceso a fuentes de alimentación, y refugio contra depredadores. En consecuencia, zumbadores, aves frugívoras e insectívoras podrán continuar con los beneficiosos servicios ecológicos de polinización, regeneración de bosques, y control de insectos, que llevan a cabo respectivamente. A largo plazo, la reforestación también nos permitirá mitigar los cambios climáticos, que al fin y al cabo, tienen el potencial de interferir con la subsistencia de aves y humanos por igual. Literatura Citada Quiñones, F. 1992. Historia de los huracanes en Puerto Rico, 1502-1992. Acta Cientifica 6:165170. Tossas, A. G. 2006. Effects of Hurricane Georges on the resident avifauna of Maricao State Forest, southwestern Puerto Rico. Caribb. J. Sci. 42:8187. Tossas, A. G. 2010. Population trends of montane birds in southwestern Puerto Rico eight years after the passage of Hurricane Georges. Pp. 29-38. In (Dallmeier, F., A. Fenech, D. MacIver, and R. Szaro, eds.) Climate change, biodiversity and sustainability in the Americas). Smithsonian Institution Scholarly Press. Washington, D. C. Webster, P. J., G. J. Holland, J. A. Curry, and H.R. Chang. 2005. Changes in Tropical Cyclone Num- ber, Duration, and Intensity in a Warming Environment. Science, 309:1844–1846. Wiley, J. W. and J. M. Wunderle, Jr. 1993. The effects of hurricanes on birds, with special reference to Caribbean islands. Bird Conservation International 3:319-349.
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EL EFECTO DEL HURACÁN MARÍA SOBRE ALGUNAS ESPECIES DE PSITÁCIDOS EN PUERTO
Por: Raúl A. Pérez-Rivera
INTRODUCCIÓN Los huracanes son sistemas meteorológicos comunes en el área del Caribe. Estos han sido de gran preocupación para los conservacionistas porque los mismos pueden causar gran daño, particularmente a poblaciones pequeñas. Danforth (1936) creyó extinta a la paloma sabanera (Patagioenas inornata wetmorei) posterior al huracán San Felipe (1928). Por su parte el huracán Hugo (1989 ) redujo casi a la mitad la población de cotorras de Puerto Rico, que habitaba en la Sierra de Luquillo (Haney et al. 1991).
Los huracanes pueden causar la muerte directamente a aves cuando los vientos las cargan y las estrellan contra objetos (ej. árboles o partes de edificaciones en áreas urbanas), se ahogan o son golpeadas por ramas y objetos contundentes, cuando estas tratan de refugiarse en los suelos (ej. paserinos en general), o mueren de hipotermia empapadas por el agua. Luego del huracán las aves pueden morir de inanición, cuando no encuentran comida o el sustrato preferido de forrajeo desaparece. Otras mueren víctimas de depredadores ya que son más vulnerables a estos cuando están debilitadas y no pueden escapar volando, o la desaparición del follaje que las deja expuestas a depredadores como las rapaces. No menos importante, en algunas especies, el huracán destruye el hábitat de anidamiento o lo afecta sustancialmente. En este caso grupos que anidan en cavidades como cotorras y pájaros carpinteros, parecen ser los más afectados (Wiley y Wunderle 1993). Foto Alfredo Irrizary
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El huracán María pasó por Puerto Rico el 20 de septiembre de 2018 y cruzó la isla de sureste a noroeste, con vientos sostenidos de 150 mph. No habíamos tenido un huracán como este desde San Felipe (1928). El efecto de María sobre la vegetación fue devastador, tumbando una gran cantidad de árboles y aquellos que quedaron de pie, perdieron virtualmente todo su follaje. Parecía que había ocurrido un gran fuego dejando sólo troncos y ramas. El huracán afectó muchas aves directamente, yo pude ver tórtolas (Zenaida spp), changos (Quiscalus niger) y hasta aves marinas muertas por el efecto directo de la tormenta. Los vientos huracanados desplazaron aves desde los lugares donde usualmente viven a áreas . Por ejemplo, se observaron palomas cabeciblanca (Patagioenas leucocephala) en lugares como Aibonito y palomas sabaneras (P. inornata wetmorei) en áreas urbanas de Caguas. También, luego del huracán, en Caguas y Humacao, observé tórtolas rabiches (Zenaida macroura) que obviamente se encontraban fuera de su distribución usual. En este trabajo discutiremos algunos de los efectos del huracán en ciertas poblaciones de psitácidos que habitan en el área noreste de Puerto Rico.
MÉTODOS Para determinar el número de pericos en un dormidero en el complejo Palmas del Mar en Humacao, se utilizó el método de Tossas et al. 2012, que se puede resumir en contar los individuos que se mueven hacia un dormidero. Esto se facilitó porque había buena visibilidad de todas las palmas siendo utilizadas y se podían observar las aves llegando a estas, desde cualquier dirección. El conteo comenzó a las 5:15 a.m. y terminó casi al oscurecer a las 6:30 p.m. El determinar el número de cotorras de Puerto Rico a lo largo de la Carr. 30 fue algo casual. Luego se buscó a lo largo de diferentes carreteras secundarias, se habló con los vecinos para determinar si estos habían visto o escuchado cotorras. El lugar donde se avistaron cotorras fue visitado, entre semanas, hasta que las aves dejaron de visitar la localidad.
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Luego del huracán María, el campus de la UPR-Humacao se visitó al menos tres días a la semana hasta la segunda semana de diciembre. Se hicieron observaciones entre las 6:30 a.m. - 10:30 a.m., en una serie de palmas reales (Roystonea borinquena) que estaban siendo utilizadas como fuente de alimento por gran parte de la comunidad aviar del campus. Se hicieron conteos del número de pericos de aliblanco (Brotogeris versicolurus) alimentándose en el área. Desde el paso del huracán María, Palmas del Mar se ha visitado al menos una vez al mes. Nos hemos dejado orientar por la algarabía que forman los pericos al estar en grupos y aprovechamos la oportunidad para contar cuantos salen del lugar en donde se han estado alimentando.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN Cacatúa blanca (Cacatua alba) La cacatúa blanca es oriunda del archipiélago indonesio de las Molucas septentrionales y en la actualidad se le considera una especie en peligro de extinción. Esta ave se introdujo en Puerto Rico a través del mercado de mascotas posiblemente en la década de 1970. Sin embargo, fue informada por primera vez en el estado silvestre por PérezRivera en el 1998, el cual observó individuos de esta especie en el Jardín Botánico de la UPR en Río Piedras y en la Urb. Bairoa Park de Caguas. Camacho et al. (1999) informan al ave en localidades del área metropolitana. En la actualidad estas aves se pueden observar con frecuencia en el Parque Monagas (Bayamón) en el Bosque San Patricio (Guaynabo). Además, hay avistamientos casuales de estas cacatúas en Arecibo, Mayagüez y Ponce. Hace unos cuatro años observé por primera vez una de estas cacatúas en el complejo de viviendas Palmas del Mar en Humacao. Este resulta ser el informe más al este de dicha ave en Puerto Rico. Este psitácido se movía entre un parcho de bosque, a la entrada del llamado Candelero Drive y uno que había muy cerca de la Urb. Villa Franca. La cacatúa se observó en varias ocasiones alimentándose de frutas de la palma real, almendro (Terminalia catappa) y guama americano (Pithecellobium dulce). Desde el 23 de septiembre de 2017 no se ha vuelto a observar el ave, por lo que se presume que desapareció a consecuencia del paso del huracán.
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Cotorra de Puerto Rico (Amazona vittata) Puerto Rican Parrot Según Pérez (2017) el huracán María devastó la población de cotorras de El Yunque. De 55 individuos que se encontraban en el estado silvestre previo a los huracanes Irma y María, tan solo se encontraron tres, luego del paso de las tormentas. De primera intención, los encargados del Proyecto del Manejo de la Cotorra de Puerto Rico creyeron que las tormentas le había causado la muerte a más de 50 individuos, pero no todas murieron a causa del fenómeno. Posteriormente, aparecieron ocho en total, una de estas en Aguas Buenas y otra en Río Grande (Rosario 2017). Sin embargo, en noticia reseñada el 31 de enero de 2018 se indica que las previamente encontradas habían desaparecido y que sólo quedaban tres cotorras en el estado silvestre. En la noticia se reseñó que estaban tratando de localizar a otra de estas aves que se había informado en Cayo Icacos (Rosario 2018). Es evidente que los vientos huracanados no mataron directamente tantas cotorras como se creyó originalmente (más de 50 individuos). El 23 de septiembre de 2017, tres días después del paso de María, observé un grupo de siete cotorras de Puerto Rico, posadas en un árbol sin hojas en el Km 14.4 de la Carr. 30 cerca a la segunda entrada al pueblo de Juncos, en dirección a Humacao. Unos cinco kilómetros más hacia el este, en el Km 19.2 de la municipalidad de Las Piedras, observé otros dos individuos, también descansando en las ramas de un árbol desnudo. El 12 de octubre de 2018 en el Bo. Valenciano Abajo en el km 2.4 de la Carr. 919, se observaron -en la tarde de dicho día- a cinco individuos de la cotorra de Puerto Rico, alimentándose de frutas de la palma real.
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Cabe señalar que ninguno de los individuos estaba equipado con radiotransmisores. Para el 19 de octubre, el grupo había aumentado a ocho individuos y -en esta ocasión- los mismos bajaron al suelo para alimentarse. Es probable que este grupo haya sido parte de los individuos observados en la Carr. 30 el 23 de septiembre. No obstante, para el 5 de noviembre dejaron de verse las cotorras en el Bo. Valenciano, aparentemente porque ya no quedaba alimento para estas en la localidad. El 21 de octubre de 2018 observé en el Bo. Arenas de Caguas (cerca de Canaboncito y el Km 27.1 de la Carr. #1) a una cotorra junto a un grupo de periquitos de aliblanco (Brotogeris versicolurus). Aunque no pude observar al ave en detalle porque no tenía binoculares (y el ave estaba distante de la carretera), a grandes rasgos, el individuo armonizaba con un espécimen de cotorra de Puerto Rico.Se dio el caso de que personal del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los EEUU divisó una cotorra de Puerto Rico en Aguas Buenas (que colinda con Caguas); es muy probable que la cotorra avistada haya sido una Amazona vittata. Cabe señalar que visité el Bo. Arenas en otras fechas y aunque observé pericos en una de estas, ya no estaba con estos la cotorra. Todo parece indicar que María disperso al menos a una docena de cotorras a varias municipalidades, incluyendo a lugares tan distantes como Aguas Buenas, que queda aproximadamente a unos 35 kilómetros lineales de El Yunque. Por otro lado, llevó a individuos a cruzar un trecho de mar para llegar a Cayo Icacos, que queda a unos 4.5 kilómetros de Fajardo. Esto ilustra que los huracanes pueden ser un mecanismo importante de dispersión de algunas especies de aves. Las cotorras de Puerto Rico, observadas desde Caguas hasta Las Piedras, es muy probable que hayan sido parte de la población de cotorras de El Yunque. Asumo esto porque la parte sur del bosque (en Naguabo) colinda con la municipalidad de Humacao, y este a su vez con Las Piedras. La devastación que causó María sobre la población de cotorras de El Yunque no me sorprende. San Ciriaco, con vientos de 140 mph, aparentemente acabó con la población de cotorras que había en la Sierra de Cayey (Snyder et al. 1987). Hugo, en el 1989, con vientos de unas 130 mph, redujo la población de Luquillo en cerca de un 50% (de 47 a 23 individuos, Oberle 2010). Por su parte, el huracán San Felipe (categoría 5, vientos de más de 155 mph) casi hizo desaparecer a la paloma sabanera (Danforth 1936). Lo que sí es sorprendente es que haya hecho tan poco daño a la población de cotorras de Río Abajo. De acuerdo con Rosario (2018), solamente hay desaparecidas cinco cotorras en la población de Río Abajo. Es muy difícil explicar dicho fenómeno, ya que María salió cubriendo parte de Arecibo. El Bien-Te-Veo, la revista digital de SOPI 15
Posiblemente los múltiples “bolsillos” que hay entre mogotes fueron protegidos del viento y en dichos lugares es probable que las cotorras hayan conseguido refugio y comida. María tiene que poner a pensar a todos aquellos que están trabajando en el proyecto de las cotorras. Esta es la segunda ocasión que un huracán echa por tierra los esfuerzos de años. Tomó 20 años en elevar la población de Luquillo de 13 individuos a más de 45 individuos (1989 previo a Hugo) y otros 18 años en elevar la población de unos 23 a 55. La pregunta obligada es si vale la pena comenzar un tercer intento de establecer una población “saludable” de cotorras en Luquillo a partir de tres individuos que han quedado en el estado silvestre. En un modelo que se construyó hace unos cinco años, Collazo et al. (2013) exploran las condiciones más apropiadas para liberar cotorras de Puerto Rico bajo los siguientes escenarios. Una población reliquia (implícitamente refiriéndose a Luquillo), una población nueva (implícitamente refiriéndose a Río Abajo) y un lugar potencial nuevo (para aquel entonces se estaban evaluando Guajataca y Maricao). Bajo diferentes contextos y condiciones, el análisis favoreció el liberar cotorras en la población nueva ya establecida y en última instancia en la población reliquia. Cabe señalar que no es lo mismo comenzar un esfuerzo de levantar una población en donde quedan tres individuos que en una donde quedan 11. A tales efectos, entiendo que se cometió un error en no tratar de capturar las cotorras encontradas en Juncos (ocho individuos) dado el caso de que estas se estaban alimentando en el suelo que son más fáciles de capturar que cuando están sobre vegetación. Es menester indicar que estos avistamientos fueron informados al personal que trabaja en el proyecto de las cotorras. Ofrecí mi ayuda y la información llegó a estos. En el artículo publicado por Pérez (2017) se indica que un profesor (posiblemente refiriéndose a este servidor) había informado avistamiento de cotorras en Juncos. Sin embargo, no recibí respuesta al asunto. De lo que se espera en el futuro sobre los huracanes en nada ayuda a la población de El Yunque. Algunos señalan que con el cambio climático en el Atlántico se espera un incremento en la frecuencia de huracanes (Emanuel 2005) y en el número de tormentas más fuertes (Emanuel, 1987, Emanuel 2005, Webster et al. 2005). Hay que recordar que Irma y María cambiaron de categoría 3 a 5 en unas 48 horas luego de entrar en aguas del Caribe. 16
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Periquito de versicolurus)
aliblanco
(Brotogeris
El perico de ala amarilla o aliblanco fue informado en el estado silvestre en Puerto Rico en la década de 1960 (PérezRivera et al. 1984). Poco a poco el ave fue colonizando el llano costanero hasta convertirse en el psitácido más abundante en Puerto Rico para la década de 1990 (Pérez-Rivera 1992, Tossas et al. 2012). Para el 2013, ya había una colonia de cerca de 200 individuos en los terrenos del complejo Palmas del Mar en Humacao. En julio de 2017 se contaron 178 individuos llegando a un dormidero. Estos pájaros pernoctan en grupo, y para hacerlo estaban utilizando una serie de palmas (la mayoría palmas reales) que se encontraban en el complejo de apartamentos Palmas Doradas. Este complejo se encuentra en la Ave. Candelero, muy cerca del hotel Wyndham, que hay en la localidad. El huracán María destruyó completamente al grupo de palmas de la localidad, quedando en algunos de los individuos una que otra hoja. Uno de los guardias de seguridad del complejo me indicó que luego del huracán encontraron “cotorritas” muertas en el área frente al complejo, pero no pudo precisar cuántas fueron recogidas y desechadas. Estos animales se congregan para alimentarse y posterior al huracán en dichos congregados no he podido contar más de 25 individuos (9 de marzo de 2018). A tales efectos, el huracán eliminó o dispersó más del 80% de este grupo. En el campus de la UPR-Humacao también habitaba un pequeño grupo de pericos de aliblanco. La especie llegó a nuestro campus en el 2014 y dicho año anidó en este por primera vez. La pareja construyo su nido en un termitero de nasutitermes. Para el 2017 se podían contar en el campus grupos a vuelo entre 22-27 individuos. Ese mismo año encontramos 10 nidos activos, tres de los cuales aparentemente fueron abandonados al ser estos invadidos por abejas (Apis mellifera). El huracán María tumbó las ramas o árboles que contenían los nidos del perico y en aquellos árboles que quedaron de pie, rompió al menos parte del termitero. El contaje de pericos aliblanco posterior al huracán varió de 2-6 individuos entre el 11 y 30 de octubre de 2017. Esto quiere decir que es probable que el huracán haya matado o dispersado al menos el 78% de los individuos establecidos en el campus. El Bien-Te-Veo, la revista digital de SOPI 17
Perico Monje – (Myiopsitta monachus)
El Perico Monje fue introducido en Puerto Rico en la década del 1970 (Perez-Rivera 1992). La especie está ampliamente distribuida a lo largo de nuestra costa. Sin embargo, no había sido observada en el área de Palmas del Mar, Humacao. El 27 de marzo del 2018, se observaron siete especímenes en el complejo de viviendas. Estos estaban construyendo nidos en palmas de coco (Cocos nucifera). Todo parece indicar que estas aves fueron desplazadas a Palmas por el huracán María y se van a establecer en el lugar. CONCLUSIÓN Todo parece indicar que el huracán María produjo graves daños a algunas poblaciones de psitácidos en Puerto Rico, entre estos a la cotorra de Puerto Rico y el perico aliblanco. LITERATURA CITADA: Camacho-Rodríguez, M., Chabert-Llompart, J. y M. López-Flores. 1999. Guía para la identificación de las aves exóticas establecidas en Puerto Rico. Department of Natural and Environmental Resources, Terrestrial Resources Division, San Juan, Puerto Rico. Collazo, J., Fackler, P. , Pacifici, K., White, T., Llerandi-Roman, I. and S Dinsmore. (2013) Optimal allocation of captive-reared Puerto Rican parrots: Decisions when divergent dynamics characterize managed populations. The Journal of Wildlife Management 77:6, 1124-1134. Danforth, S. 1936. Los Pájaros de Puerto Rico. Rand McNally and Co. New York. Emanuel, K. A. (1987) The dependence of hurricane intensity on climate. Nature 326: 483-485. Emanuel, K. A. (2005), Increasing destructiveness of tropical cyclones over the past 30 years. Nature 436, 686–688. Haney, C., Wunderle, J. and W. Arendt. 1991. Some initial effects of hurricane Hugo on endangered and endemic species of West Indian birds. American Birds 45.2:234-236. Oberle, M. 2010. Las Aves de Puerto Rico en Fotografías. Tercera Ed. Editorial Humanitas. Seattle, Washington. Pérez Méndez, O. 2017. María le corto el vuelo a la cotorra puertorriqueña. Primera Hora. 13 de diciembre. Pérez-Rivera, R. A. 1992. Feral exotic psittaciformes from Puerto Rico. Ornitología Caribeña 1:30–34. Pérez-Rivera, R. A. 1998. Cacatua alba – Nuevo informe para Puerto Rico. El Pitirre 11: 37. Perez-Rivera, R.A., Colón -Méndez, G.,Ríos-Estrella W. y W. L De Jesús Suarez. 1984. Aspectos de la ecología del Periquito de Ala Amarilla (Brotogeris versicolurus) en Puerto Rico. Science-Ciencia 11:89-94. Rosario, F. 2017. Retroceso en la conservación de la cotorra puertorriqueña. Endi.com. 11 de noviembre. Rosario, F. 2018. Alta la tasa de mortandad de la cotorra puertorriqueña en El Yunque. Endi.com. 31 de enero. Tossas, A., Colón, M. and I. Sanders. 2012. Seasonal changes in roost counts of the non-native White-winged Parakeet (Brotogeris versicolurus) in San German, Puerto Rico. J. Carib. Ornithol. 25:1–6. Snyder, N., Wiley, J. and K. Kepler. 1987. The Parrots of Luquillo: Natural History and Conservation of the Puerto Rican Parrot. Western Foundation of Vertebrate Zoology. Los Angeles, California. Webster, P., Holland, G., Curry J. and H. Chang. 2005. Changes in Tropical Cyclone Number, Duration and Intensity in a Warming Environment. Science 309 (5742):1844-1846. Wiley, J., and J. Wunderle. 1993. The effects of hurricanes on birds, with special reference to Caribbean islands. Bird Conservation International 3:319-349.
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LAS AVES DE MI JARDÍN Y EL HURACÁN MARÍA
Por Kitty Aponte.
El pasado 20 septiembre la Isla de
Puerto Rico fue azotada por el paso del huracán María. El huracán no azotó tan fuertemente en La Parguera, como en otras áreas de la Isla. Sin embargo, el impacto en la vegetación fue significativo. Mi jardín resultó muy lastimado. Varios árboles perdieron muchas de sus ramas y los que no, perdieron sus hojas. La cosecha de carambolas, guayabas y granadas, se perdió por completo. Las aves comenzaron a llegar temprano al día siguiente al huracán. Estaban atolondradas y con su plumaje muy maltratado. La habían pasado mal, estaban hambrientas y desorientadas. Los frondosos árboles que eran su refugio estaban totalmente desnudos. Como todos los días, abastecí los comederos para las aves con semillas, esta vez con mayor cantidad de lo usual, ya que sabía que difícilmente encontrarían otro alimento. Llegaron las tórtolas collarinas que siempre están por mi patio, y también tórtolas aliblan cas que rara vez se ven por aquí. De igual forma, acudieron mozambiques, gorriones domésticos, gorriones negros y rolitas. Además, llegaron a comer cuatro mariquitas. Como todas las frutas se habían caído, las reinitas comunes estaban en el piso comiendo de las carambolas. Nunca las había visto comer del piso. Temiendo que las atacara alguno de los gatos del vecindario, se me ocurrió tomar algunas frutas, ensartarlas en alambre y colgarlas del árbol. Enterré palitos en las frutas para que las aves tuvieran donde percharse a comer.
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Las reinitas comunes, reinamoras y turpiales aceptaron las guirnaldas de carambolas inmediatamente. El árbol de granada está junto a la verja de la casa, así que opté por enterrar las frutas en los alambres de la verja y hasta allí también llegaron las aves a comer. Recogí las frutas que aún estaban verdes y según fueron madurando, fui sustituyendo las frutas viejas de las guirnaldas y de esa manera, pude alimentar las aves por casi dos semanas. Me aseguré además, de que el bebedero para zumbadores estuviera lleno, de lo que también se aprovecharon las reinitas comunes. Desde el primer día pude observar al zumbadorcito que siempre me visita, así como dos zumbadores dorados. Estos acudían a las flores de cruz de malta y lluvia de coral que sobrevivieron. Los pitirres y ruiseñores hacían guardia como de costumbre, en el flamboyán del vecino, y de vez en cuando se lanzaban a cazar algún insecto. El día después del huracán, desde mi patio además vi otras especies de ave como aura tiñosa, guaraguao, garza real y ganadera, golondrina de cuevas, tijereta, gorrión pico de plata y hasta un julián chiví que nunca me había visitado. Lo que más llamó mi atención fue ver grandes cantidades de palomas turcas, una especie que nunca había visto en La Parguera ni en Lajas. He visto bandadas de 15 o más individuos volar por mi casa y otras áreas cercanas. Además, he visto varias palomas cabeciblancas, otra especie que no se veía por esta zona. Sólo encontré una víctima tras el paso del huracán. Al recoger una bromelia que se había caído, me topé con un pitirre que había quedado atrapado. Estaba muy débil y totalmente cubierto de hormigas.
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Han pasado seis semanas desde el paso destructivo del huracán María y ya mi patio y mi jardín están recuperados. Los árboles y arbustos están llenos de hojas, la carambola ya tiene frutos y hay variedad y cantidad de flores. Apenas quedan señales de la destrucción que dejó el huracán a su paso. Es sorprendente la capacidad de recuperación que tiene la naturaleza.
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THE GENIUS OF BIRDS de Jennifer Ackerman Penguin Press, 2016.
La periodista de ciencia, Jennifer Ackerman, se propone demostrar que ser llamado un “cerebro de pájaro” debe ser un cumplido, no un insulto. Las habilidades sociales de las aves y sus habilidades de resolver problemas ambientales, las cualifican como los miembros más inteligentes del reino animal. Los cuervos siempre nos sorprenden con su habilidad de fabricar herramientas. Estas están hechas de ramitas que modifican hasta tener una punta para sacar su alimento de los troncos de árboles o en cautiverio de tubos plásticos.
Ackerman describe la habilidad de las aves de encontrar una ruta a un lugar donde nunca han estado antes. Es admirable cómo las aves tienen ese sentido de navegación que es envidiable. Sus memorias también dan evidencia de su inteligencia: guardan miles de semillas y seis meses después se acuerdan exactamente dónde las colocaron. La autora dedica cada capítulo de su libro a una habilidad particular del ave. Haciendo esto, Ackerman abarca varias áreas de estudio, cosa que es sumamente fascinante. Termina el libro con una discusión de la capacidad de adaptación que tienen las aves. Muchos científicos mencionan las habilidades cognitivas de las aves cuando se refieren a su inteligencia. Esto se define como el mecanismo por el cual un ave adquiere, procesa y utiliza la información adquirida para resolver un problema. Generalmente se refieren a los mecanismos envueltos en el aprendizaje, la memoria, la percepción y su habilidad para tomar decisiones. Todos estos factores van a ser vitales en el futuro cercano ante el cambio climático y la pérdida de hábitat, amenazas que de acuerdo a la Sociedad Audubon, pondrán a más de la mitad de las especies de aves en riesgo.
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ACTIVIDADES SOPI POST-HURACAN SOPI siempre ha sido una organización preocupada por la flora y fauna de Puerto Rico y en especial por las aves. Después del paso del Huracán María los grupos de voluntarios en toda la Isla se activaron en ayudar y poner un granito de arena en la reconstruccion de PR.
Lo primero que se hizo, en cuanto se pudo fue rescatar la casita de SOPI en el bosque de Cambalache, Arecibo; la cual fue previamente preparada para tratar de evitar perderla. Gracias a esa preparación la casita sigue ahí con pocos daños. Se recibieron donaciones de comida, productos para higiene personal, lámparas de recarga solar y filtros para purificar agua con los cuales se armó un mecanismo de filtracion improvisado con el fin de proveer del preciado liquido a comunidades que quedaron incomunicadas. Los voluntarios dijeron presente y se las ingeniaron para hacerles llegar todo eso a comunidades que quedaron bien afectadas en Utuado, Ciales y Barceloneta principalmente.
También se repartieron bebederos para zumbadores en diferentes actividades y en ocasiones se llevaron a diferentes comunidades, con el fin de educar a la población sobre la preservación de la avifauna puertorriqueña y ayudar en la alimentacion de estas especies fuertemente golpeadas por la furia de la naturaleza.
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AVISTAMIENTOS NOTABLES DESPUÉS DEL PASO DEL HURACÁN MARÍA 22 de septiembre de 2017 Sergio A. Colón avistó un Elanio Tijereta Elanoides forficatus Swallow-tailed Kite sobrevolando el club náutico de Arecibo en dirección a Caño Tiburones.
4 de octubre de 2017 Héctor Rivera observó en la isla de Mona Un Colibrí Verbenero Mellisuga minima, Vervain, hummingbird Dos Reinitas de Conneticut, Oporornis agilis, Connecticut warbler y un Chambergo, Dolichonyx oryzivorus, Bobolink
8 de octubre de 2017 Sadhu Govardhan avistó un Pato Cabeciblanco Anas americana American wigeon en la laguna Cartagena, Lajas. 3 de noviembre de 2017 Julio Salgado junto a otros pajareros vieron en Caño Tiburones. 2 Reinitas Castañas Setophaga castanea, Bay-breasted Warbler 24
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4 de noviembre de 2017 Eric Haskell avistó un Vencejillo de Palmera Tachornis phoenicobia Antillean palm swift sobrevolando los predios hoteleros de Dorado. 9 de noviembre de 2017 Sadhu Govardhan avistó un Pato Pescuecilargo Anas acuta Northern pintail en la laguna Cartagena, Lajas
26 de noviembre de 2017 Eric Haskell avistó una Garza Rojiza Egretta rufescens Reddish Egret en las salinas de Cabo Rojo. 23 de diciembre de 2017 Kitty Aponte, Julio Salgado y Sandra Ortiz, avistaron un Gavilán de Ciénaga Circus cyaneus Hen harrier en el Valle de Lajas. Curiosamente ese mismo día Rafy Rodríguez avistó uno en La Bajura, en Cabo Rojo.
12 de enero de 2018 Benjamín Díaz avistó un Pato Canela Anas cyanoptera Cinnamon teal en la laguna de Cartagena El Bien-Te-Veo, la revista digital de SOPI 25
14 de enero de 2018 Kitty Aponte observó un Arrocero americano Spiza americana Dickcissel en la Parguera, Lajas
19 y 20 de enero de 2018 Guillermo Plaza en una campaña de anillamiento en el bosque de Jagüeyes, en Salinas, atrapó 3 Bolseros Castaños Icterus spurius Orchard oriole 20 de enero de 2018 Gustavo Torres avistó un Pato Dominico Nomonyx dominicus Masked duck en la charca Valdés, de Arecibo.
22 de enero de 2018 Mattier Bieber en una campaña de anillamiento en el bosque de Guánica atrapó una Reinita de Swainson Limnothlypis swainsonii Swainson’s warbler
31 de enero de 2018 Elvin Adiel avistó una Mergansa Encapuchada Lophodytes cucullatus en la charca Valdés, de Arecibo
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2 de febrero de 2018 Gabriel Lugo vio una Reinita Castaña Setophaga castanea Bay-breasted warbler en el bosque de Cambalache en Arecibo.
5 de marzo de 2018 Alcides L. Morales avistó 3 Gaviotas de Bonaparte Chroicocephalus philadelphia Bonaparte’s gull en la charca de Yeguada. Luego de esta observación ha habido múltiples avistamientos en varios
16 de marzo de 2018 José A. Colón Observó dos Patos Cabeciblancos Anas americana American wigeon en la laguna de Guaniquilla. A pesar de ser un migratorio regular este año se notá su ausencia en los humedales donde ha sido avistado.
28 de marzo de 2018 Julio Salgado escuchó un Pájaro Bobo Piquinegro Coccyzus erythropthalmus Black-billed cuckoo en el bosque de Guánica.
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PENDIENTE A NUESTRO CALENDARIO DE ACTIVIDADES Nuestro calendario de actividades, se actualiza periódicamente. Para mayor información visita en nuestra página la sección de actividades.
en septiembre 2do. Festival de Playeros
la fecha se estará publicando en nuestro calendario de actividades 28
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Foto: Carolina Soto
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