OPINIÓN
Argentina necesita carreteras sustentables Primero debemos tener en cuenta que aún no está definido con total claridad cuál es la energía con la que se movilizarán los vehículos en el futuro. Todo indica que será de manera eléctrica, pero en el caso de vehículos de gran torque, como los camiones, todavía es una gran incógnita. Este tema es muy importante al momento de considerar el diseño de las rutas y demás vías de circulación. Mientras esto se define, debemos empezar a tomar medidas a corto plazo en el diseño de estas vías de circulación y que las mismas sean, en lo posible, sustentables y amigables con el medio ambiente. En este sentido, tenemos mucho en que pensar. Cuando hablamos de rutas solo pensamos en la calzada, pero es mucho más que eso, ya que intervienen factores como la iluminación, la señalización y el diseño propiamente dicho. En la actualidad hay muchos productos diseñados y fabricados, tanto de señalización vertical (carteles) como horizontal (sobre la calzada) que pueden funcionar con energías renovables como la solar o la eólica. También existen gran cantidad de productos de iluminación. La Argentina es un país que nos permite utilizar una amplia diversidad de estos productos a raíz de los diferentes climas que la caracterizan. Hablando específicamente de la calzada, debemos diseñarlas de manera tal que impacten lo menos posible en el ambiente, por ejemplo, con autopistas y autovías que usen el menor terreno posible y que los vehículos que la transiten lo hagan con la menor energía posible para evitar la mayor cantidad de detenciones. Siguiendo con la calzada, es muy importante el material que se compra. Hay muchos desarrollos que nos permiten mejorar la seguridad vial y la dura-
bilidad de las mismas y contribuir con el medio ambiente, no por su uso sino por su composición.
El polímero es otro tipo de asfalto que produce beneficios en la seguridad vial En nuestro país se producen poco más de 125.000.000 kgs (125.000 ts) de neumáticos fuera de uso al año. Una parte de esos neumáticos terminan en rellenos sanitarios o son utilizados como combustible en hornos de producción. Otra parte en innumerables destinos que no son adecuados y que impactan de forma negativa en el ambiente y la salud. Una porción muy chica, que no llega al 1%, es reciclada y utilizada en la construcción de pisos o insumos para otras producciones. Desde el plan de energías y cuidado del medio ambiente de PAETAC (Primera Asociación Empresarios Transporte Automotor de Cargas) diseñamos un plan que permite utilizar estos neumáticos como componentes de los asfaltos, y nos encontramos en un momento ideal para hacerlo, ya que en la Argentina existe un déficit importante en materia vial y medioambiental. Este plan, diseñado por el equipo técnico de la entidad, tiene el objetivo de no generar costo de recupero de esos neumáticos o eco valor porque consideramos que los precios de los
neumáticos nuevos para financiar una logística inversa no deben incrementarse, sino que la misma puede realizarse sin costos adicionales y solo con el valor obtenido del producto final, luego del tratamiento de los neumáticos. Muchas veces se pretende instalar la idea de que el reciclado es costoso y que el asfalto con componente de NFU (Neumáticos Fuera de Uso) encarece su precio, pero nunca se evalúan estos costos de manera eficiente teniendo en cuenta la reducción del impacto ambiental, producto de la recuperación de estos neumáticos; y la baja contaminación sonora y la mejora de la seguridad vial que producen estos tipos de asfaltos, ya que -entre otros beneficios- se adhieren mejor en calzada húmedas. El polímero es otro tipo de asfalto que produce beneficios en la seguridad vial y reduce el impacto ambiental en su construcción por tener un componente reciclado. Nuestro objetivo como empresarios del transporte automotor de cargas es reducir costos, impacto medioambiental y mejorar las condiciones laborales. Creemos que la fabricación de asfaltos ecológicos, como los de NFU o los polímeros, son un gran aporte. Y necesitamos políticas integrales con una estrategia conjunta entre medio ambiente e infraestructura, además de un plan de cargas y pesos eficiente. El exceso de peso en los camiones produce un serio daño en materia de seguridad vial y en la vida útil de las carreteras que obligan a una mayor repavimentación y terminan requiriendo mayor cantidad de asfaltos. En conclusión, una ruta en mal estado deteriora las calzadas, aumenta el consumo de combustible de los vehículos que la circulan, los tiempos de tránsito y el deterioro en los neumáticos.
MARTÍN BORBEA ANTELO Presidente de Primera Asociación de Empresarios de Transporte Automotor de Cargas (PATEAC).