La Fundación Labaka frente a los últimos acontecimientos ocurridos en la selva del Yasuní Un nuevo episodio en la ya larga y compleja cadena de violencias desatadas en torno a los pueblos indígenas en aislamiento – Taromenane/Tagaeri – y la nacionalidad Waorani, vuelve a ensombrecer la vida de los pueblos de la selva herida del Yasuní. Hace veinte días, la violencia tuvo otro trágico episodio en la población waorani; Caiga Baihua, alanceado a orillas del Shiripuno. Su esposa, Onenka Tega pudo escapar con vida del ataque y se recupera de sus heridas con pronóstico favorable. Hoy nuevamente nos asalta el mismo temor y preocupación por la vida de los más débiles. Durante un operativo de control de armas, realizado en Coca, tres familiares directos del fallecido (su padre y sus dos hermanos) han sido detenidos con cargos de posesión ilícita de armas y municiones. Alzamos la voz, una vez más, junto a la voz lúcida de muchos miembros del pueblo waorani que insisten en la resolución pacífica de los conflictos, pueda ser tomada en cuenta para detener el espiral de violencia y a resolver en paz y justicia el conflicto Waorani-Taromenane/Tagaeri: ·
Proponemos un Plan Integral de Paz, Justicia y Reparación impulsado por el Estado Ecuatoriano (en tanto representante de los PIA´s) y la Nacionalidad Waorani del Ecuador.
En marzo de 2013, tras las muertes de Ompure y Buganey, señalábamos el riesgo de la reacción más probable del grupo waorani atacado terminase en una incursión violenta contra los grupos indígenas en aislamiento. Hoy lo volvemos a hacer. Es indispensable la formulación de un Acuerdo de Paz entre la Nacionalidad Waorani y el Estado Ecuatoriano acordes con la jurisprudencia internacional y los derechos tanto de los pueblos indígenas aislados como los pueblos de contacto reciente como son los waorani. El caso Waorani/Tagaeri Taromenani exige un tratamiento especial. Insistimos a las autoridades que piensen en ello y en las graves consecuencias que la actuación errática de las instituciones estatales están teniendo en el mundo Waorani y de sus vecinos.
·
Rechazamos la judicialización de los conflictos pues está incubando graves violaciones a los derechos elementales de los Pueblos Indígenas de Contacto Reciente (PIACI) y contribuye a atizar la espiral de la violencia.
En el marco de un Estado Plurinacional la solución no puede reducirse a la judicialización individual