Los asistentes entonces vieron estallar un sistema solar y varios planetas desaparecer. La escena era tan vívida y de una calidad como en ninguna producción se había visto. Todos sabían que con De Grass era una animación de posproducción, pero ahora aquí lo veían en vivo, en tiempo real. De nuevo hubo quien pretendió aplaudir. Algunos reporteros consideraron esa la noticia: una nueva era para la tecnología cinematográ ca se estrenaba. Mientras tanto, en el escenario, no obstante el barullo de la audiencia, quien citó a conferencia de prensa no retiró la mirada de los dados. La animación corría. Unos instantes después, sin expresión alguna, en silencio y con la secuencia del estallido aún en progreso, el personaje se levantó para dejar el escenario. Un reportero gritó: ―¡Señor! ¡Unos minutos, por favor! El convocante giró para prestar atención al reportero. ―Disculpe mi atrevimiento ‒continuó el periodista‒, pero no logro entender que nos citara solo para ver esta novedosa tecnología.
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