NO ES LA CAMA LUGAR SEGURO PARA QUE EL AMOR ANIDE Aleqs Garrigóz
Coincidimos por accidente en la mesa de una cantina de mala vida. Me sentí atraído como sólo se es atraído por un victimario. Cuando él se fijó, finalmente, en mí, me reconoció: una presa tan fácil que incluso se puede congeniar con ella. Yo participé en ese juego tal como se está concebido. Le invitaba las libaciones, lo mantenía interesado. Fui aproximándome sutil pero seguramente a su forma más profunda de practicar la camaradería. Perro al fin, reconoció mis bajos instintos. Primero fue una parte del cuerpo, luego la otra. Habiendo hecho la amistad, hicimos durante meses la lascivia.
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