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Santa Cruz de la Sierra
TEOLOGÍA SIN LIBERACIÓN
RATZINGER, EL LÍDER DE LOS MIL CONTRASTES
FUE EL PAPA DE LOS RÉCORDS
En los 80 frenó la Teología de la Liberación. En Bolivia resaltan su defensa de la doctrina católica
De reformista a conservador, Benedicto XVI inició la purga en la Iglesia
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Es el primer papa que renuncia en la era moderna. Está entre las 100 personas más influyentes del mundo PAG. 7
V I DA Y O B RA D E
BENEDICTO XVI 8 PÁGINAS
SUPLEMENTO ESPECIAL
JUEVES 28 DE FEBRERO DE 2013
EL PAPA QUE SE VA. Benedicto XVI presenta hoy su renuncia formal ante la santa sede. Miles escucharon su despedida en
la plaza de San Pedro. Fue el hombre más influyente del catolicismo en los últimos 50 años. Deja a una Iglesia en crisis AFP
Gladiador de la fe
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Renuncia
JUEVES 28 DE FEBRERO DE 2013 EL DEBER
EN UN HECHO HISTÓRICO, JOSEPH RATZINGER SE RETIRA DEL CARGO
Benedicto XVI se va con la fe de que la Iglesia no se hundirá Despedida. Hoy presentará su renuncia formal. Ayer recibió el apoyo multitudinario en la plaza de San Pedro AFP
CARLOS MORALES Y AGENCIAS EL DEBER
brumado por la crisis interna de la Iglesia católica, enfermo y con el peso de 85 años sobre los hombros, el papa Benedicto XVI se despidió ayer de los cientos de millones de católicos en el mundo durante su última audiencia realizada en la plaza de San Pedro ante un marco multitudinario. Como un legionario gladiador de la fe, el pontífice dio un mensaje directo y de esperanza sobre los conflictos que enfrenta el catolicismo en esta difícil etapa de su historia. “Dios no dejará que la Iglesia se hunda”, afirmó tras reconocer: "El Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca fue abundante, pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia cuando el Señor parecía dormir". Benedicto XVI dio así uno de los signos más relevantes de la historia del catolicismo: se transformó en el primer papa que deja el trono de Pedro con un mensaje de despedida en vida, un hecho que no pasaba desde hacen más de 719 años. El papa escogió para este día histórico mencionar los Evangelios y aseguró que era "consciente de la gravedad y de la novedad" de su renuncia, que se hará efectiva hoy a las 20:00 (19:00 GMT, 15:00 hora boliviana). Fiel a su estilo austero, Benedicto XVI salió a la plaza para sentir el respaldo de la gente.
FERVOR
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Benedicto XVI recorre la plaza de San Pedro ante los vítores de cientos de miles de personas
AGUAS TURBULENTAS Y VIENTO EN CONTRA
Benedicto XVI reconoció que hay divisiones, pero destacó que la Iglesia católica no está en declive y que está más viva que nunca
La barca de Pedro Benedicto XVI dijo que se ha sentido como San Pedro con los apóstoles en la barca en el lago de Galilea. "Siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino Suya, y no la dejará hundirse", afirmó en su mensaje final. Bajo un sol resplandeciente y en medio de fuertes medidas de seguridad, grupos de peregrinos
En su último tuit, Benedicto XVI llamó a experimentar la alegría de ser cristiano y sentirse amado por Dios
ovacionaron al papa alemán cantando y clamando en su honor: "¡Benedicto!, ¡Benedicto!". Durante esta inédita despedida papal transmitida en directo por televisión, el jefe de la Iglesia católica explicó que "no abandona la cruz", una respuesta al desconcierto y a las críticas que ha suscitado su gesto entre algunos católicos. La renuncia del pontífice marca un precedente en la historia de la Iglesia católica moderna y al mismo tiempo obliga a su sucesor a encarar los retos de la milenaria institución para generar un impulso modernizador, como representante de 1.200 millones de católicos. Desde diversos ámbitos, incluso católicos, se reclama a la curia roma-
na un proceso de reformas que rompa el centralismo, se revise el celibato, se abra a la participación de la mujer y se combata a fondo la corrupción interna, la pederastia y la fuga de feligreses en todo el mundo. "Quisiera que cada uno de vosotros sintiera la alegría de ser cristiano, de ser amado por Dios, que ha sacrificado a su Hijo por nosotros", escribió al término de la audiencia en el que podría ser su último mensaje a través de la red Twitter. El primer papa de la era moderna, Joseph Ratzinger, sustituyó en 2005, a los 78 años, a Juan Pablo II, uno de los pontífices más carismáticos de la historia. El papado de Ratzinger, quien presidió con mano dura la célebre Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio de la Inquisición, ha estado marcado por el pedido de perdón por décadas de abusos sexuales de religiosos católicos contra menores en muchos países y ha optado por la "tolerancia cero" contra los curas pedófilos. Su estilo reservado y enfermizo contrasta con los imponentes
trajes litúrgicos antiguos rescatados de los museos vaticanos y el espectacular anillo del Pescador que luce. Al final de su misión de ocho años, tuvo que encarar el escándalo del 'Vatileaks', como se conoce la filtración en 2012 de documentos confidenciales a la prensa italiana. El caso llegó a poner en entredicho incluso su liderazgo como guía de la Iglesia y puso de manifiesto las intrigas y divisiones que sacuden a la curia romana. Hoy por la tarde, Joseph Ratzinger, su nombre civil, que tras su renuncia tendrá el título de ‘Papa emérito’, saldrá del Vaticano en helicóptero hacia Castel Gandolfo, 25 kilómetros al sur de Roma, la residencia de verano de los Papas donde vivirá dos meses antes de instalarse en un monasterio dentro del Vaticano.
Comienza otra historia Un día después de la renuncia de Benedicto XVI empezarán las llamadas ‘congregaciones’, es decir las reuniones previas al cónclave en las que los cardenales
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Renuncia
JUEVES 28 DE FEBRERO DE 2013 EL DEBER
REUTERS
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UN GIRO RADICAL
11 DE FEBRERO Benedicto XVI sorprende al mundo: "Después de haber examinado ante Dios mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerza para ejercer el ministerio petrino".
13 DE FEBRERO Durante la celebración del Miércoles de Ceniza afirmó: "La división en el clero y la falta de unidad desfiguran el rostro de la Iglesia". Además, el papa denuncia la "hipocresía religiosa, el comportamiento de quienes buscan el aplauso y la aprobación del público".
14 DE FEBRERO En su despedida de los obispos y sacerdotes de su diócesis: "aunque para el mundo permanezca oculto, siempre sé que estarán cerca de mí".
24 DE FEBRERO En su último Ángelus y ante unas 200.000 personas: "La vida cristiana consiste en un continuo subir a la montaña para encontrarse con Dios, para después descender llevando el amor y la fuerza con el fin de servir a nuestros hermanos con el mismo amor de Dios".
27 DE FEBRERO ANÁLISIS
De Joseph Ratzinger a papa cesante Xavier Albó SACERDOTE JESUITA
l religioso chileno Ronaldo Muñoz, que había tenido como director de su tesis en teología al entonces profesor Joseph Ratzinger, es quien ya en 2006 me dio claves para entender la evolución de Ratzinger. Era un profesor y autor de numerosos libros y artículos bastante abierto a nuevas ideas. Participó en el Concilio Vaticano II (1962-1965) como teólogo asesor del cardenal Frings, de Colonia, y fue entonces considerado muy partidario de la reforma, junto con otros como Rahner, Küng o Congar. Concluido el Concilio y siendo profesor en Tubingen ocurrió la rebeldía estudiantil de mayo 1968 en Paris, a la que pronto se plegaron otros, incluidos muchos
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CARDENAL. Julio Terrazas parti-
cipó de la audiencia en San Pedro
empiezan a proponer candidatos a nuevo pontífice. Según la prensa italiana, el cónclave podría empezar el 10 o el 11 de marzo mientras que el cardenal peruano Juan Luis Cipriani, uno de los 115 electores, aseguró que "habrá nuevo papa antes de Semana Santa". La Iglesia católica comenzará así otra historia con la esperanza de un cambio y un rencuentro con su misión evangélica más radical
de sus estudiantes. Ello le hizo más cauteloso. Esa línea se fortaleció desde que Juan Pablo II en 1981 le dio el cargo de Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, heredera de lo que antes se llamaba el Santo Oficio y, entre 1542 y 1909, la Santa Inquisición. Los cambios de nombre cambiaron por suerte también los estilos, pero su función ha seguido siendo custodiar autoritariamente la “correcta doctrina” dentro de la Iglesia Católica. Desde ese cargo Ratzinger ha sido objeto de bastantes críticas, por ejemplo, por su actitud frente a la Teología de la Liberación, a ciertas formas de diálogo interreligioso, al celibato opcional de los sacerdotes y al acceso de las mujeres al sacerdocio. Por eso, cuando fue electo papa Benedicto XVI, ello fue in-
terpretado como una involución más dentro de la Iglesia postconciliar. En parte ha sido así, en varios de los temas mencionados. Pero no totalmente. Por ejemplo, su actual sucesor como Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, es mucho más matizado después de haber visitado muchas veces América Latina y al ahora dominico Gustavo Gutiérrez. En 2006 Ronaldo Muñoz ya me predijo que Benedicto XVI buscaría reformas profundas dentro del Vaticano y me añadió: “si ve que no puede hacerlas, no me extañaría que renunciara”. Así lo ha hecho hoy tras intensa oración en solitario y por primera vez en muchos siglos. Seguramente escándalos financieros e intrigas de poder como los difundidos por VatiLeaks han contribuido también a su decisión, como dejan entrever sus últimas decisiones e intervenciones. Ojalá en su inminente cónclave los cardenales las mediten y disciernan bien sólo a la luz del Evangelio
En su última audiencia pública en la plaza de San Pedro: "Mi decisión de renunciar al ministerio petrino no revoca la decisión que tomé el 19 de abril de 2005 (cuando fue elegido papa). No regreso a la vida privada, a una vida de viajes, encuentros, conferencias, etc. No abandono la cruz, sigo de una nueva manera con el Señor Crucificado. Sigo a su servicio en el recinto de San Pedro". AFP
PAPAMÓVIL. Benedicto XVI saludó a la gente y besó a niños
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Análisis
JUEVES 28 DE FEBRERO DE 2013 EL DEBER
Benedicto XVI, el gladiador de la fe Contrastes. Un escritor y un filósofo escriben para EL DEBER sobre la figura de Joseph Ratzinger, hasta hoy Benedicto XVI, y su influencia en la Iglesia católica en los últimos 50 años Edmundo Paz Soldán
H.C.F. Mansilla
- Escritor -
- Filósofo -
“LA REVOLUCIÓN DEL PAPA CONSERVADOR” Al final de su periodo, Benedicto XVI fue capaz de un gesto tan radicalmente subversivo como la renuncia a su puesto de pontífice Quizás era inevitable que a un papa tan carismático como Juan Pablo II le sucediera uno poco versado en el arte de seducir a la gente; lo que sorprendió a todos fue que el nuevo papa, Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), más que exento de carisma, era simplemente alguien para quien los baños de multitudes y los largos viajes transcontinentales para predicar la palabra de Dios resultaron ser una forma nada disimulada de la tortura. Los problemas de salud terminaron por minar a un papa anciano, que solo quería quedarse en casa, y lo llevaron a tomar una decisión revolucionaria que repercutirá en la forma de entender el puesto de líder de la Iglesia católica. Benedicto XVI ya era un hombre poderoso durante el papado de Juan Pablo II; estaba a cargo de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, la organización destinada a promover la ortodoxia católica. Elegirlo era apostar por el continuismo, dar un voto de apoyo al proyecto puesto en marcha por Juan Pablo II (frenar los impulsos del ala más liberal de la Iglesia). Sin embargo, ser papa consiste en mucho más que defender un proyecto ideológico. Porque Benedicto XVI es un teólogo más a gusto entre libros y encíclicas, y el puesto para el que se lo eligió no necesita tanto de un intelectual como de un hombre capaz de transmitir visceralmente la fe. Durante ocho años asistimos al espectáculo escasamente conmovedor de un papa que no terminaba de entender ese mundo complejo y turbulento, lleno de desafíos que cuestionaban la relevancia de la Iglesia católica. A Benedicto XVI le tocó un periodo particularmente espinoso, y no salió airoso del todo. Ante el escándalo de los abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica, respondió de manera tar-
día; si bien trabajó para imponer nuevas reglas y prevenir abusos en el futuro, lo cierto es que no tomó medidas duras contra los sacerdotes acusados salvo excepciones muy obvias como Marcial Maciel Degollado, director de la congregación Legión de Cristo en México- y tampoco castigó a los miembros de la Iglesia que ayudaron a tapar el escándalo. Se mostró más duro con los que cuestionaban la ortodoxia católica, los teólogos y obispos que se atrevieron a sugerir que era hora de un lugar menos subordinado para la mujer dentro de la Iglesia. El proyecto central de Benedicto XVI puede entenderse como un metódico intento de seguir restringiendo los logros liberalizadores del reformista Concilio Vaticano II. La postura conservadora ante el rol de las mujeres en la Iglesia se replicó en otros sectores: el papa insistió en la necesidad de volver a celebrar la misa en latín, y, en un tiempo multicultural, ofendió a los musulmanes con comentarios tontos sobre Mahoma. Todos esos gestos, por supuesto, tuvieron adherentes: el papa le estuvo hablando siempre a los más ortodoxos. El problema es que una iglesia no solo debe sobrevivir, sino también necesita revitalizarse con nuevos fieles, creyentes jóvenes y creyentes descubiertos en lugares no tradicionales, a los que el papa no fue a buscar. Irónicamente, al final de su periodo, Benedicto XVI fue capaz de un gesto tan radicalmente subversivo como la renuncia a su puesto. No se trata solo de una muestra de humildad, sino de algo revolucionario: al morir los papas en el puesto, mostraban simbólicamente que eran los representantes de Dios en la tierra. Podía haber expresidentes, pero no expapas. Ahora, sin embargo, tendremos un papa emérito, y eso hará que la institución del papado pierda algo de su magia cuidadosamente preservada a lo largo de los siglos. Después de un mandato deslucido, Benedicto XVI pasará a la historia por su último gesto como papa
“BENEDICTO XVI: UNA DESILUSIÓN ÉTICA” EN FOCO. Edmundo Paz Soldán remarca la paradoja de que un conservador haya dado un paso tan trascendental como ha sido su renuncia
No se trata solo de una muestra de humildad, sino de algo revolucionario: al morir los papas en el puesto, mostraban simbólicamente que eran los representantes de Dios en la tierra.
No hay duda de los aspectos altamente positivos de su obra. Pero Benedicto XVI no irradió impulsos o simplemente ideas en los asuntos más controvertidos de la Iglesia católica En su milenaria historia, la Iglesia católica ha sido gobernada mayoritariamente por personas alejadas de labores intelectuales y preocupaciones culturales. Hubo una clara abundancia de pontífices y obispos, cuyo oficio principal ha sido el de pastores de la grey y administradores burocráticos. En proporción curiosa abundó también la profesión de operadores políticos, es decir especialistas muy versados en los campos de la maniobra, el cálculo de corto aliento y otras destrezas semejantes. Por fin la Iglesia tuvo en Benedicto XVI un intelectual como pontífice, pero su desempeño global ha estado muy por debajo de las esperanzas depositadas en su persona y sus talentos. La concepción de la actividad social y la política como continuación de la ética enaltecieron al cardenal Joseph Ratzinger. En este sentido él intentó practicar la tradición clásica, fundada por Aristóteles y proseguida por Santo Tomás de Aquino. La separación entre retórica y realidad, entre principios morales y prácticas cotidianas, ha sido una de las carencias principales a lo largo de toda la historia de la Iglesia y el hecho más criticado por la opinión pública esclarecida. Pero Benedicto XVI no irradió impulsos o simplemente ideas en los asuntos más controvertidos de la actualidad eclesiástica, como ser la fuerte declinación de vocaciones religiosas, la escandalosa discriminación de las mujeres, el mantenimiento o la abolición del celibato, la autonomía de los obispados frente al centralismo romano, la preservación o la mitigación del principio de la infalibilidad papal y la pésima administración de las finanzas vaticanas. Frente a estos temas, la actitud de Benedicto XVI ha sido la perplejidad y el inmovilismo. En el campo moral, la Iglesia católica tiene que fijar posiciones ante una serie de problemas cada día
más agudos, como el aborto, las relaciones sexuales pre y extramatrimoniales, la asesoría a divorciados, el comportamiento correcto frente al consumismo masivo, las medidas respecto a la corrupción masiva y otros fenómenos similares. Benedicto XVI exhibió, por ejemplo, incapacidad para afrontar el problema de los abusos sexuales en la Iglesia católica. Se trata, evidentemente, de una materia compleja, que no admite soluciones simples. No hay que mencionar al pecador, pero hay que combatir enérgicamente este pecado, y para ello hay que analizar a fondo, sin falsas consideraciones, cuáles motivaciones de los culpables son favorecidas por las instituciones eclesiásticas, sus convenciones no escritas y sus rutinas cotidianas. Las últimas declaraciones de Ratzinger se asemejan, empero, al estilo de las reuniones de señoras mayores de la alta sociedad que no se atreven a mencionar claramente lo feo y desagradable de su propio entorno. Estudiando precisamente a los clásicos, uno se da cuenta de que la vinculación entre ética y política no significa debilidad en el ejercicio del poder ni ceder en todo como línea principal de conducta. Porque si uno se somete a los dictados de los otros, estos desarrollan un apetito irrefrenable, como parece ser la concupiscencia material y sensual de algunos sectores de la alta curia. Como se trata de algo conocido y recurrente, no se requiere, después de todo, de habilidades sobrenaturales para solucionar o aminorar estos conflictos. Y este es el núcleo del asunto: pese a todos sus conocimientos, Benedicto XVI no supo o no quiso presentar ideas o alternativas convincentes frente a los problemas éticos señalados más arriba. El mundo actual está signado por el relativismo de valores, el consumismo masivo y la destrucción imparable del medioambiente. No existe una instancia global con la suficiente autoridad moral para hacer frente a estos problemas. Y el mundo está esperando esa guía ética. Aquí está todavía la gran oportunidad de la Iglesia católica
EL CAMBIO QUE NO FUE.
H.C.F. Mansilla remarca las contradicciones de Joseph Ratzinger y el fracaso de Benedicto XVI durante su papado
Durante el Segundo Concilio Vaticano, Ratzinger postuló una transparencia efectiva de las actividades de la alta curia, de lo cual el posterior pontífice no quiso acordarse.
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Perfil
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ROSTROS DE UNA DE LAS PERSONALIDADES MÁS INFLUYENTES DE LA IGLESIA CATÓLICA
De connotado progresista a defensor de la doctrina Posición. Benedicto XVI pasará a la historia por su intento de renovar la imagen de la Iglesia frente a los escándalos que la salpican FREDDY LACIO F.
S E I S F A C E TA S
EL DEBER
orprende encontrar testimonios en Internet sobre la devoción y sencillez que irradiaba el entonces cardenal Joseph Aloisius Ratzinger cuando se preparaba para dirigir algún rito católico en Roma. El purpurado cerraba los ojos y agachaba la cabeza en oración “como si se estuviera preparando para el momento más importante de su vida”, relatan los que lo conocieron en el Vaticano durante el papado de Juan Pablo II. Ratzinger nació el 16 de abril de 1927 en la localidad de Marktl am Inn, en la región de Baviera, Alemania. Bautizado Joseph Aloisius, su primer nombre proviene del hebreo y significa Jehová aumenta, mientras que el segundo es germánico antiguo y
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El pastor que decidió no proteger más a las ovejas descarriadas sucumbió ante las intrigas de la curia significa el guerrero. En su juventud y siendo seminarista fue obligado a afiliarse a las juventudes hitlerianas y a prestar servicio en el Ejército alemán. Sin embargo, la guerra de mayor intensidad la vivió en los ocho años que duró su papado. Supuestas intrigas de la curia pontificia conservadora, con escándalos de corrupción y abusos sexuales encubiertos de por medio, amén de las pugnas de poder en el Vaticano, propiciaron su renuncia. El pastor que decidió no proteger más a las ovejas descarriadas sucumbió ante la suciedad -él mismo usó la palabra- incrustada en su Iglesia. Calificado de ultraconservador por algunos y de reformador idealista por otros, Benedicto XVI se aleja de la silla de San Pedro en Roma con la imagen de un papa derrotado, pero que conservó la dignidad hasta lo último
REFORMADOR En el Concilio Vaticano II, Joseph Ratzinger defendió posturas como el respeto hacia otras religiones y sobre el derecho a la libertad religiosa. El cada vez más reconocido sacerdote se declaró en principio admirador del teólogo Karl Rahner, que proponía la reforma de la Iglesia. Sus escritos fueron destacados por la visión progresista desplegada sobre aspectos como el amor y la alegría del sacerdocio y en contra del castigo. Fue el primer papa en utilizar una cuenta de Twitter.
CEREBRO DE LA GESTIÓN DE JPII Ordenado arzobispo y cardenal en 1977, Ratzinger conoce a Karol Wojtyla, con quien cimienta una profunda amistad. Wojtyla, ya como Juan Pablo II, lo nombró Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (llamada nueva Inquisición), desde donde condenó la Teología de la Liberación y criticó la colaboración del clero con los gobiernos ‘revolucionarios’. De ambos papas se decía que eran almas gemelas.
CONSERVADOR
INTELECTUAL
DENUNCIANTE
ABRUMADO
Aupado por el ‘papa peregrino’, Ratzinger defendió la postura conservadora y crítica de la Iglesia sobre el control de la natalidad, la unión de los homosexuales y el diálogo interreligioso. El pontífice es acusado de “apartar del camino” a cientos de religiosos progresistas en la década de los 80 y de iniciar una “persecución sin cuartel” contra ellos, a tiempo de promover el nombramiento de sacerdotes ultraconservadores.
Amante de la música, filósofo reconocido y políglota (habla 10 idiomas y lee griego antiguo y hebreo), Benedicto XVI es conocido como un intelectual de renombre, que ha recibido ocho doctorados Honoris Causa y es autor de más de 600 escritos, entre ellos los documentos eclesiásticos más importantes de la historia reciente del catolicismo. Lo consideran “una mente prodigiosa, con una capacidad de razonamiento por encima del común”.
Con una actitud que muchos catalogaron de temeraria, durante su última misa pública en la basílica de San Pedro, el santo padre denunció hipocresía y división en la Iglesia católica. “Pienso en particular en los atentados contra la unidad de la Iglesia y en las divisiones en el cuerpo eclesial”, expresó ante miles de seguidores, dejando en evidencia la crisis de la institución pontificia por las pugnas de poder y los escándalos por abusos sexuales.
Los intentos del papa alemán por limpiar el nombre de la Iglesia católica le pasaron su factura, coinciden los teólogos. Una curia temerosa de perder sus privilegios cerró filas para entorpecer cualquier propósito de apertura y transparencia, especialmente en los temas de pederastia y finanzas vaticanas. El escándalo del vatileaks y la publicación de las ‘cartas secretas de Ratzinger’ minaron la entereza de Benedicto XVI, apurando su renuncia.
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Benedicto XVI
JUEVES 28 DE FEBRERO DE 2013 EL DEBER
LA IGLESIA LATINOAMERICANA SIGUIÓ SUS PASOS
E N T R E V I S TA
Guillermo Siles Paz
Dio una estocada a la Teología de la Liberación Agencias
ANÁLISIS
EL DEBER
ntre 1984 y 1986, Joseph Ratzinger – entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe- habló con el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, uno de los ideólogos de la Teología de la Liberación (TL) para anunciarle que el Vaticano veía con fuertes reparos el modelo de Iglesia que planteaba dicha propuesta eclesiástica. En 1985 fue, incluso, más allá. Silenció al teólogo brasileño Leonardo Boff, otro de los íconos de la revolucionaria teología al que le prohibió continuar con sus expresiones a favor de una teología considerada de inspiración marxista por resaltar la “opción preferencial por los pobres”. Ratzinger ganó la batalla, la propuesta fue archivada bajo pena de mayores sanciones y, en paralelo, se nombraron obispos y cardenales conservadores con la misión explícita de acallar el programa de la TL que ya había influenciado en las conferencias episcopales de Medellín, en 1968, y de Puebla, en 1979. El historiador en religiones, Jeffrey Klaiber y el investigador de la Universidad de Salamanca (España), Luis Pásara coinciden en señalar que Benedicto XVI
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“La TL no ha muerto, está viva en las bases” Álvaro Puente EXSACERDOTE
n rico sustento teórico del compromiso social de la Iglesia y de la opción por los pobres era la Teología de la Liberación. Por eso sus precursores y defensores fueron especialmente vigilados y apartados. Pero, no sólo se dejó de hablar de la sociedad y de los pobres. Tampoco estaba permitido ni siquiera discutir del celibato o hablar del sacerdocio de las mujeres o del control de la natalidad. La Teología de la Liberación no ha muerto. Pasó a vivir su etapa de catacumbas y dejó de marcar con su impronta los documentos de la Iglesia latinoamericana. Con todo, en grandes sectores no jerárquicos se conserva su espíritu, como en las “Comunidades de Base” brasileñas o entre los campesinos centroamericanos
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terminó la tarea iniciada por su antecesor Juan Pablo II para frenar y congelar a la TL. "Hoy la TL no es más una opción en disputa contra la (corriente) hegemónica; pervive arrinconada en pequeños grupos y comunidades en América Latina”, dijo a la AFP Luis Pásara, investigador sobre catolicismo y profesor en la Universidad de Salamanca. "Ratzinger no quería generar conflictos en la iglesia en América. Ha sido un papa de transición, que no hizo grandes cambios y mantuvo las cosas en su sitio", dijo el profesor Jeffrey Klaiber, historiador de religiones de la Universidad Católica de Lima. Según Klaiber, “Benedicto XVI siguió en América Latina la pauta de Juan Pablo II, pero fue menos agresivo porque en un sentido la Teología de la Liberación ya había pasado como movimiento intelectual”, acotó. El exsacerdote Álvaro Puente, uno de los disidentes más reconocidos en Bolivia destacó que “no fue Benedicto XVI quien frenó la Teología de la Liberación. Fue Juan Pablo II apoyado en su teólogo de cabecera, Joseph Ratzinger, quien frenó esa corriente, antes de que asumiera ese mismo Ratzinger el papado”. INTERNET
DOCTRINA. Benedicto XVI interpretó que la Teología de la Liberación estaba influenciada por el marxismo
- SACERDOTE OBLATO Y MIEMBRO DE RADIO ERBOL -
RODRIGO URZAGASTI
Guillermo Siles destacó que la salida de Benedicto XVI tendrá consecuencias
“La Iglesia tiene que ser transparente sobre sus conflictos” ROXANA ESCOBAR PERIODISTA
ivide su tiempo entre la sotana, el micrófono y las pantallas de tv, es sacerdote y periodista. Dirige Canal 18 en La Paz. Trabajó en radio Pio XII en los centros mineros. Allí comprendió que la pobreza carcome día a día la vida de los humildes. Vivió de cerca las guerras del agua, en Cochabamba, y del gas, en La Paz. Destaca algunos aspectos de la corta gestión de Benedicto XVI, pero a la vez cree que la Iglesia tiene muchos desafíos. - ¿Cuáles son las acciones relevantes emprendidas por Benedicto XVI en estos poco más de siete años de papado? -Desde que asumió la cabeza de la iglesia trató de responder inmediatamente a los temas urgentes, por ejemplo, los abusos sexuales que se habían dado por parte de algunos sacerdotes. También ha tratado, en todos los documentos que ha presentado, de ser claro y directo en la posición de la Iglesia, que debe ser el diálogo enmarcado en la fe. Otro aspecto es la construcción de la paz. Las religiones tienen un compromiso con la construcción de la paz. ¿Cuáles son sus debilidades? - Alguna gente le ataca y los medios de comunicación también sobre su rol frente al tema de pedofilia y conflictos sexuales, pero creo que en ese tema el santo padre ha tratado de llenarse de información y entender la situación, lo que le ha permitido elaborar normas claras, quizás eso
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pueda ser visto como una debilidad, pero creo que es el papa que más ha trabajado para regular estos temas. ¿Qué herencia deja? - A Benedicto XVI siempre lo hemos visto como el papa de la transición, el papa que deja abierto elementos, como la necesidad de diálogo profundamente con los pueblos y la cultura. Debemos de hacernos gestores de cambios. El otro tema es el de la secularización y está relacionado a los cambios sociales y eso implica mirar con profundidad y preocupación las cosas; necesitamos dialogar. ¿Qué consecuencias tendrá su salida intempestiva?
La gente critica su rol frente a la pedofilia, pero él fue el que más ha trabajado para regular este tema -Evidentemente habrá consecuencias. Hay la necesidad de mirar adentro profundamente y creo que la Iglesia y el mismo Benedicto XVI, nos ha hecho dar cuenta, para que la iglesia siga siendo creíble tiene que responder a las necesidades de la sociedad. La Iglesia tiene que ser transparente y no esconder situaciones de conflicto, esto le hace más creíble, de lo contrario, perderá su poder influyente de ser testimonio de verdad para la sociedad.
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Trayectoria
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Benedicto XVI
JUEVES 28 DE FEBRERO DE 2013
EL DEBER WWW.ELDEBER.COM.BO
Una vida en imágenes CAMINO AL MONTE. En sus últimas apariciones, Benedicto XVI resaltó que el Señor le pide retirarse para orar. Tendrá el título de ‘papa emérito’, lo seguirán nombrando como ‘su santidad’ y vivirá en El Vaticano FOTOS: http://www.rte.ie/news/
ÚLTIMOS MOMENTOS. El
CONCILIADOR.
El papa Benedicto XVI se reunió el ex líder cubano Fidel Castro durante una visita oficial a Cuba en marzo 2012. El líder cubano le preguntó: “¿para qué sirve un papa?”
ANILLO. Es utilizado por los papas para sellar
papa Benedicto XVI fue ovacionado por cientos de miles de personas, ayer, en la plaza de San Pedro donde aseguró que Dios no permitirá que la Iglesia se hunda
los documentos pontificios. Luego, se destruye
PERSONAJE.
Benedicto XVI fue retratrado en un muñeco de plástico que los feligreses compran por miles en Roma
SU FAMILIA. Joseph Ratzin-
GLOBAL. Mujeres en la India rezan por el papa en una capilla en la ciudad de Calcuta
ger (fila trasera derecha), junto a su padre José, María madre, María la hermana y el hermano Georg en 1951