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Artículo de Amelia Rodríguez
Amelia Rodríguez
Planner y estratega de marcas
hola@helloemprende.com @helloemprende
Foto: Canva | Amelia Rodríguez
Cada proceso es diferente:
Valora y disfruta el tuyo
Llegar dónde estás hoy duele. Seguirá doliendo porque la transformación es difícil: crecer es difícil, soltar hábitos que ya no van con tu nueva versión es difícil, mucho más que cruzar el “Niágara en bicicleta”.
Cuando nadie entiende tu proceso y transformación desde afuera, se ve así: “ella no progresa”, “está desperdiciando su tiempo”, “…¿y para qué estudió eso?”, “ella tiene mucho tiempo en eso y no le veo nada”, “debería dedicarse a otra cosa”, “eso es un hobbie caro”, “nadie te va a comprar eso”, “¿por qué no inviertes tu tiempo en algo que vaya a funcionar mejor?”, “¿Cuál negocio, si es ella sola?”. Ese tipo de comentarios los escuchas con frecuencia y duelen un poco, dependiendo de quien los diga.
Esta nueva etapa como empresaria debes de disfrutarla. ¿Por qué? Porque nadie te ha enseñado a pensar, actuar, responder, analizar y tomar decisiones como empresaria: los años te han llevado a pulir ese liderazgo, a esa dueña de negocios en la que te has convertido.
Pero lo que los demás no logran ver es cómo has tenido que vencer el miedo a muchas cosas para dar el primer paso, cómo has tenido que invertir horas y horas con mentores para ayudarte a activar esa mentalidad triunfadora, ganadora, de que sí eres capaz de hacer más. No ven las veces que tuviste que repetir las mismas acciones porque no estabas lista para un siguiente nivel. ¿Sabes qué? Se siente bien, cuando das la vuelta, ves tu recorrido, ves lo que has superado, ves esta nueva versión de ti que busca nuevas oportunidades, que toca puertas, que no se queda quieta, que pone límites, que cumple sus políticas, que crece, que se supera.
De aquí surge la importancia de que asumas y seas consciente de esto: “No debes angustiarte si otros lo han logrado y tú aún no, el proceso de cada persona es distinto y tú no tienes por qué parecerte a nadie”. Esto lo has escuchado de diferentes formas, pero cuando te detienes y analizas un poquito cuando escuchas o lees sobre “abrazar tu proceso”, la perspectiva evoluciona.
Cambia porque te vuelves más empática y te castigas menos, cambia porque comprendes que las mismas oportunidades que tuvo otro para crecer no las tuviste, y de alguna forma eso impacta en tus avances, cambia porque tu realidad, tu estilo de vida, tus responsabilidades, tus batallas son diferentes a las de tu colega, cambia porque te haces más consciente de lo que personalmente has tenido que vencer y de que cada quien atraviesa del mismo camino de forma diferente.
Así que hazte el favor, hoy luego de leer esto, de pensar diferente sobre dónde estás ahora. Sin trabajar en uno mismo no hay éxito, porque lo que nadie ve es el esfuerzo día a día de esas personas que triunfaron.
Alégrate cuando veas al otro feliz y sintiéndose bonito. Es chévere ver lo que ha logrado, lo que va construyendo. Eso contagia, empuja, motiva.