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Mayo de 2011
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l Talento es una fuerza creativa y constructiva siempre activa en la sociedad en general y en organizaciones universitarias en particular. Aprovechar talento es imaginar tareas y programas que conviertan esfuerzos de enseñanza, de aprendizaje y de investigación en resultados de impacto beneficioso para la sociedad. Aprovechamiento de talento es un principio ideológico y una guía práctica que conduce a la obtención de resultados de valor.
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Resulta obvio en este contexto expresar a título de ejemplo que utilizar todo el tiempo disponible entre y otros recursos a mano, propende a mejorar la calidad del aprendizaje, cualquiera sea, porque en materia de aprendizaje, ante retos superiores a vencer, muy poco o nada está de sobra.
Se entiende la administración de talento como concepto dominante de la gestión universitaria, en oposición a la idea de administrar con preferencia marcada programas educativos de docencia. Se refiere a un pensar en estudiantes y profesores como recursos sociales hábiles para enfrentar la complejidad del mundo moderno y ofrecer soluciones capaces de mejorar condiciones de vida presentes y futuras. Tómese el caso del ambiente como ejemplo de enorme complejidad, pero no por ello dejaría de ser de interés medular para todas las profesiones, al menos en referencia al dominio de conocimientos y competencias básicas de manejo ambiental apropiado de lo cotidiano.
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También en la tarea de mejorar y acelerar procesos de aprendizaje no conviene fijar estudios límites, en la academia o en empresas, para efectuar exigencias de aprendizaje. Debe dejarse que los resultados hablen por sí mismos y sean los resultados la medida de límite y de extensión, a ser tenidos en cuenta para establecer próximas exigencias.
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No establecer límites en tareas de aprendizaje, determina calidad y conduce al estudioso a alcanzar una mayor conciencia de la excelencia, entendida como un asunto de importancia personal, y como materia de utilización plena de recursos, ya disponibles o por conocer. En UNITEC se ha establecido ya por treinta años, un procedimiento que extiende los límites de aprendizaje y la velocidad de aprendizaje más allá de exigencias formales de profesores y de la propia Universidad. En UNITEC los límites superiores de excelencia también pueden ser marcados por los propios estudiantes.
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de Como ya se expresó anteriormente, importa enfatizar que parte de la administración de talento es la enseñanza convencional, así como la evaluación formal del aprendizaje. El nuevo concepto propicia la construcción y aplicación de modelos que hagan más efectiva la enseñanza, más dilatados y rendidores los ámbitos de el aprendizaje, y mayormente estimulante la evaluación.
La aplicación de un currículum o plan de estudios debe dejar suficientes grados de libertad para efectuar actividades que contengan riesgos implícitos y explícitos. En este contexto riesgos refiere situaciones en las cuales el estudiante puede elegir, puede construir por propia cuenta caminos de aprendizaje y, además contar con equipos de trabajo para revalorar su esfuerzo individual. Puede también examinarse el tema de los riesgos a tener en cuenta los estudiantes, como costos de oportunidad ante opciones de aprendizaje a ser elegidas voluntariamente.
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de Asimismo, la organización curricular debe conducir a la adquisición del valor de los recursos que se invierten, los resultados esperados y los efectivamente obtenidos, para así contar con elementos que ayuden a evaluar continuamente los efectos de la gestión universitaria.
Uno de los grados de libertad en referencia, tiene que ver con la construcción de sólidas relaciones con otras personas, es decir con la edificación de un notable capital relacional, del cual se deriven condiciones favorables para aprender más y para ensanchar oportunidades laborales o empresariales. Las redes sociales de domino mundial facilitan que esfuerzos locales expandan su efecto más allá de los límites inmediatos de los nexos cara a cara. Los posibles valores añadiditos de empleo, negocios, emprendimiento y similares, se magnifican con las redes sociales y otras interacciones que facilitan las modernas comunicaciones, tanto por su contenido como por la rapidez de propagación de las ideas.
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En este mismo orden, un plan de estudios con mayores atributos sistémicos no debe limitarse a programar estrictamente sus actividades, ni determinar límites rígidos de contenido y de exigencias que lo asemejen a un guión cinematográfico, sin mayores grados de libertad.
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En efecto, los planes de estudio con mayores grados de libertad para aprender y emprender relaciones con otras personas y otros campos de estudio estimulan y alientan el aprendizaje independiente o por propia iniciativa, lo cual es finalmente el objeto más preciado y ambicioso de cualquier propósito educativo.
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El talento mejor aprovechado debe estar concentrado y organizado para responder a retos de valor para la sociedad. La división clásica de la universidad en conglomerados disciplinarios no facilita estos procesos, sin embargo tampoco los impide si se crean instancias específicas para aprovechar talento. Nuevos enfoques de comunidades de conocimiento y comunidades de práctica provenientes del área de gestión de conocimiento pueden potenciar concentraciones de talento y disminuir impactos nocivos de la dispersión de programas no interconectados y de individuos que no se relacionan en equipos o en otras organizaciones colaborativas.
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Un efecto similar y muy particular de concentrar y organizar talento, se puede alcanzar mediante redes operadas principalmente con el apoyo de Internet, en las cuales primariamente estudiantes y luego muchas personas, pueden hacer aportes para enriquecer contenidos, despejar incógnitas y abrir nuevas puertas al capital relacional.
de Es aquí donde ajusta mejor introducir la idea de fracaso en el aprendizaje. “Rafael López Pedraza” en su obra “Conciencia de Fracaso”, es una referencia obligada en este tema. Se trata de posibles fracasos, los cuales pueden anticiparse con la aparición de episodios de dolor asociados al fracaso continuado, derivado éste, principalmente, de conocer acerca de los temas en los cuales anticipa fracasar, porque ya se fracasó antes en los mismos temas (ignorancia acumulada). Este caso resulta frecuente con asignaturas pre-calificadas de difíciles, o verdaderamente exigentes que requieren mayor esfuerzo para aprender que otras asignaturas, previamente reconocidas como demandantes de menor esfuerzo para ser aprobadas.
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Cuando se sabe, principalmente por historias de fracasos estadísticamente estudiadas, que se está cerca de los denominados episodios de dolor; se puede atenuar su efecto si se interrumpe el curso normal esperado o programado del aprendizaje. Conviene tener en consideración estrategias con alto contenido emocional tales como: Deporte, cine, teatro, actividades al aire libre, actividades relacionadas con comidas y vinos y otras tantas que puedan ser vistas y apreciadas como glamorosas y “salvadoras” de un dolor cierto que produciría un fracaso inminente. Conviene llevar a la práctica procesos de aprendizaje no centrados en información simbólica, como por ejemplo construir una estrategia para sobrevivir en un espacio en el cual solamente existan recursos que provee la naturaleza, o intentar obtener un empleo bien remunerado en un centro comercial.
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Adquirir conciencia de fracaso ayuda a triunfar a quienes se brindan oportunidades para aprovechar cambios flexibles y adaptables a las condiciones del momento que se vive. Este concepto es componente medular de la idea de administración de talento.
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En síntesis, cuando se avizoren fracasos, son mejores los planes de estudio suficientemente ricos en opciones para hacer flexible el aprendizaje en temas y en intensidad exigida para atender idóneamente un aprendizaje más efectivo y abarcador. Las organizaciones estudiantiles conformadas para aprender con el apoyo o no de redes sociales, pueden ser determinantes para revertir fracasos y orientar el saber y el hacer hacia la obtención de situaciones remediables.
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