El juego de la Política Internacional
La Razón de la Sin-Razón La máscara ideológica
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La Razรณn de la Sin-Razรณn La mรกscara ideolรณgica
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Primera edición: 2017 D. R. © EL FARO LUZ Y CIENCIA S.A. DE C.V. Ciudad de México C.P. 03900 Tel. 21 24 80 70 coordinacionelfaroed@gmail.com Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio, sin la anuencia del titular de los derechos. ISBN: 978-607-97026-4-9 Impreso y hecho en México. Printed and made in Mexico
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Índice
Introducción ............................................................................................................. 17 Capítulo 1. Sobre el Irracionalismo ........................................................................ 23 1.1. ¿Qué se entiende por irracionalismo?........................................................... 23 1.2. Racionalismo VS Irracionalismo .................................................................... 30 1.3. Características principales del Irracionalismo: individualismo, voluntad, tragedia, lucha azar, pasiones, etc. ........................................................................ 36 1.4. La valoración positiva del Irracionalismo ....................................................... 44 Capítulo 2. El Irracionalismo en la Modernidad y su relación con la Verdad ..... 55 2.1. El Renacimiento ............................................................................................ 56 2.2
El Barroco ...................................................................................................... 63
2.3. El siglo de las Luces ...................................................................................... 73 2.4. El Romanticismo............................................................................................ 80 Capítulo 3. Los pilares del Irracionalismo Contemporáneo y su relación con la Verdad ....................................................................................................................... 87 3.1. La voluntad sobre el intelecto: realidad y moral ............................................ 88 3.2. Vitalismo: voluntad de poder y afirmación del mundo y de la vida ................ 99 3.3. Existencialismo: dualidad del ser y prioridad de la subjetividad .................. 109 Capítulo 4. Guerra y violencia: justificación racional e irracional del Estado . 121 4.1. La necesidad de la guerra ........................................................................... 122 4.2. La guerra como un derecho de soberanía .................................................. 131 4.3. La guerra como factor de cambio ................................................................ 142 Capítulo 5. El Absurdo de la Irracionalidad ......................................................... 151 5.1. El hombre en la lógica del absurdo ............................................................. 152 5.2. El malestar de la sociedad internacional por la irracionalidad de la guerra 160 5
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Lo absurdo del asalto a la razรณn ................................................................. 166
Conclusiones.......................................................................................................... 173 Fuentes de consulta .............................................................................................. 179
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AGRADECIMIENTO
La presente obra fue realizada gracias a la colaboración de la Mtra. Gabriela Ramírez Márquez en la investigación del Capítulo 1 intitulado Sobre el Irracionalismo. De la misma forma ha colaborado en otras publicaciones del autor como son: El trabajo de tesis en la Licenciatura en Relaciones Internacionales – Prólogo, Contraportada El Jefe de Estado – Contraportada Manual para elaborar un trabajo de investigación en la Licenciatura en Relaciones Internacionales – Prólogo, Contraportada La importancia del argumento en los trabajos de la Licenciatura en Relaciones Internacionales – Prólogo, Contraportada Así también colaboró con el Profesor Halyve Hernández Ascencio en el ámbito de la investigación y como adjunta en las materias de Teorías Clásicas de las Relaciones Internacionales, Teorías Contemporáneas de las Relaciones Internacionales, Taller de Análisis de la Información Política Internacional y Seminario del Pensamiento Político Contemporáneo, en los semestres 2014-1 a 2015-2 de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.
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PRÓLOGO
Roberto Carlos Hernández López
Contra lo que se suele pensar desde el lugar común, irracional no es aquello que carece de razón o de verdad. No es, tampoco, ausencia de sentido. Lo irracional no refiere necesariamente lo absurdo ni la locura. Conviene dejarlo claro desde el principio, porque este libro no plantea un recorrido por el reino de la sinrazón y el desvarío, no es una invitación a perdernos en el laberinto de la locura. Y si así fuera, entonces tomaría prestada la frase de Polonio, en Hamlet: “me parece que hay cierto método en su locura.”
Lo que el profesor Halyve Hernández Ascencio nos propone, en La razón de la sinrazón: la máscara ideológica, tercer libro de El juego de la Política Internacional, es un debate que reúne algunas de sus ocupaciones y preocupaciones más frecuentes: 1) la crítica a la razón desde una perspectiva dionisiaca, 2) su interés por el análisis de la política internacional y 3) su irrenunciable devoción por teorizar sobre las relaciones internacionales, a cuya práctica docente ha dedicado una vida, por demás fecunda como lo confirman no solo las numerosas generaciones que han pasado por su cátedra y el creciente corpus de obras dedicadas al tema (más de 20 libros), pero no solo, sino la estima de muchos internacionalistas.
Como se sabe, y lo documenta ampliamente Gabriela Ramírez en el primer capítulo de esta obra, el irracionalismo es una tradición filosófica que, según Georg Lukács, es relativamente nueva “[…] aparece por primera vez en la obra de Kuno Fischer sobre Fitche. En el Tratado de la historia de la filosofía de Windelband, se estudia ya a Schelling y a Schopenhauer en el capítulo de ‘metafísica del irracionalismo’. Esta terminología prevalece de un modo todavía más decidido en Emil Lask. Y, aunque este empleo de la palabra ‘irracionalismo’, con un sentido tan amplio tropieza al principio con ciertas objeciones críticas, en el periodo entre las dos guerras mundiales, 9
principalmente, vemos consagrado ya el término de un modo general…”1 Algunos historiadores de la filosofía han identificado, y no estoy del todo convencido de estas tesis, el irracionalismo con vitalismo, esa corriente filosófica que se sostiene en la llamada “idea de la vida” o “filosofía de la vida”, aunque algunos estiman que se trata, más adecuadamente, no de una filosofía, sino de reflexiones siempre a partir de la vida.
Esta clasificación parece pasar por alto, sin embargo, que no todos los irracionalistas son vitalistas, es decir, el punto de partida del irracionalismo es la crítica frontal a la razón; la de los vitalistas, la afirmación de la vida como trascendencia de la razón.
Apenas empezamos el tema y ya se empieza a complicar la travesía. ¿El irracionalismo critica al racionalismo a través de un ejercicio precisamente de la razón? ¿Se muerde la cola el irracionalismo: crítica algo de lo que echa mano, a saber, la razón? Me parece que en algo ayuda la aclaración de Albrecht Wellmer —heredero de la Escuela de Frankfurt— sobre este punto. Wellmer sostiene que “el término irracionalismo en el ámbito de la filosofía no resulta suficientemente acertado, ya que la filosofía se sirve, por definición de la razón. De tal forma que lo que se considera como irracionalismo dentro de ella no significa precisamente una filosofía de lo irracional ni una negación de su esencia, sino una forma de abordarla a través de diversos énfasis, entre otros, en las condiciones vitales.” 2
En otras palabras, el irracionalismo dirige sus municiones no contra esa facultad consustancial a todos los hombres de reflexionar sobre su ser, el mundo que lo circunda y el lugar que ocupa en la vida, sino sobre el concepto de razón que nació de la mano del proyecto ilustrado y que, según Nietzsche, tiene su antecedente en Platón —recuérdese que detrás de las críticas a la cultura y la moral europeas, al cristianismo, 1
Georg Lukács, El asalto a la razón. La trayectoria del irracionalismo desde Schelling hasta Hitler, México, Grijalbo, 1983, pp. 75-76. 2 Albrecht Wellmer, Sobre la dialéctica de modernidad y posmodernidad. La crítica de la razón después de Adorno, Madrid, Visor, 1993.
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a la civilización, etc., siempre está ese Platón “esotérico”, según la muy interesante afirmación de Leo Strauss, quien ha teorizado de manera brillante la relación entre ambos filósofos.
En suma, el irracionalismo no es sino la negación de esa razón que desde el siglo XVIII se convirtió en razón dominante, tirana, a-crítica. Para decirlo con Max Horkheimer y Theodor Adorno: a la razón ilustrada le sucede lo que siempre sucedió al pensamiento triunfante: en cuanto abandona voluntariamente su elemento crítico y se convierte en mero instrumento al servicio de lo existente, contribuye sin querer a transformar lo positivo que había hecho suyo en algo negativo y destructor. La filosofía que, en el siglo XVIII, desafió la quema de libros y hombres, había infundido a la infamia un terror mortal, se puso ya bajo Napoleón de su parte. […] En la actualidad, por lo demás, la historia veloz se adelanta a estos desarrollos espirituales, y los portavoces oficiales, que tienen otras preocupaciones, liquidan la teoría que los ayudó a conquistar su puesto bajo el sol, aun antes de que ésta tenga tiempo de prostituirse.3 La razón como poder, la razón como ideología, la razón como coartada. De eso se trata, a mi juicio, el irracionalismo: de denunciar las trampas de la razón, los monstruos que engendra, de advertir su metamorfosis en discurso de poder, sus excesos y sus coartadas. ¿Y qué tiene que ver todo esto con el libro de Halyve Hernández Ascencio —se preguntarán—? Mucho, a decir verdad. Tanto como el haber elegido a Schopenhauer, Nietzsche y Kierkegaard como interlocutores y compañeros de este viaje.
La apuesta del profesor Halyve Hernández es llevar un debate filosófico muy significativo durante los últimos dos siglos, acerca de la crítica a la razón, hacia un campo donde la irracionalidad se cultiva con singular enjundia: las relaciones internacionales. 3
Max Horkehimer y Theodor W. Adorno, Dialéctica de la ilustración. Fragmentos filosóficos, 3ª ed., Madrid, Trotta, 1998, p. 53.
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Dividido en cinco capítulos, en esta obra de Hernández Ascencio se aborda el irracionalismo a partir de tres autores: Arthur Schopenhauer, Sören Kierkegaard y Friedrich Nietzsche. Como puede adivinarse por estos autores, Halyve Hernández nos propone un recorrido por los últimos siglos de la filosofía, es decir, un tiempo apasionante para el mundo del pensamiento, en el que, como afirma Habermas: “Ya no indica el camino Marx, sino Nietzsche. No la teoría de la sociedad, alimentada de historia, sino una crítica radical de la razón, denunciadora de la unión de razón y dominio, es la que puede explicar la caída en la barbarie.” En tales coordenadas teóricas se ubica esta reflexión.
Resulta claro que esta obra del profesor Halyve Hernández es deudora, en alguna medida, del muy conocido libro del filósofo húngaro-judío Georg Lukács: El asalto a la razón. La trayectoria del irracionalismo desde Schelling hasta Hitler, publicado por primera vez en 1953, y traducido al español por Wenceslao Roces en 1967, para la editorial Grijalbo. Como se recodará, El asalto a la razón es la defensa racionalista —inspirada en la dialéctica hegeliana— contra lo que el propio Lukács llama la filosofía reaccionaria, burguesa e imperialista. Conviene dejar hablar al autor: la historia del irracionalismo moderno […] ha surgido y se manifiesta, como nuestro libro trata de demostrar, en lucha constante con el materialismo y el método dialéctico. […] Lo que se ventila aquí —escribe Lukács en este fragmento que será muy citado— es la necesidad de una defensa y un desarrollo históricos de la idea de progreso, que va considerablemente más allá del pensamiento de la Ilustración. El primer periodo importante de irracionalismo moderno surge, congruentemente con esto, en lucha contra el concepto idealista, dialéctico-histórico, del progreso; es el camino que va de Schelling a Kierkegaard y es, al mismo tiempo, el camino que conduce de la reacción feudal provocada por la Revolución francesa a la hostilidad burguesa contra la idea de progreso.4
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Lukács, op. cit., p. 6.
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Para Lukács, los enemigos del idealismo hegeliano son los enemigos de la razón, peor aún: los asaltantes de la razón. En esa medida se entiende porqué desde Friedrich Schelling, pasando por Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche, Dilthey, Simmel, Spengler, hasta llegar a los hermanos Weber (Max y Alfred), Heidegger, Jaspers, Mannheim, Carl Schmitt y otros, son todos, para Lukács, filósofos burgueses y de la reacción.
Ya se sabe que Lukács era un filósofo brillante en quien pesaba el compromiso político en algunas de sus reflexiones. Valdría la pena recordar aquel noviembre de 1918, cuando Lukács y su esposa Yelena Grabenko, ingresan en el partido Comunista Húngaro —recién creado— no obstante que una semana después, se publicaría un artículo de Lukács (“El bolcheviquismo como problema moral”), en el que el filósofo cuestionaba que la victoria del proletariado conllevara al fin de la opresión y al establecimiento de una eticidad superior.
El libro que el lector tiene en sus manos debe algo a esta obra de Lukács, pero solo en el germen, en el motivo: en la idea de explorar la historia del irracionalismo, pero no en la convicción ni en el método. Antes, al contrario, la posición de Halyve Hernández es exactamente la opuesta a Lukács.
Según lo veo, en esta discusión alrededor del idealismo hegeliano, el profesor Halyve se sitúa en la acera contraria a Lukács, al lado de los filósofos de la voluntad y de la sospecha, es decir, de lado de Schopenhauer, Kierkegaard y Nietzsche, cuyo irracionalismo podría describirse como metafísica de lo irracional que atiende a la esencia del mundo como algo plenamente incognoscible para la razón, sosteniendo en consecuencia el principio absoluto de un mundo irracional en múltiples sentidos, y tan es así que Nietzsche centraba sus tesis en la voluntad de poder y Schopenhauer en la metafísica de la voluntad irracional.
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Desde luego, no es posible discutir en unas cuantas páginas el planteamiento de estos tres filósofos; una limitación, por cierto, que también está presente en la obra del profesor Halyve Hernández, pues para nadie pasa desapercibido que reunir a estos tres filósofos y, además, llevar sus reflexiones al área de las relaciones internacionales pudiera ser una apuesta demasiado grande.
Con rigor y aliento, el profesor Halyve Hernández ha asumido el reto y consigue su objetivo: antes que el lector se adentre en el libro, las articulaciones entre irracionalismo y teoría de las relaciones internacionales le podrían parecer cifradas, ocultas, recónditas… Sin embargo, luego de la lectura parece claro que basta con referir algún hecho de política internacional para demostrar que no ha sido la razón la que ha gobernado, ni gobierna, el mundo de las relaciones entre los gobiernos de las naciones, aún más si consideramos que, precisamente, el siglo que vio nacer las relaciones internacionales como una disciplina científica fue, sin lugar a duda, uno de los más violentos y crueles en la historia de la humanidad. Cada lector de este libro podrá constatar —o no, ese es su privilegio— que una de las aportaciones más valiosas del autor es, sobre todo, haber planteado —con todos los problemas que supone— la relación entre dos temas que en apariencia poco o nada tienen en común: el irracionalismo y las relaciones internacionales, un campo donde esa raya en el agua que divide la racionalidad de la irracionalidad parece todavía menos diáfana, “sobre todo —como nos advierte Halyve Hernández— cuando pensamos en el alcance de la razón a lo largo de las últimas décadas en varios frentes: el uso de la ciencia y las técnicas para maximizar la violencia, la destrucción e impacto de las guerras, el repunte de la energía atómica, la destrucción del medio ambiente, y la más común de todas: el predominio de intereses políticos y económicos sobre el bienestar social.” (p. 7)
La enfermedad de la razón es la misma razón, concluyeron Horkheimer y Adorno en ese documento crítico a la razón que lleva por título Dialéctica de la Ilustración. Pero 14
si la razón es la enfermedad, ella misma es la cura para la razón. A tal conclusión arribaron los fundadores de la Escuela de Frankfurt; una conclusión que parece suscribir, muy a su estilo, Halyve Hernández Ascencio cuando sostiene que “En los estudios de todas las épocas ha quedado de manifiesto que el hombre es una integridad en la que convergen la razón y las virtudes propias del aspecto irracional del hombre; en ellas, también se pone de manifiesto una lucha que va desde el interior del individuo y que se manifiesta hasta las escalas más complejas de las relaciones entre las diversas organizaciones. Someter las opiniones a un proceso de análisis valorativo, en el cual se determina la forma de actuación, para lo cual es necesario efectuar reflexiones individuales y grupales y sobre esa base tomar decisiones y ejecutarlas para satisfacer las necesidades individuales y de la comunidad.” (p. 163)
Y es que, a diferencia de los vitalistas, de los filósofos de la voluntad, incluso del nihilismo, Hernández Ascencio no apuesta por la razón o la pasión, por Apolo o Dionisio, por el alma o el cuerpo; en lugar de disyuntivas opta por una síntesis: no es esto o aquello, sino esto y aquello. Esa es su apuesta y esa es su contribución.
Profesor de larga y destaca trayectoria, este libro remite, finalmente, a una conocida frase de Cervantes: “Un maestro es un libro que habla y un libro es un maestro que, aún silencioso, comunica su pensamiento”. Si bien se mira, Halyve Hernández continua su ejercicio docente a través de este libro.
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Introducción Hacer una investigación sobre el irracionalismo es una tarea complicada, ya que el término de por sí refleja una amplitud en la que cabría hablar no sólo de la carencia de razón o lógica, sino de lo mágico, lo misterioso, lo milagroso, e incluso lo sobrenatural. Irracionalidad abarca también los fenómenos del inconsciente como los sueños, las pulsiones y los instintos, y hablando de la colectividad, irracionalismo conduce a violencia, guerra y toma de decisiones erróneas. Sin embargo, hablar de irracionalismo en materia filosófica conlleva algo más complejo y profundo, que no necesariamente está en contra de la razón, pero que sí privilegia algunos elementos sobre ella; en todo caso, se puede afirmar que el irracionalismo es una parte fundamental del hombre, y que se reconozca o no, es un determinante de la conducta y el accionar del hombre y de sus diferentes colectividades. El estudio de esta temática conlleva también, la necesidad de hacer un extenso estudio de la historia y cómo es que éste ha servido para explicar, en numerosas ocasiones, la identidad, la conducta y el accionar los seres humanos; es un concepto tan amplio que incluye en él la individualidad, la colectividad y los conflictos que emanan de las relación entre los hombres a lo largo del tiempo. La justificación de estudiar el irracionalismo como una manifestación de la política internacional surge a partir del cuestionamiento más importante en relación con la razón y que culmina con una trilogía que hace referencia, a la verdad y la mentira, así como la violencia, sobre todo cuando pensamos en el alcance de la razón a lo largo de las últimas décadas en varios frentes: el uso de la ciencia y las técnicas para maximizar la violencia, la destrucción e impacto de las guerras, el repunte de la energía atómica, la destrucción del medio ambiente, y la más común de todas: el predominio de intereses políticos y económicos sobre el bienestar social. El mayor problema que enfrentamos en la actualidad, y que deriva del desconocimiento y la falta de información, es la utilización de los conceptos por igual, 17
sin saber realmente qué es lo que éstos implican y el impacto que pueden llegar a tener en la vida del hombre y de sus organizaciones sociales. Los cuatro conceptos que se analizan en esta trilogía, verdad, mentira, violencia e irracionalismo, suelen estar cargados inevitablemente de subjetividad, por lo cual, nos sentimos libres de utilizarlos en mayor medida, bajo un aspecto negativo, sin conocer realmente, si son adecuados para definir la conducta y el accionar humano. De ahí deriva la importancia de la presente investigación, cuyo objetivo es exponer al lector, una visión fundamentada en la historia, en argumentos claros y congruentes que permitan ofrecer una explicación clara de qué es el irracionalismo, en dónde se ubican sus orígenes, cuáles son los aspectos de su estudio y cómo es que ha evolucionado a lo largo de la historia, para ofrecer una concepción de la naturaleza del individuo y de sus relaciones políticas, sociales, económicas, culturales entre otras más. Conocer la evolución histórica del irracionalismo, que en realidad involucra más corrientes y autores de los que podemos considerar, dará como resultado una visión diferente y única de la naturaleza humana que permitirá explicar la naturaleza de los conflictos, tanto al interior como entre las organizaciones sociales, que alcanza su máxima expresión en la guerra entre las naciones, y cuyos efectos son devastadores en cualquier escala que se le puedan medir. Para llevar a cabo lo anterior, la presente obra se divide en cinco apartados que se desarrollaron sobre la base de una metodología descriptiva-explicativa que permita al lector comprender, sobre la base histórica, la evolución del irracionalismo y su impacto en la sociedad contemporánea. El primer capítulo tiene como objetivo exponer al lector qué es el irracionalismo, cuáles son sus principales características, cuales son los elementos que le diferencian y le contraponen con el racionalismo, y finalmente, porqué podemos considerar que existe una valoración positiva de esta corriente sobre la base de un individuo que se
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componen de sentimientos, pasiones, emociones y una conducta explicable más allá de la razón. El segundo apartado tiene como objetivo presentar los orígenes del racionalismo en la modernidad y su relación con la verdad. Para ello, se expondrán los periodos históricos del Renacimiento, el Barroco, el Siglo de las Luces y el Romanticismo, en los cuales hubo un florecimiento del irracionalismo como consecuencia de su contraposición a la razón y el establecimiento de un pensamiento universal basado en la lógica, todo lo cual llevó al auge de una concepción e importancia de la naturaleza del ser humano desde el enfoque más humanista. El tercer capítulo tiene como objetivo exponer los pilares del irracionalismo en la modernidad para lo cual, se retomaran los estudios de tres grandes pensadores: Schopenhauer, Nietzsche y Kierkegaard, quienes expresaron su visión del individuo a través del pesimismo, el vitalismo y el existencialismo respectivamente. Este capítulo cobra una especial relevancia pues representa el antecedente inmediato, de los siglos XIX y XX, que permiten explicar muchos de los fenómenos que se viven en la actualidad, y que han llevado a poner en entredicho la racionalidad del individuo así como una correcta comprensión del irracionalismo. El cuarto apartado tiene como objetivo presentar un fenómeno específico en donde se conjugan los temas analizados en esta trilogía, haciendo especial énfasis en la concepción racionalista e irracionalista de ésta: la guerra y el uso de la violencia como principal herramienta de ésta. Se tomó la guerra debido a que éste fenómeno se considera la representación máxima del conflicto entre los seres humanos, para lo cual se ha hecho uso de todo tipo de justificaciones que van desde la defensa soberanía, del interés nacional, la obtención de poder, de territorio, entre otras más; en ella también se han visto aplicados todo de avances científicos y tecnológicos, transformado este fenómeno en una circunstancia habitual del sistema internacional.
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Lo anterior implica dos vertientes que van por un lado, a considerar la guerra como una necesidad, y segundo, como un factor de cambio que promueve el progreso a costa del sacrificio humano y el acto bélico entre los contendientes, por lo que en ella se pone de manifiesto la existencia de una contradicción propia del racionalismo y el irracionalismo de los seres humanos. El quinto y último apartado tiene como objetivo exponer la corriente del absurdo en el irracionalismo, siendo consecuencia en gran medida de las transformaciones que ha sufrido el hombre y sus organizaciones sociales a lo largo del último siglo, llevando al individuo a considerar la existencia de una realidad sin sentido, en donde somos los individuos justamente, quienes debemos dotar de calidad nuestra existencia. Esta misma lógica ha llevado a un malestar de la sociedad internacional por la irracionalidad de la guerra, y sobre todo, por las cruentas técnicas de las que se hace uso hoy en día, privilegiando los intereses de las organizaciones, sobre el valor de la vida humana. Todo lo anterior nos lleva a hacer una reflexión acerca de la relación existente entre el racionalismo y el irracionalismo; ya que hoy en día habitamos un mundo en donde las fronteras, gracias a la globalización, han superado el aspecto físico y han llevado a disipar y homogenizar formas de pensamiento que devienen en violencia, uso y abuso del poder, y finalmente, en una tergiversación del pensamiento y los sentimientos del ser humano. La transformación del individuo también ha sido inminente; estamos hablando de un discurso global que pura por la homogeneización del hombre en la masa, facilitándole la existencia y privándolo de esos aspectos irracionales que definen su esencia y el alcance real de sus acciones. Pero esto solo somos capaces de comprenderlo cuando tenemos pleno conocimiento de la historia, de la evolución de las formas de pensamiento y la forma en cómo los sucesos han impactado en la concepción del individuo y de sus acciones.
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Lo que ha sucedido es que la misma experiencia histórica del hombre le ha llevado a desacreditar la fe en la razón y el predominio de otros razonamientos para actuar, los cuales no carecen de fundamento, sino que se desvían hacia otros aspectos o intereses de los seres humanos. Finalmente, es importante conocer, identificar y saber hacer uso de los conceptos que utilizamos cotidianamente para definirnos y para definir nuestras acciones; verdad, mentira, violencia, racionalismo e irracionalismo son conceptos que se utilizan de manera genérica, sin otorgarles la importancia que realmente merecen para comprender nuestra naturaleza y el funcionamiento de nuestras organizaciones sociales que cada vez son más complejas y arbitrarias.
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