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CUADERNO ECO

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GUÍA DE DISEÑO

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CUADERNO

UN SALUDABLE FRESCOR

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La climatización sostenible significa refrescar el aire y a la vez hacerlo más limpio. En el concepto de ergonomía consciente importa el bienestar térmico, pero también la ausencia de contaminantes del aire o la humedad

HA LLEGADO EL VERANO. Unos dirán que por fin; otros ya estarán contando los días para que acabe. En cualquier caso, el calor y el buen tiempo reinante suelen necesitar de un plus de tecnología que acomode temperaturas y gane en bienestar. Sin embargo, si la buena arquitectura, obviamente sostenible, fuera la norma, no sería necesario escribir este artículo, porque su propio diseño y materiales aislarían de la irradiación excesiva, la ventilación cruzada refrescaría el aire, y las cubiertas vegetales y otras plantas actuarían como barreras permeables que mantendrían una temperatura de confort y una calidad del aire suficiente para garantizar la salud y el bienestar de las personas. Pero no es así. Las casas actuales son como son, los recursos en origen son los que son y el cambio climático va a haciéndose presente año tras año con olas de calor y veranos más largos. El imperativo de la sostenibilidad nos lleva a que refrescar la casa con la fuerza bruta de la energía y las tecnologías contaminantes sea cosa del pasado.

Proyecto de Three Birds Renovation.

La ventilación cruzada es un concepto de la arquitectura bioclimática que se basa en las corrientes de aire creadas por la disposición estratégica de aberturas en las fachadas para evacuar el aire caliente y refrescar los ambientes.

La inercia térmica de los materiales es otro factor que contribuye a la regulación de la temperatura en los interiores sin necesidad de apoyo mecánico. Los muros de piedra, por ejemplo, tienen una gran capacidad para absorber el calor del exterior.

LOS VENTILADORES SON LA ALTERNATIVA más barata y ecológica al aire acondicionado, además de una solución muy adecuada para buena parte de nuestro país durante la mayor parte del verano siempre que no se superen los 40 ºC. Pero no siempre es la opción ideal y se han de tener en cuenta ciertas limitaciones. Según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (USEPA), el uso de ventiladores a temperaturas superiores a 37 ºC y con una humedad muy baja aumenta el estrés por calor al que el cuerpo debe hacer frente, y puede causar incluso deshidratación en personas delicadas. Por eso en zonas muy secas es necesario aportar humedad mediante humidificadores. Un complemento necesario en zonas áridas, alejadas de la costa y de los ríos. Así, incrementando la humedad relativa al menos hasta el 60% el efecto refrescante continúa por encima de los 40 ºC ya que la sensación térmica desciende aún más, llegando a los 8 o 9 ºC, y con un consumo del 90% menos de energía que el aire acondicionado.

¿SABÍAS QUE

…elozonoesuncontaminante que se dispara en verano? Este gas tan necesario en las capas altas como protector frente a la radiación solar se convierte en un agente muy peligroso cuando lo respiramos directamente. Especialmente dañino para niños y ancianos, pero también para las plantas, a las que limita la acción fotosintética y daña. En los días de anticiclón, con elevadas temperaturas y sobre todo por la acción del sol, se da el fenómeno técnicamente conocido como oxidación fotoquímica, por el cual el sol activa un proceso en el que las moléculas contaminantes del tráfico como los NOx y otras reaccionan y forman moléculas de ozono a nivel del suelo. En episodios de alta producción de ozono troposférico es muy recomendable que las personas de riesgo se refugien en el interior. El problema es que no exista un sistema de ventilación que haga circular el aire y que introduzca aire filtrado del exterior. Los sistemas de ventilación mecánica con filtrado de doble flujo son imprescindibles para lograr un aire limpio y una estancia confortable durante el verano, pero también, por supuesto, de cara al invierno.

TRABAJO EN EQUIPO

Sea por las aspas de un ventilador o por la corriente entre dos ventanas, el movimiento del aire, si bien disminuye la sensación térmica hasta en 5 ºC, también remueve las partículas del aire y el polvo y provoca un descenso de la calidad real del aire al incrementar la concentración de contaminantes respiratorios. Por eso, lo ideal es combinar la ventilación con purificadores de aire que atrapen las PM. Trabajando en equipo, ambas funciones contribuyen al bienestar global en un sistema de ergonomía consciente que va más allá de la temperatura y que se preocupa también de las condiciones que de manera invisible afectan a la salud como es la calidad del aire o las radiaciones. En verano, con temperaturas muy elevadas y niveles de contaminación igualmente elevados, conviene prestar aún más atención para refrescar el aire y a la vez hacerlo más limpio.

UN POCO DE HISTORIA

El ambiente dentro de nuestras casas puede estar entre dos y cinco veces más contaminado que el aire del exterior, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por eso, en los últimos tiempos se han puesto de moda los purificadores de aire, que en algunos casos también sirven para calentar o refrescar la estancia.

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ENEMIGOS INVISIBLES

Lección número uno: la ventana abierta y la ventana cerrada son las mejores aliadas. Parece contradictorio, pero así es la física. Generar ventilación natural baja la temperatura de la estancia en varios grados. Pero también es cierto que, en situaciones de altas temperaturas, sol directo o viento de calima, la ventana abierta es la entrada directa al exceso de grados del exterior. Y también podría pensarse que de la contaminación del tráfico, y es verdad, pero hay que tener en cuenta que el aire interior puede ser de peor calidad que el del exterior. Los principales agentes peligrosos en el aire interior son las partículas en suspensión (PM) y los compuestos orgánicos volátiles (VOC). Las primeras están formadas por pequeñas gotas y materiales en suspensión que por su pequeño tamaño son inhaladas. Los VOC son emitidos por las pinturas, los tableros aglomerados, los barnices y otros componentes. Y luego están los no menos agresivos productos de limpieza, que generan una nube tóxica durante la limpieza que perdura horas después. Por eso, incluir en el equipamiento del hogar un sistema de purificación de aire que retenga todos estos enemigos invisibles es una muy buena idea.

LA SOSTENIBILIDAD EN CIFRAS

5°C

es la reducción media de la sensación térmica gracias a un ventilador.

X3

se eleva el riesgo de episodios de contaminación por ozono en verano.

97%

es la media de filtrado de partículas de los sistemas de recirculación y refrigeración de aire.

El aire acondicionado es un invento que parece muy contemporáneo, pero ya va camino de los dos siglos de antigüedad. De una manera técnicamente rudimentaria, pero basándose en los mismos principios que en la actualidad, el físico británico William Thomson, lord Kelvin, diseñó en 1842 un sistema en el que un circuito de gas era capaz de absorber el calor del exterior y generar una sensación de frescor constante. Unas cuantas décadas más tarde, el impulso de la tecnología de refrigeración del aire llegó a conseguir un aparato que refrescaba el ambiente, recirculaba el aire y aprovechaba para filtrarlo. Un sistema que comenzó a entrar en las casas americanas tras la segunda guerra mundial. Pero toda esa magia llevaba consigo el enorme problema ambiental que supusieron los CFC, los gases destructores de la capa de ozono, que fueron regulados en los años ochenta y cuya eliminación ha supuesto una de las primeras y más contundentes victorias ecológicas globales. Si queremos entender métodos realmente ecológicos para combatir el calor, nos deberíamos asomar a culturas antiguas nacidas en el desierto, como la egipcia, que inventaron la refrigeración evaporativa que a día de hoy funciona para ciertos sistemas técnicos. Consistía en la colocación de esteras de juncos empapados en agua en las ventanas, que en contacto con el aire cálido generaban la evaporación de la humedad que refresca el aire y lo humedece. Ingenio sencillo, efectivo y ecológico por naturaleza.

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