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Comentario de libros

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Sumario

Sumario

Aprendizaje transferencial

Alberto Carli y Beatriz Kennel - Buenos Aires, Universidad Nacional de Luján, 2008.

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Este libro, meduloso y conceptual, de casi 150 páginas lleva el sugestivo subtítulo de Teoría y praxis de una propuesta para la construcción del conocimiento. Por qué digo sugestivo, porque indica claramente que los autores apuntan para una solución epistemológica, disciplina que manejan con soltura desde hace muchos años. Que indagan por los meandros de la educación y su aprehensión, lo indica uno de los subcapítulos: “Acerca de la lógica consciente del conocimiento”. De ahí que la obra tal vez no sea para iniciados y muchos menos para legos, pero que tenga un campo más que amplio y suficiente en la Pedagogía, sobre todo universitaria. Y creo que a este grupo se dirige el binomio Carli-Kennel. Algunos aspectos básicos de la educación pública que destacan los autores son asaz atrayentes. Con respecto a la desgraciada idea de “achicar el Estado” y en lo referente a la educación, dicen: “El Estado tiene responsabilidades concretas, educativas en su rol de auditor de las relaciones sociales, responsabilidad concreta en el cumplimiento de la ley y en asegurar cuidados sanitarios para la sociedad civil. Todos estos aspectos también son educativos.” El desarrollo de los estudios sobre el conocimiento está tratado con un hilo conductor que guía al lector: la “teoría de las creencias” de Peirce, el concepto marxista, el fenómeno multidimensional de la enseñanza-aprendizaje, la simbolización, los problemas éticos, la decadencia del lenguaje y del orden simbólico acentuado en el siglo XXI, para entrar de lleno en la Didáctica, no sin antes expresar una breve nota sobre su historia. El capítulo 5, el del tema principal: el aprendizaje transferencial, ocupa la mitad del libro y es donde Carli-Kennel hacen su propuesta educativa. Es necesario aclarar que los autores no escatiman sus opiniones y sus juicios de valores sobre la educación en estos momentos. La obra finaliza con un glosario y una nutrida y selecta bibliografía. Agrego: en todo momento Carli-Kennel tratan de establecer diferencias y responsabilidades entre Patria, Nación y Estado.

Christiane Dosne Pasqualini - Buenos Aires, Leviatán, 2007.

Quise lo que hice - Autobiografía de una investigadora científica

Esta es una historia de vida. Pero una historia rica, no solamente en relatos íntimos y muchas veces sentimentales, sino rica en experiencias científicas, en el ambiente cultural en que nació y se desenvolvió la autora. Siempre con la mira insobornable de la investigación a ultranza. Es evidente que la doctora Dosne Pasqualini nació con una llama que no se extingue nunca, que se mantiene encendida durante toda la existencia del individuo: la creatividad. Y qué otra cosa que la creatividad induce a investigar. Valga una digresión: hace poco leía que el físico Fritjof Capra analizó la obra científica de Leonardo da Vinci y llegó a la conclusión que el hecho de escribir de derecha a izquierda y ocultar sus hallazgos en sus famosos cuadernos, impidió una labor menos laboriosa y tal vez más fructífera de Galileo y de Newton. El investigador actual (excepto el de la industria farmacológica) está abierto a la sociedad y el ejemplo es esta “autobiografía de una investigadora científica” que recrea en la obra su paso por el CONICET, su tarea editorial, la Asociación Latinoamericana de Inmunología, la Academia de Ciencias del Tercer Mundo… Amén de los recuerdos de sus padres y sus hermanos, sus hijos y sus maestros, sus amigos: Hans Selye, Ezequiel Holmberg, Vicente Cicardo, Eugenia Sacerdote de Lustig, Juan Carlos Agulla, y un nombre que se reitera, Rodolfo, su compañero de toda una vida. Numerosas fotografías testimoniales ilustran la obra. En este libro, que no escasea de confesiones vividas, la autora –en algunas oportunidades– insiste en que tiene un estilo científico al escribir, es decir llano, concreto. Puedo asegurar que su prosa se lee con gran placer, está muy bien

Federico Pérgola

escrita, muestra claramente hechos y personajes. Pocos autores cautivan con su autobiografía, pero Dosne Pasqualini lo ha logrado. En todo el relato, en una especie de déjà vu reverso, en la descripción de los hechos pasados hacen irrupción los del presente. Así desfilan la última enfermedad y la muerte de Rodolfo Pasqualini, su marido, y posteriormente los hechos que llegan al siglo XXI. Hasta en este detalle se nota la veta creativa de la autora. Pero la obra guarda un secreto: fue escrita durante más de medio siglo, cuidadosamente, a través de las cartas que enviara a su madre lejana que, quizá con qué intuición de mujer las guardó ordenadamente de acuerdo con su fecha de emisión. De esta forma Christiane Dosne pudo contar su vida con una serie de detalles que llaman la atención. Además de estos testimonios llamativos le suma el colorido emocional de cada momento de su intensa y provechosa vida. Desde ya que ese ayuda memoria que le aportó nombrar a los grandes científicos con los que intercambió conocimientos no menoscaba la intensidad de su vida académica, social y familiar. Resalto sobre todo esta última hacia la que brindó a padres, hermanos, esposo, hijos y luego a sus nietos su cuidado y cariño. La realidad: un ejemplo difícil de imitar.

Investigación en cáncer y citogenética

Christiane Dosne Pasqualini y Susana Acevedo - Buenos Aires, EUDEBA, 2007.

Este libro, pequeño en tamaño pero meduloso y esclarecedor en contenido, ocupa el Nº 25 de la Colección Ciencia Joven de EUDEBA, feliz iniciativa de Patricio Garrahan que volcó en esta serie trabajos de investigadores argentinos de gran prestigio. Como dicen las autoras en su Prólogo, estas obras tienden a despertar el interés del estudiante secundario para orientar su futuro. Mi objetivo al comentar esta obra es extender el conocimiento de la colección para los padres de adolescentes, como serán muchos de los lectores de esta revista y prestar utilidad. Dosne Pasqualini y Acevedo abordan el tema –a pesar de la complejidad que tan bien conocen– con claridad y sencillez. Los tres capítulos del libro hablan por sí de la importancia que las autoras han otorgado al tema, de su justa estructura y, sobre todo, de la altura científica con que lo han encarado. Estamos en época que, por llegar al gran público, la divulgación científica se hace chabacana y rudimentaria. Nada de eso ha sucedido aquí. El primer capítulo, que desarrolla Dosne Pasqualini, lleva por título “El arte de hacer investigación: una visión personalizada”. Luego de más de 60 añós de intromisión en el “mundo del investigador” tiene toda la autoridad para explicar el porqué y el para qué. Creo que, con los oropeles de haber sido discípula de Selye, Houssay, Lipschüz y Long y las ricas reflexiones que efectúa, este capítulo (sin desmedro de los otros dos) deberían leerlo todos los interesados por ingresar en carreras relacionadas con las Ciencias de la Salud. El segundo capítulo, que también pertenece a la misma autora, se denomina “Historia de la investigación en cáncer”. Este tramo del relato es de interés para todos los médicos. He leído con deleite donde, en su primera parte –la teoría viral del cáncer– contiene toda la actuación como investigadora de la propia académica Dra. Dosne Pasqualini. Luego desarrolla el reto de las hipótesis sobre el origen del cáncer. En el eclecticismo de sus conclusiones se encuentra su grandeza como científica. El libro concluye con el tercer capítulo, “Citogenética del cáncer”, a cargo de la Dra. Susana Acevedo, quien también hace gala de capacidad de síntesis y claridad. Comienza con la historia de la citogenética que inicia con Aristóteles, pasa, entre otros, por Gregorio Mendel y llega a destacados pioneros de nuestro país. Posteriormente serán los cromosomas motivo de estudio, con su atrapante historia, sus mitosis, para llegar a las técnicas citogenéticas en la investigación de las alteraciones que ocurren en las células cancerosas. El cromosoma Philadelphia y la leucemia cierran la obra. Por el relato el lector podrá apreciar el valor de esta obra para los jóvenes que no sólo egresen del secundario sino para los bisoños médicos que deben orientar sus vocaciones.

Federico Pérgola

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