ÓRGANO DEL INSTITUTO DE HISTORIA DE LA MEDICINA DE LA FACULTAD DE MEDICINA (UBA) ISSN 1666-6682
Agosto 2012
Nº31
Médicos pintores. Muestra colectiva Jueves 21 de junio al domingo 22 de julio de 2012 Dr Carlos Castrillón, Dr Jorge Lemus, Dr. Federico Pérgola, Dr. Peter Ploder, Dr. Florentino Sanguinetti, Dr. Roberto Soto, Dr. Adolfo Venturini, Dra. María Cristina Zazzi. “Detrás de hermanar dos artes, la pintura y la medicina, es tradición las muestras conjuntas de ‘médicos pintores’, exposición de obras resultado de verdaderos crisoles donde se amalgaman la forma, el color, la alegría, el sufrimiento y la muerte.” Este grupo, que ya ha expuesto en otras galerías y en diversas circunstancias, presenta hoy obras de diversas técnicas y motivos, diversas escuelas y estilos, pero unidos siempre por el pensamiento humanístico que brinda la atención de la salud” (Centro Cultural Recoleta). (En la foto, los artistas presentes, de izq. a der.: Pérgola, Sanguinetti, Venturini y Lemus)
Primeros reportes médicos neuroquirúrgicos argentinos Hipócrates Padre de la Medicina
Docencia y Obstetricia en Buenos Aires
“Caras”, Pérgola
Comentario ario de libro libros
FOTOGRAFÍA Y MEDICINA
CIRUGÍA, INSTRUMENTAL Y FOTOGRAFÍA
Exploración quirúrgica de un posible quiste de antebrazo En las fotos, se observa: la región de la incisión (muñeca y antebrazo) y una parte del instrumental quirúrgico (separadores de Farabeuf y pinzas de Kocher). Las imágenes fueron captadas desde una altura superior a la mesa de operaciones e impresas en formato 9 x 12 cm, En el anverso, se lee: Foto Liarco, de Cochabamba 849. Y, la fecha: 7 de marzo de 1966. (Las fotografías pertenecen a la colección privada de FJR) Lic. Francisco J. Rubio
Departamento de Humanidades Médicas, Facultad de Medicina / UBA
ÓRGANO DEL INSTITUTO DE HISTORIA DE LA MEDICINA DE LA FACULTAD DE MEDICINA (UBA)
VOL. X - Nº 31 - Agosto 2012 - Buenos Aires ISSN 1666-6682 Director
Federico Miguel Pérgola
Subdirector
Carlos C. Castrillón Editora
Laura Pérgola Secretaría
Laura Pérgola Emilce Iervolino Agustín García Puga Comité de Honor
Norma Acerbi Cremades José Emilio Burucua Alfredo Buzzi Alfredo Eugenio Buzzi Alberto Carli Christiane Dosne Pasqualini Adolfo Kalinov Manuel Luis Martí Alejandro Paladini Norma Isabel Sánchez Florentino Sanguinetti Juan Carlos Stagnaro Adolfo Venturini
Sumario DOCENCIA Y OBSTETRICIA EN BUENOS AIRES
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Primeros reportes médicos neuroquirúrgicos argentinos
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HIPÓCRATES Padre de la Medicina Fundador de la medicina clásica
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LA NECESIDAD DEL MEJORAMIENTO DE LA GESTIÓN DE INSTITUCIONES DE LA SALUD
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COMENTARIO DE LIBROS
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Comite Editorial
Amalia Mercedes Bores Inés Alicia Bores María Teresa Di Vietro Beatriz Kennel Laura Moratal Ibañez
Diseño y diagramación
Eric Geoffroy ericgeof@gmail.com
La revista Médicos y Medicinas en la historia es una publicación trimestral. Registro de la propiedad intelectual Nº 188920. Propietarios Laura Andrea Pérgola y Federico Miguel Pérgola. Impresa en agosto de 2012. Tirada de esta edición 500 ejemplares. Las opiniones que los autores vierten en los artículos son de su exclusiva responsabilidad y no representan necesariamente las de la revista. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación, aun mencionando la fuente. Esta publicación es una realización de:
EGE - El Guion Ediciones Martín Coronado 358 (Acassuso) Tel: 4792-1132 Celular: 15-5-640-4792 elguionediciones@fibertel.com.ar www.elguionediciones.com.ar
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Editorial
C
omo hemos anunciado en el Nº 30 de Médicos y Medicinas en la historia, en noviembre próximo se realizará un congreso, el octavo, Nacional de Historia de la Medicina. En esta oportunidad presidido por dos importantes figuras de nuestra Facultad de Medicina: la profesora Adjunta Lic. en Historia Norma Isabel Sánchez y el profesor Adjunto de Salud Pública y Secretario de Educación Médica, cirujano de niños, Carlos Camilo Castrillón. Ambos han hecho del compromiso con la institución educativa un verdadero culto. Clases, conferencias, publicaciones no hacen más que corroborar el amor que le profesan a nuestra facultad. ¿Por qué resalto tal mérito? Porque el desapego al lugar donde nos formamos y donde debemos formar a las generaciones venideras es moneda corriente. En oportunidad que Alberto Agrest, académico de medicina recientemente fallecido, jurado de un concurso en el que me había presentado, me preguntó –como a los demás– si lo hacía por dinero, fama o poder (y no recuerdo que cuarta condición) me sentí agredido. El ignoraba que yo tenía vocación y no buscaba otra cosa que poder pertenecer a un proyecto educativo. Se lo hice saber con cierta rispidez. El tiempo me hizo comprender que no siempre estaba presente ese interés y que solamente llegaría a tenerlo, con indulgencia, el 50% de los postulantes. Agrest, destacado profesional,
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conocía su verdad. Pues bien, ese es el perfil que queremos que tengan quienes nos acompañen: vocación por la enseñanza y no confundir lo público con lo privado. Dicho en otras palabras, no usar lo público para satisfacer lo privado. Hasta la fama se puede cosechar en lo público para usufructuar en lo privado. No digamos nada del dinero o del poder. Es triste pero muchas veces la petulancia es la causa de tal desatino. ¿No saben quién soy? ¿Cómo no voy aprovechar lo que me brinda lo público en mi favor? Cualquiera puede pensar que escribo desde la amargura o la decepción. De ninguna manera, tengo asumida cuál es la condición humana que tan certeramente describiera André Malroux. Mientras acompañen personalidades como las nombradas al inicio de esta nota –y muchas otras más que siempre están presentes, tales como Adolfo Venturini, Agustín F. García Puga, Laura Moratal Ibáñez, Marcelo Figueroa, Francisco Rubio, Amalia e Inés Bores– estoy tranquilo y seguro que nuestra querida Facultad seguirá adelante. Bien dijo Goethe: “Resulta difícil hacer frente a los errores de la época: si los combatimos, nos quedamos solos; si cedemos ante ellos, no conseguimos ni honor ni alegría”. Por suerte, tengo compañía. Federico Pérgola
Docencia y Obstetricia en Buenos Aires Norma Isabel Sánchez1
1 Profesora adjunta de Historia de la Medicina y directora del Observatorio (de igual nombre). Instituto y Cátedra de Historia de la Medicina. Departamento de Humanidades Médicas (FM/UBA) Correo: akohnlon@fmed.uba
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Resumen
Tiempo ha pasado desde esas épocas en que las mujeres eran asistidas, en el momento del alumbramiento, por unas simples “prácticas” hasta la actualidad, cuando, por lo menos, un sector social vive la gestación y el parto con una responsabilidad compartida entre la madre y un par de profesionales muy idóneos. Estos cambios, además, estuvieron acompañados por distintos tipos de preocupaciones por parte del médico: en una época la principal era la sobrevida del binomio madre-hijo, venciendo los peligros de las infecciones. Después las cesáreas (como una práctica quirúrgica de riesgo) se hicieron más frecuentes y solo las realizaban unos pocos. Más tarde, se buscó que las grávidas asumieran solidarios e intensos cuidados pre y postparto, fundamentales para un momento crucial, de riesgos controlados, y los iniciales meses postnacimiento, de buenaventura tanto para la madre como el pequeño. Llegaron los años de la reproducción asistida, variadas tecnologías, con profesionales defensores y detractores, que movilizaron (y aun hoy persisten) debates bioéticos fuertes, donde entran consideraciones antropológicas, morales, religiosas, legales, etc. En esta minihistoria que ofrecemos, los principales referentes obstetras y obstétricas de nuestro medio han corrido parejos a lo arriba indicado. Palabras claves: obstetras, cátedras, Escuela de Parteras, Licenciatura en Obstetricia Teaching and Gynecology in Buenos Aires
Abstract
Time has passed since those times when women were assisted, at the time of childbirth by a simple “practice” until today, when, at least, one social sector lives pregnancy and childbirth with a shared responsibility between the mother and a pair of highly qualified professionals. These changes, also, were accompanied by different types of concerns by the doctor: in a time when the main was the survival of mother and child, overcoming the dangers of infection. After cesarean section (as a risk surgical practice) became more frequent and performed only the few. Later, he sought to assume that pregnant and intensive supportive care before and after parturition, fundamental to a crucial time, risk controlled, and the initial months post parturition, of fortunes for both mother and child. Came the years of assisted reproduction, various technologies, professional advocates and detractors, who mobilized (and even today remain) strong bioethical debates, where they enter anthropological, moral, religious, legal, etc. This minihistory we offer, the main reference obstetricians and midwives in our area have run hand in hand with the above instructions. Keywords: obstetrics, chairs, School of Midwifery, Bachelor of Obstetrics
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Introducción Mucho tiempo ha pasado desde la época en la que unas “prácticas” (a veces, denominadas “comadronas”2), con meros conocimientos empíricos y con frecuencia desnaturalizados, ayudaban a las mujeres blancas en el parto, y, también, desde la inexistencia de lugares específicos para que allí se realizara el alumbramiento. Algo semejante, pero con peores condiciones, padecían las indígenas y negras africanas. Para todas, se trataba de un acontecimiento familiar, casero, de intramuros. En nuestro siglo XXI, la situación es diferente. Sin embargo, no aceptamos un reduccionismo peligroso, ya que las diferencias suelen estar marcadas por las condiciones socio-económicas de las madres y, muy especialmente, por sus niveles de instrucción. Para las de estamentos altos y medio-altos, existen, si así lo solicitan, clínicas y sanatorios casi de régimen hotelero de primera línea y quirófanos de alta complejidad. Todo el embarazo es seguido por profesionales tutores, que brindan cuidados especiales. En tanto, en las líneas sociales más bajas, la situación es diferente: a veces no hay camas para la internación en los hospitales públicos, faltan insumos y las embarazadas arriban con muy diferentes situaciones personales. Todos los médicos y las obstétricas están formados casi por equivalentes maestros pero, cuando llega la hora del desempeño laboral, afloran las diferencias. Intentaremos hacer una reseña sobre los más destacados profesionales de esta especialidad, con ejercicio en Buenos Aires, y cómo su actividad acompañó o fue acompañada de mutaciones notables en los hábitos poblaciones. Prestaremos atención a la legislación3, a la recepción de nuevas tecnologías y habilidades (no siempre de origen extranjero sino, a veces, de procedencia local). La realidad fue y es más compleja que esta versión simplificada que acá presentamos.
contiguo a esa iglesia, al que solo concurrían desahuciadas e indigentes y, además, no atendía partos pues era tradición (y lo será por largo tiempo) que el acto de parir permanezca en el reducto privado y doméstico. Recién hacia 1779/80, ya instalado el Virreinato del Río de la Plata, se verá el nacimiento del Protomedicato (de confirmación posterior), con sede en la capital de la nueva jurisdicción político-administrativa, resultado de una muy particular intervención del virrey Juan José de Vértiz y Salcedo, que dará inicio a una medicina un poco más rigurosa y controladora de la labor de los profesionales y “habilitados”. Pasó un tiempo y el primer tribunal del Protomedicato quedó constituido por Miguel Gorman, José Alberto Capdevila y Agustín Eusebio Fabre. En 1798 se concretó en forma definitiva su establecimiento (ya que todo lo anterior fue poco riguroso) y se dispuso la creación de las cátedras de medicina y cirugía dando inicio a la labor docente docente, aun sin la existencia de un claro reglamento; funcionó sin interrupción hasta 1820. * En 1800 se “instala” la Escuela de Medicina (EM), dato que implica la iniciación de los estudios homónimos y tres facultativos serán los responsables de los cursos: A E Fabre, Cosme M Argerich4 y M Gorman; los estudios durarían seis años y, en el quinto de la carrera, se cursaba una asignatura que comprendía algo equivalente a operaciones y partos. Se dictó un inicial curso de partos bajo la responsabilidad del licenciado Fabre, de tal modo que puede valorárselo como el primer profesor de Obstetricia5 de Buenos Aires. Durante las invasiones inglesas, que azotaron la ciudad capital, por 1806 y 1807, los pocos médicos residentes y los socorristas que tenían ciertas pericias ayudaron a los heridos; también lo hicieron algunos de los “estudiantes de medicina”, quienes cursaban en situaciones bastante anómalas. Esta disposición se va a mantener en todas las posteriores guerras
La región rioplatense colonial Donde el ejercicio lugareño de la medicina (y demás ramas del arte de curar) fue auténticamente caótico; solo en parte explicable por la carencia de profesionales y por la gran distancia que existía hasta Lima, sede del Protomedicato, reglado según las Leyes de Indias, único autorizado para imponer algo de orden en tan desquiciada situación. Corría 1759 cuando se inauguró en la ciudad de Buenos Aires el precario Hospital de Mujeres (HM) o de San Miguel, por estar
Nos dice Ivonne Bordelois (en: A la escucha del cuerpo. Puentes entre la salud y las palabras. Bs As, Libros del Zorzal, 2009, p 37-8), que hay en esa palabra una connotación despectiva (en su origen: perfectamente digna) que muestra “a las claras la marginalidad en que el mundo ´profesional´ o ´culto´ suele tener a las mujeres encargadas nada menos que de rodear de cuidados imprescindibles a la madre que da a luz”. Continúa: “Una excepción brillante es el francés donde a la partera se le dice sage-femme, es decir, mujer experimentada, sabia. Esta expresión no tiene contraparte masculina”.
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3 Solo mencionamos unas pocas normativas; su análisis más exhaustivo y completo se aleja de los objetivos de este trabajo.
4 La familia de Argerich se inicia con la llegada a estos territorios de un coronel y médico español: Francisco. Uno de sus hijos fue Cosme Mariano Argerich (Bs As, 1758-1820) se graduó de médico en España y, a su regreso, tuvo una intensa vida profesional. Un hospital lo recuerda con su nombre. Entre sus descendientes, ubicamos a: Francisco Cosme Argerich (¿1785?-1846), colaborador con los ejércitos de la independencia y graduado, en 1821, entre los primeros médicos que lo hicieron en estas tierras (junto a Juan Madera, Francisco de Paula Rivero y Pedro Rojas), profesor en el Instituto Médico militar y luego en el Departamento de Medicina. Murió en el exilio, por oponerse a la política de Rosas. Ver: Massini Ezcurra, José M. Los Argerich. Dos vidas consagradas a la patria y a la ciencia médica. Bs As, Instituto Amigos del Libro Argentino, 1955. También: Beltrán, Juan Ramón. Historia del Protomedicato de Bs As. Bs As, El Ateneo, 1937 (preferentemente p 187). 5 Si continuamos con las explicaciones de Bordelois (arriba citada), obstetricia se vincula a la palabra ob-stretix que, en latín, designa a la mujer que, de pie frente a la parturienta, se prepara a recibir el niño. Ob: significa adelante y stet deriva del verbo sto, stare, que es el antecedente de nuestro estar y la terminación trix, es propia de los femenino También existió el verbo obstetrico; además, obstetra, acuñado modernamente, zanja la dificultad genérica, designando a hombres y mujeres que asisten a las madres (ver preferentemente p 42 y ss)
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que, durante el XIX, apenan a los residentes locales. En síntesis: el primer docente de partos de la EM de la época colonial fue Agustín E Fabre.
Durante los tiempos de la Independencia y después Pasados los momentos turbulentos propios de los sucesos de 1810: * Se instaló, en 1813, el Instituto Médico Militar (IMM), donde se desempeñaron C M Argerich (para la cátedra de Clínica Médica) y Fabre, a quienes se sumó Cristóbal Martín de Montufar6. Si bien no había un buen clima para pensar en enseñar “medicina”; casi con seguridad que Silvio Gaffarot, a cargo de la Anatomía, dio el curso de partos. Eran los tiempos de las campañas militares libertadoras y de enfrentamiento al poder realista, de múltiples inconvenientes, poco propicios para un eficaz avance en los estudios superiores. Se acepta que para 1820 está concluida la guerra de la independencia; pero, sobrevendrá la anarquía político-económica rioplatense. Es posible que solo la provincia de Buenos Aires esté en condiciones de “pensar” en los estudios universitarios, que finalmente concretará por el empuje de una elite ilustrada que busca superar el oscurantismo del ciclo que se cerraba. * Y, así, en 1821 fue creada la Universidad de (la provincia de) Buenos Aires, que al año siguiente instala el Departamento de Medicina (DM) y la Academia de Medicina (AM), responsable, a partir de 1823, de edita el primer número de una publicación que se denominó Anales. Se estableció un plan de estudios de 5 años y fueron designados los docentes Juan Antonio Fernández, Francisco de Paula Rivero y Francisco Cosme Argerich. Ante situaciones tan confusas, de inmediato, se publicó un decreto sobre “Arreglo de la Medicina”; resultaba imperioso poner alguna disciplina ante tal desquicio en las (supuestas) asistencias médicas y frenar las supersticiones, el curanderismo y todo tipo de irracionalidades vinculadas a la enfermedad, el dolor, la muerte. Se intentó exigir una mínima idoneidad y el citado documento incluyó un apartado sobre el “médico de policía” y las parteras, que determinaba: “El médico de policía dará anualmente un curso de partos y enseñará la práctica de este arte en el Hospital de Mujeres”7. Para la tarea fue designado el médico de policía Carlos Durand (corría el año 1822) y más de un historiador considera que allí está la cuna de la escuela de partos o parteras. La suya fue una tarea de formación exclusiva de “comadronas”; después sobrevino un reglamento y la disposición de la reserva de tres camas, en
el Hospital de Mujeres, para realizar las prácticas8. No olvidemos que, en esos tiempos, Bernardino Rivadavia, a cargo de un ministerio, introduce reformas de alta repercusión (que abarcan el cambio de jurisdicción, por ejemplo, de la Casa de Expósitos y otras entidades) e instala la Sociedad de Beneficencia, mermando la ingerencia, en las cuestiones de salud, de la Iglesia Católica (que lo hacía a través de los/las religiosos/as) y el Hospital de Mujeres dejó de pertenecer a la Hermandad de la Santa Caridad. En 1826 hay una modificación de los planes de estudios de medicina, se dividieron o agruparon ciertas cátedras y entra en escena una nueva figura: Francisco Javier Muñiz, recientemente graduado. Para él fue la cátedra de Partos, Enfermedades de Niños y Recién Paridas y Medicina Legal, que se cursaba en el quinto año de estudios9; si bien nunca la asumió (entre otras razones porque residía en la campaña bonaerense). Al complejo cuadro de enfrentamientos ideológicos y de poder entre federales y unitarios, se suma el inicio de la guerra contra el Imperio del Brasil, motivada por contrapuestos intereses de ocupación y defensa de territorios de escasa definición de dominio. Se reitera una situación anterior: los pocos médicos se reparten entre los que se quedan al cuidado de los habitantes de “esta orilla del Plata” y los que parten a consolar a los soldados y civiles heridos y enfermos. Prácticamente “mueren” los estudios médicos e igual situación se vivirá durante el largo gobierno de Juan M de Rosas. En síntesis: el primer docente de partos del DM de etapa independiente fue Francisco J Muñiz.
El Estado de Buenos Aires Sobrevino la batalla de Caseros y Buenos Aires, por breve tiempo, estará bajo la conducción de Vicente López y Planes, quien hace esfuerzos por la reinstalación de la Academia de Medicina y los estudios médicos. Todo en un clima muy irregular, como podrá comprenderse. Una vez consolidada la ruptura de la unidad política y jurídica, el nuevo gobernador de la provincia, Pastor Obligado, que lo es en el periodo de la secesión entre Buenos Aires y las provincias de la Confederación, resolvió que una sala del Hospital de Mujeres, conocida como la Maternidad (bajo el patrocinio de San Ramón) fuera destinada al servicio de partos. Resultó, casi, de uso exclusivo de las menesterosas, con la asistencia de “una partera” y con un practicante que, más tarde, sería un distinguido profesional: Manuel Blancas. Todo en medio de una gran precariedad
8 Ampliar con: Llames Massini, Juan Carlos. La partera de Bs As …, p 39-43.
Completar con: Beltrán, Juan Ramón. Historia del Protomedicato … Nota: Montufar, a partir de 1822, es designado “prefecto” (a cargo de la rama de Medicina), de tal modo que se lo puede considerar el “primer decano” del Departamento de Medicina. 6
Llames Massini, Juan Carlos. La partera de Bs As y la Escuela de Parteras. Bs As, Imprenta Flaiban y Camilloni, 1915, p 37.
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En 1827, Mariano Martínez escribe su Operación cesárea. Ver: UBA, FCM (Biblioteca). Catálogo de la colección de tesis, 1827-1917. Bs As, Talleres Gráficos A Flaiban, 1918. Además: en 1827, Verónica Pascal, de origen francés, hace la primera reválida como partera. Nota: en 1938, Emilio Corbière expuso, en el Ateneo de Historia de la Medicina, “El proceso a Verónica Pascal”. 9
y, tomaron fuerza, otra vez, las religiosas que alternaban su tiempo entre labores de consuelo y una frágil enfermería. Además, se instaló el Consejo de Higiene Pública que, con variadas actividades, controlaba, por ejemplo, el desempeño de médicos, boticarios y “parteras” (si bien con estas era relativamente permisivo). Ahora se inicia el ciclo de los liberales y no liberales (y pedimos disculpa por esta simplificación). Se re-habilita la Academia de Medicina y ponen en marcha los estudios médicos, con jerarquía de facultad10, aunque independiente de la Universidad, que comprendía medicina, farmacia, odontología, flebotomía y partos11 y dos nombres concentran la atención, los antes citados Juan A Fernández y Francisco J Muñiz; sin olvidar la alta gravitación que comenzará a ejercer la nueva Sociedad de Beneficencia, en estos tiempos muy próxima a la Iglesia Católica, pues el intento secular ha caducado. Juan A Fernández estudió en Chuquisaca y Lima, donde se graduó, en la Universidad de san Marcos, en 1811; al regreso, participó de las luchas por la independencia, fue docente y director del Instituto Médico Militar, profesor del Departamento de Medicina (anexo a la Universidad), profesional del Hospital de Mujeres y, tras su regreso del exilio, por la militancia antirrosista, primer presidente post-Casero, de la Facultad de Ciencias Médicas (que era independiente de la Universidad), hasta su muerte en 185512. Francisco J Muñiz participó en las invasiones inglesas, se entusiasmó por la causa de Mayo, estudió en el Instituto Médico Militar y se graduó en 1822, cuando ya era Departamento de Medicina, colaboró en la Guerra contra el Brasil, fue docente de Partos en la Escuela de Medicina (reiteramos: cargo que no asumió) y encargado de la vacuna. Más tarde, a sus tareas profesionales, le agregó los viajes de exploración y recolección de fósiles, lo que lo transforma en uno de nuestros iniciadores de la ciencia criolla, como destacado paleontólogo y geólogo. Reinstalado en la ciudad, aceptó la tarea docente que se le asignó: estuvo a cargo de Obstetricia (en realidad Partos, Enfermedades de los Niños y Mujeres), entre 1852 y 1869, con varias discontinuidades por sus problemas de salud. Siempre preocupado por la baja formación escolar que presentaban las inspirantes a estudiar partos colaboró en la redacción de un nuevo reglamento (1856)13, de sucesivas modificaciones y ampliaciones, que incluye un plan de enseñanza y, de esa manera, quedó fundada, anexa a la cátedra de partos, la Escuela de Parteras14, que, en 1862, vivirá una mo-
dificación fundamental en cuanto a la enseñanza se refiere15.
Durante las presidencias de Mitre, Sarmiento y Avellaneda La batalla de Pavón selló la unificación entre las provincias y, tras una reforma a la Constitución aprobada en 1853, se organizó la Nación. El presidente Mitre llamó al médico Guillermo Rawson para ocupar uno de los ministerios (el de Interior) y mantuvo a Muñiz en la cátedra universitaria (decimos esto, pues por entonces la injerencia del Ejecutivo sobre las cátedras era decisiva) y, para asistirlo en la tarea, fueron nombrados, a modo de interinos, Nicanor Albarellos16 y Pedro Antonio Pardo, quien, posteriormente y autorización de la Sociedad de Beneficencia, pudo actuar como profesional encargado de las enfermedades de mujeres, en aquellos espacios que esta controlaba17. Llegaron los años del presidente Sarmiento y una gran epidemia de fiebre amarilla azotó a la población; se vivieron momentos difíciles. Esto complicó, pues al temor que se tenía por los nosocomios, se sumó al rechazo que unos cuantos sentían por la “medicina” de los profesionales. Poco se podía hacer para erradicar un prejuicio difundido. Con el paso de los años se designaron algunos practicantes y/o médicos internos para el Hospital de Mujeres y así llegamos a Samuel A Molina18, quien, oportunamente, sería un profesional de primera línea. En 1874 un nuevo decreto determinó que la Facultad de Medicina, volviera a integrar la Universidad y su gobierno quedaba a cargo de la Academia de Medicina. Durante los años del presidente Avellaneda, la Facultad de Ciencias Médicas reacomodó el plan de estudios, ocupándose detenidamente del tema de las parteras. Leemos en un nuevo Reglamento19: Artículo 224º: El curso de obstetricia para parteras durará dos años …, y seguirán además por lo menos dos años el curso de la obstetricia con el profesor de partos.
Muñiz murió, en 1871, como víctima de la fiebre amarilla. Un hospital lleva su nombre. Nota: Fernández y Muñiz, profesionales de rica cultura, redactaron notas periodísticas e iniciaron la literatura médica de difusión. 15
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Buzzi, Alfredo y Federico Pérgola. Guía para el estudiante. Facultad de Medicina, UBA. Bs As, Ediciones Médicas del Sur, 2011, p 11 y ss.
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Serán presidentes (ó decanos) del siglo XIX: Juan Antonio Fernández, Francisco Javier Muñiz, Juan José Montes de Oca, Manuel Porcel de Peralta, Pedro Antonio Pardo, Cleto Aguirre, Maurico González Catán, Leopoldo Montes de Oca, Enrique E del Arca, Pedro Lagleyze y Juan Ramón Fernández.
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Nota: un nosocomio (el hoy Hospital General de Agudos) lleva su nombre.
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Ver: Llames Massini, Juan C. La partera …, p 89 y ss.
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Se acepta que Mariana Espil de Boncau es la primera graduada.
Estudió en París y, una vez instalado entre nosotros, revalidó su título.
Por entonces, en 1868, Ricardo Gutiérrez se doctoraba con la tesis: Supresión de los dolores del parto por medio del cloroformo. Molina se doctoró, en 1873, con la tesis: La fiebre puerperal y la metroperitonitis del Hospital General de Mujeres. Una parte de la bibliografía comenta que fue el primero en hacer, con éxito, una operación cesárea en 1892; otros, mencionan a Samuel Gache. De esa época es la tesis de Alfredo Parodi: Estudio estadístico sobre la Maternidad del Hospital General de Mujeres (1878). Que analizaron algunos que mucho de esto sabían: Manuel Porcel de Peralta, Jacobo Tezanos Pinto, Rafael Herrera Vegas, Pedro A Mattos, Pedro Mallo. 19
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Artículo 228º: La partera de la sala Maternidad será nombrada … por la Facultad, a propuesta del profesor de Obstetricia. En consecuencia, ella es jefe de las alumnas parteras …20. Si bien se les exigía mayor capacitación, persistían vicios de tradición y la población de los años de 1870/80, mantenía el “miedo” al parto en “la maternidad”. De ahí que las actividades de los docentes van a resultar fundamentales, para brindar una buena capacitación, en tanto “escuchan” las denuncias y enseñanzas (lejanas) de Ignaz F Semmelweis y (más cercanas) de Louis Pasteur21, Joseph Lister, Etienne S Tarnier y otros, en particular intentando bajar la incidencia de la fiebre puerperal. Hacia 1879, se instaló la Junta de Sanidad, denominación que cambió casi de inmediato por Junta Provisional de Higiene, incluida en la partida presupuestaria del Ministerio de Marina, con la idea de hacerla una institución de jurisdicción nacional (sin que se haya cumplido de manera efectiva). En síntesis hay varios organismos en danza: la Sociedad de Beneficencia, la Junta Provisional de Higiene, la Academia de Medicina, la Asociación Médica Bonaerense, la Escuela de Parteras y la Facultad de Medicina. Será necesario que nuevas ideas entren en vigencia, en especial que haga aparición el furor bactericida aplicado por médicos, enfermeras, parteras y todos los que trabajan con convalecientes y parturientas, para que las cosas cambien. Después se logró el equilibrio apropiado22. Nos preguntarnos, ahora, si existía alguna institución privada que impartiera este tipo de estudios y la respuesta es afirmativa; pues, el médico José López de Morelle, fundó y dirigió una Escuela Libre de Parteras y, en una casa espaciosa, tenía la escuela y la clínica. Cuando lo estimaba apropiado las hacía rendir examen en la Facultad. Eran una suerte de alumnas libres, que mucho irritaba, por ejemplo, a Pardo e hizo más adelante esfuerzos por obstaculizarlos. Cerrado el viejo Hospital General de Hombres (1879) se habilita el Hospital Buenos Aires, provincial, y ahí trasladó la Facultad todas las clínicas. En 1880 tras la federalización
Ver: Llames Massini, Juan C. La partera …, p 166 y ss. Nota: Placida Figueroa obtiene el “título” de partos (1862), fue una suerte de enfermera de la maternidad y la primera maestra de las parteras. 20
En efecto, en 1879, el sabio francés presentó su estudio sobre el agente de la fiebre puerperal ante el público reunido en la Academia de Medicina de París. Sus innovadoras ideas acerca de la génesis de las infecciones en los “microbios”, “bacterias” o “gérmenes” fueron rápidamente receptadas, en nuestro medio, por Manuel A Montes de Oca, Ignacio Pirovano, Juan B Justo y algunos más. Así comenzaba “el paradigma microbiano”, para acabar con la “podredumbre de hospital”. Completar con: Trujillo, José M, “La ´revolución pasteuriana´ en Buenos Aires: introducción de la antisepsia y asepsia quirúrgica”; en: Revista del Hospital Italiano de Bs As. Bs As, vol 26, nº 2, agosto 2006, p 40-4. 21
En 1881, Luis de la Cárcova se doctora con Contribución al estudio del método antiséptico de Lister. 22
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de la Capital, este nosocomio pasó a ser nacional y en 1883 dependencia de la Facultad, con el nombre de Hospital de Clínicas. Casi de inmediato comenzó a levantarse, para ésta, un nuevo edificio y se creaba una Maternidad. En síntesis: los dos primeros docentes de partos de la época independiente fueron Francisco J Muñiz y Pedro A Pardo.
Durante las presidencia de Roca, Juárez Célman y Sáenz Peña Se instala el Departamento Nacional de Higiene (DNH), cuya tarea es ejercer una suerte de control de los asuntos relacionados con la salud pública, cualquiera fuese el lugar de la Nación donde hubieran de aplicarse o ejecutarse. Organizó y reglamentó al cuerpo médico (cuidando “la conservación de las buenas prácticas profesionales o faz ética”), vigiló el ejercicio ilegal de la medicina, inspeccionó a las farmacias y droguerías, controló y fomentó la vacunación. En la Facultad de Ciencias Médicas una nueva ordenanza, de 1881, inspirada por Pardo, modificaba sustancialmente el “capítulo de las parteras”; dice así: Escuela de Obstetricia Art. 1º: Queda anexa a la Cátedra de Obstetricia y bajo la dirección del profesor, una escuela de partos destinada a suministrar la instrucción necesaria a las señoras que se dedican al arte de los partos. Art. 2º: La enseñanza de los partos será teórica y práctica y comprende el programa que anualmente aprueba la Facultad para el curso completo de los aspirantes al grado de Doctor en Medicina … Art. 4º: La enseñanza práctica y clínica se recibe a la cabecera de la parturienta, de la puérpera y de la mujer embarazada23. Pardo se empeñó en dictar personalmente el curso y, a la manera de Fernández y Muñiz, encaró, además, tareas de gestión24. Avanzan las ideas de la asepsia y antisepsia; las estadísticas ó indicadores marcan mermas en las infecciones y los índices de mortalidad/morbilidad. La labor de los “higienistas” es decidida y consiguen el apoyo de los políticos. Buenos ejemplos son los trabajos de Emilio R Coni y de Cecilia Grierson, entre cientos dignos de ser mencionados, cuidadosos cuanto mínimo de
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Ver: Llames Massini, Juan C. La partera …, p 176 y ss.
Pardo se graduó en 1854, colaboró en la Guerra contra el Paraguay. Fue titular de la cátedra de Partos (1871-87), primer director del DNH (188287) y decano de la FCM (1984-87). Adviértase la superposición de tareas que tuvo durante algunos años.
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la pulcritud de la labor médica y de sus asistentes25. De todos modos, el nivel de estudios de las alumnas/parteras era muy precario y más de uno consideraba fundamental revertir esta situación y capacitarlas ampliamente para que fuesen buenas asistentes de los médicos y cooperasen en la “campaña” por clausurar la situación dada hasta esos años. Se doctora Juan Ramón Fernández26, con la tesis: Contribución al estudio del tratamiento antiséptico en la fiebre puerperal; fácil es advertir cuánto le han afectado las nuevas ideas. Inquieto profesional que decide completar su formación en el Viejo Continente, donde recibe la benéfica influencia del francés Tarnier y, en 1885, enterado de su nombramiento como profesor suplente de la Cátedra de Partos, de la Facultad de Medicina27, regresa para hacerse cargo (en reemplazo de Pardo)28; pero, cuando llegue el momento de designar
al nuevo profesor titular, el elegido será Samuel A Molina (1887-1918). Inaugurado el Hospital Rivadavia29, en su maternidad harán las prácticas las alumnas/parteras. Ante el diferente nivel de formación, se dispuso habilitar una cátedra paralela solo para estas y, por otro lado, se mantuvo la que se destinaba a los futuros médicos. * En 1891, tras años de prédica múltiple (donde no faltaron las voces de los profesionales de la facultad y la academia), se dispone la creación de una Escuela Nacional de Parteras (ENP). Dice la ordenanza: “La FCM, …, resuelve solicitar del Consejo Superior Universitario …, la creación de la Escuela Nacional de Parteras”30. Allí se designa a Juan Ramón Fernández profesor titular de
En 1886, Coni publica “Las parteras y la práctica obstétrica” (en la: Revista Clínica Quirúrgica), con un reglamento de desinfección; idea que reitera en 1891. Por su parte, en 1889, Grierson se doctora con la tesis. Histeroovariotomías ejecutadas en el Hospital de Mujeres; desde 1883 a 1889. Más tarde escribe: “Historia de las obstétrica” (en la: Revista Obstétrica. Bs As, 1903, año 1, tº 1, p 9-30). 25
26
No confundir con el antes citado Juan Antonio Fernández.
En ese mismo año de 1885 se aprueba la Ley nº 1.597, de estudios universitarios (o Ley Avellaneda). 27
28
Nota: años más tarde, J R Fernández, será titular en la EP; decano de
la FCM y ministro de Justicia e Instrucción Pública, durante el período de entre-siglos y en tal desempeño proyectó la construcción de la Escuela Práctica de Medicina y la Morgue. Lleva su nombre el Instituto de Enseñanza Superior de Lenguas Vivas (creado en 1904). En el mismo predio que hoy ocupa. Venía en reemplazo del HM, que había funcionado en la calle Esmeralda: espacio que, a partir de ese momento, se acondicionó para la Dirección General de la Asistencia Pública (municipal). 29
30
Ver: Llames Massini, Juan C. La partera …, p 212 y ss.
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Obstetricia y a Alfredo Lagarde a modo de asistente. Unos cuantos se sumaron para formar a estas mujeres y aparecen los nombres de José Ayerza, Enrique Pietranera, José F Molinari, en un primer momento y, luego, Enrique Pardo, Fanor Velarde, Adalgisio Boceti, Miguel Z O´Farrell, Enrique Bazterrica31, Jaime Salvador, Juan Carlos Llames Massini, Ubaldo Fernández, Toribio Picardo. Una problemática repetida era hallar un lugar apropiado para que las alumnas realizaran sus prácticas -pues la maternidad del Rivadavia resultaba insuficiente- y la situación mejoró cuando Coni, como director de la Asistencia Pública y Administración Sanitaria, creó otra, municipal, en el Hospital San Roque, con la conducción de Lagarde. A partir de 1897 la Escuela Nacional de Parteras tiene su propio edificio y, de 1906, su maternidad fue denominada “Pedro A Pardo”; se sucedieron renovados reglamentos. Miles de inmigrantes llegaban al país y muchas de las jóvenes parejas tenían en este nuevo asentamiento sus hijos; por ende las demandas aumentaban y antes que terminara el siglo XIX, ya existían cuatro maternidades: la del Hospital Rivadavia (1887), la del San Roque (1892), la del Rawson (1895, creada por Samuel Gache) y la de la ENP (1897)32. En síntesis: en el último tramo del siglo XIX, en la FM se desempeñaron Pedro A Pardo y Samuel A Molina33; en la ENP, Juan R Fernández.
Avanza el siglo XX Durante las presidencia de Roca, Quintana y Sáenz Peña En 1901, las parteras fundaron la Asociación Obstétrica Nacional con la colaboración de Lagarde y Grierson; poco después, en 1903, apareció el primer número de la Revista Obstétrica. También, desde esa fecha, se habilitan dos cátedras de Partos: una, como ya dijimos, a cargo de Molina y la otra de Eliseo Cantón (quien ejercerá en reemplazo de Lagarde, en la Maternidad del Hospital San Roque, cedida por la Municipalidad de Buenos Aires a la Universidad); era este, un médico de prestigio que puso empeño por modificar las instalaciones, introducir innovaciones e, incluso, organizar un museo (para lo que contó con la colaboración de Juan B González)34. Cantón, graduado en 1886, con una tesis sobre el paludismo
Fue uno de los iniciadores de la cirugía ginecológica por vía abdominal: continuador de Jacobo Tezanos Pinto en la Cátedra de Enfermedades de Mujeres. Fue titular de Clínica Ginecológica y decano de la FM/UBA.
y durante un tiempo profesor de Historia Natural Médica (o Zoología Médica, que incluía la parasitología), en 1900, al crearse la cátedra de Clínica Obstétrica se inclina por esta especialidad (hasta su retiro en 1912). Formó discípulos y se dio tiempo para hacer escritos histórico-médicos, política universitaria y nacional. Aun más, en 1913, en el Primer Congreso Nacional del Niño, presentó un proyecto seductor sobre las maternidades refugio y todo lo necesario para la protección de los pequeños. Asimismo, fue decano de la Facultad de Ciencias Médicas por dos períodos (1906-12) y le cupo la responsabilidad de poner en vigencia los nuevos estatutos que organizaban el Consejo Directivo (en reemplazo de la Academia de Medicina), que había originado meses de grandes dificultades políticas, docentes, académicas. Escribió, en 1917, un muy afamado y premiado Atlas de Anatomía y Clínica Obstétrica. Por ese entonces, no es menor la importancia que toma la incipiente legislación social y se llegó a la ley nº 5.291 (ó ley Palacios), de 1906, que reglamenta el trabajo de mujeres y niños, con algunos beneficios para las grávidas35. Alfredo L Palacios, el primer diputado socialista, como miembro del Parlamento Nacional sostuvo vehementemente reclamos sociales y de reivindicación. La citada ley venía a completar la nº 4.661 (de 1905), sobre descanso dominical. Hubo otros proyectos36, para ampliarlas, sin resultados efectivos en el corto plazo. En 1909, un grupo de profesionales organiza la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Bs As (Soyg) para propender al estudio y perfeccionamiento de una y otra rama médica. Formaron parte de la primera comisión directiva: Enrique Zárate, A Lagarde, Arturo E Enríquez, Alberto Peralta Ramos y J F Molinari. Organizó congresos nacionales en 1931, 1934, 1937 y otros posteriores, a los que sumó los latinoamericanos a partir de la década de 1950. Mantuvo un Boletín. No es menor el dato que nos proporcionan las estadísticas sobre la notable presencia de niños sin padre “reconocido”, esto, en parte, está vinculado a la particular situación de hombres trabajadores golondrinas que, al retornar a sus países de origen, dejaban a sus mujeres lugareñas con hijos “naturales”, dando lugar a una particular situación de indefensión que el Estado intentó paliar ya que unas cuantas no podían ser madres de “tiempo completo”. Más aun, no debe olvidarse que por entonces, Buenos Aires era conocida como una ciudad del “mercado de carne”, eufemismo para referirse a las prostitutas, algunas de las cuales cuidaron, pero otras
31
Completar con: Llames Massini, Juan C. La partera …, p 233 y ss; p 260 y ss y p 273 y ss.
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Es decir, Molina es el tercero de la época independiente.
Lamentablemente desmantelado (posiblemente parte del material se halle en la Morgue de la FM/UBA). Fueron algunos de sus discípulos: Alberto Peralta Ramos, Fautino M Trongé, Enrique A Boero, Juan A Gabastou, Victorio Monteverde.
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En algunos relatos se rescata el profesionalismo de dos parteras de la época: Cecilia Vieyra Navarro y Elvira Sosa. Ver: Chamorro, Tomás, “La partera en la maternidad”, en La Semana Médica. Bs As, año XLVI, nº 21, 25 de mayo de 1939, p 1181-8. Conferencia (del 4 de abril de 1939) a pedido de “La Casa de la Partera Argentina”, en la Asociación Científica Argentina (así consta en el escrito; estimamos que se trata de un error, por SCA). Vieyra Navarro trabajaba en el Hospital San Roque (junto a Cantón) y Sosa, en el Hospital Fernández (junto a Llames Massini). 35
Tómese como ejemplo el Proyecto de Ley Nacional del Trabajo (1904). En 1907 se creó el Departamento Nacional del Trabajo.
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no, a sus pequeños. También acá, hay que relacionarlo con la situación de cobertura estatal. Ha llegado el año del Centenario y se renuevan situaciones complejas: se entrecruzan las cátedras para alumnos de medicina, con las proyectadas para parteras, hay demoras en hallar lugares apropiados para las prácticas. Todo ello, ante una creciente demanda de “profesionales” y la necesidad de abrir maternidades37. Una novedad: se promulga la ley del voto nº 8.871 (1912), o General de Elecciones, que brinda oportunidad al sistema republicano imperante de hacerse democrático. En simultáneo, la legislación universal avanzaba dando preeminencia a tres puntos atractivos: protección al alumbramiento, desde el momento que libera a la embarazada del trabajo inmediato anterior y posterior al parto; aseguro de la lactancia más cuidados maternos; y, por último, salvaguarda económica, en la medida que no se la priva (durante su licencia) de los salarios. Estas innovaciones arribarán, algo después, a nuestras latitudes. Jubilado Cantón, asume Enrique Zárate como titular de cátedra (1913-31)38; un auténtico innovador en la práctica de las cesáreas, quien, en 1924, presentó a la Soyg (de la que fue el primer presidente), su técnica que se denomina “sinfisiotomía parcial subcutánea” y, dos años más tarde, hace su primera operación en el exterior: en la Clínica Tarnier de París (siempre, dentro de la etapa pre-penicilina)39.
Nacional de Parteras y en 1912 se desdobla la cátedra de Obstetricia: una, es la de Obstetricia Patológica con Fanor Velarde y la otra, de Obstetricia Fisiológica, con Miguel Z O´Farrell. Además, en 1914, Bazterrica (largamente vinculado a la Escuela, porque fue su director así como de su maternidad), presentó al Consejo de la Facultad de Ciencias Médicas un proyecto para reorganizarla, buscando “mejorar el gremio de parteras en su concepto científico y moral”41. Antes que se cerrara este ciclo, se aprobó la ley nº 9.688, de accidentes de trabajo. De manera lenta, se avanzaba en normativas que beneficiaran a la masa asalariada42.
“Fue el más brillante defensor de las operaciones ampliatorias de la pelvis ósea en los casos de desproporción feto-madre … mundialmente conocido … pues constituyó un avance para la época dadas las limitaciones para efectuar operaciones cesáreas con éxito materno” 40. Jubilado Molina (en 1918), lo reemplaza Arturo R Enríquez (quien dictará las clases en el Durand). Pero, no olvidemos que, en paralelo, han cambiado los docentes de la Escuela
En 1912 se gradúa la médica nº 17: María Teresa Ferrari (de Gaudino), quien llegó a profesora adjunta de la cátedra de Obstetricia (en 1927) y, oportunamente, fue designada profesora extraordinaria (1939); ocupó la jefatura de la Maternidad del Hospital Militar Central y se la recuerda como una de las fundadoras de la Famu. Autora de una importante obra escrita, ideó un modelo de vaginoscopio y, durante un viaje por París frecuentó a Maria Curie. Oportunamente se estableció un premio (FM/ UBA) sobre temáticas de obstetricia o ginecología que lleva su nombre. 37
Modificó la técnica de Frank de la sinfisiotomía y publicó su técnica de la sinfisiotomía subcutánea partialis (junto a Miguel Falsía). 38
Co-autor (Nubiola-Zárate) de Tratado de Obstetricia (Barcelona, Labor, 1951). En 1955 publica Subcutaneous Partial Symphysiotomy o Zárate´s Method. Muchos han ponderado su labor, entre ello Eduardo García Treviño, desde España. 39
Votta, Roberto A, “Breve historia de la evolución de la obstetricia en la RA” (2º sesión científica), en: Boletín Academia Nacional de Medicina. Reunión conjunta Academia Medicina Chile-Argentina. Bs As, vol 73, 1º semestre 1995, (p 119-232) p 233. 40
En síntesis: durante los primeros años del siglo XX, dos cátedras de Obstetricia funcionaban en la FM, las de Samuel Molinas/ Arturo R Enríquez y Eliseo Cantón/ Enrique Zárate y dos en la ENP, de Fanor Velarde y Miguel Z O´Farrell.
Comienza el período radical Presidencias de Yrigoyen, Alvear, Yrigoyen Al finalizar la Primera Guerra Mundial, rebrotó el arribo significativo de inmigrantes (si bien nunca en los porcentajes previos) y aparecen nuevas demandas, en especial relacionadas con la salud. Miles de jóvenes madres han cambiado sus hábitos y abandonan el parto en el domicilio por la seguridad Ampliar con: Llames Massini, Juan C. La partera …, p 277; p 288 y ss y 298 y ss. Además con: Nölting, David E, “Bosquejo histórico de la Obstetricia en la Argentina” (en: La Semana Médica. Bs As, nº 75, aniversario, 1969, p 153-6) quien dice que los cursos para parteras ahora eran de tres años y se había agregado Puericultura a cargo de Ubaldo Fernández. Este trabajo también apareció en: Medicina Panamericana, 1964, p 3340. También lo publicó (bajo el título: “La obstetricia en la Argentina”) en: Actas del Primer Congreso de Historia de la Medicina Argentina. Bs As, 27-30 de noviembre de 1968 (tomo editado por La Semana Médica, en conmemoración de su 75º aniversario). 41
Lejos de nuestro propósito está hacer un registro de las principales leyes vinculadas de manera directa/indirecta con el parto, postparto y cuidados de los pequeños. Comprenderá el lector que hay acá solo unas pocas menciones que sirven para ilustrar cómo fueron cambiando, ampliándose o mejorándose las disposiciones en este sentido. 42
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que brinda la asistencia médica hospitalaria y, para que se diera este giro no debe haber sido menor la prédica de las instituciones de protección a la primera infancia y la canalización de las grávidas a los servicios públicos de atención médica, en especial el referido a las maternidades, donde encuentran a “verdaderas eminencias”, según los dichos de época. Muchas parejas venían de una Europa que había dado pasos significativos en este sentido y, lentamente, las diferentes clases sociales lugareñas “perdían” el miedo al hospital. En 1920 Alberto Peralta Ramos es nombrado titular de una nueva cátedra e introdujo favorables innovaciones. Su lugar de trabajo era la Maternidad del Hospital Rivadavia y allí creó un Instituto Modelo, sede de un polo de docencia de avanzada; con los mejores instrumentales y materiales de la época, con un lactario, un centro de transfusión sanguínea y un servicio social anexo; además inició los estudios de amniografía. Autor de afamados libros de la especialidad43. No eran estos los únicos profesionales que se distinguían. Podemos recordar a otros, al modo de Carlos Heuser, quien en 1924 publicó su método para efectuar una histerosalpingografía, que usa vaselina y lipiodol como medio de contrate e insufla la vejiga con aire; útil para el diagnóstico de embarazo de pocas semanas (se desconocían, por entonces, los efectos deletéreos de la exposición del embrión o feto a los rayos X). Junto a Humberto H Carelli combinó la histerosalpingografía con la insuflación peritoneal, técnica denominada ginecografía. Por su parte, Arturo J Risolía, ligado a este procedimiento, inventa la cánula a tornillos para inyectar el medio de contraste44. En tanto, Ángel H Roffo, realizaba sesudas investigaciones sobre el cáncer y, en el Instituto de Medicina Experimental, habilitaba un Pabellón para Mujeres, brindando asistencia mientras continuaba con una eficaz política de difusión de ideas y propagación de recomendaciones, tales como la conveniencia del examen precoz, el rechazo al cigarrillo, el alcohol y otras medidas profilácticas. Defendía el valor de los rayos roentgen. Se aprueba la ley nº 11.317 (1924), sobre el trabajo de mujeres y menores, que tiene un capítulo sobre la protección a la maternidad y aparecerán los organismos del Estado para el control en tal sentido. Aun con todo este prestigio fue desplazado en 1947 (y, más tarde, reemplazado por Manuel Luis Pérez). 43
Risolía fue un destacado profesional. Parte de sus trabajos se relacionan, además, con los de Carlos Alberto Castaño, autor del concepto de pseudofibroma, lesión tumoral del útero producida por procesos sifilíticos antiguos, en combinación con la gonococcia. Ideó un método operatorio para el tratamiento del varicocele pelviano, luego reglado y parcialmente modificado por Risolía. También lo fue Humberto Dionisi, quien llevó a cabo el diagnóstico hísterosalpingográfico de la endometritis uterina, con la descripción de un signo que lleva su nombre. Fue profesor emérito de Ginecología, director del Instituto del Cáncer (en la UNCórdoba). Ver su artículo (co-firmado con Francisco P Germano): “Los últimos 50 años de la ginecología argentina”; en: Aznárez, Enrique P (coordinador). Historia general de la medicina argentina (tº II: Los últimos 50 años de la medicina argentina). Córdoba, UNC, FCM, Instituto y Cátedra de Historia de la Medicina, Dirección General de Publicaciones, 1980, p 125-40. 44
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En síntesis: la FM, durante el período radical, dispuso de tres cátedras de Obstetricia, con la titularidad de Enrique Zárate, de Arturo R Enríquez y Alberto Peralta Ramos; la ENP, dos, a cargo de Fanor Velarde y Miguel Z. O´Farrell.
La década de 1930 En la Facultad de Medicina, Zárate será reemplazado por Josué A Beruti (1931-54), un profesional graduado en Friburgo, quien hizo su reválida e ideó instrumentos (como la máquina de parto) y maniobras manuales para las operaciones vaginales obstétricas, los primeros métodos de cardiotelefonía y fonocardiología fetal y empleó, con mesura, los derivados hipofisarios. Promovió la formación de anestesistas especializados45. El período de Enríque termina en 1932. Recibidos los fondos necesarios, por donación, la municipalidad de Buenos Aires inaugura el Hospital Materno-Infantil Ramón Sardá, de próxima alta significación. En la Escuela Nacional de Parteras, Nicanor Palacios Costa y Juan A Gabastou46 son responsables de las cátedras de Obstetricia. En 1937 se reforma el plan de estudios y solo queda Llames Massini47 con algunos auxiliares (a su vez reemplazado, en 1935 por Enrique A Boero48, que actuó en el Durand); pues, Palacios Costa49 y Gabastou50 pasan a Medicina, a cargo de Obstetricia Normal y, los antes citados Peralta Ramos y Beruti, de Obstetricia Patológica. Fueron auténticos formadores de discípulos y un grupo de nuevos profesionales comienzan a distinguirse: Jorge L Ahumada51 y Roberto A Ferrari52, Juan D León, Silvestre Sala, Domingo Ledesma, Alberto Coatz, Roberto A Votta, Gastín Gibelli, Daniel Rojas53, Ricardo Ver su artículo: “El ´parto corregido´ a la luz de una moderna nosología obstétrica”: en La Semana Médica. Bs As, 1944, tomo del Cincuentenario, 1º fascículo, p 497-501. 45
Ideó el método del alumbramiento hidráulico de Mojon-Gabastou. Una técnica para el desprendimiento de la placenta retenida, al inyectar líquido estéril por la vena del cordón umbilical. 46
Estaba familiarmente vinculado a la familia Argerich. Se había doctorado en 1897 con, El curetaje como tratamiento racional del aborto. En el Hospital Juan A Fernández, la maternidad fue bautizada con su nombre. Completar con: Rodríguez Miranda, J V. Juan Carlos Llames Massini. Bs As, El Ateneo, 1948. Se lo valora porque facilitó el mecanismo del parto fisiológico, con una toma alta de fórceps, que denominó ideal, invertida y flexora (1924). 47
Boero. Su método de la inyección intraovular de formol puro, para ser aplicado en intoxicación gravídica, produce la muerte fetal y facilita la recuperación de la madre (1935). 48
Ejercía en la Maternidad Gache, del Rawson; organizó un Instituto y jerarquizó a la cátedra. 49
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Ejercía en la Maternidad Pedro A Pardo.
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Fundador, en 1954, de la revista Sinopsis Obstétrico Ginecológica.
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Estos dos, autores de Tratado de Obstetricia (1963).
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Rojas gestó la maniobra que permite resolver la distocia de hombros en
Schwarcz54, Roberto Martín Pinto55, Jorge R Firpo, Ubaldo Fernández y, con seguridad, habrá que agregar otros nombres. Para entonces entraban en vigencia las leyes nº 11.933, 12.111 (1935) y 12.341 (1936), y unas pocas más, que, por lo menos, atendían a la retribución indispensable, a la lactancia, al descanso pertinente y a la creación de una Dirección Nacional de Maternidad e Infancia (dependencia del Departamento Nacional de Higiene) y otros beneficios, entre los cuales no es menor el servicio social, con la participación de profesionales competentes56. Aun así, leemos: “el cumplimiento de estas leyes fue, durante décadas, sumamente defectuoso, debido a la confluencia de tres factores; la tenaz resistencia patronal, las deficiencia del control estatal y, lo que probablemente sea lo más importante, la debilidad de la organización sindical, producto en gran medida de la ignorancia y el desinterés de las perjudicadas” 57. Será necesario que haga su aparición una embestida decisiva que arrase con estos tres obstáculos. En síntesis: en la FM hay cuatro cátedras de Obstetricia58: de Josué A Beruti, de Alberto Peralta Ramos, de Nicanor Palacios Costa y de Juan A. Gabastou. En tanto, en la ENP, una, responsabilidad de Llames Massini.
nuevos titulares. Uno, Julio V Bazán (hasta 1955); el otro, Manuel L Pérez, quien ejercía en el Instituto de la Maternidad del Hospital Torcuato de Alvear59. Defensor de los controles pre-natales y poco afecto el parto domiciliario, quien: “Utilizó por primera vez en nuestro medio para la operación cesárea, la técnica transperitoneal ístmica, con el agregado de sulfamida y penicilina intraperitoneal, en los casos impuros”60. Por su parte, Carlos T Galli Mainini publica un trabajo que da a conocer los resultados de la inyección de orina de embarazada al sapo macho Bufo arenarum: prueba de embarazo que, a partir de entonces, llevaría su nombre61. Fue por entonces cuando se reunió el Primer Congreso Argentino de Medicina del Trabajo (1948) y, próximamente, se aprobó la Constitución de 1949, que incluye el derecho a la seguridad social, a la protección de la familia, que en un apartado dice: “La atención y asistencia de la madre y del niño gozarán de la especial y privilegiada consideración del Estado”62. En 1953 y 1954, son designados Ricardo Dubrovsky63 (profesional del Rawson) y Juan D León64 (que lleva la cátedra al Argerich). En tanto, en la ENP, Miguel V Falsía asume como titular. En síntesis: en la mitad del siglo XX, hay una etapa con cuatro cátedras de Obstetricia en la FM, a cargo de: Julio V Bazán, Manuel L Pérez, Ricardo Dubrovsky y Juan D León. En tanto, en la ENP, una, a cargo de Miguel V Falsía (desde 1947).
La segunda mitad del siglo XX Presidencias de Perón y sucesos posteriores En 1947, desplazados algunos de los anteriores, asumen dos
Los años del gobierno peronista fueron muy difíciles para al-
el parto de presentación pelviana (1930).
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Publicó, en 1960, Obstetricia (con otros colegas).
Fue colaborador de Bernardo A Houssay, quien lo introdujo en la fisiología obstétrica. Creó y organizó la Clínica Eliseo Cantón (un departamento de Investigaciones Clínicas), del Hospital Ramos Mejía.
55
Ampliar con: Lascano, J C. Aspecto social de la asistencia obstétrica. Reseña histórica y legislación argentina. Córdoba, Imprenta de la Universidad, 1942 (folleto). También con: Pereira, Julio C, “Historia de la Obstetricia en la Argentina en los últimos 50 años”, en: Aznárez, Enrique P (coordinador). Historia general de la medicina argentina (tº II: Los últimos 50 años …), p 141-55. Además, tener presente el escrito de: Rodríguez, Ana M T, “Los médicos católicos argentinos en los años treinta”; en: Sociedad y religión. Universidad Nacional de La Pampa, Facultad de Ciencias Humanas, vol XX, nº 30/31, 2008, p 137-70 archivo pdf ). 56
Recalde, Héctor. Mujer, condiciones de vida, de trabajo y salud/2. Bs As, Ceal, 1989, p 145. 57
Ver: UBA, FCM. Cuerpo docente, junio 1946. Bs As, Imprenta de la Universidad, 1946 (folleto). Nota: se menciona como profesora extraordinaria María Teresa F de Gaudino (desde 1934). Ampliar con: Monteverde, Victorio, “La obstetricia y su ejercicio en los últimos cincuenta años”; en: La Semana Médica. Bs As, 1944, tomo Cincuentenario, 1º fascículo, p 489-96.
58
Pérez fue autor de un Tratado de Obstetricia (Bs As, Aniceto Pérez, 1932; por entonces profesor suplente de Clínica Obstétrica); además, de: Compendio de Clínica Obstétrica (firmado con Baldi y Firpo, 1956). Fundador, asimismo, de la Revista Obstetricia y Ginecología Latinoamericanas (en 1942, junto a Peralta Ramos y Ahumada). Como secretaria de redacción de ésta, aparece el nombre de la médica Mercedes Rodríguez de Ginocchio (junto a otros compañeros varones). Pérez y Ramón Echeverría introdujeron la sulfamida intraperitoneal profiláctica en la cesárea segmentaria transperitoneal (1942). 60
Votta, R A. Breve historia de la evolución de la obstetricia …, p 226.
Carlos Tulio Galli Maninini (Bs As, 1914-1961) publicó, en 1948, El diagnóstico del embarazo en los batracios machos. En cierta oportunidad se intentó cuestionarle la autoría de este hallazgo, sin resultado efectivo; tuvo difusión mundial y sus trabajos están enmarcados con la profesionalidad de la escuela de Bernardo A Houssay. Ver: Lardies González, Julio, “Importancia de la obra de Carlos Galli Mainini, en la Obstetricia internacional”; en: Archivos de Historia de la Medicina Argentina. Bs As, año V, nº 13, mayo-agosto 1975, p 10-1. 61
62
Por supuesto, dejada sin efecto a partir del golpe de Estado de 1955.
63
Autor, junto a Francisco Bruno, de Forceps (1955).
64
Autor de: Semiología Obstétrica (1946) y Tratado de Obstetricia (1956)
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gunos profesores, hubo purgas, desplazados y escaso entendimiento entre el nuevo modelo de gestión y los universitarios; sí un claro intento de cambiar la política de salud, que se acompasó con el nuevo modelo de Estado de bienestar que se impuso. Se creó (primero una secretaría y luego) un ministerio específico, en reemplazo del viejo Departamento Nacional de Higiene y alta ingerencia tuvo la Fundación Eva Perón, que vino a reemplazar a la caduca Sociedad de Beneficencia. En síntesis65: en la FM funcionaban varias cátedras, la 1ª con Roberto M Pinto (Maternidad Cantón, del Ramos Mejía), la 2ª con Ricardo Dubrovsky (Maternidad Samuel Gaché, del Rawson), la 3ª con David E Nölting (Maternidad del Alvear) y la 4ª con Julio V Bazán (Instituto de la Maternidad 66). En la ENP, permaneció Miguel V Falsía. Con la aposta de la Revolución Libertadora y la posterior recuperación republicana se restablecieron los llamados a concursos de profesores y la re-estructuración de las cátedras. Se emplazaron las Unidades Docentes Hospitalarias y se benefició la relación docente-alumno (1961). Eran momentos que propiciaban la mística de la maternidad, con campañas de defensa del amamantamiento natural, exclusivo y durante largo tiempo, a modo de un imperativo categórico, del que solo se sustraían las “madres desnaturalizadas”. Al poco tiempo, una vez más se cortó la vida republicanademocrática y autoridades de rigor tomaron la conducción el país. Una situación muy mentada es propia de estos años: la “noche de los bastones largos”, que, en general, marca un declive de la calidad universitaria argentina, por motivos ajenos a los docentes. A finales de la década, se crea el Ministerio de Bienestar Social (amén de otras re-estructuraciones) y la Caja de Subsidios y Asignaciones Familiares, por la ley nº 18.017, que beneficia a las madres y pequeños. Asimismo, entra en vigencia la ley nº 18.610 sobre obras sociales (verdadero monopolio del sindicalismo argentino, concedido bajo un gobierno no constitucional). También llegó la novedad de la “píldora”67. En síntesis: en la FM hubo tres cátedras, la 1ª, de Daniel Rojas (1956-62) y de Roberto M Pinto (los dos de la Maternidad Eliseo Cantón); la 2ª de Francisco A Uranga Imaz (de la Maternidad Sardá, con un Instituto de Investigaciones Clínicas) y la 3ª, de David E Nölting (en el Instituto de la Maternidad Peralta Ramos).
En la ENP quedó Ricardo Schwarcz; reemplazado en 1966 por Juan L Martín. Esta se cerró por nueve años (1968-77). Unas palabras sobre las parteras. En enero de 1967, por la ley nº 17.132 (que se refiere al régimen legal del ejercicio de la medicina, odontología y actividades auxiliares) queda reservado el ejercicio de la obstetricia “a las personas de sexo femenino que posean el título universitario de obstétrica o partera …” (art 49). Aparecía, ahora, una restricción de género, que discriminaba a los varones (situación que en la actualidad está superada)68.
Década de 1970 y un poco más La Facultad de Medicina, en 1970, restablece las 4 cátedras. Se sancionaron las leyes 19.587 (de higiene y seguridad en el trabajo, 1972) y nº 20.744 (de contrato de trabajo, 1976), siempre en un afán de auxilio y beneficio, que serán completadas con otras. “Esta disposición, de alto contenido social, incorpora nuevos beneficios para la mujer trabajadora, a los que podía optar en situación de post-parto, así como en ocasión de tener un hijo enfermo menor de edad a su cargo”69. Como suele ser frecuente con la legislación del trabajo, la pomposidad del enunciado no siempre se correspondió con la realidad. El país no transitaba momentos de tranquilidad. Corrieron los años del segundo peronismo (tercera presidencia de Perón, acompañado en la vicepresidencia por su esposa); la “primavera” fue corta pues sobrevino, en 1976, un nuevo golpe de Estado, que duró 7 años, y, en el medio, pasaron muchas cosas, no necesariamente gratas: la Guerra de las Malvinas, los desaparecidos, la “guerra civil encubierta”, el maltrato de las relaciones sociales, el malestar generalizado, el deterioro económico, los exiliados, etc. Líneas arriba, adelantamos que, en 1968, cerró la Escuela de Parteras. Llegó 1976 y una resolución del Decanato (de la FM) propicia su reapertura con una modificación del diseño curricular (donde no se ignoran sugerencias de la Federación de Obstetricia de la República Argentina, Fora). Las alumnas que ingresaron en 1977 cursaron los cuatro años que en ese momento duraba la carrera en el Hospital Argerich (es decir, se aumentó en un año la extensión de los estudios). En síntesis: las cuatro cátedras de la FM fueron las de Eduardo M Balbi (en la Maternidad Par-
Ver: UBA, FCM. Cuerpo docente de la FCM, 1954. Bs As, Imprenta de la Universidad, 1954.
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Más tarde, acá actuó, como director, Julio C Pereira (profesor titular de Clínica Obstétrica). 66
Varios trabajaron el proyecto de un anticonceptivo y Gregory Goodwin Pincus, es uno de ellos. 67
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La actual directora de la carrera de Obstetricia nos comentó que hay unos pocos varones haciendo la carrera (entrevista de abril 2012). 68
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Recalde, Héctor. Mujer, condiciones de …, p 145.
do), Roberto A Votta70 (en el Hospital Argerich), Jorge R Firpo (en el Hospital Alvear) y Alberto O Curci (en el Hospital Fiorito). En 1977 se abre la Licenciatura en Obstetricia (parte integrante de la FM/UBA). Estamos en la década de 1980 y cambia el cuerpo docente71. Son cuatro cátedras, la de: Florencio Casavilla (de la Maternidad del Hospital Escuela General José de San Martín); Miguel Margulies (del Hospital Fernández); Pedro Guglielmone (del Penna) y Ricardo Eulogio Gadea (del Hospital Alvear y la Maternidad Sardá).
Retorna la democracia Avanzó el año 1983 y, tras elecciones democráticas, en diciembre Raúl Alfonsín asumió como presidente de la Nación. Poco después, se promulga la ley nº 23.056, que faculta al Ejecutivo Nacional para llevar adelante un programa destinado a enfrentar la crítica situación de deficiencia alimentaria aguda en la población más vulnerable y de pobreza extrema. Este (conocido como PAN), protegía a madres embarazadas y menores y acompañaba a buenos programas que buscaban sensatos cuidados perinatales. Son nombrados por concurso, en 1989: Francisco A Uranga Imaz (h)72 y Eugenio Koremblit73; en 1994, Osvaldo H Parada y Héctor M Bianconi (del Durand)74. Por su parte, en 1986 se habían incorporado algunas modificaciones en los planes de la carrera en Obstetricia: se llevó a delante una complementación curricular y el plan de estudios mantiene un Ciclo Básico Común (de seis materias) y cuatro años de estudios (34 materias, más Práctica Hospitalaria I y II y dos inglés opcionales). Entre las incumbencias y funciones del graduado, se señalan: “actuar en el área de promoción de salud, Votta se doctoró en 1945, con Gonadotrofina coriónica. Su valoración en el último mes del embarazo y en el puerperio en condiciones fisiológicas de acuerdo al preparado tipo internacional. Un hombre de profunda fe católica que se opuso a toda forma de fecundación asistida. Ampliar con: Grimberg, Viviana y Norma I Sánchez, “Un maestro de la obstetricia argentina: Roberto Antonio Votta” en publicación online: Revista de Historia de la Medicina y Epistemología Médica, www.fmv-uba.org.ar/histomedicina/ index (Cátedra e Instituto de Historia de la Medicina. Departamento de Humanidades Médicas. Bs As, 5º época, vol I, nº 1, 1º semestre 2011, FM/UBA). 70
Secretaría Académica. FM (UBA). Cuerpo Docente y Reglamentaciones, 1982. 71
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Los Uranga Imaz, padre e hijo, escribieron: Obstetricia práctica.
Destacado en investigación clínica de la reproducción humana; profesional de la Sardá y autor, entre otros, del libro La mujer y su sexo.
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Cfr: Votta, Roberto A y colaboradores. Obstetricia. Bs As, López Librero Editores, 1979 (ver allí: Apéndice, 1: “Breve historia de la Obstetricia en la RA”. También: Votta, Roberto A, “Breve historia de la evolución de la …”, p 219-33. Además, cotejar: Antonio A Guerrino, en su Bibliografía histórica de la medicina argentina (Bs As, Dunken, 2001), apartados: Ginecología y Obstetricia.
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profilaxis y asistencia a embarazos y partos normales …; (la) docencia y la investigación son otros de los campos de acción de los egresados”75. En síntesis: las cátedras de la FM fueron las de Francisco A Uranga Imaz (h) y Eugenio Koremblit; de Osvaldo H Parada y Héctor M Bianconi. No es un dato menor que la Academia Nacional de Medicina (aquella que nació en 1822), haya tenido, a lo largo de su historia, cinco presidentes obstetras: Pedro A Pardo, Juan R Fernández, Eliseo Cantón, Alberto Peralta Ramos, David E Nölting.
Finaliza un siglo y viene el XXI Se desempeñarán como profesores regulares titulares: Enrique Curt Gadow, Liliana Susana Voto y Avelino Daniel Barata. Como adjuntos: Ernesto Ricardo Jordán, Raúl Héctor Winograd, Eduardo Juan Baldi, Jorge Luis Firpo, Oscar Casale, Diana Mabel Galimberti. Juan Carlos Nassif, Mario Salvador F Palermo, Eric Alberto Maria Jose Ulens.
Algunos profesionales del presente En 2012 los profesores titulares son: Liliana S Voto (del Hospital Fernández), Juan Carlos Nassif (del Durand) y Mario S F Palermo (del Posadas). Los adjuntos: Diana Mabel Galimberti, Ricardo Horacio Illia, Roberto Votta (h), Lucas Otaño, Carlos Alberto Becker y Eduardo Alberto Valento. En tanto, la conducción de la carrera de Licenciatura en Obstetricia ha sido y es responsabilidad de tres profesionales mujeres: en un primer momento, la coordinadora Juana Napolitano (de La Plata); luego la coordinadora-directora: Mirta Rodríguez; después las directoras Rosa Vartabedian y, la actual, Claudia Viviana Negri (profesora titular por concurso de Clínica Obstétrica).
Ver: Buzzi, Alfredo y Federico Pérgola. Guía para el estudiante …, p 115-8. 75
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En síntesis las cátedras, en la FM, en los últimos años, como titulares, han sido o son de Enrique Curt Gadow, Liliana Susana Voto, Avelino Daniel Barata; Juan Carlos Nassif y Mario S F Palermo. Continúa la Licenciatura en Obstetricia76.
Datos de la realidad En los últimos tiempos, se: ^ Han difundido las ecografías y los medios de comunicación intensificaron las campañas de protección a las embarazadas. Se han sucedido o coexisten mensajes que ponen énfasis en la conveniencia de los controles médicos periódicos, los cuidados alimenticios y el repudio por el consumo de sustancias tóxicas. ^ Lograron notables avances en la reproducción asistida77, mientras algunos obstetras y ginecólogos presentaron batallas de oposición. Se dijo que se estaba en presencia de una medicina de “poderío” y, a la vez, de “perplejidad”. Se habla de “niños legales de progenitores ilegales”, de vientres “alquilados”, de gestación subrogada, de gestación sustitutoria. Es la Obstetricia una especialidad que abre espacio a la objeción de conciencia: existen y existieron profesionales que, por sus convicciones religiosas o morales, se oponen u opusieron a ciertos tratamientos o procedimientos relacionados con la salud reproductiva. Y. más de uno, se negó a impartir clases relacionadas a tales técnicas. Y, hasta algunas feministas duras se opusieron a estas prácticas. ^ Acometió sobre nuevos procedimientos: embriones crioconservados, clonación, identidad genética. Unos cuantos pusieron en debate la niñez “suprimida o exiliada”, con postulados que cuestionan que se brinde tanto margen de decisión de los padres para disponer sobre sus hijos. ^ Replantearon viejas y nuevas temáticas, nunca indiferentes y siempre ácidas, al modo del aborto, donde no faltan argumentaciones de género y situaciones sociales, laborales, de anticoncepción. ^ Dio existencia a una marcada preocupación por disminuir la mortalidad de los prematuros y potenciar la propuesta de maternidad segura. En ocasiones emergen dos situaciones, en parte, antagónicas: las mujeres profesionales suelen postergar la edad de la maternidad y, por otro, aumentan los embarazos adolescentes. ^ Estudia, en 2012, un anteproyecto de reforma del Código Civil, que intenta incorporar nuevas ideas de familia, de adopción de niños y deja espacio para un diferente marco legal a la reproducción asistida y otras innovaciones.
La otras 6 licenciaturas son las de: Kinesiología, Enfermería, Fonoaudiología, Nutrición, Radiología y en Producción de Bioimágenes.
Comentarios finales 1.- Nos llegan noticias que, en una parte de Europa, se estudia ampliar la licencia por maternidad de 14 a 20 semanas. ¿Es un avance para el empleo femenino -se preguntan muchos- o será contraproducente? Algunos ven que tanta protección penalizaría el empleo de las mujeres y según otros las animará a permanecer en el mercado laboral tras ser madres, en lugar de abandonarlo; no faltan quienes hablan de la conveniencia de licencias compartidas con los padres. La razón de este comentario está en la toma de conciencia de cuánto varían las problemáticas a resolver en esa búsqueda por poner a las mujeres en igualdad de derechos, de género y de conciliación, ya que el parir es una actividad femenina que se mantiene así desde la noche de los tiempos. Solo ellas (¿por ahora?) pueden llevar adelante este menester, que les ha causado y les causa malestar/dolor físico, moral, laboral, etc. Aun hoy, según el estrato social y de instrucción que representan, hay grandes diferencias (por encima de las semejanzas) 2.- Otro gran tema es el aborto. Instituciones y profesionales se han expresado de diferentes maneras; es una temática de incidencia mundial y las respuestas son múltiples. Unos se inclinan por la obligación de proteger la vida de la mujer y el niño, como un problema de salud pública reclamando a las autoridades medidas preventivas y curativas sin vulnerar derechos. Otros defienden la objeción de conciencia, respetando las convicciones éticas y religiosas de la solicitante y del profesional. De igual modo se podría ampliar el espectro de situaciones y no faltan quienes insisten en que es menos grave que otro “crimen de Estado”, que se expresa en la muerte por desnutrición y desatención. 3.- Si la historia nos dice que, para 1900 la Capital Federal disponía entre 4 o 5 maternidades (y en tiempos anteriores el número era cero), la posible existencia presente de cerca de 71178, para todo el país, es un dato auspicioso y si bien el ideal sería que todas cumpliesen con las correctas condiciones obstétricas y neonatales (varias recomendadas por la OMS y Unicef), ejemplificadas en los buenos quirófanos, la anestesia competente, la sangre disponible, la reanimación apropiada, las pertinentes ambulancias y unas cuantas más, no siempre así acontece. ¿Razones?, para algunos es la insuficiente capacitación y actuación profesional, falta de un enfermería especializada, poca regionalización de los servicios especializados, aletargamiento en la renovación del material y los trebejos necesarios y, nunca debe olvidarse, la responsabilidad de la grávida. Todo sazonado con cuestiones económicas.
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La fertilización in vitro (FIV), es una técnica que parte de Patrick Steptoe y Robert G Edwards. No todos la aceptan, para unos es antinatural e incorrecta; para otros, no respeta lo unitivo y procreativo del matrimonio y, algunos más, es repudiable por cuestiones sociales, éticas, etc. 77
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Tómese esta cifra con mucha prudencia. No estamos en condiciones de asegurar que así es. Nuestra fuente de referencia fue una nota periodística, que no brindaba mayor precisión. Nota: dos fotos que acompañan este escrito pertenecen a una colección privada (de NIS) y dos imágenes fueron tomadas de: La Semana Médica. Tomo del Cincuentenario; 1º fascículo). Bs As, 1944.
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DOCENTES DE OBSTETRICIA EN BUENOS AIRES Buenos Aires colonial Primer docente de partos de la Escuela de Medicina: Agustín E Fabre Etapa de la independencia y después Primer docente de partos del Departamento de Medicina: Francisco J Muñiz El Estado de Buenos Aires Nace la Escuela de Parteras, anexa a la Cátedra de Partos Durante las presidencias de Mitre, Sarmiento y Avellaneda Docentes de partos: Francisco J Muñiz y Pedro A Pardo Durante las presidencia de Roca, Juárez Célman y Sáenz Peña *En la FM Pedro A Pardo Samuel A Molina *En la Escuela Nacional de Parteras: Juan R Fernández Durante las presidencia de Roca, Quintana y Sáenz Peña *En la FM, dos cátedras de Obstetricia: Samuel A Molina / Arturo R Enríquez Eliseo Cantón / Enrique Zárate *En la ENP, dos cátedras de Obstetricia: Fanor Velarde Miguel Z O´Farrell Durante las presidencias de Yrigoyen, Alvear, Yrigoyen *En la FM, tres cátedras de Obstetricia: Enrique Zárate Arturo R Enríquez Alberto Peralta Ramos *En la ENP, dos cátedras de Obstetricia: Fanor Velarde Miguel Z O´Farrell La década de 1930 *En la FM, cuatro cátedras de Obstetricia: Josué A Beruti Alberto Peralta Ramos Nicanor Palacios Costa Juan A Gabastou *En la ENP, una cátedra de Obstetricia: Juan C Llames Massini Durante la presidencia de Perón y sucesos posteriores *En la FM, cuatro cátedras de Obstetricia: Julio V Bazán Manuel L Pérez Ricado Dubrovsky Juan D León *En la ENP, una cátedra de Obstetricia: Miguel V Falsía
Algunos cambios *En la FM, varias cátedras, 1ª, Roberto M Pinto (Maternidad Cantón, del Ramos Mejía) 2ª, Ricardo Dubrovsky (Maternidad Samuel Gaché, del Rawson) 3ª, David E Nölting (Maternidad del Alvear) 4ª, Julio V Bazán (Instituto de la Maternidad) *En la ENP, una cátedra de Obstetricia: Miguel V Falsía En el postperonismo *En la FM, tres cátedras de Obstetricia: 1ª, de Daniel Rojas y de R M Pinto (los dos de la Maternidad Eliseo Cantón) 2ª, de Francisco A Uranga Imaz (1956 (de la Maternidad Sardá, con un Instituto de Investigaciones Clínicas) 3ª, de David E Nölting (en el Instituto de la Maternidad Cierre de la ENP en 1968 Peralta Ramos) *En la ENP, una cátedra de Obstetricia: Ricardo Schwarcz / Juan L Martini Década de 1970 y un poco más *En la FM, cuatro cátedras de Obstetricia: Eduardo M Balbi (en la Maternidad Pardo) Roberto A Votta (en el Hospital Argerich) Jorge R Firpo (en el Hospital Alvear) Alberto O Curci (en el Hospital Fiorito) *1977: Licenciatura en Obstetricia (FM/UBA) Retorna la democracia *En la FM Francisco A Uranga Imaz (h) Eugenio Koremblit Osvaldo H Parada Héctor M Bianconi *En la Licenciatura en Obstetricia *Coordinadora: Juana Napolitano *Directoras: Mirta Rodríguez Rosa Vartabedian En los últimos años *En la FM Enrique Curt Gadow Liliana Susana Voto Avelino Daniel Barata Juan Carlos Nassif Mario S F Palermo *En la Licenciatura en Obstetricia *Directora: Claudia Viviana Negri
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Emilio Coni
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Primeros reportes médicos neuroquirúrgicos argentinos Dos publicaciones científicas relevantes1 Miriam R. Cobos 2
RESUMEN: Fue Paul Emil Coni tipógrafo francés, el primero en nuestro país en documentar la actividad médica. Publicó a través de sus diarios y revistas cartas y artículos remitidos por galenos de todo el territorio argentino y permitió, a través de las páginas de sus publicaciones, conocer el nacimiento de la gran mayoría de las especialidades. No escapa a ello los inicios de la actividad neuroquirúrgica en nuestro país. Entre tantos otros temas se rescata su esfuerzo por reivindicar la actividad de los médicos de frontera. Es así que entre las páginas de la Revista Médico Quirúrgica aparece en marzo de 1872 un reporte del Dr. Juan Mateo Franceschi y algunos años después de Benjamín Dupont, médico de Guarnición que sugiere el uso de chapas metálicas para cubrir lesiones de cerebro. Estos informes que aparecen antes de los Anales de la Sanidad Militar son los primeros documentos escritos sobre la conducta médica neuroquirúrgica en la Argentina. PALABRAS CLAVES: Fortín de las Pulgas, Fuerte General Paz, reportes médicos, Cuerpo Medico del Ejército, Revista Médico Quirúrgica. ABSTRACT: Paul Coni a french typographer who was the first in Argentina to document the medical activity. Published through its newspaper and magazine articles and letters submitted by physicians from all over Argentina Their publications had been the birth of most of the medical specialties. This has traced the beginning of the Neurosurgical activity in Argentina. Engaged in medical work in the boundaries between the aboriginal population and the colony Through the pages of The Journal Medical Surgical , all these valuable documents listed in March of 1872 a report by Dr. Juan Mateo Franceschi and later Benjamin Dupont who suggests the use of sheet metal to cover brain injuries. These reports appear before the Annals of the Military Health, are the first written evidence of medical conduct Neurosurgery in Argentina. KEYWORDS: Fortin de las Pulgas, Fortin General Paz, medical report, Medical Surgical Journal, Army Medical Corps. 1 Contribución leída en el: III Congreso Internacional Europa-América, “Museos, Archivos y Bibliotecas para la Historia de la Ciencia”, Milenio y Memoria, Buenos Aires, 19 al 23 de julio de 2010. 2 Médica especialista en Neurocirugía. Jefe de Trabajos Prácticos de la Cátedra de Neurocirugía de la Facultad de Medicina/UBA y Secretaria Académica del Museo Fiorito, Hospital Fiorito. Avellaneda. Provincia de Buenos Aires.
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espués de 1852, don Juan Pujol, gobernador constitucional de la provincia de Corrientes, tomó contacto con un tipógrafo francés discípulo de Didot, Paul Emil Coni3, quien – con el tiempo– pasó a conocerse como Pablo Coni el francés imprentero. Este tipógrafo tendría el honor de ser el primero en publicar artículos y cartas de médicos de todo el territorio argentino en sus diarios. Será también el primero en documentar la actividad neuroquirúrgica en el país antes de la existencia de la especialidad como tal mientras trataba de reivindicar la sacrificada actividad de los médicos de frontera que se desempeñaban sin contar con los medios para ello, luchando muchas veces contra la insensibilidad de los gobernantes de turno. Es en esta época que ingresan al país nuevos médicos extranjeros, los cuales impondrán una fisonomía diferente a la medicina y a la cirugía en particular hasta entonces desarrollada en nuestro territorio. El 8 de abril de 1864 aparece el primer número de la Revista Médico Quirúrgica 4 publicada por Emil Coni en cuya portada figuran como encargados de redacción y fundadores los Dres. Ángel Gallardo y Pedro Mallo y Freyre. Esta revista se publicaría los días 8 y 23 de cada mes en forma ininterrumpida desde 1864 y hasta el 23 de abril de 1888 inclusive5. Seria el medio de comunicación de los médicos del interior y en sus páginas consta la casuística médica reportada de todo el territorio argentino, siendo allí donde se vislumbran los primeros indicios de las especialidades
Pablo Coni, sus hijos y su imprenta se relacionan íntimamente con la historia de la medicina argentina dado que fue el primero en editar prensa médica. Imprimió los 116 primeros tomos de los Anales de la Sociedad Científica Argentina cuyo primer ejemplar se publicó en 1876, transmitiendo su estilo tipográfico a hijos y nietos: Pablo Emilio Coni (h) médico y Fernando Coni Bazán (nieto fallecido en 1967). La tradición familiar comprende: 1) Imprenta Coni de P. E. Coni 1853-1859 (Pcia. de Corrientes), 2) Imprenta Coni de P. Emilio Coni desde 1863 a 1886. 3) Imprenta P. E. Coni e hijos 1886 a 1900, 4) Coni Hnos. 1900 a 1918. 5) Sucesión Fernando A. Coni desde 1935 a 1951, 6) Mantiene el nombre con otros dueños a partir de 1951 hasta su cierre. Pablo Francisco Coni fundó en 1923 la Imprenta de la Universidad de Buenos Aires usando la misma tipografía de sus antepasados.
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4 La Revista Médico Quirúrgica tuvo 33 directores entre los que se destacan: Lucio Meléndez (Psiquiatra), Pedro Roberts (Oftalmólogo) y E. Coni (h). Publicó 569 números consecutivos constituyendo el archivo histórico de la medicina argentina más importante de los últimos 140 años. Se conocen 6 colecciones completas de la Revista Médico Quirúrgica, una de ellas que perteneció a Pedro Arata se halla en la Academia Nacional de Medicina. Existen además tomos sueltos en diferentes bibliotecas del país.
Oscar Andrés Vaccarezza, “Presencia de Pablo Emilio Coni y de su imprenta en las publicaciones médicas argentinas”, Trabajo Presentado en la sesión pública ordinaria de la Academia Nacional de Medicina en homenaje a la “medicina preventiva”, celebrada el 21 de junio de 1970.
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médicas en la Argentina. En ella se encuentran artículos de Ignacio Pirovano, lecciones de Manuel Augusto Montes de Oca, aportes de cirujanos como Julián Aguilar, Juan Alberton y Pedro Quinche, entre otros. Trabajos sobre casos clínicos de muchos practicantes del viejo Hospital de Hombres donde se vislumbran sus diferentes orientaciones médicas. Practicantes que luego serían los precursores de las especialidades, pudiéndose mencionar entre otros los destacados aportes clínicos de Lucio Meléndez considerado el padre de nuestra la Psiquiatría6. Aparecen así publicaciones de cartas de médicos comentando sus experiencias en viajes de perfeccionamiento a Europa y correspondencia frecuente entre aquellos que ejercían en el interior del país como por ejemplo el Dr. Juan Mateo Franceschi (oeste de Buenos Aires), Abraham Lemos (Mendoza), Dr. Bruland (Tucumán), Benjamín Dupont (Villa Mercedes San Luis) y Eduardo Wilde entre otros7. Además el Imprentero Coni se especializaba en publicar cuanta monografía o biografía circulase sobre temas relacionados con medicina y/o tratados médicos que lamentablemente hoy es imposible reunir, pues muchos se han extraviado conociéndose de su existencia por estar mencionados en publicaciones de la propia revista. Entre todos estos valiosos documentos aparece en marzo de 1872 un reporte del Dr. Juan Mateo Franceschi8, quien se desempeñaba como médico de frontera, sobre una autopsia practicada tras una muerte violenta en el Fuerte General Paz, algo adentro de la línea de fortines en el área de lo que hoy es la localidad de Carlos Casares9. En el mismo se lee: “… Una herida de sable en un indio alzado, […] un indio preso que pretende fugar, recibe brutal sablazo en el cuello que casi lo degüella, este indio tenia el cuello muy grueso y a primera vista parecía seccionado casi totalmente, cuanto más que la retracción del esternocleidomastoideo, dejaba un espacio entre sus dos partes, aumentando por la Juan C. Stagnaro, Lucio Meléndez y la primera matriz disciplinar de la Psiquiatría en Argentina, Red Iberoamericana de la Historia de la Psiquiatría (RIHP).
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7 Vaccarezza Oscar A., El Santo del Bisturí y otras Biografías, Colección Humanismo Médico. La Prensa Médica Argentina, mayo 1982; a) Emilio Coni, p. 236-265; b) Dr. Fanceschi, p. 266-274; c) Dr. Dupont, p. 183-203; d) Fracturas de Cráneo, p. 193.
Trabajos de Mateo Franceschi. Revista Médico Quirúrgica, Vol.: XXIII, p. 194 ss, 1886. Biblioteca Facultad de Medicina/UBA.
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“Juan Mateo Franceschi. Cirujano de Frontera. Médico en 9 de Julio, 25 de Mayo y Chivilcoy. Fundador de la Revista La Salud”. Trabajo presentado en el IV Congreso Nacional de Historia de la Medicina Argentina. La Plata, noviembre de 1980.
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La familia Coni reunida con motivo de la celebración del 50º Aniversario. Foto Caras y Caretas
contracción del antagonista y doblando la cabeza sobre el hombro derecho. […] ligadura de la vena yugular interna. La hemorragia era considerable y no había que perder tiempo. Las dimensiones enormes de la herida favorecían el manual operatorio para la ligadura de esta vena, cuya sección completa ocasiona la muerte inmediata generalmente (A. Severin, Vallée) y cuando es incompleta como en este caso, la muerte puede sobrevenir por otros accidentes, penetración de aire en las venas o hemorragia arterial primitiva o a los ocho días (Guthrie), etc. Por medio de un tenáculo armado de una ligadura de catgut enganché los dos labios de la sección y la coloqué suavemente a fin de conservar el canal del vaso. Completé la hemostasia de las arteriolas y venas superficiales con los medios ordinarios y procedí a la reunión por primera intención. Miorrafia de los músculos esternomastoideo, cleidomastoideo, esternotiroideo y cuniculares del cuello. Necesitaba remediar ese tortícolis traumático y no era fácil conseguirlo con la posición forzada de la cabeza a la izquierda. Coloque una primera serie de suturas con el hilo de seda doble, el más grueso que tenía a dos centímetros entre puntos y a tres centímetros más o menos de la sección cutánea. Una segunda serie con hilos más delgados a un centímetro so-
bre los bordes de la sección muscular aponeurótica. Ajusté la primera y la segunda sin tubos de Galli, ni de drenaje porque no tenía y corté el hilo sobrante (sutura perdida). En fin terminé con una tercera serie de puntos encontrados a medio centímetro dejando perfectamente coaptados los bordes de la sección cutánea. La posición recta de la cabeza conseguí sostenerla durante cinco días y medio de largas vendas y tablillas improvisadas ad hoc que me dieron tan buen resultado como el collar de cuero amoldado de Mathieu o las minervas de Bouvier, Bigg, Druttell, etc. El médico de campo ha de ser ante todo ecléctico, Tanto trabajo para un indio, me decían los que estaban presentes. La satisfacción de ver una curación completa por primera intención en pocos días debía compensar mis penas…” 10 Este reporte corresponde al informe de la primera autopsia realizada en territorio argentino y aparece muy bien descripta en su tesis ante la universidad de Buenos Aires del año 1877. Si bien este dato es importante para la historia médica nacional y no parece tener relación con la historia de la
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“Juan Mateo Franceschi. Cirujano de Frontera”, cit.
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Neurocirugía, cuando se lee en detalle además de revelar la causa de muerte (hemopericardio), es parte de un reporte médico sanitario amplio donde se aprecia una referencia a otro acto médico, una intervención quirúrgica para reparar una lesión en el cuello que demuestra sin duda algunos de los actos quirúrgicos y tratamientos médicos que hoy en día se practicarían para corregir deformidades cervicales. Demostrando no solo su habilidad profesional para averiguar las causas de los decesos, sino por documentar actos quirúrgicos que se realizaba en condiciones muy desfavorables y con escasos recursos. Puede este reporte considerarse como una de las primeras aproximaciones a los tratamientos neuroquirúrgicos documentados desde los procedimientos realizados por los diaguitas11. Algún escéptico podría afirmar que la intervención descripta corresponde a una cirugía vascular moderna; repárese sin embargo en las prótesis que utilizó el colega para tratar la deformidad del cuello y relaciónelo con nuestros modernos collares de Philadelphia y el tratamiento actual de la patología traumática cervical, indudablemente el Dr. Franceschi era un visionario. De la misma época es la caja de cirugía del Dr. Martín Lavallol con un completo instrumental quirúrgico que cuenta entre sus piezas material para trepanaciones, que puede apreciarse en le Museo de Historia de la Medicina de la Facultad homónima/UBA12, y sobre la cual se hace también mención en la publicación La Semana Médica en un artículo sobre Cirugía y Cirujanos en la Argentina (periodo 1936–1939)13. Es evidente que se realizaban tratamientos neuroquirúrgicos esporádicos ante evidencias de semejante instrumental, lo que no se puede hasta el reporte mencionado es encontrar documentación escrita al respecto. Pero es así que en el curso de la investigación se encuentra que pocos años después llega a la ciudad de Villa Mercedes en San Luis el Dr. Benjamín Dupont14, médico cirujano francés amigo del coronel Roca. El Dr. Dupont en 1875 se hace cargo de la dirección del Hospital de la Guarnición, donde había 197 familias extran-
Miriam Cobos, “Historia de la Neurocirugía Argentina. La Historia antes de la Historia”, Revista de Neurocirugía de la Sociedad de Neurocirugía de la Plata y de la Sociedad de Neurocirugía de la Provincia de Buenos Aires, IX. N. 2, 2007: 45-50. 11
Museo de Historia de la Medicina de la Facultad de Medicina, UBA. Instrumental de Cirujanos de 1872. “Caja de Cirugía de Martín Lavallol” y en La Semana Médica 1936 y 1939. 12
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Ibíd.
Oscar Andrés Vaccarezza, “De la vida y de la obra del Dr. Benjamín Dupont, Caballero de la Legión de Honor, cirujano de la frontera y del desierto”, Conferencia propiciada en la Biblioteca de la Academia Nacional de Medicina, el 31 de octubre de 1967. 14
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jeras, entre ellos 53 franceses compatriotas. Se suma a él otro médico el Dr. Luis Plet para atender a la población civil15. Así Dupont se encargaría del control médico y sanitario de 1200 hombres de guarnición, 57 jefes y oficiales, 700 hombres de tropa, 550 indios auxiliares amigos y el lote de “fieles chinas cuarteleras” (no se aclara el número de estas). Ese mismo año llega hasta allí el Ferrocarril Andino y el Telégrafo de Buenos Aires lo que facilita la comunicación con Río IV sede de la comandancia militar16. Es en este marco que Benjamín Dupont organiza la medicina local sin distinguir entre ricos pobres, salvajes o soldados. Visita asiduamente al personal militar enfermo y presta atención también a civiles humildes junto con el Dr. Plet. Ambos mantienen contacto con sociedades científicas de Francia y además Dupont sostiene comunicación por correspondencia frecuente con su amigo médico Emilio Coni (hijo del Imprentero francés)17, que era director de la Revista Médico Quirúrgica donde Dupont publicó trabajos. También publicó en el diario de Villa Mercedes 15 trabajos sobre varios temas. En ellos aparecen por primera vez en la literatura nacional alusiones a lesiones de cráneo. Lo curioso de estas referencias es que el Dr. Dupont aconseja el “uso de una chapa metálica protectora de cicatriz en cráneo”; tal cual las craneoplastias realizadas en al actualidad. “….Fractura de Cráneo con lesión del lóbulo derecho del Cerebro (descripción de dos casos)…”. En el primero, un feroz hachazo en la frente con exposición del cerebro que se ve latir en el fondo de la herida, sin alteraciones psíquicas ni neurológicas, salvo un estado soporoso transitorio, que cura en dos meses de supuración 15
Ibíd.
En momentos en que Roca se hallaba a cargo de la comandancia de Córdoba nombra a Dupont cirujano de la Guarnición de Villa Mercedes, ciudad progresista por esa época que había nacido en 1720 a orillas del río V llamándose en un principio como “El Fortín de las Pulgas” (por las pulgas del pasto puna), nombre que le pusieron las distinguidas damas madrinas de la sociedad local. En 1855, don Justo Daract y el general Pedernera fundan en el mismo lugar el Fuerte Constitución o Constitucional que pasó a llamarse en 1861 ciudad de Villa Mercedes, esta ciudad se caracterizó por resistir innumerables ataques de la indiada ranquel –sobre todo en 1864– durante el mando del cacique Mariano Rosas. 16
Años después, en 1856, aparecerá el primer sello postal de la provincia de Corrientes y de nuestro país, impreso a manos de Coni, que manejó la imprenta de Corrientes hasta 1859 donde, culminado su contrato, regresa a Francia para retornar al país en 1861. Instala al regreso su primera imprenta en Buenos Aires en la calle Cangallo 47 (numeración antigua), entre San Martín y Reconquista (9). Al poco tiempo la trasladó a Perú 101/109, pasando a otros edificios hasta su destino final en Perú 684 donde funcionó hasta su cierre definitivo a mediados del siglo XX. 17
dejando una gran brecha ósea, por lo que se aconseja el uso de una chapa metálica protectora de la cicatriz […]. “El otro caso mucho más interesante, había recibido un balazo en la región supraclavicular izquierda, por fuera de la inserción del esternocleidomastoideo y de arriba-abajo. Disnea y gran enfisema subcutáneo que certifican lesión pulmonar y sin embargo este enfermo presentaba un orden de fenómenos enteramente opuestos a las lesiones pulmonares. Fenómenos dignos de atención eran una hemiplejía del lado derecho que se había desarrollado algunas horas después del accidente, pronunciándose más y más durante los tres días que sobrevivió, con desviación considerable de la cara e imposibilidad de hacer uso de la mano derecha. Presentó además el primer día, una dificultad en la articulación de la palabra, que al día siguiente era afonía completa con conservación relativa de la inteligencia, traduciéndose por el modo con que contestaba por signos a las cuestiones; ésta, a su turno se oscureció poco a poco concurrentemente con los progresos que hacía la disnea. Muere a los tres días, con gran pesar mío no pude hacer la autopsia por oponerse a ella la familia. Según la dirección de la bala, es imposible que la lesión cerebral cualquiera que haya sido, haya tenido como causa directa el proyectil. Las perturbaciones cerebrales, han sido progresivas y enteramente iguales a las que se producen en el orden patológico, cuando un reblandecimiento en el lóbulo anterior izquierdo del cerebro sucede a una obliteración arterial. Estoy pues inclinado a creer, sin poder naturalmente justificarlo que ha habido en este caso, un reblandecimiento agudo teniendo como causa probable una contusión violenta de la carótida izquierda. B. Dupont. Cirujano de Frontera Guarnición de Villa Mercedes, 1875…” Con el tiempo el Dr. Dupont por pedido del Gral. Roca se convierte en cirujano del desierto y organiza junto con el Dr. Orlandini (cirujano de Florencia y médico militar) el sistema Sanitario de la Tropa y elevan el informe final de la campaña al coronel Racedo. Este informe se convierte en el Primer Informe Médico Quirúrgico Militar y Sanitario del país antes de la aparición del Boletín de Sanidad Militar que comenzará a publicarse recién en 1891, por lo cual nunca en el mencionado boletín se hace referencia a Dupont como el primer sanitarista militar ni a las intervenciones quirúrgicas de cráneo por él practicadas (conocidas en esa época como lesiones de Guerra), y solo figuran como informes o cartas de comunicación de novedades sanitarias a sus superiores. Este reporte médico como tantos otros datos fueron publi-
cados en la Revista Médico Quirúrgica de Coni, revista en donde también se aclaraba por qué los médicos argentinos no aceptaban ser médicos militares y debía contratarse a profesionales extranjeros que además de trabajar en condiciones insalubres, y con escasa paga debían revalidar sus títulos en la Universidad de Buenos Aires18. Es así que Emilio Coni publicó en uno de sus diarios una frase que dice: “…Buscando alguna justificación a esta situación parece que la culpa no ha de hallarse en los médicos argentinos plenos de espíritu de sacrificio, mal tratados, peor considerados, y pagados cuando Dios quería ya que llenan plazas con estudiantes de medicina y médicos extranjeros…” E. Coni”. Hasta 1879 en la unidad militar de Roca (5 divisiones) no figuran médicos argentinos graduados, y por ello eran contratados los llamados “médicos patentados extranjeros” (así se denominaba a los galenos foráneos). Dado que no aceptaban los egresados de la universidad nacional ser cirujanos de frontera por los malos tratos recibidos por parte del ejercito, con lo cual el gobierno los suplía realizando contratos con extranjeros como los antes mencionados. Esta referencia a la actuación médica militar es muy importante dado que durante décadas las principales publicaciones sobre trabajos de medicina eran realizadas por los llamados médicos de frontera, es de creer que sus comunicaciones frecuentes eran no solo con fines científicos sino a modo de mantener contacto con otros hombres de las ciencias médicas dado su aislamiento. En los anales de Sanidad Militar en un capítulo dedicado a comparaciones y episodios históricos que resume la actuación militar entre 1821 y 190019, Gabriel Carrasco describe la actuación sanitaria militar argentina denostando la organización de hospitales, ambulancias y material para la asistencia del soldado y su curación al caer herido por las balas del enemigo. Describe una situación en que el general Carreras muestra al General Pueyrredon el botiquín del médico para la cirugía en combate. “… nosotros no tenemos mas botiquín ni sistema operatorio que el que Vd. viendo. Cuando hay un herido, derretimos cola (de carpintero), untamos con ella algunos trapos fuertes, juntamos los bor-
18 Oscar Andrés Vaccarezza, “Presencia de Pablo Emilio Coni y de su imprenta en las publicaciones médicas argentinas”, Trabajo Presentado en la sesión pública ordinaria de la Academia Nacional de Medicina en homenaje a la “medicina preventiva”, celebrada el 21 de junio de 1970.
Gabriel Carrasco, “La Sanidad Militar Argentina 1821-1900”, Anales de la Sanidad Militar, Año III, T 1. 1901. La frase se encuentra en la primera hoja del anal militar a modo de prologo. 19
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des de la herida (sea cual fuera la ubicación de ella) y le aplicamos el pegote. Este queda abandonado é inmovilizado sobre la llaga hasta que se cae, quedando curado el individuo, ó no se cae, y el paciente muere, en cuyo caso lo enterramos con los honores del rango.” (Fragmento de una conversación entre el General Carreras y el General Pueyrredon sobre el estado sanitario de la campaña militar). Aquel era el estado de la cirugía de campaña en el año 1821…”
Al aparecer los anales comienzan a publicarse en ellos varios casos sobre tratamiento de lesiones cerebrales y plásticas craneales de médicos que no siempre pertenecían al cuerpo militar. Paralelamente a estos acontecimientos aparecen cirujanos argentinos interesados en la asistencia quirúrgica de pacientes neurológicos y muchos otros comienzan a interesarse en la resolución de lo que hasta ese momento constituían “enigmas neurológicos” por desconocimiento de la fisiología y anatomía encefálica en detalle. He aquí los comienzos de la especialidad que se completará como tal recién 50 años después.
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- Biblioteca de Graduados de la Universidad de Buenos Aires: Archivo Histórico por Autor y por Temas, desde la Fundación de la UBA a 1961. Universidad de Buenos Aires.
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HISTORIA DE LA ANALGESIA EN GRECIA Y ROMA Capítulo IIº
HIPÓCRATES
Padre de la Medicina Fundador de la medicina clásica Adolfo Héctor Venturini
M
édico griego que nació en Cos, isla griega en el mar Egeo, en el año 460 a.C. aprox. y falleció en Larissa, Grecia, entre el 375 y el 351. Hijo de un médico, estudió medicina con la guía de su padre, del médico Heródico de Selimbria y también leyendo textos babilónicos y egipcios, adaptándose en sus comienzos a la tradición griega del tratamiento empírico de las enfermedades. Realizó numerosos viajes de estudio a Egipto y Libia. Estuvo en Atenas durante la epidemia de peste de los años 430-29. La mayor parte de su actividad la desarrolló en Cos donde ya existía una avanzada escuela de medicina, donde llegó a ser el exponente más célebre. Hipócrates se opuso a la tradición mágico-religiosa basándose en la experiencia de la relación concreta con el cuerpo del enfermo (alimentos, síntomas, ambiente) creando la tríada diagnóstico-pronóstico-tratamiento. Las obras atribuidas a Hipócrates fueron recogidas de bibliotecarios del Museo de Alejandría, junto con las obras de medicina de los siglos V y VI a.C. con el título de Corpus Hippocraticum. Ninguna puede ser asignada con absoluta certeza a Hipócrates. Arturo Castiglioni en su obra “Historia de la Medicina” dice que Emilio Littré, al que considera uno de los más importantes estudiosos de Hipócrates, le atribuye 53 escritos en 72 libros, mientras que Guthrie escribe que “es inútil discutir, como se ha hecho a menudo, cuáles entre todas estas obras son exactamente las escritas por Hipócrates, o si hubo más de un médico y autor que se llamara Hipócrates”. | 27
“Predicciones Hipocráticas”, Hipócrates, Venecia, 1537
Hipócrates fijó las bases de la ciencia médica. Algunos de los conocimientos semiológicos y clínicos de la actualidad se deben a Hipócrates: facies hipocrática, sucusión hipocrática, dedos hipocráticos. En el Corpus, considerado como el tratado más claro y completo de la antigüedad, se describen numerosos cuadros clínicos: pulmonitis, tuberculosis, malaria, meningitis, parotiditis y fiebre puerperal, entre otros. Menciona diversas plantas medicinales, entre ellas las que tienen propiedades analgésicas, con sus respectivas indicaciones terapéuticas. Un claro ejemplo al recomendar el uso de la corteza del sauce como analgésico y febrífugo. Hubo que esperar hasta 1828 para que se aislara la salicina de la corteza del sauce, de la cual luego se obtuvo el ácido salicílico y finalmente en 1897 el ácido acetilsalicílico (Félix Hoffmann). La Escuela Hipocrática fue importante en el campo de la cirugía traumatológica y en el estudio de la herencia en las transmisiones de las enfermedades. Sobre el plano terapéutico tiende a privilegiar la dieta respecto a los fármacos, en el intento de favorecer la obra reparadora de la naturaleza. Para entrar a la Escuela era obligatorio el Juramento donde figuraban las normas de la deontología médica, entre ellas el secreto profesional. Según el científico y escritor romano Aulo Cornelio Celso (siglo Iº d.C.) Hipócrates habría sido el primero en separar la medicina de la filosofía (el primero que intentó basar la ciencia médica sobre la experiencia y sobre principios universales de naturaleza racional). Hipócrates trató de eliminar 28 | Médicos & Medicinas
de la medicina todo cuanto no fuese ciencia y de transformar la propia medicina en una verdadera y auténtica ciencia, actuando con la razón sobre la base de la experiencia. Lara Nava escribió: “la medicina hipocrática siguió un camino contrario al de la antigua medicina religiosa.” Hipócrates fue pionero en recomendar el uso de la corteza del sauce (Salix) para calmar los dolores y descender la fiebre, recurriendo también al acónito (Aconitum napellus), beleño negro (Hyoscyamus niger), belladona (Atropa belladonna), cicuta (Conium maculatum), hiedra (Hedera helix), lotus (Nymphaea), mandrágora (Mandragora officinarum), papávero (Papaver somniferum).
TERAPÉUTICA HIPOCRÁTICA SUSTANCIAS HIPNOANALGÉSICAS, FEBRÍFUGAS y ANTIINFLAMATORIAS 1 – Acónito Febrífugo Libro VIII, Cap. 27. “Los estados febriles se alivian con bebidas y una medicación refrescante, empleando acónito o cualquier otra sustancia de la misma naturaleza”. 2 – Beleño: A – Febrífugo Libro V, Cap. 43. “Cuando la fiebre cuartana se presenta subsiguiente a otras enfermedades, entre el intervalo de los accesos practicar ba-
ños de agua caliente e ingerir semillas de beleño, de mijo y de mandrágora en partes iguales con jugo de mandrágora y de trébol disueltos en vino”. B - Afecciones internas: Tétano – Libro VI, Cap. 52. “El paciente con tétano se presenta con su maxilar fijado siendo imposible abrir su boca, sus ojos lagrimean y miran torcido; su espalda está rígida y no puede flexionar las piernas, ni los brazos, ni la columna vertebral. Machacar ajenjo, hojas de laurel o semillas de beleño con incienso, embebidos en vino blanco”. 3 – Belladona: A – Analgésico: cefaleas – Libro VI, Cap. 1. “Enfermedades febriles con intensas cefaleas: cuando el paciente está sufriendo intenso dolor, refrescar la cabeza – mejor después de rasarla – colocando agentes refrescantes como el jugo de la belladona”. B – Analgésico: pleuresía – Libro VI, Cap. 27. Pleuresía acompañada de dolor: “Contra el dolor dar la siguiente bebida: mezclar una yema de huevo de gallina hervido y volcarlo en ½ cotyle (aproximadamente 137 ml.) de jugo de belladona y agregar ¼ cotyle de melicratón hecho con agua, mezclarlo y dárselo a beber al paciente; el dolor desaparecerá”. C – Analgésico: fístulas – Libro VIII, Cap. 7. “Sentar al paciente en agua caliente. Mezclar jugo de belladona, grasa de oca, grasa de cerdo, chrysocolla, resina y cera blanca, luego calentar y aplicar como un yeso. Si el paciente alivia su dolor, este tratamiento es suficiente”. D – Antiflogístico: úlceras – Libro VIII, Cap. 11. Inflamación en las áreas que rodean las úlceras: “cuando existe peligro de presentarse erisipela en las lesiones, machacar en crudo hojas de isatis y aplicarla con lino como un yeso, o embebida en jugo de belladona”. 4 – Cicuta: A – Analgésico-antiflogístico: prolapso rectal – Libro VIII, Cap. 9. “Moler la semilla de cicuta, destilar con vino blanco y aplicar a temperatura cálida como un yeso. Si el recto está inflamado, hervir la raíz de la hiedra en agua, molerla finamente y mezclarla con harina de trigo y vino blanco, formando una pasta y aplicar como un yeso. También puede ser la raíz de mandrágora, mejor fresca, pero puede ser seca; la fresca lavarla, cortarla y hervirla en vino diluido y aplicar como un yeso; la seca molerla y también aplicarla como un yeso”. El nombre Conium de la cicuta (Conium maculatum) deriva del griego “koneion” que significa desvanecimiento, y fue también utilizada en Grecia para la ejecución de personas: Sócrates, Foción, Teramene, entre los más conocidos. 5 – Hiedra: A – Analgésico-antiflogístico: prolapso rectal – Libro VIII, Cap. 9. Fue tratado en el punto N°4: Cicuta. 6 – Lotus: A – Analgésico-antiflogístico: prolapso rectal – Libro VIII,
Cap. 9. “Aplicar en el recto prolapsado una suave esponja embebida en agua caliente, en la que se hizo hervir lotus cortado y pulverizado; hacer una infusión en el recto con el mismo líquido”. 7 – Mandrágora: A – Febrífugo – Libro V, Cap. 43. Fue tratado en el punto N°2: Beleño. B – Analgésico-antiflogístico: prolapso rectal – Libro VIII, Cap. 9 Fue tratado en el punto N°4: Cicuta. 8 – Papávero: A – Analgésico – Libro VI, Cap. 16. Pleuresía con inflamación del frénico: “Si además del dolor en el flanco, el hipocondrio también es doloroso, administrar una enema y dar a beber al paciente: aristolochia, hisopo, comino, papávero blanco, miel, vinagre y agua”. B – Analgésico: Libro VI, Cap. 40. Fiebre tifoidea: “Esta enfermedad se presenta en cada estación: comienza con fiebre, luego como una terciana o una cuartana, intenso dolor de cabeza y a veces dolor intermitente en el cuerpo. El paciente vomita, eructa, y el dolor se localiza en las órbitas y en los ojos, luego en el pecho y en la espalda”. Hipócrates dice que pasado los 24 días la muerte es rara. Respecto al régimen alimentario: “Jugo de rapa hervido con queso no salado, papávero, aceite, sal y vinagre”.
RESUMEN La farmacología hipocrática se basaba esencialmente en medicamentos vegetales propios o importados de Egipto o de la India. Hipócrates empleó una fitoterapia analgésico-febrífuga-antiflogística, recurriendo al acónito, beleño, belladona, cicuta, hiedra, lotus, mandrágora, papávero, sauce, entre otros, según consta en los Libros V, VI y VIII del Corpus Hippocraticum.
Bibliografía Antigua Sobre Hipócrates Praedictiones Hippocratis, cum Galeni commentarijs, Laurentiano Florentino interprete, Venetiis (Venecia), 1537. In Hippocratis elementa Iacobi Sylvii medici commentarius. Parigi (París), 1542. Galeni in Hippocratis librum De humoribus, commentarij tres. Venetiis (Venecia), 1562. Hyerinymi Cardani in Hippocratis Coi Prognostica, atque etiam in Galeni prognosticorum expositionem Commentarii absolutissimi. Basileae (Basilea), 1568. Francisci Vallesii in Hippocratis libros De morbis popularibus comentaria. Neapoli (Nápoles), 1621. | 29
LA NECESIDAD DEL MEJORAMIENTO DE LA GESTIÓN DE INSTITUCIONES DE LA SALUD
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En ese sentido la Fundación para el Desarrollo Productivo y Tecnológico de la Argentina ha lanzado un “Programa de Formación de Gerentes de Instituciones de Salud” a través de una primera acción consistente en el Curso de Gestión de Instituciones de Salud. El mismo se dicta en conjunto con la Universidad Nacional del Litoral a través de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas y de su Escuela Superior de Sanidad “Dr. Ramón Carrillo” y con un destacado equipo académico, de ambas instituciones.
formación y consolidación de equipos de gestión en cada nivel organizacional; desarrollar recursos humanos profesionales con estructuras conceptuales, códigos comunes y habilidades en el campo de la gestión de instituciones de salud, con internación y de diagnóstico y tratamiento médico ambulatorio; promover la coherencia y dirección necesarias para potenciar el proceso de cambio cultural y organizacional que se requiere ante los nuevos escenarios del sector; aplicar las competencias necesarias para el gerenciamiento de organizaciones sociales complejas, como son las instituciones de la salud, valorando positivamente el proceso de gestión; desarrollar actitudes profesionales en la consideración del usuario como centro y “razón de ser” del sistema sanitario, bajo una ética responsable, respetuosas de la diversidad cultural y organizacional.
Los objetivos de esta acción son fortalecer y viabilizar los procesos organizativos de cambio, generados por las Reformas de los subsectores público, privado y de Seguridad Social del Sistema de Salud, a partir de la
El curso tiene la particularidad de que además de constituir un proceso académico presencial desarrolla un proyecto aplicable a instituciones de salud que tenga carácter de implementación en distintos organismos
a complejidad creciente de las organizaciones, la diversidad de demandas existentes unidas a los avances tecnológicos, determinan la necesidad de una mejora permanente e innovadora de las instituciones orientadas a la Salud.
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del sector y viabilidad en distintas organizaciones del sistema de salud de la Argentina, constituyéndose en un verdadero aporte para las instituciones concurrentes. Los aspectos relevantes en los cuales resulta importante son la formación en gestión en sistemas sanitarios, estructuras organizacionales en salud, gestión del cambio, redes de servicios de salud, responsabilidad social en salud, economía de la salud, formulación y evaluación de programas y proyectos de salud, gestión de recursos humanos en el área de la salud, indicadores de gestión sanitaria y tablero de comando de instituciones de sa-
lud, gestión de la calidad y la tecnología en los servicios de salud. Con este proyecto la Fundación para el Desarrollo Productivo y Tecnológico busca contribuir a realizar aportes en los sectores más sensibles de la gestión institucional y de desarrollo social. Dr. Hugo O. Settembrino Director Académico, Fundación para el Desarrollo Productivo y Tecnológico
Desarrollo Productivo y Tecnológico Empresarial de la Argentina
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Comentario de
libros
El trastorno límite de personalidad y la bipolaridad Jorge Luis Maggio, Buenos Aires, Salerno, 2012. No resulta fácil para un clínico con acotados conocimientos sobre psiquiatría que, en su época, había estudiado como síndrome maníaco-depresivo lo que ahora es bipolaridad y un agregado novedoso como es el trastorno límite de personalidad (TLP), comentar un libro de esta naturaleza. No obstante, un ejercicio prolongado de la medicina interna me han permitido tratar desde el punto de vista del generalista y el cardiólogo un número apreciable de pacientes con síntomas –declarados o supuestos– de estos enfermos, que transitan entre la euforia y la depresión, como ambos extremos de una vida que no resulta halagüeña ni para ellos ni para sus allegados. Me enteré de esta manera de los tratamientos a los que se los sometía y sus altibajos. Además de la Introducción, Maggio ordenó su obra en diferentes capítulos: “Evolución del concepto de bordeline”, “Etiopatogenia”, “Comorbilidad”, “Diagnóstico”, “Evolución”, “Tratamiento y revisión del diagnóstico límite para el DSM-Y. Una propuesta alternativa”. Tal planteo puede verse como clásico en estos manuales pero, sin embargo, subcapítulos e ítems, lo convierten en una forma prolija de conducir al lector a través del tema. Creo que interesarse en la defensa de esta nueva posibilidad diagnóstica, como es el trastorno límite de personalidad, otorga el beneficio de ofrecer contención y terapéutica a un enorme grupo de personalidades con distimias importantes en su afectividad y una impulsividad que, de otra forma, caerían en la generalidad de una personalidad particular sin posibilidades de ser ayudados. Maggio lo define muy bien como “un síndrome multidimensional que no se basa en una diátesis única” que “se caracteriza por un patrón persistente de inestabilidad en la regulación del afecto, el control de los impulsos, las relaciones interpersonales y la imagen de sí mismo”. La polémica se establece en la relación del TLP (incorporado en 1980 al DSM) y el trastorno bipolar. El autor, en esta diatriba, hace un desmenuzado desarrollo de lo que los une y lo que los separa. 32 | Médicos & Medicinas
Nada queda exceptuado en este libro del estudio del LTP. Así Maggio se ocupa de la última bibliografía sobre hormonas, neurotransmisores, el modelo trifactorial de Samslow, etc., como de los medios para arribar a un diagnóstico certero. La terapéutica esta descrita con gran rigor científico. Hecha la advertencia inicial creo que es un excelente aporte a la psiquiatría y sus dos temas accesibles también para ilustración de los médicos clínicos que frecuentemente deben derivar a estos pacientes a los servicios especializados. Completa al volumen una nutrida y actualizada bibliografía. Federico Pérgola
La patria pastillera Diana Braceras, Buenos Aires, edición del autor, 2011. Este libro lleva el sugestivo subtítulo de Consumo, prescripción de fármacos y automedicación y fue catalogado en 2006 pero vio la luz el año pasado. Lo comento puesto que con ello podría haber perdido lozanía. Pero no ha sido así: es de una vigencia extraordinaria, más aún con la era electrónica que nos invadió y nos obliga a vivirla. Por qué digo esto, porque no son pocos los pacientes que antes de concurrir al médico buscan en su PC datos de la enfermedad que suponen tener, o tienen, y también en los foros el tratamiento o las recomendaciones sobre la misma. Es indudable que esto complica la contención del profesional. Braceras escribe una obra sensata y valiente. Arremete contra estamentos arraigados en el medio médico, con gran poder tanto de marketing como económico que podría sintetizar en el título de alguno de sus 24 capítulos, a saber: “Farmaconegocios”, “Ensayos clínicos: ciencia e ideología”, “El exterminio del discurso médico”, “El medicamento como fetiche”, “La patria pastillera” (que tituló el libro), “Psicología chatarra: videojuegos saludables”, etc. Pruebas al canto: en el capítulo “El exterminio del discurso médico” la autora dice: “El triunfo del pensamiento calculante que describiera Heidegger, se engolosina con estadísticas inverosímiles que pretenden sistematizar matemáticamente hasta la ‘calidad’ de la vida de los pacientes. De lo solemne a lo ridículo, como sabemos puede haber solo un paso, depende de donde se caiga”. El libro es polémico pero que tiene sus hojas llenas de ver-
dades es real. Federico Pérgola
El conocimiento de las ciencias de la salud. Aportes para una reflexión epistemológica Alberto Carli y Beatriz Liliana Kennel, Buenos Aires, Prometeo, 2012. No es la primera vez que el cardiólogo y profesor Adjunto Alberto Carli y la Dra. Lic. en Psicología Beatriz Kennel se ocupan de la epistemología en ciencias de la salud. Lo han hecho a través de cursos, congresos, conferencias y publicaciones de diversos tipos, como en este caso de libros. El Departamento de Humanidades Médicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires los aprecia como conspicuos colaboradores de la Carrera Docente. El producto que nos ofrecen en esta oportunidad tiene dos virtudes fundamentales: concisión y claridad de exposición. Una tercera característica, no menos importante, surgirá del resto de esta exposición. Casi una tercera parte de la obra, la que corresponde al capítulo I: “La epistemología como estrategia de reflexión en las ciencias”, es un paseo inteligente y erudito por la historia del conocimiento, que demuestra que los autores dominan la temática con la mayor profundidad. En este capítulo desfilan figuras tales como Platón, Santo Tomás de Aquino,
Descartes, Galeno, Harvey, Servet, Kant, y sería largo y tedioso nombrarlos a todos. Sus otros cinco capítulos son los siguientes: “Las ciencias de la salud: naturaleza de su objeto de estudio (1)”, “Las ciencias de la salud: naturaleza de su objeto de estudios (2)”, “El complejo salud-enfermedad”, “En sujeto científico” y, finalmente, “Por qué una epistemología”. Me detendré en los subcapítulos de este último para demostrar que son pocos los temas –que en un volumen de 146 páginas– han quedado en el tintero. Sus títulos: “Las profesiones médicas”, “Una reflexión epistemológica”, “Acerca de la moral y la ética”, “Una reflexión histórica-sociológica”, “Ser o tener”, “La relación médico-paciente”. Una última condición que sirve para pensar: es un libro que abre la discusión. En el final del subcapítulo mencionado los autores dicen: “La condición, tan repetida por nosotros, de transcultural del acto médico, entendiendo englobar en tal denominación al encuentro de un paciente con | 33
cualquier profesional de las ciencias de la salud, no obliga a realizar ese esfuerzo. En un encuentro en el que estarán presentes los aspectos conscientes e inconscientes de ambos. En el paciente, pero también en el que Lacan ha llamado, en una bofetada a la soberbia, Sujeto del Supuesto Saber (SSS). Aquel que el Estado ha legitimado con una formación y un título habilitante. “Una legitimación donde se garantiza que ese SSS ha adquirido conocimientos, habilidades y destrezas para la praxis profesional. En la que se dice que es alguien que quiere, puede y sabe, hacer”. Merece ser leído, es cerebro y corazón. Federico Pérgola
Cuadros clínicos. Arte y enfermedad Omar López Mato, Buenos Aires, Olmo, 2012. Nuevamente Omar López Mato nos asombra con una obra especial. Destacado oftalmólogo, genuino humanista con valiosa cantidad de libros publicados, con sus columnas en el diario La Prensa, ha mostrado con quien escribe esta nota una generosidad ilimitada. Cuadros clínicos. Arte y enfermedad es un goce de imágenes médicas, muchas de ellas profusamente difundidas y otras que son fruto de una búsqueda que, con seguridad, debe haber llevado años. La calidad y hermosura de la que ilustra la tapa es solo una muestra. Pero este libro no es solo para el esparcimiento visual. El texto es realmente impactante. Me llamó la atención llegar a la página 86 y ver la reproducción de La fornarina de Rafael pero cuando leí el texto comprobé mi ignorancia. Ya desasnado, dejo en el tintero el epílogo del relato para quien lea la obra. Cada cuadro pictórico se acompaña de un texto relacionado con detalles que considero inéditos reunidos en un solo volumen. Diez versiones diferentes de lecciones de anatomía desde las clásicas de Rembrandt hasta alguna del siglo XIV, con una perfecta definición, son un placer para la vista y el espíritu del médico. En lo que atañe a las obras del Río de la Plata, que no están ausentes, se hallan la de Juan Manuel Blanes sobre la fiebre amarilla, un retrato de Juan Martín de Pueyrredon de su hijo Prilidiano y otra de Carlos Alonso llamado Viejo pintor. Pero todavía hay más. Cada capítulo, de los más de 60 que tiene el libro, está seguido por un epígrafe de los que me permito reproducir el de la página 103 de Anatole France que dice: “Solo las mujeres y los médicos saben cuan nece34 | Médicos & Medicinas
saria y bienhechora es la mentira”. Creo que no discrimina y menoscaba, ayuda a vivir. Leído con ojo médico Cuadros clínicos es un breve tratado de medicina. Federico Pérgola
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES FACULTAD DE MEDICINA VIII° CONGRESO NACIONAL DE HISTORIA DE LA MEDICINA ADHESIÓN AL NONAGÉSIMO ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DEL INSTITUTO DE MEDICINA EXPERIMENTAL PARA EL ESTUDIO Y TRATAMIENTO DEL CÁNCER POR EL DOCTOR ÁNGEL HONORIO ROFFO
Viernes 9 y sábado 10 de noviembre de 2012 Comité Ejecutivo Presidentes: Prof Lic Norma Isabel Sánchez Prof Méd Carlos C Castrillón
Comité Ejecutivo Prof Dra Norma Acerbi Cremades Prof Dr Alfredo E Buzzi Prof Dr Alberto J Carli Prof Teresa Castressana de Herrera Lic María Teresa Di Vietro Dr Rafael Mora Dr Adolfo Venturini
Presidente Honorario del Congreso: Prof Consulto Dr Federico Pérgola Comité de Honor Prof Emérito Dr Alfredo P Buzzi Prof Dr Ángel Alonso Prof Dr Francisco Azzato Dr Juan José Cresto Prof Dra Christiane Dosne-Pasqualini Prof Dr Jorge Lemus Prof Dr Manuel Luis Martí Prof Dr José Milei Prof Dr Alejandro Paladini Prof Dr Florentino Sanguinetti Prof Dr Juan Carlos Stagnaro
Comité Asesor Prof Dr Ricardo Kirchuk Médico Julio Muniagurria Sr Agustín García Puga Prof Dra Delia Outomuro Prof Dr Roberto Soto
Programa
Tema central: Noventa años de la creación del Instituto de Medicina Experimental para el Estudio y Tratamiento del Cáncer (primer establecimiento oncológico de América) por el Doctor Ángel H Roffo Viernes 9 de noviembre
9 hrs: acreditación 9,30 hrs: palabras de bienvenida 10 a 12: actividades de las mesas de trabajo Mesa nº 1: Las instituciones sanitarias oficiales 14 a 17: actividades de las mesas de trabajo Mesa nº 2: La mujer en las ciencias de la salud 17,30 a 19: actividades de las mesas de trabajo Mesa nº 3: Temas libres
Sábado 10 de noviembre
9 a 11,30: actividades de las mesas de trabajo Mesa nº 4: Temas libres Mesa nº 5: Historia de las enfermedades endémicas de nuestro país 11,30 Presentación de libros 12 hrs Entrega de premios 12,30 hrs Palabras de cierre
Lugar del encuentro: Escuela de Salud Pública Facultad de Medicina - UBA Marcelo T de Alvear 2202 CABA Aula Central E-mail: conhisme@fmed.uba.ar
El legado del Dr. Cesar Milstein Una realidad productiva con desarrollo argentino
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uiso quedarse en el país, pero las circunstancias políticas de aquella época lo obligaron a volver nuevamente a Cambridge. Se lo recibió como titular docente e investigador del laboratorio de biología molecular del Medical Research Council y en 1984 fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por sus trabajos en el desarrollo de los anticuerpos monoclonales. Su hallazgo abrió las puertas de la ciencia médica a un nuevo universo de aplicaciones. Diría Milstein, con la humildad que siempre lo caracterizó: “...el anticuerpo monoclonal es como una aguja en un pajar. Si tenemos un anticuerpo específico contra una sustancia, ese anticuerpo puede funcionar como un imán capaz de ignorar la existencia del pajar y reconocer exclusivamente la aguja. A los ojos de un anticuerpo, el pajar no existe...”. Este descubrimiento no solo abrió un nuevo camino para diversas aplicaciones en diagnóstico y tratamiento médico, sino que fue la piedra fundamental para avanzar en las nuevas técnicas de biología molecular y de la nanotecnología para uso clínico y productivo que hoy es vanguardia en la ciencia médica.
La reciente Ley 26.688 declara de interés nacional la investigación y producción pública de productos médicos entre otros, entendiendo a los mismos como bienes sociales y donde el proceso de sustitución de importaciones cumple un rol estratégico en la salud pública e implica un polo de desarrollo en el empleo de todas nuestras fuerzas científicas, tecnológicas y productivas pertenecientes a este sector. Argentina tiene el potencial para implementar estos emprendimientos con una integración pública - privada, donde unan recursos la Universidad, las organizaciones intermedias, el sector público y el sector empresarial productivo. En un país emergente como el nuestro, con recursos técnicos y científicos de prestigio internacional, no puede tener cabida la dependencia tecnológica y el gasto innecesario. Hoy, la ejecución de proyectos biotecnólogicos para uso clínico es una realidad para toda la línea de reactivos con sello nacional, estratégicos par el diagnóstico y tratamiento en endocrinología, HIV/SIDA y el cáncer. Como en muchos campos de la ciencia, Argentina ha contado con mujeres y hombres prominentes que han dejado un legado a la posteridad. El Dr. Cesar Milstein no abrió una puerta y está en nosotros el transitarlo y convertirlo en bandera.
Son tiempos de integración y de unir recursos. Son tiempos para comprender que la salud es un compromiso de todos. Es tiempo de iniciar una nueva era diagnóstica en productos biotecnológicos argentinos.
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