SUPLEMENTO SEMANAL MARTES 21 DE 12 DE 2021
HERALDODEMEXICO.COM.MX
Navidad: renovación, alegría y esperanza
ILUSTRACIÓN: GIOVANNI ASCENCIO
EN LA CIMA DEL ARTE...
SUPLEMENTO ¦ CÚPULA
MARTES ¦ 21 ¦ 12 ¦ 2021
• Mariola Fernández ¦ Relatos • Por Mariola Fernández cupula@elheraldodemexico.com
MARÍA CRISTINA MIERES ZIMMERMANN
VICEPRESIDENTA DE DESARROLLO SOCIAL Y CULTURAL
RAFAELA KASSIAN MIERES
DIRECTORA DE SOFT NEWS
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DIRECCIÓN GENERAL
Es Navidad, al final de la privada hay una casa que parece estar abandonada porque no tiene ni un destello de luz. La casa sin adornos esconde un secreto y unos niños un poco traviesos están dispuestos a descubrir qué hay detrás de tanta oscuridad
ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO DIRECTOR EDITORIAL
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DIRECTOR CREATIVO
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DIR. COMERCIAL Y REL. INSTITUCIONALES
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DIRECTORA DE VENTAS
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DIRECCIÓN EDITORIAL Y CONTENIDOS
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GUSTAVO A. ORTIZ ILUSTRACIÓN
AGUSTINA OKÓN
ESPACIOS PUBLICITARIOS
LUIS CARLOS SÁNCHEZ, DIANA CANO, AZANETH CRUZ, SERGIO HERNÁNDEZ, ABRAHAM LEVARIO, MARIAN MOLINA, DANIELA SAADE, MARÍA JOSÉ SERRANO, ALFONSO YEBRA, ISAAC RICHTER, DEBORAH SARFATI STAFF
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H
ay historias que merecen ser contadas una y otra vez. Empecemos por el principio, la Navidad llegó desde noviembre, aquí siempre es así, y no nos gusta dar explicaciones. Noviembre se convirtió en diciembre y cada árbol de aquella elegante calle estaba decorado con esferas de colores, las fachadas de las casas presumían increíbles luces blancas puestas exactamente donde tenían que estar, además, había todo tipo de adornos navideños. Si alguien me hubiera dicho que estaba en el Polo Norte, probablemente le hubiera creído. Al final de la privada, había una casa totalmente oscura, ni una gota de luz, ni un destello, ni siquiera la luz de las estrellas se atrevía a alumbrarla un poco. Paula rompió la oscuridad con su voz.
Paula –¿Por qué está tan oscura esa casa? ¿Está abandonada? Andoni –No, pero vive una viejita muy rara que nunca sale de su casa. En Halloween tocamos el timbre para pedirle dulces y ni siquiera nos abrió la puerta. Además, nadie viene a visitarla. Maite –Pobrecita, debería de comprarse un perrito por lo menos. Ander –¿Y cómo le hace para comer si siempre está encerrada? Ane -Solamente sale por las noches, un día a la semana. Ander –¿Nunca se te ha ocurrido seguirla? Ane –Por supuesto que no, Sherlock, jamás la alcanzaría con mi bicicleta. Además, maneja bastante rápido.
LA C
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MARTES ¦ 21 ¦ 12 ¦ 2021
• Mariola Fernández ¦ Relatos •
CASA SIN
Ander –¿Y si nos colamos en su casa cuando no esté? Ane –Por supuesto que no. Paula –¿No te da ni un poco de curiosidad? Ane –Claro que me da curiosidad, pero es mi vecina, no quiero que mis papás tengan problemas por mi culpa. Ander –No se va a dar cuenta, nunca se va a enterar. Entramos, conocemos la casa y ya. No vamos a tocar nada. Maite –¿Qué día de la semana sale por la noche? Andoni –Todos los miércoles como a las nueve de la noche. Paula –El miércoles ya estamos de vacaciones, ese día nos puedes invitar a dormir y entramos en la casa. Ander –El plan me parece perfecto. ¿Qué podría salir mal? Los días de la semana pasaron lentamente, el miércoles llegó y los niños prepararon linternas, cuerdas y todo lo necesario para entrar en la casa. Eran las nueve de la noche cuando fingieron meterse en la cama y escaparon por la puerta de servicio, con mucha paciencia esperaron a que la viejita saliera en su camioneta. En cuanto la perdieron de vista, se saltaron la barda de la casa. El jardín estaba repleto de nochebuenas y eso les llamó mucho la atención, pues nunca pensaron que una casa así tuviera un jardín tan navideño. La puerta y las ventanas de la casa estaban completamente cerradas, rodearon la casa y encontraron una pequeña puerta, le dieron la vuelta al picaporte y descubrieron que estaba abierta, se deslizaron pecho tierra para entrar en la misteriosa casa. Ninguna lámpara servía, después de varios intentos para terminar con la oscuridad que se adueñaba de cada espacio, encontraron un switch, todas las luces se prendieron. La casa estaba repleta de juguetes; había bicicletas, muñecos de peluche, patines, balones y juegos de mesa. Ese lugar era el sueño de cualquier niño. Paula –Al parecer le gustan los juguetes tanto como a nosotros. Ander –Yo quiero ser como ella, quiero tener juguetes hasta los 101 años. Andoni –Vengan, encontré algo. En otra habitación, descubrieron un cajón con fotos, había fotos de niños de todas las edades y de todos los países, las fotos tenían descripciones de los niños en la parte de atrás. Paula que estaba mirando por la ventana, se dio cuenta que la camioneta de la viejita estaba estacionándose frente a la casa. Salieron corriendo sin mirar atrás, Ane apagó el switch y por suerte lograron brincar la barda sin que la viejita se diera cuenta. A la mañana siguiente, fueron a la casa y tocaron el timbre. Nadie les abrió la puerta. Ander examinó el buzón de la viejita y tiró las cartas al piso completamente asombrado con el descubrimiento. En la parte del destinatario había un nombre que lo hizo entender todo y nada al mismo tiempo, algunas cartas estaban dirigidas a Mary Christmas y otras a Mrs. Claus. Tal vez eran la misma persona, tal vez no. Durante tres semanas tocaron el timbre de la casa sin Navidad, pero la viejita desapareció sin dejar ningún rastro. ILUSTRACIÓN: GIOVANNI ASCENCIO
Esta historia continuará el próximo año si se portan bien…
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MARTES ¦ 21 ¦ 12 ¦ 2021
• Lucina Jiménez ¦ Renovación •
NAVI DAD en la diversidad Desde ese sincretismo y diversidad que me autodefinen como migrante, disfruté la nieve y el frío, las luces de colores que se metieron en mi vida y la de mi hija
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a Navidad tiene un lugar especial en mi memoria, siempre como posibilidad de renovación, alegría y esperanza. Me recuerda una infancia en la que mi padre organizaba de manera colectiva las posadas, con todo y peregrinos. Niñas y niños hacían tregua en sus tropelías, para pasear una figura sacada del nacimiento de barro bruñido, que mi madre ponía reproduciendo un pueblo entero.
Por Lucina Jiménez Directora General del INBAL
IG: @INBAMX FB: @INBAmx TW:@ bellasartesinba
Me dio por coleccionar nacimientos, esas representaciones de la natividad, con sus Reyes Magos. Los tengo de barro, de hojalata pintada, tallados en madera, de laca, de totomoxtle o en miniatura. Son mexicanos, colombianos, peruanos y españoles. Luego, don Leonardo Peláez, gran escenógrafo, me alimentó el gusto por los carruseles y cajas de música europeas o estadounidenses que, año con año, me regalaba con motivo de la Navidad. Mi padre reivindicaba el sentido festivo, porque le motivaba saber que el tiempo y el ritual se repetían en ese ciclo de la vida. No se perdía la iluminación del Zócalo. Lo colectivo se expresaba para él, en la producción de piñatas que enseñaba a hacer con ollas de barro, colorido papel de china y engrudo. Para alentar la creatividad, no insistía en la estrella de siete picos, los siete pecados capitales, sino en lo que tu imaginación te dictara. En 2010, en La Nana, vi unas piñatas horribles. Las niñas y niños me explicaron que eran sus miedos, los monstruos que se escondían debajo de la cama y había que romperlos. Para mí, la Navidad era tiempo de teatro. Extraño aquella icónica pastorela de Tepotzotlán, a la cual acudía como espectadora y donde un Roberto Sosa, con espectacular actuación, elevaba al Diablo como personaje favorito. Las puestas en escena de Miguel Sabido también se volvieron leyenda. Los desplazamientos de la vida me llevaron a conocer las pastorelas de Arturo Morell, dentro o fuera de los reclusorios. Aunque la pastorela nació como un ejercicio evangelizador, el ingenio popular trasladaba la lucha entre el bien y el mal, a cualquier otro ámbito de la vida o la política. Celebraba la navidad sin un sentido religioso, pensando más bien en el Año Nuevo. En ese tiempo cíclico que hipnotiza nuestra convicción de renacer, con nuestros sueños suavemente envueltos en villancicos, música barroca o el imprescindible Mesías de Händel o esperando la cita con El Cascanueces de la Compañía Nacional de Danza, que sólo la pandemia suspendió. Desde ese sincretismo y diversidad que me autodefinen como migrante de tiempo completo, disfruté la nieve y el frío, las luces de colores que se metieron en mi vida y la de mi hija, por su doble nacionalidad. La Navidad se vistió de blanco y rojo y la confrontación cultural con el norte terminó por esculpir un híbrido impresionante, aunque el árbol de navidad sucumbió ante el ecologismo. Hoy todavía con pandemia, celebremos desde la valoración de la vida y la solidaridad. Como quiera que vivamos la Navidad y el Año Nuevo, disfrutemos en libertad la salud y el amor. Feliz Navidad y un 2022 generoso.
ILUSTRACIÓN: GIOVANNI ASCENCIO
SUPLEMENTO ¦ CÚPULA
MARTES ¦ 21 ¦ 12 ¦ 2021
• Paola Albarrán ¦ Trascendencia •
E
rase una vez una niña que amaba la Navidad. Compró la idea de que era la época más bonita del año. Pensaba –desde siempre– en decorar cada detalle de su casa: colocaba luces, esferas y adornos con tanta ilusión de hacer una renovación interior, pues lo que se veía por fuera era lo que pasaba dentro de ella. Lo hacia cada año. Consciencia de sacar lo que no servía más y dejar espacio para lo nuevo y lo limpio –lo que estaba por llegar–.
Cada año, conforme fue creciendo, dejó que ese espíritu puro se lo fuera empañando el mundo exterior; poco a poco, lo que se veía afuera no era más lo que pasaba dentro de ella y ya no hacía más resonancia. Siempre caía en la trampa en la que caemos la mayoría al crecer. Había cosas que se disfrazaban de ser más importantes, de cobrar mayor trascendencia y esa voz nata se fue difuminando, confundiendo con el ruido exterior. Esa niña se convirtió en mujer, pero jamás soltó los adornos y las luces, ni tampoco de hacer sentir mejor a los demás. Lo que sí pasó es que dejó de escuchar su voz y de disfrutar lo que significaba; aunque las luces brillaban, ella no podía ver lo que iluminaban. Un día, agotada de este sentimiento que a muchos marea, el “deber ser”, decidió dejarlo de lado y encontrar ese espíritu que sabía existía – ella lo había vivido–, pero que hace muchos años había pasado a ser un vago recuerdo de infancia. Y fue cuando se hizo chiquita, cuando quitó el sonido, lo que la perturbaba, el ego de todos
ILUSTRACIÓN: GIOVANNI ASCENCIO
Por Paola Albarrán paolaalbarran1@gmail.com TW: @PaolaAlbarran IG: @paolaalbarran
Cuando cada cosa
VOL VIÓ A SU LUGAR Un día, agotada de este sentimiento, del “deber ser”, decidió dejarlo de lado y encontrar ese espíritu que sabía existía
por demostrar quienes son: lo de afuera y el ruido. Cuando quitó los nombres y las fechas y cruzó miradas sin prisa con los niños, cuando se sentó en su sillón y dejó que el perro se subiera al sofá sin miedo a que lo manchara y recargara su cabeza en sus piernas, cuando dejó de preocuparse por calorías y pidió un chocolate caliente con malvaviscos en una taza que parecía no tener fondo. Cuando apagó su celular y prendió el televisor para ver su serie favorita dispuesta a perder el tiempo y para ganarse a ella, cuando los regalos no se envolvieron, se envolvió ella de ella misma. Cuando los villancicos se cambiaron por su música favorita, aunque no fuera de la época. Cuando decidió llamar por teléfono por horas a un amigo al que extrañaba y recordaron viejos y divertidos chistes. Cuando se sentó en el piso con un álbum de fotos de infancia y hojeando una por una, se dio cuenta que ese famoso espíritu navideño nunca se había ido, no se trataba de una época, sino de un estado de redescubrirte, donde empiezas a ser tú. Esa nueva versión de ella, con lo aprendido, con lo recuperado del olvido, con lo lastimado, con lo vivido, con lo tangible y lo que todavía es idea, con lo que tuvo que perdonar, con el valor que tuvo para frenar y no permitir ni un paso más, con lo que ya se fue, con lo que quiso, con lo que todavía quiere, con lo que querrá para toda la vida. Encontrar un espíritu de paz que puede ser retador. Vivimos en un mundo que no está precisamente diseñado para encontrarlo en cada esquina, pero es cuando te haces pequeño nuevamente y tienes mayor claridad. Cuando lo pequeño se engrandece, cuando las oraciones se escuchan más, cuando haces un huequito especial para que aquél que nace esta Navidad tenga un lugar digno para llegar. Érase una vez una mujer que recordó cuando era niña, y fue cuando más grande se hizo, pues todo lo pequeño cobró la importancia y cada cosa volvió a su lugar.
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• Elisa Díaz Castelo
MARTES ¦ 21 ¦ 12 ¦ 2021
¦ Cuestionario de Proust •
Cuestionario de
PROUST PARA ENTENDER LAS IDEAS MÁS PELIGROSAS, DEBEMOS PRIMERO COMPRENDER Y DESENTERRAR QUÉ NOS MUEVE COMO SERES HUMANOS. LEA, DIVIÉRTASE Y, ¿POR QUÉ NO?, CONÓZCASE A USTED MISMO
“Una vida sin examen propio no vale la pena ser vivida” Apología de Sócrates
El escritor francés Marcel Proust respondió una serie de preguntas a los 13 años sobre su personalidad, con una elegante evasión, pero que a los 20 años volvió a contestar, reafirmando esta vez su ser. Son preguntas que desentrañaron su persona, obligándolo a conocerse a sí mismo. Este cuestionario está formado por cuestionamientos peligrosos, no porque pudieran éstas hacerlo caer en cama, sino porque lo retaron a revelar su personalidad, su yo más profundo.
Redacción
TW: @elisa_carinae FB: Elisa Díaz Castelo
RESPUESTAS DE ELISA DÍAZ CASTELO POETA
LETRAS. Foto: Adalber Salas.
1. TU PRINCIPAL VIRTUD: SER VORAZ. 2. TU PRINCIPAL CARACTERÍSTICA: LA CURIOSIDAD. 3. TUS CUALIDADES FAVORITAS EN UN HOMBRE: LA CAPACIDAD DE GUARDAR SILENCIO. 4. TUS CUALIDADES FAVORITAS EN UNA MUJER: LA VALENTÍA DE HABLAR. 5. TU CUALIDAD FAVORITA EN AMIGOS: SU COMPLICIDAD. 6. TU PRINCIPAL CULPA: OLVIDAR. 7. TU OCUPACIÓN FAVORITA: EN OTRA VIDA, ME GUSTARÍA SER COSMÓLOGA O HELADERA. 8. TU IDEA DE LA FELICIDAD TERRENAL: UNA BUENA TORTA DE CHILAQUILES. 9. ¿CUÁL CONSIDERARÍAS LA DESGRACIA MÁS GRANDE? OLVIDAR LOS PROPIOS SUEÑOS. 10. SI NO FUERAS TÚ, ¿QUIÉN SERÍAS? MI GATA LEUCOCITO. 11. ¿DÓNDE DESEARÍAS VIVIR? ACAPULCO, EN LOS CINCUENTAS. 12. TU COMIDA Y BEBIDA FAVORITAS: EL CURRI VERDE Y EL LICUADO DE MAMEY. 13. TU COLOR Y FLOR FAVORITOS: VERDE ENCENDIDO DE ÓXIDO DE CROMO. Y LAS GARDENIAS. 14. TUS AUTORES LITERARIOS FAVORITOS: IMPOSIBLE DECIDIRSE… VIRGINIA WOOLF. 15. TUS POETAS FAVORITOS: ÍDEM. AUNQUE CONTARÍA ENTRE ELLOS A CÉSAR VALLEJO, WISLAWA SZYMBORSKA Y ANNE CARSON. 16. TUS HÉROES FICTICIOS FAVORITOS: GERIÓN, DE AUTOBIOGRAFÍA DE ROJO. 17. TUS HEROÍNAS FICTICIAS FAVORITAS: MARICELA, DE EL INGENIOSO CABALLERO DON QUIJOTE DE LA MANCHA. 18. TU COMPOSITOR FAVORITO: BACH Y BOWIE. 19. TU PINTOR FAVORITO: TURNER. 20. TU HÉROE HISTÓRICO FAVORITO: LOS HÉROES ANÓNIMOS DE LAS MASAS. 21. TU HEROÍNA HISTÓRICA FAVORITA: HIPATIA. 22. TUS NOMBRES FAVORITOS: LOS DE MIS GATAS: MITOCONDRIA Y LEUCOCITO. 23. TU REPULSIÓN DE MASCOTA: ALGUNOS HUMANOS (SOMOS, DESPUÉS DE TODO, LAS MASCOTAS DE NUESTRAS MASCOTAS). 24. ¿QUÉ PERSONAJE DE LA HISTORIA TE DESAGRADA? NAPOLEÓN. 25. EVENTO MILITAR QUE MÁS ADMIRAS: LA ABOLICIÓN DE LOS EJÉRCITOS. 26. LA REFORMA QUE MÁS APRECIAS: EL VOTO FEMENINO. 27. ¿QUÉ TALENTO NATURAL TE GUSTARÍA TENER? LA CEGUERA SELECTIVA Y EL OÍDO ABSOLUTO. 28. TU PRINCIPAL ESTADO DE ÁNIMO: CASI SIEMPRE TENGO HAMBRE, PERO ESO NO ES UN ESTADO DE ÁNIMO. 29. ¿PARA QUÉ FALTAS ERES MÁS TOLERANTE? PARA LAS QUE COMPARTO. 30. ¿CÓMO TE GUSTARÍA MORIR? SACIADA. 31. TU LEMA FAVORITO: POR LA BOCA MUERE EL PEZ.
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MARTES ¦ 21 ¦ 12 ¦ 2021
• Ángeles González Gamio ¦ Crónica navideña • Por Ángeles González Gamio
gonzalezgamio@gmail.com
Las posadas eran novenarios de misas, después se prolongó a la oración, se establecieron las procesiones y, en algún momento, se añadió la piñata
E
n estas fechas se conmemora el nacimiento del Niño Jesús, día de enorme importancia para el mundo cristiano. Aquí en México el festejo estuvo precedido de las posadas, evento que iniciaron los frailes que llegaron a nuestro país en el siglo XVI, para ayudarse en la evangelización de los naturales. Como parte de la conmemoración se pone el nacimiento y a partir del siglo XX, se introdujo la costumbre sajona del árbol de Navidad. Estas hermosas tradiciones tienen añeja historia, que a continuación recordaremos.
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MARTES ¦ 21 ¦ 12 ¦ 2021
• Ángeles González Gamio ¦ Crónica navideña • Las posadas surgieron como resultado de la autorización que, a principios del siglo XVI, consiguió fray Diego de Soria, mediante una bula del Papa, para que el pueblo participara de manera pública en la preparación de la Navidad. En un principio eran simplemente novenarios de misas, después se prolongó a la oración de la tarde y, finalmente, se establecieron las procesiones, a las que se les fueron agregando elementos como las figuras de María y José, las velas y los cánticos y en algún momento se añadió la festiva piñata, dando lugar a lo que ahora llamamos posadas. Es momento para recordar que, según la tradición, la piñata es de origen chino, de donde fue llevada a Italia por Marco Polo. De allí pasó a España para llegar a México, en donde tuvo tan amplia aceptación, que prácticamente es el único país en donde continúa viva. Constituye una magnífica muestra de la creatividad popular. Admira ver la diversidad de formas que adopta; con su corazón de barro, se cubre con tiritas de papel de china, de multitud de colores, graciosamente rizadas, se convierten en estrellas, frutos, flores, animales y ahora muy modernizadas, adoptan las formas de personajes de moda entre los infantes. Otra bellísima tradición es el Nacimiento, fue San Francisco de Asís, en los inicios del siglo XIII, el que tuvo la feliz ocurrencia de representar en vivo el nacimiento del Niño Dios, en el pequeño pueblo de Greccio, en Italia. Poco después se representó con figuras de madera vestidas con tela; eran famosas las de Nápoles y de Génova. La hermosa costumbre pasó a España y luego a México, en donde de inmediato fue acogida. Las monjas fueron de las primeras
Es momento para recordar que, según la tradición, la piñata es de origen chino, de donde fue llevada a Italia por Marco Polo. De allí pasó a España para llegar a México. Ángeles Glez. Gamio
ILUSTRACIÓN: GIOVANNI ASCENCIO
DE FIN DE AÑO
en colocar nacimientos y a algunas, como las del convento de la Encarnación, les gustó tanto la idea que los tenían todo el año en sus celdas, convirtiéndose en un motivo de competencia para ver quién tenía el más hermoso. Para lograrlo cada una sacaba sus mejores talentos y empeños para cubrir a las figuras con las ropas más finas y elaborar complicadas decoraciones. Las iglesias montaban sus nacimientos desde la Navidad hasta la fiesta de Reyes, costumbre copiada en todas las casas, que según el presupuesto se instalaba con sencillas figuritas de barro o finísimas de madera, cerámica o cera, lujosamente ataviadas, en complicadas representaciones, con infinidad de personajes. La marquesa Calderón de la Barca, que en el siglo XIX escribió unas cartas memorables de su estancia en México, como esposa del primer embajador español, describe así un nacimiento mexicano “... En unas tarimas alrededor del aposento, cubiertas de henos, se habían dispuesto figuras de cera formando escenas que representan generalmente, pasajes de diversas partes del Nuevo Testamento, aun cuando algunas veces empiezan con Adán y Eva en el Paraíso. Allí estaban la anunciación, la visitación de María e Isabel, los Reyes Magos, los pastores y la huida a Egipto. Se observaban árboles verdes y de los que dan fruta, unos surtidores arrojando hilos de plata, rebaños de ovejas y una cunita para que en ella descanse el Niño Jesús”. Maravillosamente todas estas tradiciones continúan vivas, al igual que las pastorelas que cada día se celebran más, en muchos sitios, acompañadas de tamales y atole.
SUPLEMENTO ¦ CÚPULA
MARTES ¦ 21 ¦ 12 ¦ 2021
• Paloma Franco ¦ Instantes •
Por: Paloma Franco. TW: @pf_pf_pf IG: @palomafranco
Y así la vio partir, tal como la recordaba: impecable, con el olor al perfume que ha usado por años, con prisa y mil cosas cargando a la vez, las mismas costumbres que él llegó a pensar que odiaba
H
abían pasado 4 años desde que no se veían. Tras una ruptura dolorosa, sentida, innecesariamente cruda y llena de torpezas, ambos habían tomado sus respectivos caminos y acordaron jamás volver a unirlos. Fue hasta aquella fila, en una saturada panadería en Nochebuena, que el encuentro fue inevitable. Él fue el primero en saludar: ¡Por supuesto que te iba a encontrar aquí! –haciendo una broma referente a la clara debilidad de Olivia por el pan dulce y los postres–. ¡Octavio! –gritó ella, mientras abría sus grandes ojos negros y colocaba una cara de susto digna de la aparición de un muerto–. ¡Tanto tiempo! ¿Qué haces aquí? –no se suponía que tenía que verlo, por mucho tiempo Olivia evitó visitar todos los lugares en los que había una posibilidad de encontrarlo. Esa tarde, al parecer, su instinto le había fallado, se había acercado demasiado a “sus territorios”–. ¡Comprando pan!, cenaremos esta noche, no lejos de aquí. Me tocó llevar las baguettes y un postre. ¿Y tú? ¿No pasas navidad en Querétaro, con tu familia? ¿Cenaremos? ¿Tú y tu pareja? –respondió ella con frialdad–. ¡No! Cenaremos mi mamá y yo, con mi hermano, él es nuevo vecino de la zona. Yo no estoy con nadie,
pensé que lo sabías. ¿De verdad no irás a Querétaro? ¿Tu mamá no está furiosa de que este año le falles? ¿Por qué habría de saberlo? No, no iré a Querétaro. Este año la familia completa vino para acá. Y yo vine aquí a buscar el postre. ¡Pedido 35! Señorita Olivia –se escuchó una voz de fondo–. ¡Yo! ¡Aquí estoy! ¿Ya está pagado? ¡Perfecto! Muchas gracias. Me tengo que ir, me están esperando –interrumpió Olivia, evitando una conversación que estaba segura, no quería tener–. Pero me dio mucho gusto saludarte. ¡A mí más! ¿Sabes que estos días me he estado acordando de ti? ¡En serio qué bonito encontrarte! –insistió Octavio, eran claras sus ganas de alargar unos segundos aquel encuentro–. ¿Qué dices? Seguro no te acuerdas de mí jamás. ¡Salúdame a tu familia! ¡Felices fiestas! Y así la vio partir, tal como la recordaba: impecable, con el olor al perfume que ha usado por incontables años, con prisa y mil cosas cargando a la vez, las mismas costumbres que, hacía un tiempo, él llegó a pensar que odiaba. Su noche estaba completa. Recogió el pan que había ordenado como pretexto por el que cruzó toda la ciudad con tal de, por “casualidad”, cruzarse con ella, al menos un instante. No, su hermano no era nuevo vecino de la zona, él no tenía nada que hacer ahí. Sabía que ninguna Navidad estaba completa para Olivia sin el famoso postre de nuez de ese lugar. Tres Nochebuenas seguidas haciendo el intento. Por fin lo había conseguido. ¡Felices fiestas, amor de mi vida! –murmuró–.
POSTRE
de nuez ILUSTRACIÓN: GIOVANNI ASCENCIO
SUPLEMENTO ¦ CÚPULA
MARTES ¦ 21 ¦ 12 ¦ 2021
• María Milo ¦ Apuntes •
Por María Milo IG: @mariaamilo
EN PATINES No puedo decir que Pablo nunca me quiso, o que no fue feliz conmigo, pero desde algún tiempo había empezado a percibir que en su mente existía la idea de que podía ser todavía más feliz
SUPLEMENTO ¦ CÚPULA
MARTES ¦ 21 ¦ 12 ¦ 2021
• María Milo ¦ Apuntes •
D
espertar con un mensaje de tu ex no es la mejor manera de empezar las compras navideñas. “¿Cómo vas?”, me escribió. Él, Pablo, mi novio de cinco años, acababa de cortarme una semana antes de Navidad porque “lo nuestro ya no era lo mismo de antes”.
Sí, los últimos días ahogué mis penas en galletas de jengibre y ponche. Pero, ¡¿con qué pantalones me preguntaba eso?! Decidí concentrarme en mi misión: comprar los regalos para mi familia sin abollar demasiado mi alcancía. Los productos en las repisas de la juguetería lucían tan bien acomodados que daban miedo. Sabía que mi sobrino quería uno de esos coches, pero ¿en serio? Había más opciones que las marcas que encuentras en el super de leche entera, deslactosada, light y vegetal todas juntas. Los empaques tenían más especificaciones que la receta de bacalao de mi abuela. Volteé al pasillo esperando que alguien pudiera ayudarme, pero los niños a mi alrededor se encontraban igual o más confundidos. Tiraban de las manos de sus mamás, con lágrimas de incertidumbre, ante la imposibilidad de escoger sólo uno. Me decidí por el que prometía una larga duración de batería y me dirigí a comprar el regalo de mi hermana. Mientras en mi mente intentaba medir su cintura para no equivocarme con la talla de la falda, escuché la conversación madre e hija que cobraba vida a mis espaldas. “¿Qué tiene de malo comprar un abrigo diferente al del año pasado?” “Mamá, el fast fashion está acabando con el planeta. Además, es como la comida rápida. Después de disfrutarla y experimentar el rush de energía, te deja un mal sabor de boca”.
ILUSTRACIÓN: GIOVANNI ASCENCIO
RING RING Otra notificación de Pablo apareció en la pantalla de mi celular. Me negué a leerlo antes de conseguir un buen café. Siempre me había gustado la Navidad, pero empecé por primera vez a entender a aquellos que nunca la habían disfrutado. Tal vez esta época del año era justo como la niña había descrito la moda rápida. Una festividad que nos trae la necesidad de endulzar todo, como si no existiera ya demasiada azúcar en el mundo y, además, gran parte de ella, falsa. Tras escanear el código QR del menú, me pregunté si mi ex me estaría mandando mensajes por patán o por querer hacerse el bueno en Navidad. No sé cuál de las dos opciones preferiría que fuera cierta. No me molestaba que la gente quisiera ser generosa y amable, sino que tras quitar el árbol sus intenciones se esfumaran, porque la mayoría eran hipócritas. Por costumbre, supongo, me sumergí en el mundo de redes sociales mientras esperaba mi café. Reaccioné con corazones a alguna que otra historia de mis amigas y pensé en lo raro que es que podamos guardar extractos de la vida de alguien más en nuestra galería virtual de Instagram. Me di cuenta de que sospechosamente, la mía estaba llena de reels de personas patinando sobre hielo.
Me pregunté si mi ex me estaría mandando mensajes por patán o por querer hacerse el bueno en Navidad.
MARÍA MILO ESCRITORA
Pablo y yo siempre decíamos que algún día viajaríamos a Nueva York para conquistar la pista del Rockefeller Center. Todos los jueves en mi casa lo planeábamos, nos aprendíamos los nombres de las calles que caminaríamos para llegar a aquellos lugares que deseábamos encontrar. “Algún día”, susurraba a mi oído, mientras nuestros labios cruzaban fronteras. No sé por qué, pero siempre me daba la sensación de que, al acercarme a él, otros muchos elementos besaban junto conmigo. Como si cargara en mi boca los prejuicios, las reglas y los estándares de la sociedad para depositarlos encima de las repisas de mi relación. Era como sentir esa presión que experimentas de adolescente la primera vez que te ofrecen un cigarro. La necesidad de ser feliz todo el tiempo, de no fracasar nunca y mostrar una vida ideal, del miedo al qué dirán si compartes tu dolor o tristeza. Justo como sucede si se te ocurre decir que no tienes ganas de celebrar la Navidad. Porque sí, vivimos en un mundo con tanta sed de felicidad, que hemos aprendido a sentirnos mal por hablar de emociones que no son “positivas”. Me quedé embobada viendo videos de lagos congelados y pistas plateadas. Había algo en el movimiento del aire frío sobre la piel y el roce del filo sobre el hielo, que me hacía percibir cierta esencia de libertad. A lo mejor no guardé esas publicaciones porque quería patinar en Nueva York, sino porque de alguna manera el amor que había dentro de mi relación nunca se sintió libre, y verlos era mi forma de escape. No puedo decir que Pablo nunca me quiso, o que no fue feliz conmigo, pero desde algún tiempo había empezado a percibir que en su mente existía la idea de que podía ser todavía más feliz. Como ese abrigo del que hablaba la señora en la tienda, siempre había una mejor opción. Es como si el amor haya pasado a ser ese like en una foto, una palomita a la derecha en Tinder, una reacción en Instagram, como si quisiéramos, pero no nos atreviéramos. Estamos parados ante miles de opciones. Justo como los niños en la juguetería, la oferta ilimitada resulta en una insatisfacción constante. Interactuamos en un mercado que alienta a desechar y seguir con lo siguiente si nos aburrimos o hay fracturas, en vez de repararlas o darnos el tiempo de preguntarnos qué queremos y qué buscamos en una relación. Supongo que sin importar cuánto intentemos o queramos, algunas historias simplemente no tienen un final feliz. Y eso, contrario a lo que pensaba, está bien. El amor duele, eso no es exclusivo del siglo XXI, pero su función sería muy diferente si dejáramos de tenerle tanto miedo al sentir. Si dejáramos de huir para aprender y construir un amor libre, y una vida mucho más llena y complaciente que aquella perfecta e ideal que con tanta ansiedad deseamos encontrar en bandeja de oro. “Te extraño”, decía el último mensaje de Pablo. Mi última interacción con él fue la foto que le mandé del boleto de avión antes de despegar rumbo a Nueva York.
SUPLEMENTO ¦ CÚPULA
• Roberto Abad ¦ Libros •
o tengo dudas y sí pruebas de que los padres son los primeros ficcionistas con los que uno se topa en la vida. Cuando era niño, cada 25 de diciembre amanecía bajo el arbolito una carta escrita a mano. El mensaje era más o menos el mismo siempre. Santa Claus se disculpaba por no traerme lo que había pedido, argumentando que no se daba abasto con tantos niños. Y bueno, no había de otra más que aceptarlo. Una vez, sin embargo, me dejó un cobertor (¡a mis ocho años!) y decidí que era momento de hablar claro. Si me iba a traer lo que él quería, al menos que fuera un cobertor de los Power Rangers. Le escribí una carta de vuelta en la que le pedía un cambio, la coloqué a los pies del pino artificial, con esperanza. Se trataba de un favor mínimo. Vamos, ese hombre es capaz de volar en un trineo; no pedía imposibles. Pero esperé durante semanas y jamás obtuve una respuesta. No sé qué habrán pensado mis padres.
Sé que la tentación de crear una realidad paralela dotada de curiosidades, en torno a la infancia, es sumamente atractiva. Lo sé porque hubo otros padres que fueron más lejos con sus hijos. J. R. R. Tolkien (1892 – 1973), conocido por la saga de El señor de los anillos, gestó una tradición epistolar de sus cuatro hijos con Papá Noel a lo largo de dos décadas. La primera carta llegó en 1920, cuando John, el hijo mayor, de tres años, preguntó cómo y dónde vivía el señor de rojo que le dejaba regalos en calcetines. Igual que en una historia de fantasía, la verosimilitud era importante. Por eso a veces las cartas traían restos de nieve e incluso llevaban un sello postal del Polo. Aparecían en la mesa o las traía el cartero. Sería ingenuo pensar que el universo de Papá Noel, visto desde los ojos de Tolkien, se limitaría a las características ya conocidas. Los gnomos, los elfos, el muñeco de nieve, el oso polar –su principal ayudante– y sus hirsutos sobrinos, coinciden en el almacén de los regalos y lo protegen cada invierno de los trasgos, que son unos duendes traviesos. Tolkien no sólo se encargaría de responderles con una grafía temblorosa, digna de un viejo de más de mil años, sino además se dedicaría a hacer ilustraciones de cada tema del que habla. El oso polar toma por momentos las riendas del diálogo y, ante las peripecias que se salen de control –como cuando los renos se sueltan y andan libres por los aires–, él es quien transmite los mensajes, mostrando sus faltas de ortografía, de las cuales se disculpa; no puede evitarlo, los osos hablan ártico, tienen su propio abecedario y está dispuesto a compartirlo. El Papá Noel de Tolkien se queja del trabajo, del frío, del oso polar y del dinero. Vive junto a un acantilado en una casa de dos niveles, cuyo techo es circular; en su interior hay grandes escaleras y los pisos están cubiertos por hermosos azulejos celestes. Con regularidad invita a John, Michael, Chris y Priscilla a compartir los juguetes, los hace conscientes de que hay niños que no reciben ni siquiera una cena: “Ahora hay muchísimas personas que se han quedado sin casa o han tenido que huir; la mitad del mundo parece hallarse en el lugar equivocado”, les escribe en 1941. Cartas de Papá Noel (1976) es un conmovedor registro del amor que Tolkien sentía por sus hijos y, a la vez, es una cátedra de cómo intervenir un mundo imaginario.
CARTAS desde el Polo Norte Tolkien hizo un conmovedor registro del amor que sentía por sus hijos y una cátedra de cómo intervenir un mundo imaginario Por Roberto Abad TW: @ROA07 IG: Roberto_abad_
ILUSTRACIÓN: GIOVANNI ASCENCIO
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MARTES ¦ 21 ¦ 12 ¦ 2021
SUPLEMENTO ¦ CÚPULA
MARTES ¦ 21 ¦ 12 ¦ 2021
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MARTHA BARRAGÁN MÉNDEZ MAR DIRECTORA DE CARICATURISTAS CON CAUSA
ARTES TEATRO
Tiempos discontinuos MUSEO DE ARTE MODERNO
ESTA MUESTRA REFLEXIONA EN TORNO A NUESTRA RELACIÓN CON EL TIEMPO Y LAS PERSONAS A RAÍZ DE LA PANDEMIA, A TRAVÉS DE CINCO BINOMIOS. ¿DÓNDE Y CUÁNDO? Martes a domingo. Av. Paseo de la Reforma y Gandhi s/n, Primera Sección, Bosque de Chapultepec, CDMX.
MANO DE OBRA
MUSEO NACIONAL DE LA ESTAMPA
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blo mexicano, desde las primeras décadas del siglo XX hasta nuestros días, plasmados en la gráfica de los siglos XX y XXI. ¿DÓNDE Y CUÁNDO? Martes a domingo. Av. Hidalgo 39, Centro, Ciudad de México.
CINE
‘TRADICIONAL PASTORELA MEXICANA’ INSTITUTO CULTURAL HELÉNICO
LA CRÓNICA FRANCESA DIR. WES ANDERSON
● Colección de historias del último número de una revista estadounidense publicada en una ciudad francesa ficticia en el siglo XX. ¿DÓNDE Y CUÁNDO? Disponible en cartelera.
● Representación de la pastorela tradicional mexicana que, más allá del mensaje tradicional, habla del anhelo de un mundo mejor. ¿DÓNDE Y CUÁNDO? Disponible hasta diciembre 26. Av. Revolución 1500, Guadalupe Inn, Ciudad de México.