SUPLEMENTO SEMANAL MARTES 26 DE 04 DE 2022
HERALDODEMEXICO.COM.MX
ILUSTRACIÓN: ALEJANDRO OYERVIDES
EN LA CIMA DEL ARTE...
Libros. Paraíso del conocimiento
SUPLEMENTO ¦ CÚPULA
MARTES ¦ 26 ¦ 04 ¦ 2022
• Mariola Fernández ¦ Relatos •
MARÍA CRISTINA MIERES ZIMMERMANN
VICEPRESIDENTA DE DESARROLLO SOCIAL Y CULTURAL
CUERDA ¿Por qué perdemos la cabeza por amor?, ¿quién define qué es la cordura?, ¿qué pasaría si la genialidad y la locura coincidieran en las habitaciones de un hospital psiquiátrico? Por Mariola Fernández mariola_f2@yahoo.com.mx
RAFAELA KASSIAN MIERES
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N
adie sabía por qué estaba aquí, todos éramos víctimas de los otros, esos que no soportaban vernos felices. Leonora había acabado en este lugar en parte por culpa de su padre, pero sobre todo por culpa del amor. No era momento de amar en tiempos de odio, de bayonetas y de crueldad. ¿Cómo se había atrevido a tal locura? ¿Por qué perdía la cabeza por amor? ¡Primero la pintura y ahora dispuesta a todo por salvar a ese! ¡Qué mujer tan absurda, tan loca!, decía su padre. Y así se le veía deambular sin rumbo, pintando las paredes blancas con su tristeza. Un día me atreví a hablarle, caminé hacia ella sin pisar las rayas e intenté hacerle plática: —Mi habitación está junto a la tuya, me he dado cuenta que por las noches no dejas de llorar. ¿Tienes esquizofrenia? Leonora me miró con ternura y contestó en voz baja: —Nunca he estado más cuerda. Sabes dónde puedo conseguir hojas blancas y lápices de colores. —José, el enfermero, puede conseguir casi cualquier cosa. ¿Tienes con qué pagar?—pregunté. Mi nueva amiga me enseñó una pulsera de plata que portaba en la mano derecha.
ILUSTRACIÓN: GUSTAVO A. ORTIZ
—Te puedo prestar, para que no pierdas tu pulsera —le ofrecí. Saqué unos billetes de Monopoly que traía en el bolsillo y se los entregué. —Con esto te alcanzará— le dije entre carcajadas. Soltó una risa llena de vida y en tono de broma replicó: —¡Qué generosidad! Muchas gracias. —Nunca te fíes de un loco— contesté guiñándole un ojo. Después guiñé el otro, porque si no lo hacía podría traerme complicaciones. Es verdad que soy un poco supersticioso y por eso cuando me acuesto debo voltear la almohada cuatro veces para revisar si no hay algún insecto que se me meta al cerebro. —Están más locos los de afuera— me aseguró Leonora. Leonora Carrington y yo nos volvimos amigos desde ese día, hasta me regaló un dibujo impresionante de unos caballos blancos que guardo bajo llave, en mi buró, porque no confío mucho en la gente de este lugar; especialmente desconfío de algunas batas blancas que se regodean con su poder. —¿Dónde está Leonora? ¡Tú la ayudaste a escapar! ¿Dónde está?— me preguntó a gritos el dueño del hospital psiquiátrico, a continuación hizo varias señas y me amenazó con la terapia de electrochoques. —Pintando. Leonora debe de estar pintando —contesté con una sonrisa llena de ironía, ¡surrealista!, diría yo.
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MARTES ¦ 26 ¦ 04 ¦ 2022
• Roberto Abad ¦ Personajes • EL 16 DE NOVIEMBRE SE CONMEMORA EL CENTENARIO DEL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 1998. SU OBRA REFLEJA UNA VISIÓN CRÍTICA DE LA CONDICIÓN HUMANA
A GENIO. El escritor en 1999. Foto: Opera propia. Creative Commons. Wikimedia Commons.
100
años
de Saramago Por Roberto Abad TW: @ROA07
PREMIOS Y LEGADO
1
Su trabajo ha sido recibido varios reconocimientos, entre ellos el Premio Luís de Camões.
2
Fue distinguido con casi 40 doctorados Honoris Causa, sólo rechazó uno en 1999.
l escritor José Saramago (Azinhaga, 1922; Lanzarote, 2010) le hubiera bastado contar sus historias de manera tradicional, historias que gozan de planteamientos dignos de innumerables debates y que se abren a la especulación desde un síntoma heredado por la crisis social. Sí, le hubiera bastado eso para ser un gran autor. Sin embargo, quiso también arrojar una apuesta estilística que lo confrontara con los puristas. Esa provocación no era arbitraria, sino que es un gesto incómodo que acompaña el trasfondo de sus novelas. En Saramago, el confort se pone en duda permanentemente. Él mismo hacía alusión a un tipo de escritura no complaciente y, por tanto, a un lector que se asumiera dispuesto a una experiencia crítica y activa. Este 2022, con la reedición de su obra por sus 100 años de nacimiento en la que fue y es su casa editorial, Alfaguara, las parábolas antisistémicas del Nobel de Literatura portugués vuelven al diálogo en un presente convulso que ha cavado más hondo en sus posibilidades. Luego de que uno accede a ese pacto del estilo –diálogos diferenciados por comas y mayúsculas, ausencia de signos de interrogación–, los argumentos revelan su complejidad como escenarios de anticipación, donde el personaje principal, en los casos más notables, es una sociedad sin nombre que recibe las consecuencias de un hecho inaudito, y este hecho termina por definir su actuar humano. Ya sea en la aparición de una epidemia que provoca una ceguera blanca (Ensayo sobre la ceguera), la rebeldía de un país cuyos habitantes deciden no votar el día de las elecciones (Ensayo sobre la lucidez), el paso por el mundo del hijo de Dios contado sin rastros de divinidad (El evangelio según Jesucristo) o en el pasmo de una nación que es vetada de la virtud de morir (Las intermitencias de la muerte), el factor Saramago se hace visible en las situaciones límite que ese ente social debe resolver. Quizá de allí provenga la decisión de narrar las vidas de seres vulnerables a través de una voz omnisciente, una falsa tercera persona que maneja el tiempo y lo dilata con digresiones y se complace del plural mayestático, es decir, de involucrarnos a los lectores, de siempre acudir a un nosotros, de hacernos pensar que nuestro tiempo es el mismo de la novela, sin importar que hubiera ocurrido hace siglos o que nunca vaya a pasar. Lo que sucede a esa sociedad imaginaria trastoca a esa otra sociedad que se encuentra frente a la página. Saramago no avanza solo; prefiere la compañía silenciosa de nosotros, los lectores. Ése es el núcleo de su obra: pensar la literatura como un cuerpo colectivo que refleja cuestiones morales sobre el mundo, sobre el capitalismo, sobre la pobreza, y si es posible resistir. Resistir a las condiciones de cualquier poder –como aquella familia de artesanos de La caverna que se opone a la instauración de un supermercado–; ser, pues, otro tipo de testigos, aprender a cuestionar las realidades, aun las utópicas, a través de la palabra. Nunca ser el mismo lector.
3
La Fundación José Saramago está preparando un amplio programa para difundir sus libros.
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MARTES ¦ 26 ¦ 04 ¦ 2022
• Pedro Ángel Palou ¦ Reinvenciones •
Los
libros paraíso y el
LOS VOLÚMENES NO SON UN SUCEDÁNEO DE LA VIDA, SINO LA VIDA MISMA; NO SON UN OBJETO EN EL UNIVERSO, SINO EL UNIVERSO MISMO Por Pedro Ángel Palou TW e IG: @Pedropalou
N PORTADA. Teoría del infierno, de Salvador Elizondo, con un dibujo de su autoría. Ca. 2000. Imagen: cortesía Paulina Lavista.
ací y crecí rodeado de libros. Desde niño, cuando el padre Pérez de la Peña me obsequió la versión original de Collodi de Pinocho he vivido mi vida entera dentro de un libro. He leído y acumulado una biblioteca que supera los 30 mil ejemplares, si contamos los que dejé en Puebla y los que he acumulado en Boston. Mi vida entera ha estado relacionada con los libros y sus revelaciones. El hecho de pensar que quien tiene en sus manos los libros de texto gratuitos —o antes las bibliotecas—, y que la lectura por placer es un pasatiempo burgués, que deberíamos enfocarnos en lecturas que nos alertaran sobre la lucha de clases es, por decir lo menos, un trasnochado. Poco después, a los ocho años, Estela Galicia me abrió el universo entero de la lectura desde la Biblioteca Palafoxiana; su directora de entonces leía tras sus espejuelos frente a la enorme mesa de marquetería. Me preguntó si sabía leer (¡Claro que sabía, que insulto!, pensé). Me tendió una hoja mecanografiada con un poema, después supe que era de Borges, La Rosa. Me estaba grabando. Al final puso la cinta y me dijo: “Ya ves cómo no sabes leer, si quieres ven todos los sábados y te enseño”. Allí empezó mi aventura con las letras, gracias a Estela y su sabiduría. Vino todo Borges, y Contemporáneos, y Lascas, y el Idilio Salvaje, y mucha literatura, y Alfonso Reyes y… bueno. Fui creciendo entre esos ocho años y los 14 en medio de un ambiente riquísimo
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MARTES ¦ 26 ¦ 04 ¦ 2022
• Pedro Ángel Palou ¦ Reinvenciones •
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A. El poeta Ali Chumacero en su biblioteca, ca. 2001. Foto: cortesía Paulina Lavista.
B. Detalle de la biblioteca de don Antonio Castro Leal, 1988. Foto: cortesía Paulina Lavista.
para un artista cachorro, por así decirlo, a la Dylan Thomas. Estela fue mi mentora. Me enseñó a leer literatura, pero también a comentarla: de la mano de Wolfgang Kaiser y Dámaso Alonso. Me explicó en unas 10 lecciones el Curso de Lingüística, de Saussure. Me llevó a leer mucho más que lo que un joven lector encontraba entonces (Salgari, Dumas, Verne). Me hizo lector y me hizo escritor. Si la Palafoxiana es lo que hoy es, se debe a ella. Una mujer a la que nunca terminaré de pagarle mi deuda de amor, de enseñanza y de perseverancia. He hecho muchas cosas, pero el hecho de que la Palafoxiana sea Memoria del Mundo de la Unesco es mi máximo galardón, equivalente al oro en las Olimpiadas. Borges decía que se imaginaba el paraíso en forma de una biblioteca. No tengo otro Nirvana, otro Shangri-La. Para mí los libros no son un sucedáneo de la vida, sino la vida misma. No son un objeto, un volumen en el universo. Son el universo mismo. Hoy quiero rendir un homenaje al primer escritor que atesoré. Soy más feliz gracias a Dickens. Me ha acompañado desde niño. Primero fue Oliver Twist. La tristeza del huérfano. Luego fue el cuento de navidad y la soledad austera de Scrooge. Después Historia de dos ciudades. Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos. Sus personajes sufren, pero conocen el placer de la curiosa venganza de quedarse con los brazos cruzados. Sus enemigos siempre pierden. Quizá de manera más que irónica en los Cuadernos del Club Pickwick. El Londres apenas posterior a la revolución industrial conoce ya todos los excesos del capitalismo, la vejación y la pobreza, el salvajismo contra el niño, el vagabundo, el asalariado. El que no tiene otra cosa que su trabajo sufre, parece decir todo Dickens. Luego me entusiasmó su biografía, las mujeres-hermanas, la fama. Su amistad con otro genial, Wilkie Collins, sus escapadas a los pubs londinenses, disfrazados, para oír las opiniones de los lectores. Dickens vino a América y no le gustó nada, acaso porque intuyó que en el mundo del dinero no cabe la moral, que es el tema central de sus libros. Diré que me quedo con el libro de Dickens que más he releído, Grandes esperanzas. Otro huérfano, Pip. La vieja solterona, Havishman que quiere vicariamente existir manipulando las vidas de los otros. Estella —que ahora siempre tiene el rostro hermoso y a veces inexpresivo de Gwyneth Pathrow—, a quien Pip termina, tantos dolores después, por regresar, tomados de la mano. He llorado y reído con Dickens, con sus abogados terribles, con todos los que abusan de los niños, que son Legión en sus novelas. He sufrido y amado y me he reconciliado con la vida. Cómo sabía Borges, para quien: “las unidades dickensianas, sus elementos básicos, no son las historias, sino los personajes que afectan las historias, o con más frecuencia aún, los personajes que no afectan las historias”, es el protagonista el que inventa a todos los personajes secundarios. Porque Dickens hace un casting maravilloso, cuando puebla los mundos de sus libros. Siempre que leo a Dickens me siento dentro de un grabado de Piranessi, dentro de un laberinto, una prisión y un espejo”.
MOTIVOS PARA FESTEJAR
1
El Día Mundial del Libro se celebra desde 1995, promovido por la Unesco. Fue instaurado el 23 de abril.
2
Es una fecha simbólica para la literatura mundial: ese día, en 1616, fallecieron Cervantes y Shakespeare.
3
Desde 2001, por iniciativa de la Unesco, se nombra una Capital Mundial del Libro; este año toca a Guadalajara.
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MARTES ¦ 26 ¦ 04 ¦ 2022
• Redacción ¦ Libros y lectura •
Fiesta de letras
Madrid me mata Elvira Sastre (Seix Barral, 2022)
En su más reciente novela, la sevillana Elvira Sastre nos regala parte de los claroscuros que ha atravesado y todo lo que la capital española le ha brindado en los últimos años. A partir de los artículos que la autora escribió para el diario El País comparte su vida en la ciudad que la ha confrontado con una necesidad de descubrirlo todo, que se ha convertido en su refugio y le brinda paz para poder ser ella sin ataduras. Madrid me mata es la creación más personal e íntima de la también poeta, ya que también incluye fotografías que fueron capturadas por ella misma y que ilustran experiencias que le han dado herramientas para hacer un ejercicio de introspección. En 2019, publicó su primera novela, Días sin ti, con la que obtuvo el Premio Biblioteca Breve.
TESTIMONIO. Elvira Sastre en la portada. Foto: J. Alvarez. Cortesía Grupo Planeta.
LA UNESCO DECLARÓ EL 23 DE ABRIL COMO EL DÍA MUNDIAL DEL LIBRO Y DEL DERECHO DE AUTOR. DESDE 1995 HA SERVIDO PARA FOMENTAR LA LECTURA Y PARA DEFENDER LA PROPIEDAD INTELECTUAL DE LOS AUTORES. PARA UNIRNOS A LOS FESTEJOS, TE INVITAMOS A LEER ESTAS TRES NOVEDADES EDITORIALES Por Redacción
cupula@elheraldodemexico.com
La sombra de Julio César Serie Dictator 1
Andrea Frediani (Espasa,2022)
El galardonado historiador italiano, cuya obra rebasa el millón de lectores, detalla la expansión del imperio romano, protagonizada por Julio César. En este primer volumen de su trilogía, Frediani desborda la dedicación que ha tenido al estudio del emperador ofreciendo una visión más íntima del personaje. Vidas paralelas de otros personajes de la época son reveladas en La sombra de Julio César, entre las que destaca la de Tito Labieno, amigo del emperador, quien, además, le salvó la vida. Este repaso de la vida de Julio César brinda una novela que combina hechos históricos con una narrativa estilística que distingue a Frediani. Así, el autor consigue hacer de este libro una obra de consulta.
HISTORIA. Portada del libro de Andrea Frediani. Foto: Giliola Chisté. Cortesía Grupo Planeta.
El peligro de estar cuerda Rosa Montero (Seix Barral, 2022)
Montero ofrece un texto que explora el sentido último de la vida. Y lo hace compartiendo curiosidades sobre cómo funciona nuestra mente, como un detective dispuesto a unir las piezas de un rompecabezas. De acuerdo con la autora, El peligro de estar cuerda es el proyecto literario de toda una vida; un libro que se mueve entre el ensayo y la ficción, un texto único e inclasificable. Además, defiende el valor de ser diferente y nos invita a alimentar la creatividad. También habla sobre “las hadas” que regalan dones a cambio de un precio; los que no lo tienen podrían morir de aburrimiento. Escribe Montero: “Como en todo, la clave está en el equilibrio entre el porcentaje de desapego y el de sentimiento, en lograr cierta armonía entre el yo que sufre y el yo que controla”.
PROYECTO. Rosa Montero. Foto: Iván Giménez. Cortesía Grupo Planeta.